Notitarde19-06-2011 |
A los 93 años de edad Falleció leyenda del béisbol
Héctor Benítez "Redondo"
Caracas, (AVN) .- A los 93 años falleció el beisbolista Héctor Benítez "Redondo", quien formó parte del equipo campeón de la IV Copa Mundial de Beisbol en 1941, que se disputó en La Habana, Cuba, informó una nota de prensa emitida este sábado por el Ministerio del Poder Popular para el Deporte.
Fue conocido como el "Maestro del cordón de zapato" por sus espectaculares atrapadas en los jardines, donde lució con elegancia y gran seguridad su destreza como el mejor jardinero central de todos los tiempos en la pelota venezolana. Se ayudó con el rifle de su brazo, potente y de gran puntería.
Nació en La Alcabala, parroquia Sucre, municipio Libertador, el 1 de octubre de 1918.
A los 8 años se inició en el béisbol con el equipo Borinquen, luego pasó al Venezuela y participó en el primer campeonato nacional infantil de 1933.
También jugó con el "Vencedor de Valencia" que lo llevó a Panamá en los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe. Vistió la camiseta del Valdés, (1939). Gavilanes,(1939-40), Caracas (1940), Venezuela (1941), Cervecería Caracas (1942-1945) e integró la selección nacional en varios torneos internacionales.
Ficha de Héctor Benítez "Redondo"
Fecha de nacimiento: 01 de octubre 1918/ Fecha del deceso: 18 de junio 2011
Lugar de nacimiento: La Alcabala, conocida hoy como la estación del Metro Gato Negro, parroquia Sucre, municipio Libertador.
Formó parte del equipo que representó a Venezuela en la IV Copa Mundial de Beisbol, realizada en La Habana, Cuba en el año 1941, la cual venció de manera contundente a las novenas Puerto Rico: 12-1, El Salvador 8-2, México 5-2, Estados Unidos, 12-1, Panamá 7-2 y Nicaragua 6-0.
El cuerpo de lanzadores del equipo lo conformaban: Juan Francisco "Gatico" Hernández, Ramón "Dumbo" Fernández, Felipe Gómez, Benjamín Chirinos, Daniel "chino" Canónico, Pedro "buzo" Nelson. Mientras que en el infield estaban Luis Romero Petit (tercera base), José Antonio Casanova, (campo corto), Dalmiro Finol, (segunda base), José Pérez Colmenares (primera base) Enrique "Conejo" Fonseca (receptor), Atilano Malpica (utility).
Víctor José López – En su introducción a la biografía de Héctor Benítez, Antero Núñez recuerda la palabras del pionero del periodismo deportivo nacional, Juan Antillano Valarino ”Avejota”, cuando en 1938 escribió que “hay un jugador que si continúa como va, llegará a ser algo serio; batea de manera terrible, fildea con justeza; lanza fuerte, pronto y bien y corre con velocidad e inteligencia”.
Cada una de estas palabras pudo describir en su mejor momento a Willie Mays, para muchos, incluyendo a Ted Williams, le consideran el más completo de los peloteros en la historia de las grandes ligas. Fueron palabras proféticas que pronosticaron mucho antes que alcanzara el estrellato a Héctor “Redondo” Benítez, un pelotero de mucha calidad, que reunió condiciones magníficas para ser considerado como el más versátil de los peloteros de su época.
Hoy a las siete de la mañana nos enteramos de su deceso, gracias a una llamada de Ramón Corro, siempre pendiente de los “muchachos del 41” de los que sólo queda Luis Romero Petit.
Ayer fueron llevados a la última morada los restos del “Carrao” Bracho, hoy muere “Redondo” Benítez y surge como siempre ocurre, la pregunta: ¿Y quién será el tercero? Porque existe una cábala en el mundo de los espectáculos, ya sea en los escenarios del teatro o cinematográficos como en los campos deportivos, “Cuando muere uno son tres los que se van”.
Vale señalar, antes de internarnos en breve semblanza biográfica, que “Redondo” fue un apodo que con cariño le endilgó la gente del beisbol, desde que Héctor dio los primeros pasos en los diamantes del beisbol. Era cuando muchacho, regordete, redondo, y así le conocieron. El apodo, de manera increíble, desplazó al apellido Benítez.
