domingo, 4 de octubre de 2015

"¿Cómo está la familia?" es una de las preguntas más comunes en el primer minuto de intercambio entre conocidos. Es un gesto de educación que suele venir de manera automática y, también, es una forma de demostrar aprecio hacia la persona que tenemos enfrente. La respuesta muchas veces está igualmente programada: "bien", "ahí vamos", "cada uno en lo suyo", "creciendo" o cualquier otra frase que mantenga la conversación encaminada, pero sin entrar en mayores detalles. Sin embargo, tú y yo sabemos que cuando de familia se trata, siempre hay mucho más que contar.

Inspirulina: La familia, una de las últimas fronteras

Al trabajar con diferentes personas encuentro de forma cada vez más evidente que la maraña de las relaciones familiares termina por nublar la imagen que cada quien tiene de la realidad y de sí mismo | Ilustración: Alejandro Ovalles | jaoc28@yahoo.com
Al trabajar con diferentes personas encuentro de forma cada vez más evidente que la maraña de las relaciones familiares termina por nublar la imagen que cada quien tiene de la realidad y de sí mismo | Ilustración: Alejandro Ovalles | jaoc28@yahoo.com

"¿Cómo está la familia?" es una de las preguntas más comunes en el primer minuto de intercambio entre conocidos. Es un gesto de educación que suele venir de manera automática y, también, es una forma de demostrar aprecio hacia la persona que tenemos enfrente. La respuesta muchas veces está igualmente programada: "bien", "ahí vamos", "cada uno en lo suyo", "creciendo" o cualquier otra frase que mantenga la conversación encaminada, pero sin entrar en mayores detalles.
Sin embargo, tú y yo sabemos que cuando de familia se trata, siempre hay mucho más que contar.
"La familia es una de las últimas fronteras del desarrollo espiritual", escribe Jack Kornfield en su libro Después del éxtasis, la colada. La frase refleja la tensión y oportunidades de liberación que existen en las relaciones parentales. Trabajarlas de manera consciente para reconocerlas, respetarlas y sanarlas es un camino de paz y crecimiento.
"No podemos escapar al historial familiar y las heridas que nos infligen", dice Kornfield. "La familia es un espejo. En nuestras parejas, nuestros amantes, nuestros padres e hijos encontramos nuestras necesidades, esperanzas y miedos escritos en gran formato. Las relaciones íntimas alcanzan y tocan nuestra historia sin anestesia. Las heridas que llevamos, el anhelo que sentimos por ser nutridos, están allí sobre la mesa. Y todo esto necesita ser respetado".
Al trabajar con diferentes personas encuentro de forma cada vez más evidente que la maraña de las relaciones familiares termina por nublar la imagen que cada quien tiene de la realidad y de sí mismo. Esto es algo que también me ocurre a mí. Como hijo y hermano ha sido un trabajo fascinante descubrir y entender mi espacio en la relación para integrarlo a mi experiencia presente. Como padre y esposo, pongo mi atención en las relaciones que construyo a cada instante con mis hijas y mi esposa para observar cómo surgen los patrones aprendidos en el pasado y cómo se manifiesta el amor en la cotidianidad. Tomar conciencia de todos los niveles y energías que se mueven en una familia es asombroso. Sin duda, cada una de las relaciones es una puerta de acceso para conocer mejor nuestra condición humana.
"Necesitamos encontrar la libertad de nuestro propio espíritu y descubrir que nuestra historia familiar no es lo que somos realmente", nos enseña Kornfield. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo. Para quienes han crecido en familias rodeadas de conflictos, pérdidas, falta de amor y rencor, sanar esas historias es un trabajo arduo, pero necesario, porque de otra manera el peso se hace cada vez mayor. Ignorar lo que sucede no ayuda. Estas cosas que no se quedan bajo la alfombra.
Para alcanzar esa libertad de espíritu hay que trabajar el respeto, la tolerancia, el perdón y la capacidad de ver la belleza en los corazones de los parientes más allá de nuestras expectativas. Esto significa amarlos por quienes son, no por quienes quisiéramos que fueran. Así se abre un espacio donde podemos practicar nuestro amor a cada instante y, para hacerlo, no tienes que ser un santo o un ser elevado, porque como escribe Kornfield: "Los sacrificios de una familia son iguales a los de cualquier monasterio exigente, ofreciendo el mismo entrenamiento en renuncia, paciencia, constancia y generosidad".
En otras palabras: si te internas con un corazón abierto y sabio en esta frontera del crecimiento humano y el desarrollo espiritual, podrás responder a la pregunta de "¿cómo está la familia?" reconociendo todo lo grande, complejo, maravilloso y difícil que existe en este universo de relaciones. Lo harás sin sentirte enmarañado por las historias y seguramente sintiendo mayor libertad y amor.

