El Día de la Madre en Venezuela se celebra todos los años el segundo Domingo de Mayo.
En el Día de la Madre, hazle un homenaje especial a esa mujer querida, escríbele mensajes diciéndole que la quieres, hazle un poema, mándale sus flores favoritas, una caja de bombones, un desayuno o un día en el SPA.
La madre es donde primero acudimos los hijos cuando tenemos problemas, quien sin preguntarnos sabe lo qué nos pasa y, siempre podemos contar con ella. Por más errores que cometamos en nuestras vidas, siempre estará ahí para recibirnos de nuevo. Porque como se suele decir “madre no hay mas que una”.
Por eso, se merecen más que una flor, un perfume o un regalo. Se merecen que cada día les demostremos cuanto las queremos y que les digamos lo importantes que son para nosotros. Todos los dias son el dia de la Madre.
• Orígenes del Día de la Madre en Venezuela:
La iniciativa de Venezuela para celebrar un día dedicado a las madres se hizo por primera vez el 24 de Mayo de 1921 en Valencia (Edo. Carabobo) por el Dr. Jesús María Arcay Smith, presidente de una asociación llamada “Caridad y Concordia”, quien logró que fuera oficializado por el Concejo Legislativo.
Posteriormente, 82 Concejos Municipales de Venezuela decretaron por igual esta celebración, hasta que en el año 1924 una ley del Congreso Nacional decretaba la celebración anual, en todo el territorio Nacional de “el día de las tres madres”.
Esta celebración, poco a poco fue adaptándose a las festividades internacionales y perdió su nombre original. Hoy la conocemos simplemente como el “día de las madres”.
Madre mujer excepcional
MARISOL FUCCI BORNACHERA | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Cuando una mujer se convierte en madre, todas sus prioridades se transforman y se vuelcan hacia una meta clara: hacer feliz a ese ser que nació de su vientre, sus decisiones se vuelven más firmes y su fuerza y lucha por la vida se montan en un tren que ni la mayor dificultad logra frenar. Comprende y concluye que solo Dios puedo ser tan bondadoso y misericordioso, para otorgarle aquí en la tierra, el mejor de los regalos, la dicha más grande de toda mujer, ser madre.
Ser madre te convierte en una mujer excepcional, cuando con lagrimas en los ojos eres capaz de mirar a tu hijo y decirle no te preocupes, aquí estoy yo para cuidarte, no pasa nada te tengo a ti, cuando con mucho dolor por dentro, pero con la mayor de las enterezas le haces comprender a tu hijo que está equivocado, que no tiene razón, que ha cometido un error, y con las palabras más acertadas lo ayudas a rectificar, mujer excepcional que con el corazón destrozado, celebra la partida de su hijo en busca de su propio destino, y tiene la capacidad de entender que esa es la mejor de las decisiones. Madre mujer excepcional cuando enseña a su hijo el valor del dinero, pero también le enseña la mejor forma de ganarlo, madre excepcional que inculca en sus hijos el verdadero valor y respeto hacia la familia y amigos, madre mujer excepcional que ama a sus hijos, pero que con pablaras y gestos apropiados les deja saber que también es mujer.
Una madre es una mujer excepcional, cuando siempre está ahí para sus hijos en los momentos felices y tristes, en las victorias y en las derrotas, pero no solo para colocar su hombro, si no para hacerles entender con el gesto más sublime que siempre podrán contar con ella. Madre mujer excepcional capaz de aceptar con firmeza las virtudes y defectos de sus hijos, sin sentir en ningún momento desprecios hacia ellos, madre mujer excepcional que hija, esposa, amiga y trabajadora, nunca pero nunca desperdicia un instante para compartir con su hijo, madre mujer excepcional que hasta en los últimos días de vida, vela por la felicidad de sus hijos.
Una madre siempre será un ser excepcional cuando con dulzura, fuerza, coraje, entereza y mucho amor, enseña a su hijo, no el camino más fácil, sino el camino correcto, y le deja como legado el eterno agradecimiento y amor a Dios. Madre mujer excepcional que elogia a su hijo, pero que con sutileza y mucha franqueza, lo incita a poner los pies en la tierra. Madre mujer excepcional capaz de dar la vida por sus hijos.
