domingo, 13 de septiembre de 2015

¡Imperdible! Los oscuros secretos de la Juez Susana Barreiros, “verdugo” de López

Venezuela al Día

Cortesía atodomomento.com
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El equipo de AtodoMomento.com reveló detalles de la jueza Susana Barreiros, la misma que condenó al líder opositor Leopoldo López a 13 años y 4 meses de prisión.
Con la suspensión de la entonces juez 28° de Juicio del Área Metropolitana de Caracas, María Lourdes Afiuni, la Dirección Ejecutiva de la Magistratura otorgó “la provisionalidad” del ente administrador de justicia a Susana Barreiros, “verdugo particular” de Leopoldo López. La abogada egresada de la Universidad Santa María, tuvo en sus manos el caso del banquero “revolucionario” Arné Chacón Escamillo, a quien sin escatimar esfuerzos concedió la libertad.
Susana Virginia Barreiros Rodríguez, titular de la cédula de identidad V- 14.851.035, fue designada “provisionalmente” el 12 de agosto de 2010 por la Comisión Judicial como reemplazo de Afiuni. Han pasado cinco años y la temporalidad dentro del Poder Judicial se ha extendido.
En 2012 saltó nuevamente a la opinión pública al ser nombrada por el Tribunal Supremo de Justicia junto a Alí Fabricio Paredes, como parte de los pocos juristas que tenían competencia en casos de terrorismo, delito que usualmente es imputado a adversarios del llamado “socialismo del siglo XXI”. La suerte de Paredes se acabó el día en que fue destituido por “favorecer” con una sentencia a Walid Makled.
En diciembre del mismo año, Barreiros otorgó la libertad de Arné Chacón Escamillo, hermano del exministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, quien había sido imputado por la comisión de aprobación indebida de créditos y aprovechamiento fraudulento de fondos públicos”, delitos que había cometido mientras se desempeñaba como directivo de las entidades bancarias Baninvest, Central y Real.
Otras causas judiciales que han pasado por su despacho son los casos vinculados a otros banqueros y exbanqueros, como los de Ricardo Fernández Barruecos (Bolívar, Confederado, BanPro y Canarias), José Nicolás Tovar Jiménez, Ramón Heraldo Paredes y Alejandro Néstor Tineo Salas del Banco de Desarrollo Agropecuario (Bandagro).

El destino de Susana Barreiros


Susana Barreiros no solo juzgará a Leopoldo López. Se juzgará a sí misma. Porque cuando hoy jueves termine la sesión de conclusiones del juicio al coordinador nacional de Voluntad Popular y otros jóvenes que participaron en las protestas de febrero de 2014, Susana Barreiros deberá emitir sentencia y con esa sentencia la jueza asumirá y enfrentará  su destino. Por la historia profesional de Susana Barreiros y la manera en que ha manejado el proceso judicial podríamos anticipar su sentencia. La decisión de una abogada que fue designada provisionalmente juez en sustitución de María de Lourdes Afiuni y que ha conducido durante un año y tres meses un tortuoso juicio con repetidas violaciones del debido proceso y en el que se han prohibido sistemáticamente todas las pruebas y testigos de la defensa, no debería sorprendernos. Pero el juicio a Leopoldo López no es un juicio normal y enfrenta a los verdugos del régimen a complejas consideraciones de orden colectivo y personal.
Conocemos de sobra el sometimiento del Poder Judicial al Poder Ejecutivo y los designios de la revolución. Basta hacer seguimiento de todas las sentencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Como muestra Ingo Müller en su libro Los juristas del horror, no hay límites para que el ordenamiento jurídico termine siendo un teatro de marionetas que siguen ciegamente las órdenes de los autócratas. Pero el juicio de Leopoldo López ocurre en la fase terminal de un proceso político que, más pronto que tarde, desembocará en un cambio de gobierno que someterá a los secuaces de la revolución bolivariana a una verdadera y renovada justicia. La jueza encara, además, un factor de deliberación adicional. El juicio a Leopoldo López es el juicio político que más atención internacional ha logrado en la historia de la Venezuela republicana. La ONU, Human Rights Watch y otras organizaciones de derechos humanos, ex presidentes y líderes mundiales, congresos de todas las naciones se han pronunciado en contra de los vicios y distorsiones del proceso judicial y han solicitado la inmediata excarcelación de los procesados. Es posible que el miedo a la represión pueda contener temporalmente la molestia popular por el uso del sistema judicial como instrumento de coerción política, pero en estos tiempos de interconexión global la justicia internacional siempre llega como vimos con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre RCTV. Susana Barreiros sabe que de condenar a Leopoldo López estaría, también, condenándose a sí misma ante la mirada del mundo.
@axelcapriles

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