Desde el pasado 9 de mayo, cuando Walid Makled pisó el suelo del aeropuerto de Maiquetía, tras ser extraditado de Colombia, diversas instituciones venezolanas activaron un coordinado plan concebido para silenciar sus graves denuncias que comprometían a altos funcionarios venezolanos en el mundo del narcotráfico. Así piensa Gustavo Rodríguez, autor del libro "Los Secretos de Makled en el país de nunca jamás", en cuyas páginas se plasma una profunda investigación periodística no solo en torno al magnate venezolano, también sobre el narcotráfico en Venezuela y sus implicaciones en el contexto internacional.
-¿Entonces las investigaciones corren el riesgo de ser paralizadas en cualquier momento y los venezolanos jamás podrán conocer la verdad?
GR- Te equivocas. Yo sostengo que las investigaciones están paralizadas desde el 13 de noviembre del año 2008, fecha en que fue allanada la finca El Rosario, propiedad de Makled, donde incautaron 398 panelas de cocaína. Fíjate que en esa ocasión ninguno de los hermanos Makled, quienes eran los objetivos, fueron apresados. Al contrario, tres de ellos se entregaron mientras que Walid Makled cambió su exclusiva residencia de la urbanización Guataparo Country Club a otra no menos lujosa situada en La Lagunita. Nunca se hizo más nada y en el argot policial existe una máxima que dice: "tiempo que pasa, la verdad que huye".
Gustavo Rodríguez habla con propiedad porque durante más de 20 años se ha sido periodista del área policial en Caracas y además se formó como criminalista en el Instituto Universitario de Policía Científica (Iupol). Ningún policía le puede engañar. Por su ágil pluma fue galardonado con el premio Arturo Uslar Pietri a la Comunicación Social en el año 2009.
-¿Enfrentó dificultades para investigar todas esas inéditas revelaciones?
GR- Muchas. Desde hace una década se ha diseñado una centrífuga informática donde las instituciones del Estado impiden la labor del periodismo de investigación. Los periodistas tienen que echar mano de su experiencia y otras herramientas para tratar de escudriñar la verdad.
-¿Es cierto todo lo que se dice de Makled?
GR- Hay muchas incongruencias y desatinos que las mismas instituciones están obligadas a declarar. Primero deben explicar cómo un comerciante hijo de inmigrantes, de precaria escolaridad, logró amasar una gigantesca fortuna a la sombra del gobierno. Hasta ahora nadie ha explicado cómo le otorgaron tantas concesiones. Makled, según sus propias palabras, manejó Puerto Cabello, el segundo puerto más importante del país, el aeropuerto Arturo Michelena de Valencia y más de 400 camiones de transporte que transitaban libremente por todo el territorio nacional.
-¿Cuál fue su apuesta para sentarse a escribir sobre Makled?
GR- En realidad no es solamente Makled. En diversas ocasiones me plantearon estructurar una serie de eventos que guardan relación con el caso Makled. En el libro puedes leer acerca del asesinato de otro candidato a alcalde quien fue asesinado en 2008 en la ciudad de Carúpano. Aurelio "Yeyo" Labrador" fue un ex Cabo de la Guardia Nacional que según las encuestas era el virtual alcalde de esa zona y fuentes policiales lo vinculaban con el narcotráfico. Su jefe de campaña también fue asesinado en medio de cuádruple homicidio. Su socio, el hacendado Rubén Darío Bravo Gómez, también fue dado de baja en Valencia. Se trata de todo un entramado que relaciona policialmente a estos personajes con altos funcionarios del gobierno.
-¿Pero todas esas muertes ya han sido aclaradas?
GR- Aún no. Ésa es otra deuda que tiene la justicia con los venezolanos. Tampoco han esclarecido el homicidio del Fiscal de Aduanadas del estado Carabobo Gamal Richani, quien tal vez por azar fue asesinado dentro del centro comercial Sambil de Valencia, el mismo lugar donde liberaron al padre y al hermano menor de Walid Makled tras haber sido secuestrados cuando comenzó la caída de su imperio.
-En su investigación usted no deja claro la responsabilidad de Makled en el homicidio del periodista Orel Sambrano. ¿Lo puede aclarar?
GR- Ciertamente hay muchas incongruencias. Mis fuentes me indican que el desventurado colega fue víctima de una conspiración. Una tesis de la investigación que se manejó inicialmente indica que lo utilizaron para divulgar informaciones sobre las actividades de Makled a través de un semanario cuando en el país nadie se atrevía a escribir una letra sobre las actividades del exitoso empresario carabobeño. Entiendo que Orel comentó en privado sentirse utilizado e incluso conversó amistosamente con Makled antes de su muerte. Habría que preguntarse quién se beneficiaba más con su desaparición física. Llama también la atención que horas después del crimen, antes que entregaran el cadáver a sus familiares, el conductor de un programa nocturno en Venezolana de Televisión señaló a Makled como el principal sospechoso.
