Eloy Silvio Pomenta a propósito de "Viajeros de Indias" Eloy Silvio Pomenta* / Gentiuno (Venezuela) - 22/10/09 |
Palabras con motivo de la presentación de la segunda edición del libro "Viajeros de Indias" de
Francisco Herrera Luque en Caracas, el miércoles 21 de octubre de 2009
La sobrecarga psicopática en Venezuela y los conquistadores psicopáticos
En Los Viajeros de Indias (1962) Herrera Luque parte de dos premisas fundamentales: Una es la constatación de una sobrecarga psicopática en Venezuela, tres veces mayor que la internacional (18%-30% vs. 6% a 10%) de acuerdo a diversos estudios realizados y consultados.
La otra se relacionaba con la forma psicopática, extremadamente violenta, brutal y cruel, como se efectuó la conquista española, con destrucción de importantes culturas precolombinas. Ya a Bartolomé de las Casas le preocupaba "la extraña crueldad de los conquistadores".
Y Simón Bolívar después expresaba: "Todo lo que nos ha precedido está envuelto en el negro manto del crimen. Somos un compuesto abominable de esos tigres cazadores que vinieron a América...".
Fueron conquistadores de oscura procedencia, en su mayoría voluntarios sacados de las cárceles de Sevilla y Extremadura; tentados por la aventura y la riqueza fácil, la codicia y la crueldad.
Decía Maquiavelo: "los soldados voluntarios suelen ser los peores, los más escandalosos, vagos, desenfrenados, irreligiosos, desobedientes a sus padres, blasfemos, jugadores y llenos de toda clase de vicios".
Para 1570, en Venezuela, un "pool genético" de 260 españoles ya había esparcido su carga psicopática en 9.000 mestizos. La herencia psicopática se concentró porque los indios fueron esclavizados o perseguidos y se les prohibía el trato sexual con las indias, las cuales llegaron a preferir a los españoles, por razones obvias Las indias fueron privilegio de los españoles, y así proliferaron los mestizos.
En el estudio de conquistadores que hace Herrera Luque, encuentra por lo menos un 80% de personalidades anormales. Como muestra recuerda al sanguinario Alfinger, quien cortaba la cabeza del indio que se cansaba en la marcha, para no detenerse y abrir la cadena que llevaba al cuello.
La otra se relacionaba con la forma psicopática, extremadamente violenta, brutal y cruel, como se efectuó la conquista española, con destrucción de importantes culturas precolombinas. Ya a Bartolomé de las Casas le preocupaba "la extraña crueldad de los conquistadores".
Y Simón Bolívar después expresaba: "Todo lo que nos ha precedido está envuelto en el negro manto del crimen. Somos un compuesto abominable de esos tigres cazadores que vinieron a América...".
Fueron conquistadores de oscura procedencia, en su mayoría voluntarios sacados de las cárceles de Sevilla y Extremadura; tentados por la aventura y la riqueza fácil, la codicia y la crueldad.
Decía Maquiavelo: "los soldados voluntarios suelen ser los peores, los más escandalosos, vagos, desenfrenados, irreligiosos, desobedientes a sus padres, blasfemos, jugadores y llenos de toda clase de vicios".
Para 1570, en Venezuela, un "pool genético" de 260 españoles ya había esparcido su carga psicopática en 9.000 mestizos. La herencia psicopática se concentró porque los indios fueron esclavizados o perseguidos y se les prohibía el trato sexual con las indias, las cuales llegaron a preferir a los españoles, por razones obvias Las indias fueron privilegio de los españoles, y así proliferaron los mestizos.
En el estudio de conquistadores que hace Herrera Luque, encuentra por lo menos un 80% de personalidades anormales. Como muestra recuerda al sanguinario Alfinger, quien cortaba la cabeza del indio que se cansaba en la marcha, para no detenerse y abrir la cadena que llevaba al cuello.
El origen genético de las psicopatías
Herrera Luque con la publicación de Los Viajeros de Indias en 1962, generó polémicas y controversias. Se atrajo el ataque de psicoanalistas con su énfasis en el trauma infantil y la crianza. Y también de psiquiatras con influencias marxistas e izquierdizantes, que priorizaban el origen ambiental y social de las enfermedades mentales. Todo lo relacionado con herencia era considerado reaccionario y fatalista.
