"¿Recuerdan cuando Juan Pablo II intentó evitar la invasión a Irak? Gracias a la desobediencia de Bush, decenas de cristianos murieron, cientos de miles fueron obligados a dejar su país cada vez más violento...", escribía un amigo. Los hechos han demostrado que la "guerra contra el terrorismo" ha provocado más muertes y ha cercenado más libertades, que lo que hubiera hecho el tirano Saddam Hussein. La operación militar en Libia comenzó el 19 de marzo, un mes después del inicio de la revuelta popular que fue reprimida sangrientamente por Gadafi. Ahora, la OTAN anunció que prolongará hasta finales de septiembre su accionar, que debía culminar el 27 de junio, "para proteger al pueblo libio", ¡vaya cinismo!
Después de más de 9.000 misiones aéreas, el conflicto está empantanado. Según el gobierno libio, 718 civiles murieron y 4.067 fueron heridos en los ataques de la coalición hasta el 26 de mayo. La OTAN, se defendió argumentando que no tenía gente en el terreno para realizar una evaluación. ¡Vaya irresponsabilidad!: tirar bombas (y matar personas) sin saber dónde. El conflicto ha causado miles de muertos, según el fiscal de la Corte Penal Internacional, 893.000 personas abandonaron el país y al menos 1.200 murieron o están desaparecidos tratando de emigrar a Europa.
Según el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ambas partes cometieron crímenes de guerra, la mayoría el régimen de Gadafi y por unos "pocos" los rebeldes. La ironía es que, el tirano libio y los aliados, ¡usan las mismas armas! Solo el gobierno español vendió, en 2010, armas a Libia por más de US$ 11 millones, y recién en febrero detuvieron el comercio. De paso, digamos que el principal cliente militar del gobierno español que también vendió al régimen egipcio, es Hugo Chávez quien, en 2010, gastó US$ 300 millones en barcos y munición para buques. Además, Venezuela compró gases lacrimógenos por US$ 2,5 millones.
Hablando de España, luego de 45 días, el movimiento de los "indignados" busca cambiar de estrategia porque "la Puerta del Sol es un símbolo" pero hay que iniciar el levantamiento de las carpas, dicen, "ignoradas por el Gobierno". Muchos habían pedido la represión violenta de los acampantes que, de haberse concretado, habría exacerbado la furia y la revuelta sería imparable. Pero, al no respondérseles con violencia, las cosas malas que han hecho, como ocupar espacios que son públicos y no exclusivamente de ellos, se van desarticulando por su propio peso porque, como dice el sabio refrán, "no hay mal que dure cien años", ya que el mal jamás puede vencer al bien, precisamente, porque son mal y bien.
Lo mismo hubiera ocurrido con Gadafi, si en lugar de la violencia hubieran trabajado con, y en búsqueda, de la paz, el saldo de muertos, caos y destrucción sería mucho menor y su tiranía "no duraría cien años".
Los asambleístas, "para dejar de ser ignorados por el Gobierno", se centrarían en las comisiones de barrios, las asambleas semanales en la madrileña Puerta del Sol y una gran comunidad en la Red: un "Ciberparlamento" que "saltará las barreras físicas, evitará problemas legales y dará un nuevo impulso al movimiento global".
En fin, que quede claro que la afirmación de que solo a través de la paz se resuelven los conflictos (mientras que la violencia siempre destruye) no es un "me gustaría" o una cuestión de fe, es, sencillamente, una sentencia científica irrefutable.
Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
alextagliavini@gmail.com
Acompañemos a los sectores que protestan y presionemos a nuestros líderes para que también actúen
Desde hace tiempo los periodistas recibimos mensajes de nuestras audiencias y lectores preguntando qué es lo que nos pasa a los venezolanos que lucimos tan "pacientes" frente a los ilegales atropellos del Gobierno y de los poderes públicos que Chávez controla inconstitucionalmente a su antojo. Los mensajes han arreciado y vienen ahora acompañados de frases como "¿Dónde está el bravo pueblo?", o tan tajantes como "los venezolanos tenemos sangre de horchata". No pocos citan como paradigma las rebeliones del mundo árabe y hasta a "Los indignados" españoles quienes, a juzgar por las agresiones contra diputados y alcaldes, han devenido en malandrines extremistas.
