19 junio 2011
afermin@el-carabobeno.com
Nos sorprendió la información según la cual la Universidad Arturo Michelena nos hará una distinción, en reconocimiento a que somos el primer comunicador
social, egresado de una Universidad, que se mantiene en ejercicio en el estado Carabobo.
Un colega, entre chanzas y veras, nos
preguntó ¿quiere decir que antes de ti en
Valencia no habían periodistas?. Le sonreímos y cambiamos el tema.
Pero como no teníamos tema para esta columna, aprovechamos para hacer algunas precisiones. Cuando se escriba la historia del Periodismo en el estado Carabobo, se tomará como punto de referencia la decisión de don Eladio Alemán Sucre, director fundador de El Carabobeño, de darle ingreso a los egresados universitarios.
El Periodismo se ejercía de manera empírica y se aprendía, como aún sucede, en las redacciones de los periódicos. Existían escuelas de Periodismo en las universidades Central de Venezuela, del Zulia y Católica Andrés Bello,y se egresaba con el título de licenciado en Periodismo. Después de la reforma universitaria de finales de los años 60, los estudios para esta profesión fueron ampliados a Comunicación Social. Años atrás las universidades dictaron cursos de tres años, pero los
egresados no recibían el título de licenciados.
Mi profesor Díaz Rangel
Quienes egresaban con un título universitario no salían a "patear la calle", como decimos en el argot profesional, porque su destino era la jefatura de una oficina de Relaciones Públicas o de prensa de organismos gubernamentales o empresas privadas. Como no conseguíamos trabajo, ya no teníamos la sustanciosa beca que durante toda la carrera nos concedió la UCV, solicitamos orientación de nuestro padrino de promoción Eleazar Díaz Rangel, hoy acertado y consecuente
director de Ultimas Noticias.
"¿Por qué no te vas a Valencia? Salvador Castillo me comentó que, en El Carabobeño, don Eladio dio instrucciones de que le diera preferencia a los egresados universitarios", nos comentó nuestro profesor de Técnica Gráfica.
Y después de redactar una carta, dirigida a su amigo Héctor Cipriano Villalobos, Jefe de Prensa de la Universidad de Carabobo, para que nos acompañara, de parte suya, a este diario, nos dijo:" Anda que te va a ir bien" y nos dio unas palmadas en el hombro.
Aprovecho esta oportunidad, para presentar públicamente, excusas al profesor Díaz Rangel, por un comentario político que hicimos en esta columna, que le cayeron mal.
Fue una ligereza de la cual nos arrepentimos pero que hizo crecer nuestro aprecio y gratitud a quien tanto le debemos.
Llegamos, el 24 de marzo de 1971, a este diario donde nos dieron trabajo inmediatamente a sabiendas de que no teníamos ninguna experiencia profesional. Antes, los estudiantes de Periodismo no hacíamos pasantías en los periódicos. Nos llevaban, como en tour, a las redacciones, donde los periodistas no ocultaban su molestia por la presencia de esa muchachera que no los dejaban concentrarse.
El Licenciado
Cuando comenzamos tuvimos que adaptarnos a un gremio donde la condición de egresado universitario era como mal vista, al punto de que el título de licenciado era pronunciado como en tono de burla, porque decían que no sabíamos escribir.
Pero, en vista de que no hacíamos ningún tipo de alarde de nuestros estudios, fuimos aceptados como uno más del gremio, tanto que para las primeras elecciones de la seccional del
Colegio Nacional de Periodistas en 1976,
fuimos candidato a secretario general.
Perdimos por seis votos ante el veterano
periodista don Ali Caccavale, candidato de AD y
porque le dijeron, a algunos dueños de medios que éramos "un comunista peligroso".
Quedamos como secretario de organización, un puesto clave para la conformación de la seccional del Colegio, porque nuestro visto bueno, fue condición indispensable para la admisión, de los que ejercían el Periodismo, en la lista de fundadores, publicada luego en Gaceta Oficial. AD y Copei metieron por Caracas, a mucha gente que no era periodista.
Sin embargo, el trabajo que nosotros hicimos, desde acá, fue justo y acertado. La mayoría ni agradeció ni se acuerda de esta gestión. Pero nos quedó la satisfacción de contribuir a la
conformación de una de las mejores seccionales de nuestro Colegio.
Y aquí seguimos, rodeado de jóvenes universitarios, hasta que Dios quiera, por lo cual agradecemos a la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Arturo Michelena, dirigida por Luis Alonso Hernández, esta distinción que expresa el valor de la constancia.
