Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 19 de junio de 2011

Gracias a ti, Padre Fidel Castro...El noveno cículo del Infierno de Dante te espera con la candela prendía

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Caracas da pena
HUMBERTO JAIMES QUERO | EL UNIVERSAL
domingo 19 de junio de 2011 11:42 AM

El caos visual y la destrucción de las obras de arte refuerzan su progresivo deterioro

El mantenimiento de obras de arte exhibidas en los espacios públicos de la ciudad es una tarea necesaria porque permite afianzar valores estéticos que nutren el espíritu colectivo. Sin embargo, en el caso de Caracas es una labor amenazada por fuerzas oscuras que están convirtiendo a la capital en una urbe repugnante.

Quien se pasea por las riberas del río Guaire, en Las Mercedes, puede constatar los vestigios apenas perceptibles de una antigua creación de Cruz Diez, sepultados hoy entre restos de basura, aguas negras, sedimentos de arena y un penetrante olor fétido.

Un panorama similar, aunque menos drástico, se percibe al asistir al Teatro Teresa Carreño, en cuyo techo sobrevive una célebre invención de Jesús Soto ya deteriorada y convertida en el mero recuerdo de unos tiempos pasados que seguramente fueron mejores. Mientras que la estatua dedicada a Cristóbal Colón, en el paseo que lleva el apellido del navegante, es una auténtica vergüenza; decapitada, tapizada con pintas de toda especie, parece un homenaje a la barbarie, a ese fantasma que persigue a la ciudad. ¿Qué sentido tiene seguir exhibiendo ese esperpento?; ¿no sería mejor retirarlo o sustituirlo por otra obra?

No estamos ante un problema de recursos económicos, porque los ingresos petroleros han sido más que suficientes para haber mantenido a la ciudad en condiciones óptimas de limpieza, seguridad y haber garantizado que las obras de arte no fueran ultrajadas, sometidas al vandalismo y otras calamidades. Estamos ante un problema de mayor complejidad que tiene que ver con la mentalidad de las autoridades y un buen sector de la población.

En efecto, en gran parte de los espacios públicos de Caracas existe la terrible sensación de que no hay autoridad ni orden legal, ni una mínima consideración respecto a todo aquello que posee valor artístico e histórico y nutre nuestra empatía con la urbe. El principio que prevalece es que cualquier pueda hacer lo que se le viene en gana, desde dejar sus heces fecales hasta arrojar restos de comida, licor, lubricantes, vómito y un largo etcétera. Esto no es nuevo, pero se ha profundizado en los últimos tiempos.

La situación ha llegado a tal extremo que caminar por algunas partes de la ciudad se ha hecho insoportable, no sólo debido a los olores de excremento, basura y sustancias putrefactas que desbordan los espacios, sino a la presencia de un irracional mosaico de murales, graffiti, propaganda política y otras expresiones que no obedecen a un sentido estético estudiado, que se deterioran con el tiempo y finalmente dan una sensación de caos visual. En este tipo de contexto, cualquier obra de arte pierde significación. Es como si no existiera.

Para mostrar obras de arte en los espacios públicos se requieren no solamente dólares, sino estimular una cultura de apreciación estética, así como una férrea noción de autoridad y orden público. Pero ello está bastante lejos de lograrse en la actualidad, porque hay gobiernos municipales e instituciones oficiales que no tienen un verdadero interés en rescatar una urbe deteriorada, sino que hacen todo lo contrario: atiborran la ciudad de propaganda política, murales de baja calidad, así como rostros y lemas que no producen ningún efecto estético benefactor. Lo más paradójico es que de estas mismas instituciones a veces invierten fortunas para "rescatar la ciudad" a través de la limpieza y pintura de fachadas. Tal ambigüedad es típica de un país sin brújula, cuyo Estado no sabe dónde está parado ni hacia dónde va.

Quito, Bogotá, Santiago de Chile y otras ciudades de la región avanzan favorablemente en materia de ornato público, en medio de adversidades y sin la fortuna petrolera venezolana. Lo mismo atañe a Varsovia, Praga, ciudades que unos años atrás soportaron el poder destructivo de la guerra y hoy, con modestos recursos, han alcanzado importantes logros. Por eso miles de turistas las visitan todos los años, se sienten a gusto apreciando creaciones artísticas instaladas en espacios públicos atractivos y bien conservados, que no hieden ni espantan por su fealdad.