marfucci@gmail.com
Ser madre te convierte en una mujer excepcional, cuando con lagrimas en los ojos eres capaz de mirar a tu hijo y decirle no te preocupes, aquí estoy yo para cuidarte, no pasa nada te tengo a ti, cuando con mucho dolor por dentro, pero con la mayor de las enterezas le haces comprender a tu hijo que está equivocado, que no tiene razón, que ha cometido un error, y con las palabras más acertadas lo ayudas a rectificar, mujer excepcional que con el corazón destrozado, celebra la partida de su hijo en busca de su propio destino, y tiene la capacidad de entender que esa es la mejor de las decisiones. Madre mujer excepcional cuando enseña a su hijo el valor del dinero, pero también le enseña la mejor forma de ganarlo, madre excepcional que inculca en sus hijos el verdadero valor y respeto hacia la familia y amigos, madre mujer excepcional que ama a sus hijos, pero que con pablaras y gestos apropiados les deja saber que también es mujer.
Una madre es una mujer excepcional, cuando siempre está ahí para sus hijos en los momentos felices y tristes, en las victorias y en las derrotas, pero no solo para colocar su hombro, si no para hacerles entender con el gesto más sublime que siempre podrán contar con ella. Madre mujer excepcional capaz de aceptar con firmeza las virtudes y defectos de sus hijos, sin sentir en ningún momento desprecios hacia ellos, madre mujer excepcional que hija, esposa, amiga y trabajadora, nunca pero nunca desperdicia un instante para compartir con su hijo, madre mujer excepcional que hasta en los últimos días de vida, vela por la felicidad de sus hijos.
Una madre siempre será un ser excepcional cuando con dulzura, fuerza, coraje, entereza y mucho amor, enseña a su hijo, no el camino más fácil, sino el camino correcto, y le deja como legado el eterno agradecimiento y amor a Dios. Madre mujer excepcional que elogia a su hijo, pero que con sutileza y mucha franqueza, lo incita a poner los pies en la tierra. Madre mujer excepcional capaz de dar la vida por sus hijos.
marfucci@gmail.com
La guardiana de tu alma
ROSALÍA MOROS DE BORREGALES | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Dedicado a todas las madres venezolanas
Una vez estudiando sobre el origen de la palabra amigo encontré que podría ser atribuido al vocablo latino animi el cual es usado para llamar al "alma", unido éste al vocablo custos del cual se deriva la palabra "custodia". De esta manera, el significado de amigo sería "el que custodia o guarda el alma". Pensando en la celebración del día de la Madre este concepto vino a mi mente. Pues, considero que nuestra madre es el primer amigo con el que contamos cuando llegamos a este mundo. ¡Ella se convierte en nuestra vida en la guardiana de nuestra alma!
De una manera misteriosa los seres humanos somos copartícipes en el proceso de creación. Dios le dio al hombre y a la mujer la capacidad de reproducirse creando desde sus propias entrañas un nuevo ser. La mujer es el nido escogido por el Creador para albergar y alimentar al hijo durante las diferentes etapas de su formación. Pero este proceso trasciende lo corporal para convertirse en un proceso del alma; así como se van entretejiendo las células para formar órganos y sistemas, de la misma manera los sentimientos se van enlazando con ese pequeño ser tan desconocido hasta ese momento, pero al mismo tiempo, tan amado.
Y es desde allí, desde que el hijo forma parte de su corporalidad, que la madre comienza a custodiar su vida con la suya propia. Al salir del refugio tibio del vientre, sus pechos nos reciben para abrigarnos; el miedo al ambiente desconocido se desvanece cuando nuestros oídos reconocen la primera música que nos deleitó y nos acompañó en el recorrido de nueve meses. ¡El latido de su corazón nos calma! Más tarde, ese corazón seguirá latiendo por nosotros a cada paso de nuestro desarrollo como seres humanos. Sin importar las distancias, en nuestro querer o en nuestro desapego, su corazón siempre nos alcanzará con una plegaria.
Si recorremos los caminos más hermosos y coronamos nuestras vidas de estrellas; o si nos hundimos en los abismos y comemos los frutos amargos de la tierra, en cada situación el corazón de nuestra madre siempre estará con nosotros. Si hablamos con ella conocerá nuestras angustias, pero si callamos, en lo más profundo de su ser, su alma inquieta también lo sabrá. En nuestra presencia sus ojos leen el mensaje de nuestra mirada; se goza con nuestra alegría y sufre con nuestro dolor. Si estamos lejos nos percibe en su interior; nos llora calladamente, o una sonrisa ilumina su rostro recordando nuestro amor.
