domingo, 4 de octubre de 2015

El Papa resucita la esperanza...

El Papa abre los ojos al liderazgo mundial

El Papa está resucitando la esperanza, la fe, la alegría y la paz de y entre los pueblos y naciones

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FÉLIX CORDERO PERAZA |  EL UNIVERSAL
domingo 4 de octubre de 2015  12:00 AM
Así como Jesús en la Tierra interpretó al mundo en que vivió, el Papa Francisco, dos mil años después, como enviado del Creador, recorre el planeta soplando celestial sobre el liderazgo mundial los principales problemas de la humanidad. Descollando coraje talentoso, conocimiento, manejo pertinente del lenguaje y la perspicacia de captar sesudo el auditorio. No hará milagros devolviéndoles la vista a los ciegos, ni sanará a leprosos, ni multiplicará el pan y el vino. Tampoco abrirá los mares para dar paso a su gente. Sin embargo, el milagro del Papa Francisco es ahora abrirle los ojos al liderazgo mundial sobre los verdaderos problemas de la humanidad: la pobreza, la destrucción del ecosistema, la injusticia, las guerras por intereses económicos, la carrera armamentista nuclear, entre otros. En su corto protagonismo Papal -en época de la revolución tecnológica y comunicacional más significativa- ha profundizado en las debilidades de la iglesia Católica y echado a volar hacia el pensamiento y las conductas de gobiernos y organismos multilaterales el alma y sentimiento de los pueblos. Allí, está su principal milagro, conmover con sabiduría y tacto supremo a los grandes poderes institucionales y fácticos de la humanidad. ¿Acaso, no es eso un milagro? 

Su sonrisa cándida y bienaventurada llega a los corazones, sentimientos y emociones de quienes le ven y escuchan esperanzados o desolados. Su inteligencia y juicio ha logrado cabalgar en la cresta de las sensaciones, pasiones e imágenes del ser humano de hoy. Es un rayo que alumbra oscuridades y abrillanta los espacios boyantes de alegría y gozo. Seduce con su ejemplo de vida humilde y campechana. Desde la cual expone una fuerza contundente de autoridad espiritual y mística y hace converger sobre su persona, sueños, ilusiones y pesares, que viajan a resguardarse creyentes en su alma de pastor excepcional. Sabe en conciencia las condiciones materialistas e individualistas que predominan. Pero salta homérico su misión espiritual hacia una realidad insostenible en un futuro cercano. Porque ve con claridad el peligro inminente que acecha -como simbolismo de diablo e infierno- a una humanidad consternada y convulsionada, frente a un abismo insoslayable y en el umbral de una época de crisis, muerte y destrucción de seres humanos, animales, bosques, culturas, historias y proliferación de fanatismos y delirios individuales y colectivos. 

¡De ellos será el reino de los cielos!

El Papa enjuicia el sistema imperante de injusticia, miseria y discriminación. Su mensaje corporal, actitudinal y verbal cambia dependiendo a quien tenga al frente. Su multifacético liderazgo le permite ser líder político, madre, padre, hermano, hijo y abuelo. Consejero o guía moral, ético, espiritual y religioso. Con el ingenio de un santo moderno en la Tierra interpreta el contexto y la evolución histórica del ser humano, respetando y glorificando toda religión al expresar que no importa la religión que tengamos. Católica, judío, evangélico, musulmán, budista, protestante... Lo importante -dice- es que hagamos las cosas con amor y al servicio del prójimo. Y esta frase entra el fondo de las calamidades del sistema operante occidental. Donde reina como pez en alta mar, el egoísmo, la ambición desmedida y el dominio de los poderosos sobre los "bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos será el reino de los cielos"

El Papa resucita la esperanza... 

Jesús, resucitó a Lázaro, el Papa está resucitando la esperanza, la fe, la alegría y la paz de y entre los pueblos y naciones. Con ello promueve un cambio social. Entra directo y sin ambages en los principales problemas de los pueblos. En la meca del capitalismo en la nación más poderosa del mundo aborda con maestría los problemas de las mayorías estadounidenses. Pide justicia, el final del racismo, la carrera armamentista y la invasión unilateral de pueblos y culturas. "La familia -dice el Papa- es la base del futuro. Cuidemos la familia, defendamos la familia porque ahí se juega el futuro". Expresó con su voz paradisíaca: "Los inmigrantes renovarán a Estados Unidos, desde adentro, contribuirán con sus dones y encontrarán su lugar. Traen muchos dones a su nueva nación", expresó. Exaltó los grandes valores y condiciones de los latinos. Remató nada menos que con esto "No se avergüencen nunca de sus tradiciones". 

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