Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 31 de octubre de 2011

¿COMO ERA BOLIVAR?UN MANDATO DEL CORAZON ¿Y cuál es el chakra que comanda este momento: el corazón...

¿COMO ERA BOLIVAR?

Por: ROBERTO LOVERA DE-SOLA

UN MANDATO DEL CORAZON

Cuando la profesora Jassone Amuchategui nos pidió que tomáramos la palabra esta mañana en este acto de instalación de la Sociedad Bolivariana estudiantil de este colegio contestamos afirmativamente, casi sin dudarlo, en el primer momento, porque se nos proponía realizar algo que para nosotros es un mandato del corazón: hablar en el colegio “Santiago de León de Caracas”, institución fundada por uno de los grandes civilizadores de la Venezuela contemporánea: Rafael Augusto Vegas Sánchez(1908-1973) a quien nos ataron lazos indelebles en nuestra adolescencia que han seguido plenamente vivos en nuestro corazón. Y además por ser el doctor Rafael Vegas, como todos lo llamaron siempre, uno de esos venezolanos raigales a quien los venezolanos debemos, más su juventud, iniciativas propias de la paz y del proceso civilizar, todas relacionadas con la atención de la niñez, la educación de los adolescentes y la atención de los enfermos a través de la psiquiatría, que más de las veces ejerció Vegas para orientar a los sanos en los momentos de crisis que toda vida humana tiene. Hacer lo que hizo el animoso Rafael Vegas fue a la vez apuntalar entre nosotros la democracia como nuestros sistema de vida, democracia más allá de los solo político porque el buscó y divulgó normas de convivencia y tolerancia que él lo sabía solo surgen de la gente que ha sido educada a la vez intelectual como espiritualmente.

Y una última confidencia vegeniana: hace varias semanas apareció, en las ediciones del diario El Nacional, la biografía del doctor Vegas escrita por su discípulo, y casi su hijo, el novelista Eduardo Casanova, pudimos leer sus originales ante de su impresión y sentimos que era un don del cielo que Eduardo y yo hallamos quedado para guardar la memoria de este maestro y de este apóstol, porque también ese fue el doctor Vegas. Ojalá que algún día podramos reunirnos aquí con ustedes, tanto Eduardo como quien les habla para volver a repasar aquella vida egregia.

¿QUIÉN FUE SIMON BOLIVAR?

Y puesto a perorar una rápida interpretación sobre la figura de Simón Bolívar(1783-1830) debemos señalar algunos hechos que nos permiten comprender la persona egregia que fue, el hombre representativo, sin bajarse de su humana piel actuado en acciones de servicio colectivo.

Y ante la pregunta de quién fue el Libertador debemos señalar primero que siempre fue hombre de ideales, ellos movieron su vida. Pero ello fue posible sostenerlo gracias a la buena formación recibida, educación bebida primero en Caracas, después en Madrid, más tarde en París, labor que no abandonó nunca pues siempre fue un lector pertinaz, constante, y esto hasta sus días finales en San Pedro Alejandrino, en donde se alegró en encontrar un ejemplar del Quijote.

Pero hay más: uno de sus grandes estudiosos contemporáneos, el historiador José Luis Salcedo Bastardo(1926-2005), quien escribió tan numerosos estudios sobre el Caraqueño impar, que fue llamado por el cardenal José Humberto Quintero(1902-1984), “secretario póstumo del Libertador”. Y es el constante Salcedo quien en uno de los pasajes de su Historia fundamental de Venezuela(13.ed.Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2006,p.256) señala que si deseamos definir a Bolívar debemos hacerlo a través de tres palabras que llenaron su acción: la guerra, la educación y la diplomacia. A estas tres condiciones dadas por nuestro inolvidable maestro Salcedo Bastardo nosotros unimos dos más: la propia del jurista, la de proyectista constitucional, tarea en la que fue el más avanzado de su tiempo. Y la cuarta es decir que todo lo escribió el Libertador, lo dictó a sus secretarios y edecanes, que era su modo de hacer el trabajo intelectual, con las todas las gracias del hermoso estilo literario que poseyó, leerlo es todavía, diríamos siempre, un placer, un gozo, por la perfección de su lenguaje. Cualquiera de sus cartas nos pueden servir para ejemplificar esto. Pero fue además un innovador literario en el modo de tratar sus temas, el primer gran ensayo de las letras venezolanas es sin duda su Carta de Jamaica(Septiembre 6,1815) y su página mayor como escritor y estilista es sin duda el Discurso de Angostura que el Libertador leyó en la hoy Ciudad Bolívar después de las once de la mañana del 15 de Febrero de 1819. El Discurso de Angostura es también el esencial lugar a donde hay que ir a interrogarlo para comprender como proyectista republicano y como utopista, tal los párrafos finales de aquel precioso escrito. Y estas sin duda sus páginas pivotales porque hay otras muchas que todavía conturban nuestro ánimo como aquella que escribió en Pativilca(Enero 19,1824), emocionado al saber que su querido maestro don Simón Rodríguez(1869-1854) había regresado a tierra americana, “Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido se sendero que Ud. me señaló. Ud. ha sido mi piloto” le dijo aquel día de tanta alegría para él(Escritos del Libertador. Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1964-2009. 32 Vols. La cita es del t.II,Vol.I,p.291). O aquella, que es casi una elegía, que envió su tío y padrino don Esteban Palacios(1763-1830) desde el Cuzco(Julio 10 1825).