Hoy y Después en Valencia
ALFREDO FERMÍNafermin@el-carabobeno.com
Nos sorprendió la información según la cual la Universidad Arturo Michelena nos hará una distinción, en reconocimiento a que somos el primer comunicador
social, egresado de una Universidad, que se mantiene en ejercicio en el estado Carabobo.
Un colega, entre chanzas y veras, nos
preguntó ¿quiere decir que antes de ti en
Valencia no habían periodistas?. Le sonreímos y cambiamos el tema.
Pero como no teníamos tema para esta columna, aprovechamos para hacer algunas precisiones. Cuando se escriba la historia del Periodismo en el estado Carabobo, se tomará como punto de referencia la decisión de don Eladio Alemán Sucre, director fundador de El Carabobeño, de darle ingreso a los egresados universitarios.
El Periodismo se ejercía de manera empírica y se aprendía, como aún sucede, en las redacciones de los periódicos. Existían escuelas de Periodismo en las universidades Central de Venezuela, del Zulia y Católica Andrés Bello,y se egresaba con el título de licenciado en Periodismo. Después de la reforma universitaria de finales de los años 60, los estudios para esta profesión fueron ampliados a Comunicación Social. Años atrás las universidades dictaron cursos de tres años, pero los
egresados no recibían el título de licenciados.
Mi profesor Díaz Rangel
Quienes egresaban con un título universitario no salían a "patear la calle", como decimos en el argot profesional, porque su destino era la jefatura de una oficina de Relaciones Públicas o de prensa de organismos gubernamentales o empresas privadas. Como no conseguíamos trabajo, ya no teníamos la sustanciosa beca que durante toda la carrera nos concedió la UCV, solicitamos orientación de nuestro padrino de promoción Eleazar Díaz Rangel, hoy acertado y consecuente
director de Ultimas Noticias.
"¿Por qué no te vas a Valencia? Salvador Castillo me comentó que, en El Carabobeño, don Eladio dio instrucciones de que le diera preferencia a los egresados universitarios", nos comentó nuestro profesor de Técnica Gráfica.
Y después de redactar una carta, dirigida a su amigo Héctor Cipriano Villalobos, Jefe de Prensa de la Universidad de Carabobo, para que nos acompañara, de parte suya, a este diario, nos dijo:" Anda que te va a ir bien" y nos dio unas palmadas en el hombro.
Aprovecho esta oportunidad, para presentar públicamente, excusas al profesor Díaz Rangel, por un comentario político que hicimos en esta columna, que le cayeron mal.
Fue una ligereza de la cual nos arrepentimos pero que hizo crecer nuestro aprecio y gratitud a quien tanto le debemos.
Llegamos, el 24 de marzo de 1971, a este diario donde nos dieron trabajo inmediatamente a sabiendas de que no teníamos ninguna experiencia profesional. Antes, los estudiantes de Periodismo no hacíamos pasantías en los periódicos. Nos llevaban, como en tour, a las redacciones, donde los periodistas no ocultaban su molestia por la presencia de esa muchachera que no los dejaban concentrarse.
El Licenciado
Cuando comenzamos tuvimos que adaptarnos a un gremio donde la condición de egresado universitario era como mal vista, al punto de que el título de licenciado era pronunciado como en tono de burla, porque decían que no sabíamos escribir.
Pero, en vista de que no hacíamos ningún tipo de alarde de nuestros estudios, fuimos aceptados como uno más del gremio, tanto que para las primeras elecciones de la seccional del
Colegio Nacional de Periodistas en 1976,
fuimos candidato a secretario general.
Perdimos por seis votos ante el veterano
periodista don Ali Caccavale, candidato de AD y
porque le dijeron, a algunos dueños de medios que éramos "un comunista peligroso".
Quedamos como secretario de organización, un puesto clave para la conformación de la seccional del Colegio, porque nuestro visto bueno, fue condición indispensable para la admisión, de los que ejercían el Periodismo, en la lista de fundadores, publicada luego en Gaceta Oficial. AD y Copei metieron por Caracas, a mucha gente que no era periodista.
Sin embargo, el trabajo que nosotros hicimos, desde acá, fue justo y acertado. La mayoría ni agradeció ni se acuerda de esta gestión. Pero nos quedó la satisfacción de contribuir a la
conformación de una de las mejores seccionales de nuestro Colegio.
Y aquí seguimos, rodeado de jóvenes universitarios, hasta que Dios quiera, por lo cual agradecemos a la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Arturo Michelena, dirigida por Luis Alonso Hernández, esta distinción que expresa el valor de la constancia.
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