miércoles, 7 de octubre de 2015

Cuidémonos de tener un corazón duro que no deje entrar a la misericordia de Dios. Esta es la idea que subrayó el papa Francisco en la misa de la mañana, que celebró en la capilla de la Casa Santa Marta, antes de ir al Aula Nueva del Sínodo. El Santo Padre instó a los presentes a no resistirse a la misericordia del Señor, creyendo que son más importantes los propios pensamientos o una lista de mandamientos que deben ser observados. El profeta Jonás se resiste a la voluntad de Dios, pero al final aprende que debe obedecer al Señor. El Pontífice desarrolló su homilía de este martes a partir de la primera lectura, tomada del Libro de Jonás, y señaló que la gran ciudad de Nínive se convierte gracias a su predicación. “Realmente hace un milagro, porque en este caso él ha dejado de lado su terquedad y ha obedecido a la voluntad de Dios, y ha hecho lo que el Señor le había mandado”.

 
El Papa en Santa Marta: la terquedad desafía a la misericordia de Dios
En la homilía de este martes, el Santo Padre advierte que hay ministros que creen que son más importantes sus pensamientos o una lista de mandamientos que deben observarse
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 06 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
Cuidémonos de tener un corazón duro que no deje entrar a la misericordia de Dios. Esta es la idea que subrayó el papa Francisco en la misa de la mañana, que celebró en la capilla de la Casa Santa Marta, antes de ir al Aula Nueva del Sínodo.


El Santo Padre instó a los presentes a no resistirse a la misericordia del Señor, creyendo que son más importantes los propios pensamientos o una lista de mandamientos que deben ser observados.
El profeta Jonás se resiste a la voluntad de Dios, pero al final aprende que debe obedecer al Señor. El Pontífice desarrolló su homilía de este martes a partir de la primera lectura, tomada del Libro de Jonás, y señaló que la gran ciudad de Nínive se convierte gracias a su predicación.
“Realmente hace un milagro, porque en este caso él ha dejado de lado su terquedad y ha obedecido a la voluntad de Dios, y ha hecho lo que el Señor le había mandado”.
Nínive, por lo tanto, se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que “no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada”: “Jonás – dijo el Papa – sintió una gran tristeza y se desdeñó”. E, incluso, “reprende al Señor”.
La historia de Jonás y Nínive, señaló Francisco, se articula en tres capítulos: el primero “es la resistencia a la misión que el Señor le confía”; el segundo “es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros. La obediencia a la voluntad de Dios y Nínive se convierte”. En el tercer capítulo, “hay una resistencia a la misericordia de Dios”.
“Esas palabras: ‘Señor, ¿no era esto quizás lo que yo decía cuando estaba en mi pueblo? Porque Tú eres un Dios misericordioso y clemente’, y yo he hecho todo el trabajo de predicar, he hecho mi trabajo bien hecho, ¿y Tú les perdonas? Y el corazón con esa dureza que no deja entrar la misericordia de Dios. Es más importante mi sermón, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que debo observar, todo, todo, todo que la misericordia de Dios”.
“Y este drama – recordó Francisco – también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué Él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando Él iba a cenar con los publicanos y pecadores: no lo entendían. No entendían la misericordia.  ‘Tú eres misericordioso y clemente’”. En el Salmo que hoy hemos rezado, prosiguió el Santo Padre, nos sugiere “esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención”.
“Donde está el Señor – insistió el Pontífice – hay misericordia. Y san Ambrosio añadía: ‘Y donde hay rigidez están sus ministros’. La terquedad que desafía a la misión, que desafía a la misericordia”.
“Cercanos al inicio del Año de la Misericordia, roguemos al Señor que nos ayude a entender cómo es su corazón, lo que significa ‘misericordia’, qué quiere decir cuando Él dice: ‘¡Misericordia quiero, y no sacrificio!’ Y por eso, en la oración Colecta de la Misa hemos rezado mucho con esa frase tan hermosa: ‘Derrama sobre nosotros tu misericordia’, porque solo se comprende la misericordia de Dios cuando se ha vertido sobre nosotros, sobre nuestros pecados, sobre nuestras miserias…”.
Francisco a la Gendarmería vaticana: 'el demonio vende bien pero paga mal'
En la fiesta de su patrón, san Miguel arcángel, celebran la eucaristía con el Santo Padre quien les recordó las tentaciones del demonio: riquezas, vanidad y orgullo
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 05 de octubre de 2015 (ZENIT.org)