Redondo Benítez, miembro del Equipo del Milenio, fue conocido como el “Maestro del cordón de zapato” por sus espectaculares atrapadas en los bosques, donde lució con elegancia y gran seguridad su destreza como el mejor jardinero central de todos los tiempos en la pelota venezolana. Se ayudó con el rifle de su brazo, potente y de gran puntería.
Héctor nación donde hoy está la Estación de Gato Negro del Metro de Caracas, en Catia, en lo que se conocía como La Alcabala, el primero de octubre de 1918, es decir que llegó campante a los 93 años de edad. Muchachito muy aficionado a los deportes jugó en el Borinquen, su primer equipo antes de militar en el Venezuela, que dirigía El Chato Candela. Con ese equipo participó en el I Campeonato de Beisbol Infantil de 1933, con 14 años de edad.
Creció con el Vencedor de Valencia donde formó equipo junto a Oscar y Atilano Malpica, Benito Torrens, Eusebio Díaz, “Cachito” Penso entre otros grandes de aquella gran novena que nos representó en el primer campeonato de beisbol internacional de un equipo venezolano en Panamá en los IV Juegos centroamericanos y de Caribe donde Venezuela, además del beisbol estuvo representada por Chiquitín Ettedgui y Teo Capriles en Atletismo y Ciclismo, “·El Viejo” Viso en baloncesto, el teniente Buenaño en Ecuestre, una selección de fútbol.
México fue campeón, con ocho profesionales en su novena”: lo que provocó una protesta por parte de Chiquitín Ettedgui que manifestó” es como si Venezuela se hubiera armado con Vidal, Inojosa y Chucho Ramos, ¡habríamos barrido!”
Benítez jugaría en Primera División con Valdés, (1939), Gavilanes,(1939-40), Caracas (1940) Venezuela (1941),y con el Cervecería Caracas (1942-1945), participando como miembro de la Selección Nacional en los diversos eventos a los que asistió Venezuela, como los Campeonatos Mundiales, las series Interamericanas y los todos estrellas del Caribe contra el American All Stars integrado por las Estrellas Negras del beisbol de los Estados Unidos, donde jugaban los mejores exponentes del beisbol negro que tuvieron cerradas las puertas de la integración a las Mayores, hasta que aparecieron Jackie Robinson, Larry Doby y Satchel Paige.
En 1946 integró el “puros criollos” del cervecería Caracas cuando el 3 de marzo de 1956 formó parte del conjunto que se impuso al poderoso Vargas 6 carreras a 4 en el Estadio San Agustín. Aquel histórico día la reseña de Antero Núñez registra “Benítez “Redondo” realizó cinco engarces feriales”… Por el Cervecería los Batres de Carrasquelito y de Héctor Benítez destruyeron el poder de la batería que formaron Roy Welmaker y Roy Campanella.
Aquel Cervecería enfrentó por primera vez al Magallanes el 24 de marzo de 1946, cuando nació la más apasionante rivalidad en el deporte venezolano. Cervecería se impuso 11 por 7 al Magallanes, y “Redondo” Benítez fue el tercer bate, bateó de 5-4, con 3 carreras anotadas. Sus compañeros de equipo fueron “Tirahuequito” Machado, Rf, Romero Petit, 3b; de cuarto bate “El Ovejo” Finol, 2b; Carrasquelito, Ss. (5-2); Guillermo Vento, Lf; “El Camello” Briñez, 1b; “El Conejo” Fonseca, C; el pitcher fue Jorge Arrieta, ganador del primer Cervecería – Magallanes, que perdió “El Gatico” Hernández.
Hasta 1951 estuvo con el Cervecería, jugó pelota profesional en la Liga de Lara, con el Venezuela de Yanesito, fue a la Serie del Caribe con el Cervecería, jugó pelota profesional en Colombia. En fin, un pelotero de grandes condiciones, siempre ganador y parte muy importante del béisbol venezolano. El Willie Mays de Venezuela, por la pimienta que le ponía a su juego
Los Hérores del 41: Manager: Manuel Antonio Malpica. Delegado: Abelardo Raidi.