El Papa inauguró el Sínodo de las Familias con un llamado a "cuidar de las parejas heridas"

Si bien afirmó que el matrimonio es un vínculo indisoluble entre un hombre y una mujer, pidió a la Iglesia acercarse a las parejas separadas "con el bálsamo de la aceptación y la misericordia".
Papa Francisco abre Sínodo de obispos para la Familia (AP)
Papa Francisco abre Sínodo de obispos para la Familia (AP)
El papa Francisco inauguró hoy el Sínodo de las Familias, una reunión de obispos de todo el mundo que discutirá posturas del clero en esa área, con una afirmación enérgica de que el matrimonio es un vínculo indisoluble entre un hombre y una mujer. Sin embargo, el Papa acotó que la Iglesia debe "acercarse y cuidar de las parejas heridas, con el bálsamo de la aceptación y la misericordia".
Francisco planteó de ese modo su posición sobre el problema más urgente que afronta la reunión de 270 obispos: qué hacer con las familias católicas que sufren de la separación, el divorcio y otros problemas cuando la enseñanza de la Iglesia es que el matrimonio es para siempre. Lo hizo durante una misa solemne en la Basílica de San Pedro.
Allí, el Papa insistió en que la Iglesia no se puede "llevar por modas pasajeras o la opinión popular'', pero en un reconocimiento de que los matrimonios fracasan, dijo que la iglesia también es una madre, que no señala ni juzga a sus hijos.
"La Iglesia debe acercarse a estas personas, acogerlas y acompañarlas, pues una iglesia con las puertas cerradas se traiciona y a su misión: en lugar de ser un puente se convierte en un obstáculo'', afirmó.
Uno de los principales debates en el Sínodo es si los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil pueden recibir la comunión.
Francisco inició el proceso del Sínodo hace dos años al enviar un cuestionario de 39 puntos a obispos, parroquias y familias católicas comunes en todo el mundo, preguntándoles cómo comprendían y se adherían a las enseñanzas de la Iglesia en materia de la familia.
Sus respuestas mostraron una amplia brecha entre las enseñanzas oficiales católicas y la práctica, sobre todo en el sexo, el matrimonio y la homosexualidad.
Una primera reunión de obispos finalizó en octubre pasado, con un consenso sobre cómo aceptar mejor a los católicos que son gays y a los divorciados que se volvieron a casar pr lo civil. Los conservadores insisten en que la doctrina católica es clara e invariable, mientras los progresistas admiten la doctrina pero han buscado margen de maniobra en la práctica pastoral.
En los siguientes 12 meses, ambas partes se atrincheraron, por lo que se esperan chispas en las siguientes rondas. De hecho, pocas reuniones del Vaticano han tenido tanta polémica como esta. Hubo acusaciones de manipulación y coerción, reuniones secretas para planear estrategias; y la aprobación de leyes de facto antes del debate.
    Sínodo de la Familia: el cardenal Baldisseri lo presenta a la prensa
    Inicia el domingo, el lunes la primera sesión. Participan 270 padres sinodales, y unos 70 expertos y auditores
    Por Sergio Mora
    Ciudad del Vaticano, 02 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
    El secretario general del Sínodo de los obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, ilustró este viernes en la sala de prensa de la Santa Sede, informaciones sobre el Sínodo que se realizará en el Vaticano del 4 al 25 de octubre, sobre el tema de la familia.
    Este sábado es la vigilia de oración del santo padre Francisco, los obispos y los católicos del mundo, recordó el purpurado. Y al oscurecer en la plaza de San Pedro, “resplandecerá la belleza de la familia a través de las velas encendidas”.
    El cardenal Baldisseri añadió que este domingo 4, con la eucaristía se abre la asamblea general ordinaria del Sínodo sobre el tema 'La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo', que les permitirá a todos los fieles del mundo unirse al camino común de los Pastores, 'cum Petro et sub Petro'.
    Reiteró que “el sínodo tiene que ser un espacio protegido para que pueda actuar el Espíritu Santo, de manera que los padres tengan la libertad de expresarse con parresía”.
    Al final del sínodo, el 24 de octubre, se presenta en el Aula el texto definitivo de laRelatio finalis, que por la tarde se somete a la votación.
    La Relatio finalis, una vez votada, “conformemente a la naturaleza del Sínodo, fruto del trabajo colegial de los Padres, se entrega al Santo Padre a quien competen las decisiones en mérito”.
    O sea, las propuestas planteadas por los padres sinodales, serán evaluadas por el papa Francisco, quien tiene que decidir qué medidas serán tomadas.
    Participarán 270 padres sinodales, entre los cuales 74 cardenales, entre ellos un patriarca cardenal y dos arzobispos mayores. También 6 patriarcas, 1 arzobispo mayor, 73 arzobispos de los cuales 3 titulares, 102 obispos de los cuales 6 auxiliares, 3 vicarios apostólicos y uno emérito, 2 párrocos y 13 religiosos.
    Tomarán parte también 24 expertos o colaboradores del secretario especial, de los cuales 18 progenitores representando las familias; 51 auditores o auditoras y 14 delegados fraternos.
    Los Circuli Minores serán por idiomas: 1 en alemán, 4 en inglés, 3 en español, 2 italiano, 3 francés.
    Durante el sínodo, habrá 39 relaciones de los Circuli Minores, y unos 50 padres sinodales hablarán durante el sínodo en la sala de prensa del Vaticano.

