¿Hacia el barranco?

¿Hacia el barranco?

MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL

lunes 20 de junio de 2011 11:36 AM

Nada nuevo en los arquetipos políticos-sociales universales. Todos han sido sobradamente experimentados. Al comunismo soviético, extendido también al Este de Europa, Rusia y China, le llevó buena parte del siglo XX para diferenciarse de los otros sistemas y dejar en claro su superioridad. El bolchevique Vladimir I. Lenin impuso su experimento social en gran escala alejando las intenciones liberales encabezadas por Aleksandr F. Kérensky. Desaparece así en Rusia toda forma propiedad individual y medios de producción privados. Tierras, fábricas, comercios, construcción, transportes, comunicación e información, pasan a formar parte del patrimonio público liquidando cualquier indicio perturbador de particulares.

Los ciudadanos solo podían trabajar en lugares determinados por el Gobierno; dueño único de bienes y servicios. El modelo fue aplicado bajo brutales condiciones en China, Europa oriental, sudeste asiático y Cuba, entre otros. El gasto estatal en esos países consumía más de 95% del total de la renta. Como es sabido en 1990 se desmorona el fortín idílico de la igualdad social evidenciando el fracaso de esa utopía. Se inicia entonces la transición, más o menos rápida, hacia el capitalismo más craso. China que con anterioridad había iniciado algunas reformas logró ingentes éxitos mientras Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, pagaban altos costos para integrarse a la Unión Europea. La excepción, Bielorrusia, donde aún pernoctan intactas las estructuras soviéticas, se hunde en la represión, corrupción y grave depresión económica.

Chávez, ahora, redescubre la fábula que intenta instaurar a troche y moche. No pierde ocasión para denigrar del capitalismo y sus modos de divulgación mientras ensalza la eficiencia de empresas marxistas (tipo Cuba). En el ámbito político designa los rectores de la justicia; impone candidatos a elecciones regionales; denigra de potestades locales y las somete a arbitrarios recortes del situado constitucional. Por otra parte arremete contra el mundo del conocimiento tratando de ocultar su craso oscurantismo. Su encono contra la erudición científica lo lleva a minimizar los presupuestos de universidades y establecimientos de enseñanza autónomos.

Más allá de este baldón institucional preocupa el paulatino proceso de centralización mediático tendiente a posesionarse de todos los medios. El espectro radioeléctrico oficialista, sin contar las coercitivas cadenas estatales, ocupa más del 70% de la frecuencia nacional. El río informativo gubernamental se produce bajo formatos únicos tal como ocurre en los mandos represivos del medio oriente. No se da cuenta que la información restringida, lejos de convencer, ratifica el soplo despótico claramente rechazado por la mayoría.

La gente, ante la engañifa de reciprocidad socialista, conoce bien de las experiencias similares, como la cubana, ya naufragadas. Preferiría que se explicara cómo se gasta el ingreso petrolero; cuáles son las auténticas cifras de donaciones a los camaradas del régimen; quién vigila los egresos del Fonden; cuál es la filosofía militar a seguir; cuál es el modelo pretendido si se omite en los discursos la palabra democracia; cuál es el plan de salud si los hospitales están en ruina; y de educación si no hay agua en las escuelas; y los planes de seguridad.

La información oficial está circunscrita a insistir con inquina sobre la desigualdad cultivada en el pasado y destacar el espíritu vengador del comandante-presidente quien restaurará la justicia perdida. Entretanto el número de desempleados, bandidos, desheredados, asesinados, destechados, entre otros, se incrementa atrozmente. Si queremos moldear un futuro propio, acorde con nuestros hábitos, debemos pugnar desde ya para lograr que en 2011 se produzca el cambio con la expectativa de influir en las decisiones trascendentes dentro de preceptos productivos; no destructivos de signo marxista.

miguelbm@movistar.net.ve