Las personalidades psicopáticas no se caracterizan por una enfermedad mental evidente sino por graves trastornos de conducta, peligrosos para el entorno familiar y social. Como decía Kurt Schneider (1923) "más que sufrir ellos, hacen sufrir a los demás".
Estas patologías de la conducta o la personalidad han sido consideradas de origen constitucional y hereditario. Con el tiempo, en las clasificaciones psiquiátricas, el término de psicopatía ha caído en desuso por considerársele peyorativo; y ha sido substituido por el de Trastornos de Personalidad. Las psicopatías se diluyen hoy entre las personalidades antisociales, borderline, narcisistas, paranoides, esquizoides y esquizotípicas.
Las personalidades psicopáticas no se caracterizan por una enfermedad mental evidente sino por graves trastornos de conducta, peligrosos para el entorno familiar y social. Como decía Kurt Schneider (1923) "más que sufrir ellos, hacen sufrir a los demás".
Estas patologías de la conducta o la personalidad han sido consideradas de origen constitucional y hereditario. Con el tiempo, en las clasificaciones psiquiátricas, el término de psicopatía ha caído en desuso por considerársele peyorativo; y ha sido substituido por el de Trastornos de Personalidad. Las psicopatías se diluyen hoy entre las personalidades antisociales, borderline, narcisistas, paranoides, esquizoides y esquizotípicas.
¿Qué es lo que se hereda?
La Genética contemporánea considera que los trastornos de personalidad no se heredan como tales, es decir, como entidades psicopatológicas. Lo que se hereda son ciertas disfunciones neurobiológicas que determinan los rasgos o conductas patológicas.
Por ejemplo: el exceso de agresión o ansiedad, el controlo el descontrol de impulsos, la hiperemotividad o la frialdad, la inestabilidad del humor o la callosidad afectiva.
Por ejemplo: el exceso de agresión o ansiedad, el controlo el descontrol de impulsos, la hiperemotividad o la frialdad, la inestabilidad del humor o la callosidad afectiva.
Las modernas tecnologías de imaginería cerebral
El PET= Positron Emission Tomography y el SPECT=Single Photon Emission ComputedTomography han permitido observar las zonas responsables de la activación y el control de emociones e impulsos.
Se sabe que las emociones e impulsos se activan en el "sistema Iímbico" y que la corteza cerebral del lóbulo frontal es la zona moduladora o frenadora. Los trastornos se producen cuando hay una disfunción de uno u otro sistema o una combinación de ambos. Estas disfunciones son las que pueden ser heredadas.
Los hallazgos experimentales han sido tan evidentes que en muchos centros de investigación de USA, la personalidad borderline ha sido coloquialmente denominada DISLIMBIA, para resaltar el factor disfuncional biológico predominante en este trastorno y el Psicoanálisis contemporáneo considera que factores neurobiológicos como el exceso de agresión y ansiedad, pueden determinar que experiencias de crianza razonables, sean vividas como traumáticas. Esto explicaría la aparición de personalidades anormales en familias de funcionamiento aceptable. La herencia no es fatalista: la "expresión genética" puede cambiar.
Recientemente gracias a los aportes de Eric Kandel, neurobiólogo y Premio Nobel de Medicina en el año 2000, se sabe que la herencia no es fatalista. Kandel descubrió que el ambiente y el aprendizaje también influyen en la "expresión genética".
La "expresión genética" es el modo como los genes ejercen su designio. Se calcula que en el cerebro interactúan 20.000 de los 30.000 genes cartografiados en el genoma humano. Ya no se estudian los genes aislados sino las combinaciones de genes que, junto a las proteínas codificadoras que los acompañan, determinan las interconexiones neuronales y los detalles de su funcionamiento. Y estas estructuras de interconexiones cerebrales ejercen un control sobre la conducta humana e influyen en la aparición de enfermedades mentales.
Lo importante de Kandel es haber demostrado que también el ambiente social y el aprendizaje pueden modificar la "expresión genética", pues también producen cambios en las conexiones neuronales y sus códigos.