El Cuerpo de la Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano, celebró este sábado a su patrón, san Miguel arcángel, con una misa presidida por el papa Francisco en la capilla de la Gobernación.
Durante su homilía, el santo padre recordó que en la primera lectura, del libro del apocalipsis se habla de una guerra, “es la guerra final, la última guerra, la guerra del final”. Es la guerra entre los ángeles de Dios guiados por san Miguel contra satanás. Y esta es la última y allí termina todo. “Pero durante toda la historia esta guerra se hace cada día, cada día: se hace en el corazón de los hombres y de las mujeres, se hace en los corazones de los cristianos y de los no cristianos”, observó Francisco. Asimismo, aseguró que está la guerra entre el bien y el mal donde “nosotros debemos elegir qué queremos, el bien o el mal”.
Por otro lado, el Pontífice indicó que el diablo es un “sembrador de insidias, nunca cae de sus manos una semilla de vida, una semilla de unidad, siempre insidias, insidias: es su método, sembrar insidias”. Por eso, invitó a rezar al Señor “para que nos proteja de esto”.
Del mismo modo, advirtió que el demonio “es un seductor, es uno que sembra insidias y un seductor, y seduce con el encanto, con el encanto demoníaco, te lleva a creer todo”. Y aseguró a los presentes: “¡él sabe vender con este encanto, vende bien, pero al final paga mal!”
A propósito, invitó a recordar el episodio de las tentaciones del diablo a Jesús tras cuarenta días ayunando en el desierto. “El diablo trata de seducirlo y, al final, como no consigue seducirlo, la última: ‘hablemos claro: te doy todo el poder del mundo, pero tú me adoras a mí. Hagamos un negocio’”, explicó el Papa en su homilía.
Recapitulando, recordó cuáles son los tres escalones del demonio. En primer lugar tener cosas: “en este caso el pan, las riquezas, las riquezas que te llevan lentamente a la corrupción, ¡y esta de la corrupción no es una fábula!”, subrayó. El Santo Padre afirmó que la corrupción está por todas partes. El segundo escalón es la vanidad y el tercero el poder, el orgullo, la soberbia.
De este modo, el Obispo de Roma observó que esto nos sucede también a nosotros, siempre, en las pequeñas cosas: “apegarse demasiado a las riquezas, nos gustan cuando nos alaban, como el pavo. Y mucha gente se convierte en ridícula, mucha gente. La vanidad te hace convertirte en ridículo. O, al final, cuando tienes poder, te sientes Dios, y esto es el gran pecado”.
El Papa invitó a pedir al Señor “que por la intercesión del arcángel Miguel nos defienda de las insidias, del encanto, de las seducciones de esta antigua serpiente que se llama satanás”. Y a los presentes les pidió que recen mucho para que el Señor, por intercesión también del arcángel, “os defienda de toda tentación, de toda tentación de corrupción por el dinero, por las riquezas, de vanidad y de soberbia”. Mientras aseguró que “cuánto más humilde es vuestro servicio, más fecundo y más útil será para todos nosotros”.