Fue el Libertador tal escritor que nuestro Rufino Blanco Fombona(1874-1944) dijo que literatura había hecho una revolución tan amplia como la lograda en el campo público(El espíritu de Bolívar. Caracas: Ministerio de Educación,1970,p.190). Y el maestro Arturo Uslar Pietri(1906-2001) añadió: “Puede Bolívar tomarse por el primer prosista hispanoamericano de su hora”(Letras y hombres de Venezuela.2ª.ed.aum. Caracas: Edime,1958,p.61).

¿PRIMER POETA?

E incluso puede haber sido un fundador en la escritura creativa. Si se llegara a poder certificar plenamente que su bello poema en prosa Mi delirio sobre el Chimborazo fue escrito en 1822, del 13 de Octubre de aquel año tenemos una de sus copias más antiguas, llevada a cabo en al ciudad ecuatoriana de Loja, no escrita desde luego por la mano del Libertador sino de un amanuense, si eso fuera así sería también el Libertador, como lo pensó nuestra gran e inolvidable poeta Ida Gramcko(1924-1994), el primer aeda venezolano, antecedería en meses en la “Alocución de la poesía”(Biblioteca Americana, Londres, Abril 16, 1823, Tomo 1,p.3-16; Tomo II,p.1-12) de don Andrés Bello(1781-1865), el poema que dio la independencia cultural a la América Latina. En Mi delirio del Chimborazo Bolívar siguió siendo lo que siempre fue: escritor político, en su texto se refiere a lo que sucedería en nuestros países tras la guerra, ya había escrito aquel día “temo más a la paz que a la guerra”(Mayo 24,1821).

LOS RASGOS DISTINTIVOS

LA GUERRA

Pero veamos ahora los rasgos que le atribuye Salcedo Bastardo: cuando señala a la guerra como su primera tarea nos señala que sin ella, pese al cortejo de dolor y de destrucción que traen los enfrentamientos bélicos, ese era el único camino para lograr la independencia, no había otro. Y ella solo podía ser lograda con una jefatura única de acción, sin ella no hubiera habido emancipación. Esta fue la razón de la terrible decisión que tomó Bolívar el año 1817 contra el disidente general Manuel Carlos Piar(1774-1817) a quien hizo juzgar y condenar a muerte, fue un acto terrible pero justificado políticamente.

Pero Bolívar era además, ante el artes de la guerra un experto consumado, se había preparado bien, había estudiado con atención los clásicos militares con todo detalle, todas estas lecturas fueron cuidadosamente rastreadas Tomás Polanco Alcántara(1927-2002) en el libro que le dedicó(Simón Bolívar. Caracas: Ediciones GE,1994,p.314-333) lo cual explica las grandes estrategias con las que trazó su campañas, su atención tanto a las tácticas como a la logística, en este último caso fue un maestro consumado en el cuidado de los animales, caballos y mulas, en los cuales se movía el ejército. Sino hubiera sido un diestro militar no hubiera triunfado en las arriesgadas campañas que concibió, la más grande, y arriesgada para nosotros, fue el Paso de los Andes, en 1819, no sólo por lo que significó desde el ángulo castrense sino por sus consecuencias política. Esta campaña convirtió al Libertador en uno de los grandes capitanes de la historia porque hasta él solo Anibal(247-183 aC), Alejandro(356-323 aC) y Napoleón Bonaparte(1769-1821) habían realizado empresas similares.

