Roma,  (ZENIT.orgSergio Mora | 2817 hits

El llamado Vatileaks II, o sea una fuga de noticias reservadas del Vaticano, encuentra similitudes con el caso Paolo Gabriele, apodado 'el cuervo', el mayordomo de Benedicto XVI que pasó gran cantidad de información reservada a medios de comunicación.
Ahora son dos personas las que están sospechadas de filtrar los datos reservados: uno, el sacerdote español Luis Ángel Vallejo Balda, 54 años, de una sociedad sacerdotal relacionada con el Opus Dei y de quien la prelatura tomó distancia, y puesto allí por su obispo diocesano, terminado como secretario de la oficina del Revisor. La otra es una relaciones públicas italiana, 32 años, Francesca Chaouqui.
Ambos arrestados por la Gendarmería del Vaticano este fin de semana con la acusación de filtrar información reservada, que en la legislación de la Santa Sede podría ser pagado con hasta ocho años de prisión. Estos documentos servirán para dos libros, uno 'Avaricia' del escritor Emiliano Fittipaldi; y 'Vía Crucis', de Gianluiggi Nuzzi.
Las coincidencias saltan al ojo si se piensa a las cartas filtradas por mayordomo Gabriele, como la de Mons. Viganó que indicaba con puntualidad gastos inflados en el Vaticano.
Entretanto el panorama es muy diverso. Mientras Benedicto XVI era un pontífice muy querido por todos, no despertaba tanto entusiasmo entre el católico de a pie. Un Papa seguramente de gran virtud y santidad que entretanto fue muy maltratado por los medios de comunicación y víctima de una serie de malentendidos, como su lección magistral en la universidad alemana de Ratisbona.
Le tocó además enfrentar uno de los peores escándalos de la historia, el de la pedofilía, sobre el cual la revista News Week se preguntaba si la Iglesia sobreviviría a esto. Benedicto XVI lo hizo modificando la legislación de la Santa Sede, tomando en cuenta a las víctimas y señalando medidas que evitaran en futuro que esto se repitiera. Señaló además la línea que la Santa Sede debía tomar en materia de transparencia financiera.
Ahora el papa es Francisco, un Pontífice que ha despertado gran entusiasmo en los fieles de todo el mundo, que en el juicio de un periodista laico 'ha devuelto a los fieles el orgullo de ser católicos'. Con una serie de reformas que apuntan la línea indicada por Benedicto XVI, o sea la transparencia financiera, 'tolerancia cero' hacia los casos de pederastría, una reforma de la Curia Romana que apunta a darle vitalidad, y una 'Iglesia en salida', que sepa acoger a todos invitándolos a seguir lo que Jesús indica en el Evangelio y la Iglesia en sus preceptos.
En las anticipaciones que se tiene de ambos libros, algunos datos son más que discutibles: que los cardenales sigan viviendo en departamentos grandes, cuando los que dispone el Vaticano son casi todos de esta tipología.
Y otros más serios, como el Santo Padre que en una grabación pediría que se hagan hacer tres presupuestos antes de cada gasto, y que no se pague lo que no fue presupuestado. O cuando lamenta la falta de informaciones dada por entes del Vaticano, lo que no permite saber la superficie de diversos edificios y la consecuente desinformación sobre la renta.
El libro novela presenta estos casos en su publicidad de una manera que demuestra su deseo de sensacionalismo y de crear discordia: "los venenos de quien hace sabotaje a la vigorosa revolución del Papa, entre espionaje, robo con violencia y acciones para quitar legitimidad. Una verdadera guerra aquí reconstruida como una novela de misterio...".
En todo esto entretanto queda claro que la línea querida por el Papa no acepta dobleces, que quiere la transparencia, que lucha para cambiar la inercia existente en la administración de la Santa Sede, que va obteniendo logros en tantos sectores, y que encuentra colaboración de tantas personas, baste pensar por ejemplo a la rendición de cuentas públicas del IOR, en internet. Es claro que en todas las administraciones existen irregularidades, lo escandaloso sería no combatirlas. Lo que está en marcha es un proceso y ésto lleva tiempos técnicos.

En la invitación a los periodistas para la presentación del libro 'Via Crucis' de Nuzzi, que sale este miércoles en 22 países se lee “De grabaciones y documentos inéditos, la difícil lucha del papa Francisco para cambiar a la Iglesia”.
El escándalo sería que el Papa propusiera en público algo y otra cosa en privado. Y queda evidente que no es así. En cambio el escándalo es que documentos privados hayan sido filtrados, y que periodistas y casas editoriales los usen y jueguen con ellos para publicar best-seller, destinados a ganar el dinero y enfangar personas.

La publicación de los 'dos libros' no influye en las decisiones del Papa

El portavoz del Vaticano precisa algunos conceptos en torno a los asuntos económicos de la Santa Sede en los libros "Via Crucis" y "Avarizia

