jueves, 29 de octubre de 2015

Noam Chomsky, uno de los intelectuales de izquierda más reconocido de Estados Unidos, criticó que el gobierno venezolano esté plagado de corrupción, incompetencia y su fuerte independencia del mercado petrolero...y hasta Irán optó por mantenerse al margen de la solicitud del presidente Nicolás Maduro para reducir la producción de crudo y poder estabilizar el precio del crudo

Noam Chomsky criticó corrupción del gobierno venezolano

"La corrupción fue tan grande en Suramérica que se desacreditaron a sí mismos", expresó el intelectual estadounidense | Foto: Twitter
"La corrupción fue tan grande en Suramérica que se desacreditaron a sí mismos", expresó el intelectual estadounidense | Foto: Twitter
El intelectual de izquierda elogió que América Latina se distanciara de Estados Unidos para lograr cierta independencia, pero dijo que el fracaso reside en que la mayoría de las importaciones son bi enes lujosos dirigidos a millonarios

Noam Chomsky, uno de los intelectuales de izquierda más reconocido de Estados Unidos, criticó que el gobierno venezolano esté plagado de corrupción, incompetencia y su fuerte independencia del mercado petrolero.
A pesar de que elogió el distanciamiento de América Latina de Estados Unidos, señaló que el fracaso de la región está en las élites gobernantes. Opinó que las importaciones son, en general, bienes lujosos para millonarios, reseñó el portal Perfil.
Destacó que en Venezuela hubo propuestas significativas para conseguir logros positivos, pero la corrupción las opacó.
"La corrupción fue tan grande en Suramérica que se desacreditaron a sí mismos y desperdiciaron grandes oportunidades", expresó.
Lea más en Perfil.

Irán rechazó ayudar a Venezuela en la OPEP

Las autoridades de Rusia y Arabia Saudita también están desinteresadas en reducir su producción de petróleo para estabilizar su precio | Foto: Cortesía ABC
Las autoridades de Rusia y Arabia Saudita también están desinteresadas en reducir su producción de petróleo para estabilizar su precio | Foto: Cortesía ABC
El país asiático optó por mantenerse al margen de la solicitud del presidente Nicolás Maduro para reducir la producción de crudo y poder estabilizar el precio del crudo 

La semana pasada, los representantes de Irán en la Organización de Países Productores de Petróleo rechazaron la solicitud del presidente Nicolás Maduro para reducir la producción de petróleo, con el objetivo de que subieran los precios.
Esto demuestra que los tiempos de fraternidad entre el fallecido Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad quedaron en el pasado. El país asiático olvidó los favores que en tiempos difíciles le prestó Venezuela, como salvarlo del cerco financiero, mediante un entramado de empresas entre ambos países.
Venezuela es uno de los miembros de la OPEP que más sufre el fuerte descenso del costo del petróleo, que ha bajado de 100 dólares a 40. Se espera que el crudo tenga un precio promedio de 43 dólares el barril en lo que queda de año y 49 para 2016, lo que obligará al gobierno a utilizar las reservas internacionales en oro para importar alimentos básicos y medicamentos, reseñó ABC
Por otro lado, las autoridades de Rusia y Arabia Saudita están desinteresadas en reducir su producción para estabilizar los precios. Confían en que la cifra subirá.
El asunto será debatido otra vez el 4 de diciembre. 
Lea más en ABC.  

“Caracas te obliga a madurar, si no te come vivo”

Abusos de autoridad y situaciones de tensión han sido captados por el artista | FOTO MANUEL SARDÁ
Abusos de autoridad y situaciones de tensión han sido captados por el artista | FOTO MANUEL SARDÁ
Alejandro Cegarra registró con su lente momentos clave del acontecer nacional los últimos dos años

Alejandro Cegarra estaba entregando su tesis de grado para obtener el título de publicista el día en que anunciaron la muerte del presidente Hugo Chávez. Desde ese 5 de marzo de 2013 hasta febrero de 2015, el fotógrafo se encargó de capturar momentos clave del acontecer nacional, que ahora reúne en una exposición.
Viviendo en el legado de Hugo Chávez es la individual con la que el artista de 25 años de edad estructura un discurso visual en función de muchos de los trabajos que había hecho para la agencia de noticias AP.
El funeral del presidente, marchas oficialistas, las protestas estudiantiles, la escasez y la delincuencia son los protagonistas de las 20 fotos en blanco y negro que desde hoy exhibe en el taller de Roberto Mata.
“Quise plantear este proyecto como una fórmula en la que mezclaba la muerte, la violencia y la crisis económica”, dice Cegarra, quien guarda su cámara en un koala que siempre tiene a la mano. “En las protestas me gradué como fotógrafo. No me acuerdo cuántos kilos perdí”.
En una de las imágenes más impresionantes de la exposición se ve el cadáver de Bassil da Costa mientras Robert Redman y otros estudiantes lo cargan. “Ese día aprendí que las balas silban cuando pasan de cerca, lo mataron a 10 metros de mí. Esa foto logró desmontar la teoría del gobierno y se comprobó que el Sebin estaba disparando. Fue la foto de la semana en la revista Time”.
Retratos en operativos policiales y dentro de centros penitenciarios también son exhibidas. Abusos de autoridad y situaciones de tensión son parte del trabajo de Cegarra. “Caracas te obliga a madurar, si no te come vivo. Además de hacer unas buenas tomas, tienes que evitar que te roben”.
Viviendo en el legado de Hugo Chávez se presentó este año en Visa pour l'Image, festival de fotoperiodismo que se organiza todos los años entre agosto y septiembre en Perpiñán, Francia.
Viviendo en el legado de Hugo Chávez
Roberto Mata Taller de Fotografía
La California Sur
Inauguración: hoy, 6:00 pm
Entrada libre