LA EDUCACION

El segundo rasgo fue su atención permanente a la educación. El mismo consideraba, lo expresó el 11 de Diciembre de 1825, que “el primer deber el gobierno era dar educación al pueblo”(J.L.Salcedo Bastardo: El primer deber. Caracas: Equinoccio,1973,p.364). Y lo hizo tomando incluso decisiones pioneras en cuanto a la educación de las niñas y mujeres, que era asunto dejado de lado en su tiempo. Fue tal su preocupación educativa que Augusto Mijares(1897-1979) indicó que sus proyectos sobre educación los “trata como un pedagogo profesional, más que como un hombre de Estado”(Lo afirmativo venezolano.3ra.ed.Caracas: Dimensiones, 1980, p.218). Para Bolívar, como lo enseñó el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa(1902-1993), gobernar y educar eran dos faenas de la misma naturaleza(El magisterio americano de Bolívar. 2ª.ed. Caracas: Monte Ávila Editores, 1981,p.21).

LA DIPLOMACIA

El tercero fue la diplomacia: Bolívar comprendió muy pronto, no hay que olvidar que fue el mayor líder anti colonialista de su tiempo, quien derrumbó el imperio español, que para ser escuchados los venezolanos, y los latinoamericanos desde luego lo que para él era esencial, “para nosotros la patria es América” había dicho(Noviembre 12,1814) en una proclama(Escritos del Libertador,t.VII,p.18). Para lograr ello debía encontrarse la forma de que nuestras naciones fueran escuchadas al mismo nivel que las grandes potencias de su tiempo. Y ello sólo podía ser logrado a través de la diplomacia, por ello la impulsó constantemente, fue su ocupación casi diaria tanto en las directivas que dio a nuestros diplomáticos, en sus conversaciones de los representantes norteamericanos y europeos que comenzaron a llegar a nuestros países tras el triunfo bélico, en especial después de la batalla Ayacucho(Diciembre 9,1824), como por su lectura constante de los periódicos norteamericanos y europeos, que él conocedor del francés y del inglés, podía hacer directamente. Ellos le permitían estar al día en los debates políticos de aquellas naciones y poder así trazar la estrategia internacional de las nuevas naciones independientes de nuestras tierras.

EL TRAUMA PSICOLOGICO

Y para cerrar no detenemos en un suceso en la vida del Libertador que deseamos tratar, este pudo ser traumático pero la manera en que Bolívar lo enfrentó con la gran “resiliencia” que poseyó, es decir con la capacidad de enfrentar la adversidad, saber resistirla y sacar de ella buenas experiencias, positivas, “construir en la adversidad” como indica Al Siebert(La resiliencia. Barcelona: Alienta Editorial,2007,p.9). A este suceso es lo que llamó Augusto Mijares(1897-1979) “trauma psicológico” el cual trató con atención de historiador, con agudo ojo de psicólogo y con las dotes de educador que siempre poseyó. Tal lo que nos hizo ver en las páginas de su libro Lo afirmativo venezolano(p.203-221). El examen de este asunto central en la experiencia vivencial de Bolívar lo incorporó luego a su biografía El Libertador(Caracas: Editorial Arte,1964,p.21-27). Y tratarlo es entender a Bolívar, pero presentarlo, como lo hacemos hoy ante gente joven como ustedes tiene mayor importancia pues puede ser estimulante ante las alternativas que se les presentarán en el futuro.

Y ese posible “trauma” en el cual Bolívar no sucumbió fue en el cortejo de dolor que se sucedió en su vida, desde muy niño, con una serie de muertes casi sucesivas que lo privaron de sus afectos más sólidos. Apenas tenía tres años cuando murió su papá, don Juan Vicente Bolívar y Ponte(1726-1786), nueve cuando dejó de existir su mamá, doña María de la Concepción Palacios y Blanco(1758-1892) quedando entonces huérfano. Tenía once años cuando desapareció su querido abuelo don Feliciano Palacios(1730-1793) a cuya casa se mudó cuando desapareció su mamá, veinte años cuando murió su amada esposa María Teresa Rodríguez del Toro(1781-1803) apenas ocho meses después de haberse casado con ella y ocho años más tarde, cuando él tenía veinte y siete años, su único hermano varón, Juan Vicente Bolívar(1781-1811) sucumbió en un naufragio. Y además muerto el abuelo, y ausente en España su tío, padrino y tutor don Esteban Palacios(1767-1830) tuvo la fortaleza, incluso durante la crisis de la adolescencia, para soportar a su hosco tío Carlos Palacios(1762-1805) con quien pasó a vivir después de la muerte del abuelo, don Carlos solo pareció interesarse en la fortuna del sobrino, como lo podemos ver en un documento(Octubre 8,1799), publicado por el doctor Vicente Lecuna(1870-1954) y citado por Polanco(Simón Bolívar,p.54), inexplicable desde todo punto de vista. Y después, ya en la guerra perdió Bolívar a su cuñado Dionisio Palacios caído en la defensa de Maturín(Diciembre 11,1814) y a su sobrino Guillermo Palacios Bolívar, quien perdió la vida en la batalla de La Hogaza(Diciembre 2,1817), eran el esposo e hijo de su hermana Juana Bolívar Palacios(1779-1847), la hermana patriota y solidaria en todo momento, la Juanica de sus recuerdos, la que no le causó todos los problemas surgidos con su hermana mayor María Antonio Bolívar Palacios(1777-1842). Por tales sucesos pudo ser un resentido, un hombre sin altas miras pero no lo fue. El dolor lo nutrió, lo templó e hizo madurar. Sin padres vivos encontró otra madre en la negra Hipólita a la que llegó a llamar madre y a quien en una de sus cartas consideraba además que ella había sido el único padre que había tenido(Escritos del Libertador,t.III,Vol.II,p.23) y ello porque muerto el suyo cuando apenas tenía tres años no pudo tener imagen alguna de él, por ello el psicoanalista colombiano Mauro Torres ha advertido que el Libertador “tuvo por padre a un fantasma”(Perspectiva psicoanalítica de Simón Bolívar.Bogotá: Cultural Colombiana,1968,p.81). A la vez a más de la presencia esencial de Hipólita y del cuidado que recibió a otro antiguo esclavo, quien fue su mayordomo, José Palacios, quien lo acompañó en sus campañas e incluso estaba a su lado a la hora de sucumbir el año treinta. Pero él también buscó a la figura del padre en su relación hombres mayores como Fernando Peñalver(1765-1837), Juan Germán Roscio(1763-1821), Cristóbal Mendoza(1772-1829) y con don José María Mosquera(1752-1829), padre de los próceres Mosquera, Joaquín(1787-1878) y Tomás Cipriano(1798-1878), una familia de Popayán que llegó a ser como la suya. A don José María llegó a quererlo tanto que llegó a declarar que si se le hubiera dado la posibilidad de escoger a su padre hubiera elegido a don José María Mosquera. A este regaló su anillo matrimonial que aun en los días de la Campaña del Sur llevaba, era el recuerdo de la esposa fallecida diez y ocho años antes, esto pudo suceder en su primer paso por la casa solariega de los Mosquera a fines de 1821.

Pero, claro, en sus años caraqueños estuvo una figura clave de su vida, seguramente la más importante, el animador de toda su existencia como ha señalado Salcedo Bastardo(Andrés Bello americano y otras luces sobre la Independencia. Caracas: Academia Nacional de la Historia,1982,p.217). No referimos a su maestro don Simón Rodríguez(1769-1854), catorce años mayor que él. Los dos Simones debieron conocerse casa del abuelo a poco de haber fallecido don María de la Concepción, cuando Bolívar de nueve años pasó a vivir con el abuelo don Feliciano Palacios de quien Rodríguez, docente ya, era amanuense, era quien le redactaba la correspondencia al Mantuano.La casa del abuelo era contigua con la llamada Casa Natal, unos pasillos comunicaban ambas mansiones, si la de los Bolívar Palacios daba a la plaza de San Jacinto la de dos Feliciano estaba en la cuadra de Las Gradillas. Sociedad no se llamada la esquina sur de la misma cuadra, eso sería años más adelante. De allí que hay que datar de 1792 o 1793 el momento en que se toparon. En 1795 Rodríguez fue clave en la resolución de la crisis de la adolescencia de Bolívar, de doce años entonces. Actuó en ese momento como un psicoterapeuta, como lo ha reconocido el psiquiatra Moisés Feldman(1923-1995) en Las crisis psicológicas de Simón Bolívar.(2ª.ed.Caracas: Fundarte,1992,p.53-79). Y lo volvería ser en el trance de la viudez cuando ambos se encontraron en Paris en 1804, de esto hay el testimonio del propio Bolívar en una carta a su amiga Teresa Laisney(Escritos del Libertador, t.II, Vol.I,p.136-141), misiva singularísima por cierto.

Claro, después vinieron para el Libertador las muertes de los caídos en la guerra, estas le arrancaron aquella expresión de dolor, dirigida a su sobrino Anacleto Clemente Bolívar(Mayo 29,1823): “todos los buenos mis amigos han muerto ya, mis buenos amigos han perecido todos los más, y solo sobrevivo para llorarlos”(Escritos del Libertador,t.II, Vol.I,p.280).