Daniel “Chino” Canónico, lanzador, ganó 4 juegos. José Antonio Casanova, campo corto.
José Pérez Colmenares, jardinero derecho. Pedro “Buzo” Nelson, el único que no vió acción. Juan Francisco Hernández, lanzador. Felipe Gómez, relevista de postín. Enrique Fonseca, receptor. Ramón “Dumbo” Fernández, relevista zurdo. Benjamín Chirinos, lanzador derecho. Dalmiro Finol, segunda base. Atilano “Inga” Malpica, gran utility de infield. Francisco “Tarzán” Contreras, utility. Luis Romero Petit, tercera base. Domingo Barboza, lanzador. Julio Bracho, lanzador. Héctor Benitez Redondo, jardinero. Guillermo Vento, receptor . Jesús “Chucho” Ramos, jardinero izquierdo.
Willie Mays, en todas partes
Mari Montes – Cuando se revisa la lista de los mejores jugadores de beisbol de toda la historia, aparece el nombre de Willie Mays.
Desde que debutó en las Mayores con toda su genialidad, se discute sobre si es el mejor jugador de todos los tiempos. Surgen otros nombres como Babe Ruth, Lou Gehrig, Ted Williams y se destacan sus habilidades como bateadores, pero cuando se habla del pelotero más completo, el que podía hacerlo todo, batear, fildear, correr las bases y ejecutar los fundamentos del juego con genialidad superior, aparece el nombre de Willie Mays.
En muchas oportunidades, cuando alguien se “hace el loco”, ignoro por qué, aparece el nombre el Willie Mays.
En la película “Manhattan”, de Woody Allen (a quien hasta entonces no imaginábamos muy pendiente de un juego de beisbol), aparece el nombre de Willie Mays.
El alter ego del cineasta, Isaac Davis, reflexiona:
“¿Por qué vale la pena vivir? Esa es una buena pregunta. Bueno, hay varias cosas que creo que hacen que valga la pena. Eeeh, ¿como cuales?… Bien, para mí, yo diría Groucho Marx, por nombrar alguna, Willie Mays, el segundo movimiento de la sinfonía ‘Júpiter’ de Mozart, Louis Armstrong y su grabación de ‘Potatohead Blues’, las películas suecas, naturalmente, ‘La educación Sentimental’ de Flaubert, Marlon Brando, Frank Sinatra, esas increíbles manzanas y peras de Cézanne, los cangrejos de Sam Wo’s”.
Cuando se habla del jonrón más impresionante que se ha conectado en nuestro estadio Universitario, aparece el nombre de Willie Mays.
Se dice que aún no ha caído, ocurrió en la Serie del Caribe de 1955 y se lo dio a Ramón Monzant, lanzador del Magallanes, con el juego empatado a 2 carreras en el inning 11 y con Roberto Clemente abordo, así que ganó 4 a 2 el Santurce de Puerto Rico.
También se recuerda que conectó un batazo que bañó a Earl Rapp jardinero izquierdo del Almendares, Mays voló las bases de forma impresionante, se describe que se deslizó en home encima de Roberto Clemente, que era un gran corredor y se calcula que dio la vuelta al cuadro en menos de 12 segundos para concretar jonrón dentro del parque.
Cuando se habla de las mejores atrapadas de toda la historia, aparece el nombre de Willie Mays.
Y entre mis mejores recuerdos de los cuentos de Alfonso “Chico” Carrasquel, aparece el nombre de Willie Mays.
Fue en un juego en el que Mays se embasó por doblete, Alfonso cubría el short stop y el mexicano Beto Ávila la segunda base, así que la comunicación era en español. “Chico”, con el humor que no perdía nunca, le dijo al camarero: –“¡Bueno, Beto, vamos a sacar out a este maricón!”.
La sorpresa fue grande para los dos, cuando con su característica voz, Willie Mays le gritó, tambien en español: “!Hey, Chico, mi no maricón, Ok?”. El “Cuentacuentos” del campo corto imitaba su tono y yo moría de la risa.
Este 6 de mayo está cumpliendo 80 años, como una vez lo definió Fresco Thompson (segunda base y después ejecutivo), “Willie Mays y su guante, donde los triples van a morir”.
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