Una travesía de 40 años


Venezuela iniciaba el año 1975 en medio de “la danza de los millones”. Los ingresos petroleros entre 1973 y 1974, es decir, de un año a otro, se habían triplicado. Teniendo como pivote tal bonanza, el presidente Carlos Andrés Pérez consolidaba su imagen de líder continental. En aquel tiempo llamaba al resto de países latinoamericanos a la unidad regional, pues “desunidos no podremos enfrentar la injusticia de que somos víctimas”. CAP, como se le pasó a conocer, hace 40 años proponía la suspensión de sanciones a Cuba en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), al tiempo que implementó un plan para el financiamiento de la producción cafetalera centroamericana, con el fin de aliviar el déficit comercial de esas naciones.
Para el lapso comprendido entre enero y septiembre de 1975, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estableció un precio promedio de 10,12 dólares por barril para el crudo producido entre sus países miembros. La plataforma económica que ello representaba para el país la tradujo el gobierno de entonces en una inédita expansión del Estado a través de las figuras de las corporaciones (empresas estatales), con acción en los más variados sectores. Años más tarde se supo que estas corporaciones fueron verdaderos nidos de corrupción.
Desde la hoy extinta Cámara de Diputados, José Vicente Rangel fustigaba la corrupción, la catalogó de ese “enriquecimiento rápido aprovechando la circunstancial pasantía por el poder”.
El Congreso, por otra parte, sirvió de escenario para decisiones que cambiarían la vida nacional. Un año antes se aprobó la Ley de Nacionalización del Hierro, y en marzo de ese 1975 CAP introdujo la Ley para la Nacionalización del Petróleo, con apoyo unánime del país. En materia agraria se acumulaban fracasos: la zona de Turén, en Portuguesa, producía una tonelada de ajonjolí en 1956, en 1975 la misma se había reducido a la mitad. En nuestro país, antes de la guerra de independencia, había 11 millones de cabezas de ganado bovino, a mitad de la década de los setenta solo llegaba a 8 millones.
Con una política que marcaba clara distancia de Washington, pues Caracas había reestablecido relaciones con La Habana, Venezuela impulsó junto con México la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), una entidad que excluía a Estados Unidos y sumaba a Cuba.
En ese 1975, en tanto, en Venezuela se creaba el Consejo Nacional de la Cultura (Conac), con la idea de revertir lo que venía siendo una inversión minúscula y la dispersión de esfuerzos del Estado. Marta Colomina, por su parte, daba a conocer el primer capítulo de La celestina mecánica, con una fuerte crítica al papel de los medios en la representación de la mujer. Este estudio vendría a ser un clásico de la investigación comunicacional venezolana.
En ese contexto, un grupo de profesores y jóvenes profesionales, casi todos vinculados al mundo de la Universidad Católica Andrés Bello y del Centro Pellín (de la Compañía de Jesús), deciden crear un boletín, bastante modesto –aún para la época– y que llaman: Comunicación. Estudios venezolanos de comunicación. Perspectiva crítica y alternativa. 40 años se dicen fácil y rápido, pero, como bien nos recordaba hace unos años Antonio López Ortega, no se trata de poner el acento en el aniversario sino “en la dificultad que supone hacer una revista cultural en la Venezuela contemporánea”.
Con sus cuatro décadas, Comunicación es hoy una consolidada publicación, referencia latinoamericana en comunicación y cultura de masas, inserta en la Fundación Centro Gumilla, otra reconocida obra de los jesuitas en Venezuela. Se inscribe en lo que puede entenderse como un esfuerzo, no solo del equipo que la hace posible –y del cual me honra ser parte–, sino que se puede ubicar en esa tradición, que nos recuerda López Ortega, de una historia contemporánea del país signada por la existencia de revistas culturales. Se trata de una travesía.

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