Ciudad del Vaticano,  (ZENIT.orgRocío Lancho García | 446 hits

La publicación de los libros no va a influir en las decisiones que el Papa debe tomar. En el Vaticano se conoce la realidad y los problemas y la línea que se debe seguir sin la necesidad de los libros de Nuzzi y Fittipaldi, ha asegurado Federico Lombardi, director de la oficina de prensa del Vaticano conversando esta mañana con los periodistas.
Este jueves salen a la venta los libros de Gianluigi Nuzzi “Via Crucis” y Emiliano Fittipaldi “Avarizia”, basados en documentos privados de la Santa Sede y grabaciones al Santo Padre, sobre asuntos económicos.
Ambas publicaciones han despertado en los días previos un fuerte interés mediático. Interés que además se ha multiplicado desde este lunes cuando el Vaticano anunció la detención de monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui --puesta el libertad tras ser interrogada-- secretario y miembro de la COSEA, Comisión Referente de Estudio y Guía sobre la Organización de las Estructuras Económico-administrativas de la Santa Sede, ya disuelta tras el cumplimiento de su mandato.
Asimismo, Lombardi ha precisado que el Santo Padre está sereno, sabe muy bien qué debe hacer y sabe que hay dificultades en la vida, sabe cuál es su misión y la obra que tiene que hacer y cómo continuar.
En una nota publicada por el portavoz vaticano, “una buena parte de lo que ha sido publicado es el resultado de una divulgación de noticias y documentos reservados y por tanto de una actividad ilícita que  es perseguida penalmente con decisión por parte de las autoridades vaticanas pertinentes”.
A propósito de las investigaciones que se están realizando actualmente en el Vaticano, el portavoz ha informado que “la Oficina del Promotor de Justicia ante el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, tras un informe de la Autoridad de Información Financiera, en el pasado mes de febrero de 2015 inició las investigaciones relativas a operaciones de compraventa de títulos y transacciones atribuibles al señor Gianpietro Nattino”. 
Y es que según ha revelado la agencia Reuters, Nattino --presidente de Banca FINNAT Euroamérica SpA, un banco italiano privado de gestión familiar-- es sospechoso de utilizar  laAdministración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA) para blanquear dinero.  El padre Lombardi también ha asegurado a los periodistas que la misma Oficina “ha pedido la colaboración de la Autoridad judiciaria italiana y suiza mediante cartas rogatorias enviadas por vía diplomática el 7 de agosto de 2015”.
Prosiguiendo con las explicaciones sobre las investigaciones realizados por la Gendarmería a propósito de la filtración de documentación privada, el portavoz del Vaticano ha recordado que “a la luz de los resultados de los interrogatorios hechos se podrán hacer verificaciones y comprobaciones” pero esto no significa que haya más personas investigadas.
Sobre los libros de Nuzzi y Fittipaldi, el Portavoz del Vaticano también reconoce que “se puede decir que por la mayor parte se trata de información ya conocida, aunque a menudo con menos amplitud y detalle”. Pero sobre todo hay que señalar --considera el portavoz-- que la documentación publicada está relacionada en gran parte con la notable recopilación de datos e informaciones puesta en marcha por el Santo Padre en persona para llevar a cabo un análisis y una reflexión acerca de la reforma y la mejora de la situación administrativa del Vaticano y la Santa Sede.
Por eso, el portavoz considera que “una gran cantidad de información de esta naturaleza debe ser estudiada, entendida e interpretada con cuidado, equilibrio y atención. A menudo, partiendo de los mismos datos, son posibles lecturas diferentes”.
Por poner un ejemplo, habla del fondo de pensiones, “que ha merecido, en tiempos sucesivos, diversas evaluaciones, desde las que hablan con preocupación de un gran "agujero", a las que proporcionan una lectura tranquilizadora --como resultaba de los Comunicados oficiales publicados con autoridad a través de la Oficina de Prensa de la Santa Sede”.
También señala el tema la cuestión de los fines y el uso de los bienes que pertenecen a la Santa Sede. “Bienes que, analizados en conjunto, parecen ingentes, cuando en realidad tienen el fin de sostener a lo largo del tiempo amplísimas actividades de servicio cuya gestión corre a cargo de la Santa Sede o instituciones con ella relacionadas, tanto en Roma como en las diversas partes del mundo”, explica el padre Lombardi. A propósito recuerda que “el origen de la propiedad de estos bienes es diverso y desde hace tiempo están también disponibles varias herramientas para conocer su historia y su evolución”.
Respecto al Óbolo de San Pedro, otro de los temas cuestionados en los libros, “es necesario tener en cuenta que sus usos son diferentes, dependiendo también de las situaciones, a juicio del Santo Padre, a las que se da la ofrenda, con la confianza de los fieles que sostienen su ministerio”, explica el portavoz del Vaticano.
Las obras de caridad del Papa para los pobres son indudablemente una de los más importantes --recuerda-- pero desde luego los fieles no tienen la intención de excluir que el Papa pueda evaluar por sí mismo las situaciones de emergencia y el modo de responder a ellas a la luz de su servicio para el bien de la Iglesia universal .
Por todo ello, el padre Lombardi subraya que “habría que tener la seriedad de profundizar en las situaciones y los problemas específicos, para reconocer lo mucho (más de lo que generalmente se diga y silenciado sistemáticamente en la clase de publicaciones de las que estamos hablando) que es completamente justificado y normal y bien administrado (comprendido el pago de los debidos impuestos) y distinguir donde hay problemas que deben corregirse, oscuridades que deben iluminarse, verdaderas irregularidades o ilegalidades que deben eliminarse”.
De este modo, observa que “la publicación a granel de una gran cantidad de informaciones diferentes”, sin la posibilidad necesaria de profundización y evaluación objetiva alcanza, en cambio, el resultado de crear la impresión de lo contrario, “de un reinado permanente de la confusión, de la falta de transparencia, cuando no de la búsqueda de intereses individuales o incorrectos”.
Finalmente, el padre Lombardi considera que “así no se reconoce en absoluto el valor y el esfuerzo con los que el Papa y sus colaboradores han enfrentado y siguen enfrentando el reto de mejorar el uso de los bienes temporales al servicio de los espirituales”.