Echonería académica y analfabetismo político
Las sociedades fragmentadas son fácil presa de la ambición desmedida
FÉLIX CORDERO PERAZA | EL UNIVERSAL
domingo 25 de octubre de 2015 12:00 AM
Parecía que la sensatez y la racionalidad regresaban cabalgando entre las ruinas de la fatiga y la fragilidad. Como en los tiempos de cruzadas se observó uno que otro aristócrata de la política y su corcel desde la vanguardia a la retaguardia, atravesando con dificultad la caballería que testaruda continuaba su marcha a la batalla final. Seguramente, la convicción de una victoria incierta e inestable, por lo parejo de ambos bandos, había hecho reflexionar a varios y al no conseguir resonancia optaron por regresar al campo de la meditación. A los Campos Elíseos, aquellos de la mitología griega donde llegan los competentes y razonables. Los que van a la guerra alucinados representan a Ares, la fuerza bruta. Siempre han sido mayoría. Los que cavilan y solfean mesuradamente simbolizan a Atenea. Son parte del 90% de la población, que quiere diálogo y paz, porque vislumbran matanza entre hermanos.
Pero la tonada en re mayor entre Mendoza y Hausmann volteó la partitura. Atizando en bumerán la radicalización de posturas y discursos. Las reflexiones sobre "ambos tienen que cambiar" y el trabajo secreto de diálogo entre grupos se fue al retrete, por el inoportuno e imprudente contenido que transmitió la línea telefónica. ¡Un texto realmente temerario! Donde sobresale la prepotencia y valores prejuiciados. ¿Negociar ilegítimamente a espaldas de la nación y del Estado? Nada menos que con el FMI. ¿Con qué cualidad? ¿Acaso es peón de quién? Allí hay una no saludable carga de petulancia académica que destella desfachatez fuera de contexto. No sé qué grado de amistad hay entre Mendoza y Hausmann, pero supongo que, sin saber que le grababan, a Mendoza debe haberle quedado una sensación de infortunio... ¡Literalmente, lo tiró al pajón!
"Divide y vencerás"
Pero como en la tragedia griega, se imponen los "Ares" con su pertinaz intolerancia estratégica de dividir para reinar. "Divide et impera", que utilizaba Julio César para controlar el extenso territorio romano. En América Latina es muy conocida la estrategia que se le atribuye a Henry Kissinger, en la década de los 70, de trabajar los asuntos de interés estadounidense de manera bilateral con cada país. ¡EEUU vis a vis cada país! Dividir o fragmentar es una estrategia para controlar la economía, política y cultura de un territorio y población. El propósito es impedir hasta que se reúnan en búsqueda de un objetivo común.
Aunque existen grandes obstáculos hoy en el continente el proceso de integración avanza y se fortalece. Buena parte de los pueblos más conscientes votan cada vez más por liderazgos nacionalistas. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), son dos ejemplos exitosos de integración. La técnica simplista de "Divide y vencerás" existe desde la época primitiva y ha atravesado todo el transcurrir de la historia y evolución de la humanidad. Las sociedades fragmentadas son fácil presa de la ambición desmedida y la mediocridad hecha "falso líder". La triquiñuela y zancadilla, como ancla de política intrascendente.
¡Solo usan 40 palabras!
A lo interno de Venezuela, parte de la política se encuentra en las manos de un liderazgo de semianalfabetas políticos. Quitan el habla cuando se ven por TV en espacios estelares. Personas que no manejan más de 40 palabras. Contestan tres preguntas como el diálogo, las perspectivas del 6D y sobre las relaciones internas de la MUD, con las mismas palabras. Discursean saturados de lugares comunes, frases cortas, repetitivas y monótonas. En ellos no se consigue por ningún lado un pensamiento principista o una frase con valores morales o cívicos. Pero tienen la virtud de poseer destreza especial para medrar en la administración pública, comprar marketing y publicidad con el erario público, cobrar comisión y asignar sueldos provenientes del presupuesto. ¿Son estas personas merecedoras de la confianza de la nación? ¿Están preparadas para dirigir un país? No, no lo creo así. Aunque, pienso que este pensamiento dilemático es falso, lo voy a usar, "Ellos son el problema porque no son parte de la solución". De este grupo hay en los dos bandos y no hay santo por quien rogar... Cualquiera de los dos modelos -socialismo o neoliberalismo- están obligados a generar sosiego y confianza en las personas. Ese es el sentir de la gran mayoría de los venezolanos.