Duele decirlo pero es la verdad. En el concierto mundial de las grandes ciudades, Caracas da pena.

humjaro@yahoo.com


Formalidades

Un Presidente venezolano no puede actuar fuera del país, está en manos de poderes extranjeros

GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
domingo 19 de junio de 2011 12:00 AM

La ciudad de Caracas es la capital de la República y el asiento de los órganos del poder nacional. Lo dispuesto en este artículo no impide el ejercicio del poder nacional en otros lugares de la República". Así de claro es el artículo 18 de la Constitución, afirmando el principio elemental de que el Presidente de Venezuela sólo puede actuar en Venezuela, o que el Tribunal Supremo de la República debe sentenciar en la República. El poder nacional, el Presidente es parte de él, sólo puede ejercerse en algún "lugar de la República", no en La Habana, o en Washington o en el Vaticano, lo mismo da.

Las razones son obvias: el control sobre el Presidente en el exterior lo tiene el país en que se encuentra, no se diga nada si está convaleciente de una operación quirúrgica. Imaginemos que en vez de estar en el hospital cubano, el presidente, por supuesto otro, pitiyanqui y vendepatria, se hubiera ido a operar al Bethesda Militar Hospital, cerca de Washington (ese es el que sale en las películas). Y allí, rodeado de la CIA, el FBI, la DEA, le da por firmar nada más y nada menos que ¡una ley de endeudamiento propia de los Belzares!

Ya se oye en las augustas curules patrias al diputado chavista de turno, invocando desde Túpac Amaru hasta el Che Guevara para denunciar la entrega de la soberanía y la postración a que habríamos llegado en manos de la burguesía nacional lacaya del imperialismo. Y tendría toda la razón. Y ahora, en otro momento aciago de la historia venezolana a cargar en la cuenta chavista, cuando esto ocurre de verdad, los mismos diputados sedicentemente nacionalistas hablan de "formalidades".

El remordimiento del Gobierno es tal, que la publicación del superendeudamiento, del gorila socialista (que no cabe ni en la jaula de King Kong), la tan esperada Gaceta reza que la ley se firmó en Miraflores, con los ministros presentes. Tamaño embuste, ya denunciado con valentía por el diputado Marquina, es prueba suficiente de que aquí nadie duda de que el Presidente sólo puede gobernar en Venezuela y no en suelo de potencia extranjera.

Nada de esto tiene que ver con la enfermedad del Presidente ni con el permiso que se le dio. Los problemas jurídicos que tales circunstancias generan son otros y ya habrá tiempo de resolverlos. Un Presidente venezolano no puede actuar fuera del país, está en manos de poderes extranjeros, sean cuales sean.

glinares@cjlegal.net

ngobernabilidad y protesta

Se confunden Estado, gobierno, partido, autoridad, dominación y se asoma el totalitarismo

JUAN MARTÍN ECHEVERRÍA | EL UNIVERSAL
domingo 19 de junio de 2011 12:00 AM

El régimen tiene bajo su dominio a 30 millones de venezolanos, una tercera parte son en mayor o menor grado incondicionales, y el resto es opositor, independiente o neutro, que es aquel ciudadano pasivo, que sin hacerse muchas preguntas ni plantear interrogantes, similar a una planta o un animal doméstico, respira, camina, come varias veces al día, se viste, forma parte del paisaje urbano o rural y trata de expresarse políticamente lo menos posible; por eso no vota ni disiente, ya que percibe que así son mayores sus posibilidades de sobrevivir día a día. En ese escenario el político, profesional socialista radical o democrático, es el protagonista de hechos que puede comprender solo en parte, ya que no dispone de todas las piezas del rompecabezas; salvo que escuche la voz de la calle.

Para llegar a la verdad el actor político necesita de los ciudadanos que son espectadores comprometidos y tienen un campo de visión directo sobre el terreno, porque sufren el costo de vida, la inseguridad, el transporte, los cortes eléctricos y la atmósfera casi irrespirable que sufre la nación, donde hay un alto porcentaje de terminar en un tribunal aun por la protesta más justificada. El régimen quiere ciudadanos pasivos y no acepta la crítica, prefiere venezolanos sometidos y ello le quita fuerza a la sociedad, facilitando los espacios que indebidamente ocupa el gobierno.

En esa situación los gobiernos buscan controlar la opinión pública, porque aplican las medidas económicas que se ajusten en este caso al socialismo radical, no les interesa la estabilidad presupuestaria ni el futuro de las próximas generaciones, sino disponer de recursos a granel para ganar elecciones y ayudar a líderes extranjeros con iguales intenciones; de allí que tengan poco interés en generar políticas de empleo, alcanzar pactos esenciales con la oposición, gobernar con ministros capaces para asegurar resultados que beneficien a la población y temen, como al demonio, a la división de poderes impidiendo la vigencia de un Poder Judicial autónomo o una AN que ejerza su poder de control. La consecuencia es que se confunden Estado, gobierno, partido, autoridad, poder, dominación y lo que se asoma es la cabeza del totalitarismo, por ello no funcionan los niveles intermedios que son los únicos capaces de solucionar las demandas de los ciudadanos.