Ha sido posible observar, por ejemplo, como en la depresión, disminuyen y se distorsionan las conexiones neuronales, para después reconstituirse cuando la enfermedad mejora. También como la Psicoterapia o el Psicoanálisis pueden introducir cambios en las conexiones neuronales que pueden llegar a ser permanentes. Entonces, herencia y ambiente no son opuestos sino que se complementan en la estructuración del cerebro, en la formación de la personalidad y en la génesis de las enfermedades mentales.
Se sabe que las emociones e impulsos se activan en el "sistema Iímbico" y que la corteza cerebral del lóbulo frontal es la zona moduladora o frenadora. Los trastornos se producen cuando hay una disfunción de uno u otro sistema o una combinación de ambos. Estas disfunciones son las que pueden ser heredadas.
Los hallazgos experimentales han sido tan evidentes que en muchos centros de investigación de USA, la personalidad borderline ha sido coloquialmente denominada DISLIMBIA, para resaltar el factor disfuncional biológico predominante en este trastorno y el Psicoanálisis contemporáneo considera que factores neurobiológicos como el exceso de agresión y ansiedad, pueden determinar que experiencias de crianza razonables, sean vividas como traumáticas. Esto explicaría la aparición de personalidades anormales en familias de funcionamiento aceptable. La herencia no es fatalista: la "expresión genética" puede cambiar.
Recientemente gracias a los aportes de Eric Kandel, neurobiólogo y Premio Nobel de Medicina en el año 2000, se sabe que la herencia no es fatalista. Kandel descubrió que el ambiente y el aprendizaje también influyen en la "expresión genética".
La "expresión genética" es el modo como los genes ejercen su designio. Se calcula que en el cerebro interactúan 20.000 de los 30.000 genes cartografiados en el genoma humano. Ya no se estudian los genes aislados sino las combinaciones de genes que, junto a las proteínas codificadoras que los acompañan, determinan las interconexiones neuronales y los detalles de su funcionamiento. Y estas estructuras de interconexiones cerebrales ejercen un control sobre la conducta humana e influyen en la aparición de enfermedades mentales.
Lo importante de Kandel es haber demostrado que también el ambiente social y el aprendizaje pueden modificar la "expresión genética", pues también producen cambios en las conexiones neuronales y sus códigos.
Ha sido posible observar, por ejemplo, como en la depresión, disminuyen y se distorsionan las conexiones neuronales, para después reconstituirse cuando la enfermedad mejora. También como la Psicoterapia o el Psicoanálisis pueden introducir cambios en las conexiones neuronales que pueden llegar a ser permanentes. Entonces, herencia y ambiente no son opuestos sino que se complementan en la estructuración del cerebro, en la formación de la personalidad y en la génesis de las enfermedades mentales.
La "expresión genética" y la diversidad cultural en Latinoamérica
Estos nuevos conceptos pueden explicar el fenómeno de la diversidad cultural entre distintas naciones de América latina. Comencemos por Venezuela y la descripción que hace Herrera Luque de "el venezolano locuaz, que niega lo trascendente con su actitud de bromista crónico, que jamás se compromete realmente y por eso es ondulante y disimulador de sus convicciones más profundas. Nadie sabe lo que realmente piensa, pues trata siempre de estar bien con Dios y con el diablo. Bajo una pretendida efusividad se esconde la envidia y la desvalorización hacia quienes se destacan. Tras una aparente solidaridad se transparenta la indolencia, el egocentrismo y la deslealtad. Y esa extraña afición al alcohol que despierta una agresividad feroz y una violencia destructiva".
El venezolano es "caribeño" (de lo cual se enorgullece el actual presidente, quien promueve una "cultura caribe" como deseable).
Venezuela era apenas una Capitanía General, una región marginal del Virreinato de Nueva Granada, junto a Ecuador y Panamá y cuya capital era Bogotá. El resto del dominio español comprendía los Virreinatos de Méjico (Centroamérica y sur de Norteamérica), de Perú (Bolivia y Chile) y del Río de la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay).
