¡LIBERTAD Y VIDA!
Por ZOE VALDÉS
Por ZOE VALDÉS
Racionar la existencia
10.03.2014
Zoe Valdés
La Habana, Cuba. Exiliada en Francia. Escritora y artista reconocida mundialmente. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valenciennes en Francia. Chévalier des Arts et des Lettres, France. Grande Médaille de Vermeil de la Ciudad de París.
Tras más de veinte muertes en Venezuela durante las manifestaciones de la población, a Nicolás Maduro no se le ocurre otra solución menos inhumana que anunciar que impondrá la libreta de racionamiento en Venezuela. Es el principio del fin de todo.
Por supuesto que los únicos que no se "beneficiarán" de ese "logro" castrista que ha durado más de medio siglo en la Cuba de los Castro extinguiendo a media población de hambre serán Maduro y su familia. Claro, ellos comerán los que les dé la gana y cuanto deseen, como mismo comen y han comido los Castro y sus secuaces. No le bastan las escaseces a Maduro, no le bastan los asesinatos cometidos bajo sus órdenes, Maduro castiga ahora con el golpe bajo de la libreta de racionamiento. Muy propio de un discípulo de los tiranos de la isla caribeña.
¿Cómo podrán los venezolanos aceptar que les racionen lo ya racionado? ¿Cómo pueden tolerar que les pongan por la libreta lo que ni siquiera existe de forma libre en las tiendas? Que le pregunten a los cubanos, que son especialistas en hacer magia con "el no hay" y con el "resolver". ¿Lo aceptarán los venezolanos plácidamente? Tal como veo la cosa, será difícil que Maduro se salga con la suya. Aunque ya empezó a pedirle a Sean Penn, vaya embajador, con el cerebro embutido de "cocaleca", que sea el intermediario entre Venezuela y Estados Unidos, como si Estados Unidos tuviera algo que ver en el asunto. Maduro no lo puede nombrar intermediario entre el pueblo venezolano, que es de lo que se trata, y de su gobierno, entre otras cosas porque Sean Penn come todos los días sin pensar en una libreta de racionamiento, y sus hijos van a las mejores escuelas y se alimentan como reyes. Lo mismo de siempre.
Lo único que les puedo aconsejar a los venezolanos, desde mi experiencia de exiliada cubana, hace ya veinte años, y desde mi vida de cubana, dentro de Cuba, yo, que nací con el horror, y no he conocido más que el horror, que no dejen de defender su libertad y que saquen al tirano del poder lo antes posible. Con paz o sin ella. Pero ¡sáquenlo ya! De lo contrario, mírense en el espejo de los cubanos, un país de muertos vivientes, con el futuro racionado a la mínima expresión.
Por supuesto que los únicos que no se "beneficiarán" de ese "logro" castrista que ha durado más de medio siglo en la Cuba de los Castro extinguiendo a media población de hambre serán Maduro y su familia. Claro, ellos comerán los que les dé la gana y cuanto deseen, como mismo comen y han comido los Castro y sus secuaces. No le bastan las escaseces a Maduro, no le bastan los asesinatos cometidos bajo sus órdenes, Maduro castiga ahora con el golpe bajo de la libreta de racionamiento. Muy propio de un discípulo de los tiranos de la isla caribeña.
¿Cómo podrán los venezolanos aceptar que les racionen lo ya racionado? ¿Cómo pueden tolerar que les pongan por la libreta lo que ni siquiera existe de forma libre en las tiendas? Que le pregunten a los cubanos, que son especialistas en hacer magia con "el no hay" y con el "resolver". ¿Lo aceptarán los venezolanos plácidamente? Tal como veo la cosa, será difícil que Maduro se salga con la suya. Aunque ya empezó a pedirle a Sean Penn, vaya embajador, con el cerebro embutido de "cocaleca", que sea el intermediario entre Venezuela y Estados Unidos, como si Estados Unidos tuviera algo que ver en el asunto. Maduro no lo puede nombrar intermediario entre el pueblo venezolano, que es de lo que se trata, y de su gobierno, entre otras cosas porque Sean Penn come todos los días sin pensar en una libreta de racionamiento, y sus hijos van a las mejores escuelas y se alimentan como reyes. Lo mismo de siempre.
Lo único que les puedo aconsejar a los venezolanos, desde mi experiencia de exiliada cubana, hace ya veinte años, y desde mi vida de cubana, dentro de Cuba, yo, que nací con el horror, y no he conocido más que el horror, que no dejen de defender su libertad y que saquen al tirano del poder lo antes posible. Con paz o sin ella. Pero ¡sáquenlo ya! De lo contrario, mírense en el espejo de los cubanos, un país de muertos vivientes, con el futuro racionado a la mínima expresión.
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