El Papa Francisco en el aula del Sínodo en el Vaticano. Foto Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa pide no reducir el Sínodo al tema de los divorciados vueltos a casar
El Santo Padre dirigió esta mañana unas palabras antes de retomar los trabajos y recordó que el Sínodo de este año es una continuación del anterior
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 06 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
El debate y las intervenciones del Sínodo de los Obispos sobre la familia siguen su curso y en la tarde de este martes se reunirán por primera vez los círculos menores, para comentar en pequeños grupos divididos por idiomas lo expuesto hasta ahora.
Durante la sesión informativa con los medios de comunicación este martes por la mañana, el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, indicó que durante la segunda Congregación general (lunes por la tarde) y la tercera (martes por la mañana) han intervenido ya 72 padres sinodales. Tras la intervención del secretario general, Lorenzo Baldisseri, en la que explicó de nuevo algunos aspectos de la metodología del Sínodo, sobre todo para ayudar a los padres que participan por primera vez, el papa Francisco quiso tomar la palabra esta mañana para subrayar algunas cuestiones.
El Pontífice indicó que “el Sínodo hay que vivirlo en continuidad con el extraordinario del año pasado, y que los documentos oficiales son los dos discursos del Papa, al inicio y al final, y la Relatio Synodi, estudiada por el Consejo del sínodo y a la cual se han añadido contribuciones realizadas entre las dos asambleas: así se ha obtenido el Instrumentum laboris, aprobado como documento de los trabajos del Sínodo que se celebra ahora”. Asimismo, el Papa señaló que “ahora se continúa con la aportación de los círculos menores, que contribuyen a proseguir los trabajos hacia la Relación Final”.
También subrayó que “la asamblea precedente del sínodo no ha tocado la doctrina católica sobre el matrimonio” y que “no debemos dejar condicionar ni reducir nuestro horizonte de trabajo como si el único problema fuera el de la comunión a los divorciados vueltos a casar”.
El padre Lombardi informó que en las intervenciones se han afrontado los siguientes temas: la revolución cultural de la época que estamos viviendo, en la que se coloca nuestra reflexión, donde la Iglesia acompaña; el lenguaje apropiado por parte de la Iglesia para describir situaciones y en particular, para evitar impresiones de juicios negativos en situaciones y personas; la importancia del crecimiento de la vida cristiana de las familias y las parejas y sobre el acompañamiento necesario para ayudar en este crecimiento; el testimonio y misión que la familia debe desarrollar en este tiempo; la Iglesia vista como gran comunidad que sostiene; la importancia de los ancianos en la transmisión de la fe; el posible rol o espacio a ocupar por las conferencias episcopales en el afrontar situaciones más específicas; la violencia tanto en las familias y la sociedad y en particular sobre las mujeres, trabajo infantil, pobreza extrema y situaciones de conflicto. Los africanos, observó el padre Lombardi, hablaron también de temas más específicos de su continente como la poligamia.
Por su parte, el portavoz para la lengua española, el padre Manuel Dorantes, subrayó que algunos padres latinoamericanos denunciaron la ideología de género, “que influye en las legislaciones y organizaciones internacionales”.
Han participado hoy en la sesión informativa monseñor Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y monseñor Paul-André Durocher, arzobispo de Gatineau.
Monseñor Celli, respondiendo a la pregunta de un periodista, aseguró que la actitud del Sínodo sobre la comunión a los divorciados y vueltos a casar es abierta y pastoral. Aún no está todo claro porque si no ¿qué hacemos aquí debatiendo?, aclaró. Por su parte, monseñor Durocher recordó que la doctrina es para todo el mundo y no para unos pocos elegidos, y los padres sinodales están todos de acuerdo en que enseñar esta doctrina es algo bueno.
Monseñor Celli matizó también que el Sínodo tiene una visión amplia, “se respira un ambiente de Iglesia universal y no de gueto” y “se respira una Iglesia guiada por el Espíritu Santo que sopla donde quiere y sorprende continuamente”.
'Este Sínodo sea un camino de alegría y esperanza para las familias'