El poder autoritario es improductivo, por eso los millares de inmuebles y de empresas tomados por el régimen están abandonados o disminuyen su capacidad de producción, generándose empleos en otros países. La imposición de la ideología y la voluntad de un jefe supremo monopoliza todos los poderes, no hay diálogo, ni pluralidad ni se atienden las necesidades fundamentales de las comunidades, queda un vale que puede convertirse en una vivienda o en una promesa gaseosa que no culmine en nada: la realidad es que se pueden construir cien mil o algunas viviendas más en dos años, pero es imposible construir dos millones. La ingobernabilidad daña gravemente la democracia, mostrando un escenario de destrucción que se asimila a la barbarie.

juanmartin@cantv.net


Miraflores en La Habana

Estamos frente a la estrategia de campaña más vergonzosa de nuestra historia contemporánea

LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 19 de junio de 2011 12:00 AM

La corresponsal preguntó: ¿Cree usted que la convalecencia de Chávez en Cuba genera un vacío de poder? No, respondí de inmediato. Lo que hay es vacío de respeto a los venezolanos, sus tradiciones y sus símbolos.

El Presidente está enfermo y necesita tiempo para recuperarse. Eso es normal. Es un ser humano (aunque algunos, incluido él, piensen lo contrario). En un país transparente, la población habría sido informada oportunamente, en detalle y por médicos calificados sobre la salud de su jefe de Estado, así como la duración estimada de su convalecencia.

En este caso particular se juntaron dos problemas: una lesión en la rodilla (dada a conocer con muy poca claridad) que lo mantuvo encerrado en Caracas, y luego un absceso pélvico como manifestación de una lesión que aún se desconoce y tuvo la puntería de aparecer justamente cuando visitaba La Habana. Dentro de lo malo, fue bueno que brotara allí, dada la preferencia del presidente Chávez por el sistema de salud cubano sobre el local. Yo hubiera preferido que una cosa de esas me diera "por casualidad" en la puerta del Hospital de Clínicas Caracas o con suerte (y una buena póliza) en la acera sur del John Hopkins Hospital. Pero, bueno, no se escoge donde se presentan las emergencias ¿O sí?

Al ser ofrecidos los "partes médicos" tan malos, escasos y ambiguos, es lógico que se disparen los rumores que se pasean desde una "lipo" para mejorar su figura, un problema de columna que afecta su movilidad en campaña o una lesión de gravedad, hasta el correo de mal gusto de un radical extremo que atribuye el quebranto presidencial a una bacteria por la cual propone elevar una plegaria.

No hay una versión oficial que vaya más allá de que el Presidente tiene un absceso pélvico y los médicos creen que debe quedarse en Cuba por tiempo indefinido. Evidentemente no se trata de un catarro. El quebranto del Presidente es serio. Afortunadamente, según lo han indicado voceros oficiales, no compromete su vida ni sus facultades físicas o mentales, aunque sí su actividad y presencia en el país. Así las cosas, lo normal, lo adecuado, lo legítimo según nuestra Constitución es que el vicepresidente, Elías Jaua (designado por el mismo Chávez y completamente comprometido con su revolución), asuma temporalmente, como corresponde a sus funciones, el cargo de Presidente.

Nadie le está pidiendo que renuncie ante esa falta transitoria y justificada y nombre como sustituto temporal a Ramón Guillermo Aveledo. Simplemente se requiere activar el procedimiento constitucional y encargar a su mano derecha, de modo que el país no pase por el bochorno de recibir sus actos de gobierno, leyes y decretos, nombramientos de funcionarios públicos y decisiones de soberanía desde territorio extranjero, convirtiendo a La Habana en el asiento del Poder Ejecutivo venezolano.

Pero no hay vacío de poder. Ese está llenito, Chávez está mandando, las instituciones están respondiendo a sus propósitos de marketing político para conjurar percepciones sobre su debilidad de salud, precisamente en momentos que prepara una campaña electoral para reelegirse y completar gobierno de al menos 20 años.

Las decisiones de las instituciones colonizadas le dan "legalidad" revolucionaria al hecho de mandar desde Cuba y no hay líder de su grupo que le amenace o haga sombra. Chávez está convaleciente, pero controlando el poder. Pero no queda la menor duda de que estamos frente a la estrategia de campaña más vergonzosa de nuestra historia contemporánea. Aún así, mis mejores deseos por la pronta recuperación de la salud del Presidente. Después de todo, para las próximas elecciones la va a necesitar.

luisvicenteleon@gmail.com @luisvicenteleon

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