Cada día aumenta el número de venezolanos desesperados por la inocultable ingobernabilidad, como registran las redes sociales y hasta los "papelitos" recibidos en los medios. Parecieran olvidar que diariamente ocurren numerosas protestas en el país. Los sindicalistas democráticos de Guayana están siendo víctimas de los matones a sueldo del Gobierno quienes, fungiendo de dirigentes sindicales, tienen varios asesinatos en su haber, como el reciente de Renny Rojas, trabajador de Ferrominera, cuyo presunto autor material, el rojo Héctor Maicán, fue liberado por el juez Carlos Oronoz, quien eliminó la imputación de delito de homicidio, por el de "porte ilícito de armas y lesiones leves". Inmoralidad como aquellas que enviaron a la prisión a la jueza Afiuni y a los comisarios Forero, Simonovis, Vivas o a Peña Esclusa, encarcelados por un Poder Judicial envilecido. Numerosos juristas comparan a la "justicia" venezolana con la de Hitler, al haber devenido en un aparato terrorista manejado por Chávez para silenciar adversarios políticos o a quienes no cumplen sus vengativos deseos.
Esta semana protestaron los estudiantes de todo el país en Mérida; los maestros en Caracas, Mérida y Guárico exigiendo contratación colectiva y aumento salarial; los médicos por la ruina de los hospitales y por salarios dignos, quienes no fueron recibidos por la ministra de Salud, cada vez más insolentemente rojita. Protestan los conductores del transporte público, hartos de que muchos de sus compañeros hayan sido asesinados, sin que se les garantice su derecho a la vida y al trabajo. Se repiten las trancas de los damnificados, cansados de vivir en refugios inmundos y de que no llegue la vivienda prometida. Protestaron en el Zulia y en casi todo el país por los apagones de más de 30 horas, que comprueban la ineptitud, corrupción y engaño de un Gobierno que nos aseguró haber resuelto el problema de la electricidad, para comprobar ahora que la construcción de las obras eléctricas registran atrasos de hasta 70% por falta de pago a las contratistas, mientras el enfermo sigue en La Habana con la chequera de la que ha regalado más de $6 mil millones a los cubanos. El inepto Rodríguez Araque nos culpa de dilapidar una electricidad inexistente ("exceso de consumo" dice el cínico) mientras que las focas y el enfermo añaden que es "sabotaje". Ni siquiera nos conmovimos ante los 37 asesinados en El Rodeo, prueba espantosa de la incapacidad oficial.
Así que protestas hay, pero aisladas, porque mientras los ciudadanos hacemos catarsis en las redes sociales, quienes protestan lo hacen solos, sin el necesario apoyo de la MUD y de la sociedad civil. Los médicos debieron ir acompañados de los muchos pacientes atendidos y los maestros, de los padres y alumnos. El gobernador del Táchira pide que el TSJ "ponga freno" al abuso de poder del Ejecutivo, a sabiendas de que el TSJ es cómplice y siervo de Chávez. Debemos ser todos: los alcaldes, gobernadores, partidos y ciudadanos los que salgamos a la calle a protestar pacíficamente contra la violación de nuestros derechos, y no lo hacemos, nos conformamos con escribirlo en Twitter (y los políticos con declarar a los medios). El economista Ricardo Hausmann, directivo de Harvard, dijo estos días que había que darle "un parao" al endeudamiento ruinoso emprendido por Chávez, advirtiendo a los acreedores que esa deuda es ilícita y que podría no ser pagada en el futuro. Tarea para la MUD y los economistas nacionales. No hablemos de nuestra imperdonable paciencia ante la rapiña oficial con la excusa de la "Misión Vivienda".
