TSJ suspendió tres artículos del Código Penal que castigan esta conducta
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Para los venezolanos ya se ha vuelto habitual ser abordados en restaurantes, a las salidas de las iglesias o cuando viajan en los autobuses por hombres y mujeres, de todas las edades, quienes les piden una "ayuda" para comprar comida o medicinas o para pagar una habitación en una pensión. Sin embargo, pocos sabían que este tipo de acciones estaban prohibidas por la ley y que eran castigadas con hasta seis meses de arresto.
No obstante, desde el jueves esto dejó de ser así, pues el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) resolvió dejar sin efecto, al menos de manera temporal, tres de los artículos del Código Penal que sancionaban la mendicidad.
La Sala Constitucional del máximo juzgado adoptó la medida al admitir la demanda de nulidad que la defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, interpuso en enero pasado contra las disposiciones del instrumento y atendió su petición de que suspendiera las normas hasta tanto determine si las mismas se ajustan o no a la letra y el espíritu del texto fundamental.
Ramírez, en su escrito, denunció que los artículos 502, 503 y 538 del Código Penal, atentan contra el principio de legalidad, pues a las personas "no se les castiga por sus acciones, sino por lo que es o se le califica ser: Mendigo".
Asimismo rechazó que la mendicidad se pueda considerar como una falta o un delito, pues ella "per se constituye una forma de requerir ayuda, socorro, un favor ajeno, si bien en dinero o en especie (...) De tal modo, que con la mendicidad se pide ayuda rogando caridad y ello obedece a un estado de necesidad, de carencias, hambre, problemas emocionales, físicos y psíquicos, para que espontáneamente y sin coacción alguna, un tercero preste su colaboración. A partir de allí, no puede de ninguna forma, representar un hecho punible, considerado como falta, el solo hecho que se pida ayuda y para ello se valga de la suplica".
En su acción la defensora sostuvo que castigar con penas de privación de la libertad a quienes piden dinero o comida en la calle lo único que consigue es "resguardar (...) predisposiciones, prejuicios, convencionalismos sociales, reglas de sanidad y en la mayoría de las veces ocultar en un centro penitenciario una realidad por temor, indolencia, repulsión, aversión o falta de humanidad".
En busca de un nuevo Código
Aunque en Venezuela nadie es detenido por mendigar, tal y como lo demuestra la gran cantidad de personas que diariamente piden limosna por las calles, la defensora explicó que su acción busca abrir un debate entorno a la necesidad de aprobar un nuevo Código Penal.
"Tenemos un Código arcaico, que tiene sus orígenes en el aprobado en 1897, y necesitamos que el Parlamento dicte otro ajustado a los tiempos", afirmó la encargada de velar por los Derechos Humanos de todos los venezolanos en conversación telefónica con este diario.
En 2004 el TSJ presentó a la Asamblea Nacional un proyecto de Código, pero el mismo no ha sido debatido. El año pasado la Comisión de Política Interior del Legislativo dio a conocer un borrador, pero tampoco llegó a ser analizado por la plenaria.
jalonso@eluniversal.com
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