-¿Pero la Fiscalía acusa a Makled por esa muerte?
GR- Sí. También lo acusaban por otros homicidios, pero de la noche a la mañana no volvieron a ser mencionados. No se sabe por qué, pero ésa es la orden. Tal vez a ellos no les interesa levantar más polvo.
-Las autoridades aseguran que desarticularon la banda Los Piloneros, el brazo armado de la organización de Walid Makled. ¿Es cierto?
GR- También aseguraron que gracias a Makled desentrañaron una serie de cangrejos, algo así como 18 homicidios. Manifestaron que esa banda operaba abiertamente en un mercado y frente a los ojos de todo el mundo, pero ellos nunca se enteraron, nunca los vieron. Los autores materiales que podrían vincular a Makled como el autor intelectual fueron dados de baja por las mismas autoridades. Ese secreto se lo llevaron a la tumba.
-¿La DEA también lo buscaba y gracias a ellos fue capturado en Cúcuta?
GR- Ésa es otra incongruencia. Tras el decomiso de más de cinco toneladas de cocaína en Ciudad del Carmen, en México, Makled entró en los radares de la DEA. Desde esa época tenía una solicitud de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, pero las autoridades antinarcóticos norteamericanas no podían solicitar ayuda ni colaboración a Venezuela porque un año antes la DEA había sido expulsada. Entiendo que ese caso se investigó por unos meses para guardar las apariencias y después se decretó el archivo fiscal del expediente. Allí nadie quedó detenido a pesar de que un avión DC-9 fue llenado de cocaína en las narices de las autoridades del aeropuerto de Maiquetía.
-¿Un DC-9?
GR- Sí. Un DC-9. Ahora hablar de avionetas es como conversar sobre la prehistoria.
-Pero de su libro se infiere que se trata de un caso cerrado. ¿La verdad quedará oculta?
GR- Eso es imposible porque las agencias de la comunidad de inteligencia internacional disponen de suficientes soportes para seguir escudriñando. De hecho ya varios altos funcionarios del gobierno se encuentran en una lista negra. Incluso el presidente Hugo Chávez los ha respaldado públicamente.
-¿Tardó mucho tiempo en escribir este libro que hoy sale a la luz pública?
GR- En realidad no porque desde el año 2001 los periodistas sabíamos que en el estado Carabobo había un magnate que andaba en andanzas non santas y que contaba con el respaldo y protección de militares y políticos. En el libro pueden leer que en esa época, en el año 2001, el ex director de la antigua PTJ ordenó crear un grupo de tarea para tratar de capturar a Makled, pero nunca se pudo lograr el objetivo porque siempre contó con muchos padrinos y cuerdas flojas dentro del organismo policial.
-A Makled lo han vinculado a mucha gente. ¿Será verdad todo lo que se dice?
GR- Claro, en un principio intentaron relacionarlo con el capo Wilber Varela, quien fue asesinado en el estado Mérida el 30 de enero de 2008, el año de la caída del imperio de Makled. Ese caso tampoco ha sido aclarado. Alias "Jabón", como le conocían, tenía varios años radicado en el estado Barinas y nadie se preocupaba por su presencia. Desde allí realizaba sus operaciones. Ahí lo visitaban ex reinas de belleza y no pasaba nada. La estrategia de vincular a Makled con Varela consistió en responsabilizarlo por su muerte para que miembros de las bandas criminales emergentes en Colombia intentaran cobrar venganza.
-¿Se puede decir que el caso Makled será engavetado para siempre y no se conocerán nunca a sus socios?
GR- Frente a nuestra legislación sí, pero ante los ojos de la comunidad internacional no. Recuerda que la comunidad de inteligencia dispone de numerosas evidencias, incluso Makled conversó en unas ocho ocasiones con agentes de la DEA y la Fiscalía de Nueva York cuando se encontraba detenido en Colombia. Algunos dicen que les proporcionó pruebas suficientes para desenredar ese ovillo.
-¿Cómo logró Makled reinar tantos años sin que nadie hiciera nada?
GR- Algunos expertos consideran que en Venezuela se tomaron una serie de decisiones y acciones políticas que favorecieron el narcotráfico. En el plano internacional se expulsó a la DEA en el año 2005 y además se prohibió la interdicción de aeronaves sospechosas, constantemente se defendió a las Farc, el mayor cartel de drogas del mundo, entre otras.
-¿Makled posee las pruebas que dice tener?
GR- Fuentes policiales señalan que Makled fue muy astuto y gracias a la tecnología logró grabar a sus socios. Tal vez por ello dicen que en los últimos allanamientos los funcionarios decomisaron todas sus computadoras, discos duros externos e incluso cargaron con todas las fotografías familiares. Temían que en ellas apareciera retratado algún alto funcionario público.
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