    Sínodo de los Obispos sobre la Familia, ¿qué sucederá las próximas tres semanas?
    Comienza en el Vaticano el 4 de octubre y durante las próximas tres semanas se ocuparán de debatir sobre La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo


    Por Rocío Lancho García
    Ciudad del Vaticano, 02 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
    Un largo camino que está llegando a su última etapa. El Sínodo de los Obispos se reúne este mes de octubre en Roma en la Asamblea General Ordinaria para abordar las preocupaciones y desafíos de la familia en el mundo y en la Iglesia. Este Sínodo, que está despertando la curiosidad de muchos y acaparando gran atención mediática, sigue una metodología y un calendario concretos. Tras meses de debate público, durante las próximas tres semanas se seguirá en el Vaticano un guión muy detallado.
    Tal y como ha indicado el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, a partir de la experiencia madurada durante la Asamblea General Extraordinaria del año pasado y “teniendo en cuenta las sugerencia realizadas, especialmente por los Padres sinodales”, la secretaria general del Sínodo ha elaborado una nueva metodología, que fue aprobada por el Santo Padre el pasado mes de mayo.
    La mayoría de los Padres sugirió que la Asamblea General Ordinaria se hiciera “más dinámica y participativa a través de la distribución de las intervenciones en el aula de los miembros en tiempos sucesivos, para poder dedicar mayor atención a cada contribución”. Además, los Padres han pedido “mejorar el trabajo en losCirculi Minores, donde se verifica una participación más activa a la discusión, un debate más directo e inmediato entre los Padres en la propia lengua, en los cuales, eventualmente pueden intervenir los auditores y delegados fraternos”.
    El documento base para los trabajos sinodales es el Instrumentum Laboris, resultado de la composición de la Relatio Synodi del anterior Sínodo, y de las respuestas al cuestionario.
    En la sesión inaugural, el presidente delegado dirigirá su saludo al Santo Padre, que abre los trabajos. A continuación, intervendrán el secretario general y el relator general con sus respectivas intervenciones. Después, el relator general presente los temas de la Primera Parte y le seguirá el testimonio de una pareja de esposos auditores para proseguir con las intervenciones de los Padres sinodales en las Congregaciones Generales. 
    El papa Francisco, en su libertad, decidirá si intervenir o no en la apertura de los trabajos. Hay que tener en cuenta, que tanto en la vigilia del sábado 3 como el la misa del domingo 4 tendrá ocasión de dirigirse a los fieles.
    Se seguirá con las sesiones de los Círculos menores, en los que los Padres reflexionan sobre el texto base enriquecido por las contribuciones que surgen en el aula, con el fin de elaborar los “modos” con los que el texto madura posteriormente.
    Al terminar cada sesión, el relator de cada Círculo presenta en el Aula una breve presentación del trabajo realizado y mientras tanto entrega los “modos” que son introducidos en el texto base. Todas las intervenciones de los Círculos menores serán publicadas.
    Este procedimiento se repite para la Segunda y la Tercera Parte durante las dos semanas sucesivas.
    La Comisión para la elaboración de la Relación final, nombrada por el Santo Padre en la que están representados los cinco continentes, tiene la tarea de seguir cada fase del proyecto para reunirse al final de los trabajos de cada parte y para la redacción final.         
    Al finalizar las tres etapas, dicha Comisión supervisa la elaboración del proyecto de la Relación final, que se presenta en el Aula. Finalmente, la Comisión realiza el texto definitivo y en la mañana del 24 de octubre se presenta y por la tarde se somete al sufragio de la Asamblea.     
    Según el método del Sínodo, este documento se entrega al Santo Padre, a quien corresponde las decisiones finales.
    Durante las tres semanas de Sínodo, se realizará cada día una sesión informativa con el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en el que expondrá a la prensa, en ocasiones acompañado de Padres sinodales y auditores, los avances y las líneas de los debates.                    
                        
