Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 22 de junio de 2011

El cine ha estado tras las rejas

El cine ha estado tras las rejas

Parece una ironía pero mi amigo David Andrade cuyo paradero desconozco

preso por abogados penalistas de Valencia de nombre, uno de ellos

su compadre desde que les arregló el Teatro del Colegio de Abogados de

la ciudad, quienes formaron una empresa

donde lo "usaron" como bolsa ingeniero mecánico, ya que en el sector

cultura al que dio su juventud y talento lo trataron más mal que palo de

piñata, no le reconocieron ni años de servicio, ni trabajo, ni cargo,

y estaba pasando trabajo desde que los onocí en sus 17 años cuando trabajamos

juntos en la BPC "Dr. manuel Feo La Cruz", él asignado a la "Miguel Colomine"

en Los Taladros, participó en la filmación de la película "Retén de Catia" de

Clemente de La Cerda...Nunca imaginó el drama que le tocaría vivir en sus

50 años gracias a estos malandros de cuello rojo, abogados de postín...que

compadres y amigos lo tiraron a los perros hambrientos, SOLO...


ARTE Y ENTRETENIMIENTO Ya sea de manera directa o indirecta, la cárcel ha sido reflejada por el cine venezolano. ¿Que si la realidad ha tomado en cuenta a la ficción? Los hechos de los últimos días parecen negar la pregunta. Si bien en otros países existe un subgénero de películas que transcurren en las cárceles, no puede hablarse en Venezuela de un desarrollo del mismo. Así lo afirma el crítico Alfonso Molina, quien recuerda principalmente a la película Retén de Catia de Clemente de la Cerda, como la única donde el penal y sus historias, forman parte de la estructura central.

El cine ha estado tras las rejas

Si bien no hay un desarrollo del cine carcelario, el tema ha estado presente

El Retén de Catia, implosionado en 1997, durante el segundo período presidencial de Rafael Caldera, sigue vivo. Y no sólo porque la crisis carcelaria está vigente y agravada, sino porque Clemente de la Cerda dejó un testimonio cinematográfico. Otras películas venezolanas han tocado el tema penitenciario, aunque de manera tangencial, como "Pandemonium. La capital del infierno" (1997) de Román Chalbaud, con Orlando Urdaneta como protagonista, "Macu. La mujer del policía" (1987) de Solveig Hoogesteijn, con las actuaciones de Daniel Alvarado y María Luisa Mosquera y "La casa de agua" (1984) de Jacobo Penzo, protagonizada por Franklin Vírgüez. fotos archivo

ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
miércoles 22 de junio de 2011 12:00 AM
Ya sea de manera directa o indirecta, la cárcel ha sido reflejada por el cine venezolano. ¿Que si la realidad ha tomado en cuenta a la ficción? Los hechos de los últimos días parecen negar la pregunta. Si bien en otros países existe un subgénero de películas que transcurren en las cárceles, no puede hablarse en Venezuela de un desarrollo del mismo. Así lo afirma el crítico Alfonso Molina, quien recuerda principalmente a la película Retén de Catia de Clemente de la Cerda, como la única donde el penal y sus historias, forman parte de la estructura central.

Estrenada el 1 de mayo de 1984, la película está basada en el libro homónimo de Gustavo Santander, bajo el seudónimo Juan Sebastián Aldana, quien recogió testimonios de presos del desaparecido reclusorio.

"No ha habido cine penitenciario en Venezuela, al estilo de Sueños de libertad, con Tim Robbins y Morgan Freeman; Un profeta del francés Jacques Audiard, o Carandirú de Hector Babenco. Siempre se muestra la cárcel de manera colateral", comenta Molina, quien está impresionado de cómo en la época de Retén de Catia, ya el de las cárceles era un problema gravísimo. "Me llama la atención que en aquella época los presos mostraban chuzos y armas blancas, ahora tienen armas de fuego cortas y largas".

Rodolfo Izaguirre, por su parte, recuerda, además de Retén de Catia, una llamada Alias, El Rey del Joropo, de Carlos Rebolledo (1978), sobre el cantante y bailarín Alfredo Alvarado. "Hay una secuencia inolvidable que es la batalla de mierda en el patio de la cárcel", recuerda. Asimismo, suma a la lista otros títulos como Fiebre (1976), de Juan Santana y Ledezma, el caso Mamera (1994), de Luis Correa.

"En ninguna de estas películas se contempla la violencia carcelaria que pudo vivirse en el tiempo en que estos films se realizaron. La intención de sus realizadores no estaba centrada en el caos penitenciario", aclara, al tiempo que descarta que el cine pueda influir en las concepciones, decisiones y programas, que adelanten los directores de los penales o el Ministerio de Interior y Justicia. "Para dignificar a los presos y evitar el hacinamiento infernal en que viven no se necesita al cine. Se requiere de cierta dósis elemental de dignidad y respeto por el ser humano, que no encuentro en el actual ministro y mucho menos en aquel otro que se reía cuando le enumeraban las desgracias familiares por las muertes violentas cada fin de semana".

La casa de agua (1984), de Jacobo Penzo, está inspirada en la vida del escritor sucrense Cruz Salmerón Acosta, quien fue preso por razones políticas en una de las mazmorras de Juan Vicente Gómez. El título es la metáfora de una celda anegada por la humedad. Ya desde aquella época, en Venezuela cárcel es sinónimo de muerte... "Se dice que la lepra que acabó con la vida del poeta la contrajo en ese lugar", comenta Penzo, quien recuerda la película Se llamaba SN (1978) de Luis Correa, basada en el libro homónimo de José Vicente Abreu, sobre las torturas del régimen pérezjimenista en la cárcel de Guasina.

"Nunca se ha hecho verdadera denuncia", opina Jacobo Penzo. "Tampoco han tenido esas películas el efecto de avizorar el futuro, sencillamente son testimonios de algún momento".

El realizador no cree que el cine penitenciario pueda hacer algo por cambiar la realidad carcelaria del país; "la denuncia sí, pero lo determinante es la acción del Estado".

Izaguirre lanza un desafío: "El Rodeo está a la espera del cineasta que condene a la Guardia Nacional, única culpable de que existan armas dentro de las cárceles y del desmedido uso de la fuerza para resolver motines. ¿Quién se atreve?".
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