Y tratado todo este punto indica Mijares que a diferencia de que siempre se ha pensado que “cualquier trauma psicológico sufrido durante la niñez puede repercutir con funestas consecuencias sobre la vida del adulto…También el espíritu humano posee, como nuestro cuerpo, fuerzas vitales capaces de anular o transformar aquellos choques perniciosos que la vida inevitablemente nos ha de producir, desde la infancia”(Lo afirmativo venezolano,p.203) en el caso de Bolívar encontramos lo contario, el dolor lo elevó, lo hizo mejor, más consciente de si mismo. Y ello, piensa don Augusto, porque antes de los sufrimientos, que aparecen en 1792 con la muerte de su mamá, tuvo hasta ese momento una existencia grata “Esa niñez feliz y segura nos explica la facilidad con que Bolívar concede después su afecto, respeto y admiración. Nadie más distante que el Libertador del escepticismo, el desdén y los recelos que suelen nacer en los políticos de larga experiencia…Bolívar, ni por las contrariedades que momentáneamente lo atormentaran, ni por los desengaños que hubiera podido rememorar, dejará de ser con los que trata efusivo y entusiasta. Siempre dispuesto a ensalzar las buenas cualidades que descubría en los otros”(Lo afirmativo venezolano,p.206-207). Expuesto todos estos pormenores y viendo al Libertador dedicar la vida a un ideal colectivo Mijares apunta “aunque no compartimos el dogmatismo de los que quieren explicar el carácter de los adultos en relación inflexible con los acontecimientos de su vida infantil, es muy posible que la risueña niñez del Libertador fuera la causa principal de su vigorosa y exuberante vida sentimental”(Lo afirmativo venezolano,p.209). Por ello cierra su estudio, con el que coincidimos, con estas frases: “Encontramos comprobado así, una vez más, que los traumas psicológicos infantiles tienen repercusiones bienhechoras y nobles o perniciosas y desmoralizadoras según los factores de desarrollo espiritual que siguen en el misterio”(Lo afirmativo venezolano,p.221) pues si vemos a Bolívar convertirse en campeón de todo lo positivo, en expresar a cada paso su afecto por los que lo rodeaban y tenían virtudes, o reconvenir duramente, como lo hizo con su sobrino Anacleto Clemente Bolívar(1796-1886), a quien envió una carta(Mayo 29,1826), que es el regaño más grande que se haya en toda su correspondencia, para sacarlo del vicio del juego, siempre con modos propios del pedagogo que siempre fue(Escritos del Libertador,t.III,Vol.II,p.81-82).

A la vez hemos visto en la vida de nuestra sociedad, por ejemplo, a un tremendo resentido social, maltratado y apaleado desde su infancia, quien incluso un día debió esconderse dentro de un escaparate para que su mamá no le cayera a correazos. Este a diferencia de Bolívar, a quien dice admirar, a quien nunca ha leído, siguió una vida en la cual lo único que exhibe en su resentimiento que se ha expresado en toda las destrucción social y ética que ha creado a su alrededor como Jefe de Estado. Nunca un gesto positivo, un consejo correctivo, una palabra estimulante, nunca. Y hay que ver lo que significa para una sociedad ser gobernaba por un hombre con tal patología, el maltrato que la sociedad ha recibido ha sido tal que pasaran décadas para poderlo curar.

El otro ejemplo es el de uno de los paniguados de este gobernante cuyo papá ofrendó su vida, murió siendo torturado, en servicio a los ideales que profesaba, erróneos a nuestro entender pero verdaderos para él. Pero el hijo ha llegado al poder, lo ha confesado, para vengarse por haber perdido el papá en la adolescencia en vez de rendir culto a aquel heroísmo que caracterizó a su progenitor. Y para peor es psiquiatra y como decía Francisco Herrera Luque(1927-1991), alto venezolano siempre, no hay cosa que peor que un psiquiatra corrompido.

Y ante estos dos están todos los venezolanos afirmativos, creadores, sostenedores de la continuidad espiritual de Venezuela, como el Libertador, quien supo enfrentarse al dolor de la vida, que es lo único que hace crecer al ser humano y dejar un árbol de realizaciones hecho. En verdad, hoy que las concepciones de la “resiliencia” se han divulgado, sobre todo en los últimos años, el primero a quien hay que exhibir con quien la tuvo en grande grado fue precisamente Simón Bolívar.

(Intervención hecha en el Colegio Santiago de León de Caracas, la mañana del miércoles 10 de Marzo de 2010. Hablamos teniendo ante nosotros una breve ficha lo que facilitó nuestra exposición hecha a viva voz, dirigida a estudiantes de primaria y bachillerato. La exposición fue mas tarde redactada para que aquellas palabras no se las llevara el viento, es eso lo ofrecemos ahora).

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