            
     ¿Qué temas tratará el Sínodo sobre la familia?
    Los desafíos, la vocación y la misión de la familia son las líneas guía del Intrumentum Laboris, un documento que servirá de base durante las discusiones de los Padres Sinodales
    Por Iván de Vargas
    Madrid, 02 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
    Los desafíos, la vocación y la misión de la familia son las líneas guía delIntrumentum Laboris de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, un encuentro que tendrá lugar en el Vaticano del 4 al 25 de octubre de 2015. Este documento será la base de las discusiones sinodales, una ocasión para reflexionar sobre la realidad de la familia hoy, pero también para reafirmar su importancia en la sociedad.
    Dicho texto contiene la Relatio Synodi conclusiva de la precedente asamblea sinodal, que se llevó a cabo en 2014, integrada con la síntesis de las respuestas al cuestionario planteado por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos a todas las Iglesias locales del mundo.
    El Intrumentum Laboris se articula en tres partes, que muestran la continuidad entre las dos asambleas: “La escucha de los desafíos que afronta la familia (I parte) evoca más directamente el primer momento sinodal; El discernimiento de la vocación familiar (II parte) y La misión de la familia hoy (III parte) introducen en el tema del segundo momento, con el propósito de ofrecer a la Iglesia y al mundo contemporáneo estímulos pastorales para una renovada evangelización”, señala la presentación del propio documento.
    Así, en la primera parte, las temáticas son las que siguen: el contexto antropológico, cultural, socio-económico y ecológico (a la luz de la reciente encíclica Laudato si’). Los desafíos en este punto son la pobreza y la exclusión social, la tercera edad, la viudez, el luto, la enfermedad, las migraciones, el papel de la mujer, la afectividad y educación de la sexualidad, y la bioética.
    En la segunda, se amplían los temas referentes al matrimonio natural y la plenitud sacramental, la indisolubilidad don y tarea, la vida familiar, la unión y la fecundidad, la dimensión misionera, la fe, la oración, la catequesis, la íntima unión entre Iglesia y familia, los jóvenes y el miedo a casarse, y la misericordia.
    Y en la tercera, se pretende reflexionar ampliamente sobre familia y evangelización, y profundizar, además, en temas en los que la familia es sujeto de pastoral, la liturgia nupcial, un lenguaje renovado y una apertura misionera.
    Uno de los asuntos más esperados mediáticamente hablando de este sínodo es la respuesta que la Iglesia dé a las llamadas situaciones irregulares como los matrimonios civiles, las parejas que no han formalizado su convivencia y las familias heridas (separados, divorciados, divorciados vueltos a casar, familias monoparentales).
    Es en la segunda parte donde el Instrumentum Laboris confirma la indisolubilidad del matrimonio sacramental. Pero, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe acompañar los momentos de sufrimiento conyugal con misericordia. 

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