fcordero@eluniversal.com
efecepe2010@gmail.com
@efecepe2010
Pero la tonada en re mayor entre Mendoza y Hausmann volteó la partitura. Atizando en bumerán la radicalización de posturas y discursos. Las reflexiones sobre "ambos tienen que cambiar" y el trabajo secreto de diálogo entre grupos se fue al retrete, por el inoportuno e imprudente contenido que transmitió la línea telefónica. ¡Un texto realmente temerario! Donde sobresale la prepotencia y valores prejuiciados. ¿Negociar ilegítimamente a espaldas de la nación y del Estado? Nada menos que con el FMI. ¿Con qué cualidad? ¿Acaso es peón de quién? Allí hay una no saludable carga de petulancia académica que destella desfachatez fuera de contexto. No sé qué grado de amistad hay entre Mendoza y Hausmann, pero supongo que, sin saber que le grababan, a Mendoza debe haberle quedado una sensación de infortunio... ¡Literalmente, lo tiró al pajón!
"Divide y vencerás"
Pero como en la tragedia griega, se imponen los "Ares" con su pertinaz intolerancia estratégica de dividir para reinar. "Divide et impera", que utilizaba Julio César para controlar el extenso territorio romano. En América Latina es muy conocida la estrategia que se le atribuye a Henry Kissinger, en la década de los 70, de trabajar los asuntos de interés estadounidense de manera bilateral con cada país. ¡EEUU vis a vis cada país! Dividir o fragmentar es una estrategia para controlar la economía, política y cultura de un territorio y población. El propósito es impedir hasta que se reúnan en búsqueda de un objetivo común.
Aunque existen grandes obstáculos hoy en el continente el proceso de integración avanza y se fortalece. Buena parte de los pueblos más conscientes votan cada vez más por liderazgos nacionalistas. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), son dos ejemplos exitosos de integración. La técnica simplista de "Divide y vencerás" existe desde la época primitiva y ha atravesado todo el transcurrir de la historia y evolución de la humanidad. Las sociedades fragmentadas son fácil presa de la ambición desmedida y la mediocridad hecha "falso líder". La triquiñuela y zancadilla, como ancla de política intrascendente.
¡Solo usan 40 palabras!
A lo interno de Venezuela, parte de la política se encuentra en las manos de un liderazgo de semianalfabetas políticos. Quitan el habla cuando se ven por TV en espacios estelares. Personas que no manejan más de 40 palabras. Contestan tres preguntas como el diálogo, las perspectivas del 6D y sobre las relaciones internas de la MUD, con las mismas palabras. Discursean saturados de lugares comunes, frases cortas, repetitivas y monótonas. En ellos no se consigue por ningún lado un pensamiento principista o una frase con valores morales o cívicos. Pero tienen la virtud de poseer destreza especial para medrar en la administración pública, comprar marketing y publicidad con el erario público, cobrar comisión y asignar sueldos provenientes del presupuesto. ¿Son estas personas merecedoras de la confianza de la nación? ¿Están preparadas para dirigir un país? No, no lo creo así. Aunque, pienso que este pensamiento dilemático es falso, lo voy a usar, "Ellos son el problema porque no son parte de la solución". De este grupo hay en los dos bandos y no hay santo por quien rogar... Cualquiera de los dos modelos -socialismo o neoliberalismo- están obligados a generar sosiego y confianza en las personas. Ese es el sentir de la gran mayoría de los venezolanos.
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