El cardenal Rodríguez Maradiaga dirigió una reflexión durante las oraciones de apertura del primer día del Sínodo de la familia
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 05 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
Durante la oración de la Ora Tercera, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, dirigió una reflexión a los padres sinodales venidos “de los 4 puntos cardinales, convocados por Pedro, movidos por el amor al Señor Jesús y a la Madre Iglesia” presentes este lunes en la primera sesión del Sínodo de la familia.
“Un camino empezado hace ya 2 años” indicó el purpurado, y si bien reconoció que “somos conscientes de nuestros defectos y límites”, aseguró que es “el Espíritu Santo quien en definitiva guía su Iglesia”.
Así indicó que “no somos una Iglesia en vía de extinción ni mucho menos. La familia tampoco, aunque está amenazada y combatida”. Y tampoco se ha venido al Sínodo “para llorar ni a lamentarnos por las dificultades”. Indicó que “buscamos la unanimidad que viene del diálogo, no de las ideas defendidas a ultranza” y que “el diálogo es la contribución a la paz, porque la Iglesia proclama 'el evangelio de la paz'”.
Y lo que se busca no es “un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo”.
Aseguró por lo tanto que desean comenzar el Sínodo en paz, si bien precisó: “No es la paz del mundo, hecha de componendas y compromisos que tantas veces no se cumplen. Es la paz de Cristo, la paz con nosotros mismos”.
Y la conclusión es evidente, dijo, y citó dos textos: 'El Dios de la caridad y la paz estará con Ustedes'. “Por eso podemos decirle: 'Quédate con nosotros Señor'. No precisamente porque el día está terminando, sino porque está comenzando”.
“Un nuevo día para las familias del mundo”, sean creyentes o no creyentes, familias cansadas de las incertidumbres y dudas sembradas por diversas ideologías, como las de la desconstrucción, contradicciones culturales y sociales, fragilidad y soledad entre otras. “Quédate con nosotros Señor --pidió el cardenal-- para que este Sínodo produzca un camino de alegría y esperanza para todas las familias”.

El Vaticano confirma: el Papa visitará México en 2016
Lo ha declarado el portavoz del Vaticano en declaraciones a Televisa
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 06 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó este martes que el papa Francisco realizará un viaje apostólico a México, en los primeros meses del próximo año. La noticia fue dada a conocer en exclusiva por la corresponsal de Noticieros Televisa en el Vaticano, Valentina Alazraki.
Según indica, “se espera que a más tardar en noviembre de este 2015 se dé a conocer la agenda del Papa en su visita a México, durante la que irá a la Basílica de Guadalupe, en la capital del país”. Asimismo, la periodista mexicana informó se prevé “que el viaje del Papa se llevará a cabo en la primera mitad del año y aunque las fechas exactas se darán a conocer más adelante, lo que sí es seguro es que Jorge Mario Bergoglio visitará a los mexicanos”.
Desde Roma, el cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, al conocer la noticia de la visita del Santo Padre a  México, indicó que  "el Papa sintoniza con nuestro anhelo, él ha dicho que México merece una vista de varios días. Se lo agradecemos y esperamos que los mexicanos puedan experimentar está  visita del sucesor de Pedro. Juan Pablo II nos distinguió con cinco visitas, Benedicto con una", recordó el prelado en declaraciones a Primero Noticias. Añadió que considera que entre los temas que el Papa trataría está el de la inmigración, especialmente después de su viaje a Estados Unidos, en donde sintió de cerca la problemática.
La próxima visita del papa Francisco a México es la cuarta del Pontífice al continente americano, después de sus viajes a Brasil, en 2013; a Ecuador, Bolivia y Paraguay, el pasado mes de julio, y a Cuba y Estados Unidos, a finales de septiembre.
El Santo Padre visitó América Latina en su primer viaje internacional como Sucesor de Pedro, en julio de 2013, a los pocos meses de ser elegido. Del 22 al 29 de julio de 2013 visitó Brasil y recogió el testigo de su antecesor, Benedicto XVI, para presidir, en Río de Janeiro, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Su segundo viaje a Latinoamérica tuvo lugar dos años después, del 5 al 13 de julio de 2015, y en esta ocasión los países de destino fueron Ecuador, Bolivia y Paraguay.
La última visita del papa Francisco al continente americano fue su histórico viaje por Cuba y Estados Unidos, del 19 al 27 de septiembre.

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