Ella siempre sabrá guardarnos bajo la protección del Creador. Una y otra vez velará por nuestra vida como en las noches cuando la fiebre quemaba nuestra piel. Al amanecer, cuando ocupados en los quehaceres del día, nuestros pensamientos lejos de ella estén, su mirada se elevará al Cielo para encomendarnos a Dios. Y en el ocaso, antes de que su cuerpo cansado consiga el merecido descanso, de nuevo su voz como un susurro llegará a los oídos del Señor para cuidarte la vida; porque ella fue tu primera amiga al ver la luz de este mundo y hasta que la luz de su vida se apague, ella será la guardiana de tu alma.
"Madre mía, tus alas se extienden para albergarnos a todos en tu pecho.
En tu corazón cabe un hijo, caben dos, cabemos todos los hijos
a los que la Providencia amamantó de tu seno.
Tu luz ha iluminado nuestros caminos,
has sido lámpara en nuestra oscuridad.
El agua de tu manantial ha saciado nuestra sed.
¡En el desierto de la vida tú has sido el oasis del amor!"
rosymoros@gmail.com
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com
@RosaliaMorosB
Una vez estudiando sobre el origen de la palabra amigo encontré que podría ser atribuido al vocablo latino animi el cual es usado para llamar al "alma", unido éste al vocablo custos del cual se deriva la palabra "custodia". De esta manera, el significado de amigo sería "el que custodia o guarda el alma". Pensando en la celebración del día de la Madre este concepto vino a mi mente. Pues, considero que nuestra madre es el primer amigo con el que contamos cuando llegamos a este mundo. ¡Ella se convierte en nuestra vida en la guardiana de nuestra alma!
De una manera misteriosa los seres humanos somos copartícipes en el proceso de creación. Dios le dio al hombre y a la mujer la capacidad de reproducirse creando desde sus propias entrañas un nuevo ser. La mujer es el nido escogido por el Creador para albergar y alimentar al hijo durante las diferentes etapas de su formación. Pero este proceso trasciende lo corporal para convertirse en un proceso del alma; así como se van entretejiendo las células para formar órganos y sistemas, de la misma manera los sentimientos se van enlazando con ese pequeño ser tan desconocido hasta ese momento, pero al mismo tiempo, tan amado.
Y es desde allí, desde que el hijo forma parte de su corporalidad, que la madre comienza a custodiar su vida con la suya propia. Al salir del refugio tibio del vientre, sus pechos nos reciben para abrigarnos; el miedo al ambiente desconocido se desvanece cuando nuestros oídos reconocen la primera música que nos deleitó y nos acompañó en el recorrido de nueve meses. ¡El latido de su corazón nos calma! Más tarde, ese corazón seguirá latiendo por nosotros a cada paso de nuestro desarrollo como seres humanos. Sin importar las distancias, en nuestro querer o en nuestro desapego, su corazón siempre nos alcanzará con una plegaria.
Si recorremos los caminos más hermosos y coronamos nuestras vidas de estrellas; o si nos hundimos en los abismos y comemos los frutos amargos de la tierra, en cada situación el corazón de nuestra madre siempre estará con nosotros. Si hablamos con ella conocerá nuestras angustias, pero si callamos, en lo más profundo de su ser, su alma inquieta también lo sabrá. En nuestra presencia sus ojos leen el mensaje de nuestra mirada; se goza con nuestra alegría y sufre con nuestro dolor. Si estamos lejos nos percibe en su interior; nos llora calladamente, o una sonrisa ilumina su rostro recordando nuestro amor.
Ella siempre sabrá guardarnos bajo la protección del Creador. Una y otra vez velará por nuestra vida como en las noches cuando la fiebre quemaba nuestra piel. Al amanecer, cuando ocupados en los quehaceres del día, nuestros pensamientos lejos de ella estén, su mirada se elevará al Cielo para encomendarnos a Dios. Y en el ocaso, antes de que su cuerpo cansado consiga el merecido descanso, de nuevo su voz como un susurro llegará a los oídos del Señor para cuidarte la vida; porque ella fue tu primera amiga al ver la luz de este mundo y hasta que la luz de su vida se apague, ella será la guardiana de tu alma.
"Madre mía, tus alas se extienden para albergarnos a todos en tu pecho.
En tu corazón cabe un hijo, caben dos, cabemos todos los hijos
a los que la Providencia amamantó de tu seno.
Tu luz ha iluminado nuestros caminos,
has sido lámpara en nuestra oscuridad.
El agua de tu manantial ha saciado nuestra sed.
¡En el desierto de la vida tú has sido el oasis del amor!"
rosymoros@gmail.com
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com
@RosaliaMorosB
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