Esto nos ayuda a comprender las prioridades españolas en América, visibles en el número y calidad de las construcciones coloniales. Compárese la exigua catedral de Caracas con la gran cantidad y belleza de catedrales en Colombia, Perú, Méjico, Ecuador. Esos países recibieron una fuerte impronta española, con énfasis en la formación religiosa y las normas sociales.
Estas variaciones colonizadoras pueden haber sido el factor ambiental que atenuó la "expresión genética" del español psicópata en otros países. Mientras en una Venezuela marginal, rural, de escasa civilidad, se engendró una población agresiva y anárquica.
Es bien sabido que la guerra de Independencia en Venezuela fue la más sangrienta de toda la América. ¿Por qué si Venezuela no era importante para España? La población siguió a patriotas y a realistas, tanto a Páez como a Boves. No por razones ideológicas, sino porque el seguir a un caudillo providencial era más tentador. Quizás por las mismas razones, masas hambrientas lograron el paso de Los Andes al lado de Bolívar para ir a pelear en otras latitudes. No tenían nada que perder. Es difícil creer que lo hicieran por conciencia política o patriotismo.
Luego, la historia de los siglos XIX y XX en Venezuela, se caracterizó por un reiterado vaivén de montoneras, alzamientos y guerras civiles; con muy pocos años de vida democrática. La democracia parece un logro de la Civilización aún no alcanzado y el país se ha mantenido como presa fácil para el dictador de turno. La psicopatía ha estado siempre al acecho.
Tan pronto se produce una crisis histórica, por allí se cuela la saña de la psicopatía que parece haber quedado latente como "huella perenne" -al decir de Herrera Luque; quien si viviera hoy, encontraría una gran cantidad de especimenes psicopáticos a quienes estudiar.
El venezolano es "caribeño" (de lo cual se enorgullece el actual presidente, quien promueve una "cultura caribe" como deseable).
Venezuela era apenas una Capitanía General, una región marginal del Virreinato de Nueva Granada, junto a Ecuador y Panamá y cuya capital era Bogotá. El resto del dominio español comprendía los Virreinatos de Méjico (Centroamérica y sur de Norteamérica), de Perú (Bolivia y Chile) y del Río de la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay).
Esto nos ayuda a comprender las prioridades españolas en América, visibles en el número y calidad de las construcciones coloniales. Compárese la exigua catedral de Caracas con la gran cantidad y belleza de catedrales en Colombia, Perú, Méjico, Ecuador. Esos países recibieron una fuerte impronta española, con énfasis en la formación religiosa y las normas sociales.
Estas variaciones colonizadoras pueden haber sido el factor ambiental que atenuó la "expresión genética" del español psicópata en otros países. Mientras en una Venezuela marginal, rural, de escasa civilidad, se engendró una población agresiva y anárquica.
Es bien sabido que la guerra de Independencia en Venezuela fue la más sangrienta de toda la América. ¿Por qué si Venezuela no era importante para España? La población siguió a patriotas y a realistas, tanto a Páez como a Boves. No por razones ideológicas, sino porque el seguir a un caudillo providencial era más tentador. Quizás por las mismas razones, masas hambrientas lograron el paso de Los Andes al lado de Bolívar para ir a pelear en otras latitudes. No tenían nada que perder. Es difícil creer que lo hicieran por conciencia política o patriotismo.
Luego, la historia de los siglos XIX y XX en Venezuela, se caracterizó por un reiterado vaivén de montoneras, alzamientos y guerras civiles; con muy pocos años de vida democrática. La democracia parece un logro de la Civilización aún no alcanzado y el país se ha mantenido como presa fácil para el dictador de turno. La psicopatía ha estado siempre al acecho.
Tan pronto se produce una crisis histórica, por allí se cuela la saña de la psicopatía que parece haber quedado latente como "huella perenne" -al decir de Herrera Luque; quien si viviera hoy, encontraría una gran cantidad de especimenes psicopáticos a quienes estudiar.
Artículo relacionado:
[*] Eloy Silvio Pomenta / Médico Psiquiatra venezolano / E-mail: minulin@cantv.net / Link:http://www.gentiuno.com/articulo.asp?articulo=8274
No hay comentarios:
Publicar un comentario