J.C. Sosa Azpúrua escribió esta semana (EU) que "el pueblo está cansado de los viejos trucos, se marea y empieza a vomitar". Más que vomitar, debemos actuar: acompañemos a los sectores que protestan por sus penurias, que son las nuestras y presionemos a nuestros líderes para que también actúen, porque todos somos víctimas de esta satrapía destructora. Si nos limitamos a ver en los demás "sangre de horchata", mientras contemplamos las protestas por Globovisión, estaremos perdidos.
mcolomina@gmail.com
abogados, desde los grandes penalistas valencianos que conformaban la empresa
que lo convirtió en su inocente "chivo expiatorio", culpables ellos de la carga que
se le imputa a mi amigo a quien INTERPOL y nuestra fuerza policial ya descubrió
y declaró inocente pero no sale porque NADIE paga el dineral que lo tiene en el
horror que vive, ya que no tiene los reciursos económicos necesarios para asumir
ese monto en $$$$. De verdad, los abogados son de terror...Y no digo más porque
me pasaría de palabras que no debo decir, después de ver lo que he visto y vivido
con él...
Diversas denominaciones se observan acerca del tema in comento, a saber: decálogo del abogado o mandamientos a respetar en su ejercicio profesional, ministerio del abogado y por último, la moral y ética o deontología jurídica. Todas las anteriores son válidas a la hora de advertir que se trata del respeto a las normas y principios fundamentales que debe obedecer el abogado al brindar u ofrecer sus servicios a quienes lo requieran.
Por una parte, ya el maestro uruguayo y procesalista Eduardo Couture, autor del famoso Decálogo del Abogado (1950), dejaba escrito: "el Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando". Incluso, siglos atrás, San Ivo de Treguier (1253-1303), llamado "Patrono de los abogados", precisó: "Ningún abogado debe aceptar más querellas de las que su tiempo disponible le permita". Acerca de esta última afirmación, nos preguntamos: ¿qué pensar sobre funcionarios públicos que se ven abrumados de numerosos expedientes sin el tiempo necesario para sustanciarlos? Asimismo, el profesor Ángel Ossorio, sentenció en España (1930): "pon la moral por encima de las leyes".
Hemos sostenido que el abogado en Venezuela está obligado a acatar no solo las reglas éticas en la actividad diaria, también respetará el interés ajeno de su representado como interés personal, para aumentar el grado de diligencia en los casos que asuma. El abogado honesto es aquél que le enseña a su cliente el camino correcto, aunque éste no acepte el consejo y equivoque al decidir. En los tiempos que corren, algunos profesionales del Derecho subrayan que todo vale al momento de resolver un problema, siempre que la defensa de quienes han depositado su confianza en el abogado lo requiera y la moral lo permita. No obstante, la ética, la razón y el derecho, persisten en constante conflicto.
Son ejemplos precisos de lo anotado las soluciones jurídicas aportadas por los abogados expertos en Venezuela en los temas como: conflictos entre accionistas por los bienes de la sociedad y el reparto de las utilidades; la cobranza de deudas; el reclamo del pago de las prestaciones sociales del trabajador despedido; la inamovilidad laboral; la venta del inmueble bajo el contrato de opción de compra; auditorías o segunda opinión legal; protéjase o cúbrase patrimonialmente, la demanda por rendición de cuentas intentada por el socio minoritario en contra de los demás accionistas mayoritarios; y el pago de indemnización por accidentes laborales, aéreos, marítimos y de tránsito. Así, es importante al momento de exigir nuestros derechos, disponer de la adecuada asesoría legal mediante abogados especialistas en las diversas áreas a tratar.
Abogado y profesor UCV, UCAB y USM
www.protejase.com.ve
asomivis@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario