Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

martes, 30 de abril de 2013

La gran respuesta a los venezolanos que vivimos las miserias humanas que destapó el chavismo y que no sabemos cómo manejar, porque no es con odiod y resentimientos que aumentan más la diatriba y la desunión sino a través de fomentar el Poder del Espíritu que se había olvidado por el supuesto materialismo dialéctico...


Carlos Pacheco: Los festivales literarios nos humanizan y nos ayudan a dialogar

Carlos Pacheco, escritor/Manuel Sardá
Carlos Pacheco, escritor/Manuel Sardá
El especialista en narrativa breve venezolana y editor considera que la promoción de la lectura no es sólo un problema de las universidades y de las escuelas, sino también de las familias y el Estado

La afición de Carlos Pacheco por la lectura viene desde la infancia, pues una tía soltera que vivía en su casa tomó como meta personal que el niño se entusiasmara con las historias que ella le contaba todas las noches. Comenzó su relación con cuentos simples y luego, con el tiempo, vinieron los clásicos. En la actualidad es doctor en Literatura de la Universidad de Londres y profesor de esta materia en el posgrado de la Universidad Simón Bolívar, miembro de la Academia Venezolana de la Lengua y especialista en narrativa breve. La meta que se trazó aquella mujer sigue multiplicando frutos hasta el día de hoy, porque su sobrino es embajador de las letras nacionales cada vez que sale del país. Recientemente estuvo un semestre en Colombia como profesor invitado de la cátedra de Literatura Latinoamericana en la Pontificia Universidad Javeriana y también estuvo dos semanas como profesor en un intensivo curso doctoral en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.
Por su perfil, Pacheco es un profesional idóneo para proponer maneras de promocionar la lectura en el país, así como puntualizar los desafíos que afrontan actualmente la literatura y el mercado editorial nacional. Adelanta, sin embargo, que el problema de las letras nacionales es apenas una arista de la lista de asuntos por resolver para la promoción de lectura, es el mismo que el del resto de los sectores en el país, que “el Estado no sólo no ayuda, sino que pone restricciones a la iniciativa privada”.
—¿Qué desafíos tiene el país para que sus habitantes se consoliden como lectores?
—Lo primero que debemos entender es que la promoción de la lectura no puede ser una iniciativa unilateral. La educación de nuevos lectores empieza antes de la escuela: en la familia. Incluso antes del año puede un niño familiarizarse con los libros. Pero luego vienen el preescolar, la escuela primaria y el liceo. Nuestro objetivo debe ser que la relación de los niños y jóvenes con los libros sea cotidiana.
—¿Qué libros podrían lograr este cometido?
—Muchas veces se ha discutido sobre cómo motivar la lectura. Antes se planteaba que se debía enseñar literatura desde los clásicos; no importaba si no eran fáciles de digerir o si producían rechazo. Pero creo que debemos buscar obras que el niño disfrute. Sólo si se entretiene se convertirá en un lector asiduo.
—¿Cuál es el papel de la academia?
—Por un lado está la carrera formal de quien va a ser profesor de literatura o crítico. Pero esos son los menos, todos los universitarios deberían seguir leyendo en la carrera. Sólo así podremos educar a seres humanos más complejos que van a dar más a su entorno.
—La Feria del Libro de Venezuela, marcada por la reciente muerte de Hugo Chávez, tuvo una vocación de “luto activo” y algunos temen que el Festival de la Lectura Chacao tome un tinte político. Pero más allá de esto, ¿qué rol tienen estas invitaciones a leer con el desarrollo cultural nacional?
—La atmósfera de la plaza Altamira cuando está la feria es festivo. Los festivales de lectura nos humanizan y nos hacen dialogar. Sin embargo, Filven me hizo sentir ofendido por la avasallante presencia de propaganda política. No tengo nada en contra de que un ser humano tenga interés político y defienda su posición, pero aquel evento me hizo sentir que si no estaba de acuerdo con la propuesta propagandística, yo sobraba. Así que no fui. No está estimulando la lectura sino más bien a que todo el mundo piense de una sola manera.
—Como miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, ¿cree que la vocación panamericanista que promueve la RAE puede servir para la promoción de la literatura venezolana?
—Las literaturas nacionales de América Latina no son conocidas entre los países de la región. Es un punto dramático de incomunicación, absolutamente incomprensible. He estado como profesor invitado en varias universidades y uno queda impresionado por la ausencia total de la literatura venezolana en esos lugares. Lamentablemente, hay una política en las transnacionales del libro incomprensible y editan sólo para cada país. Piensan que la literatura se consume internamente, pero creo que en algún nivel de escritores destacados tendría que haber un desplazamiento de sus libros. Las ferias ayudan mucho, pero lo que se conoce es escaso o nulo. Creo que en el caso venezolano, esa es una empresa a largo plazo, por eso muchas veces hemos añorado los tiempos de Monte Ávila Editores y la Biblioteca Ayacucho en que salían al exterior.
—Pero si ahora los ojos del mundo están puestos sobre Venezuela: las revistas y los periódicos están interesados en su cultura como una herramienta para entender la crisis nacional.
—Si el Estado no facilita las cosas, como no lo hace con ningún productor privado en el país, nunca será posible. Los libros venezolanos que yo he visto presentes en universidades fuera del país son los de la plataforma oficial, no hay editoriales independientes. En la Feria de Guadalajara, el stand venezolano tiene libros de la plataforma venezolana y también los hechos en Cuba, pero ninguno de las editoriales universitarias, que tienen funciones públicas también. Nuestra división ideológica está presente en todas partes del proceso editorial: en la selección de los escritores, en la impresión de los libros, en su distribución, en la venta en unas librerías sí y otras no y en la presencia o falta de presencia en las ferias internacionales.
—¿Qué puede hacer la Academia Venezolana de la Lengua para ayudar a solucionar estos problemas?
—La Academia podría estar más presente en la política del país, pues hoy se inhibe de dar opiniones por discreción, pero su objetivo debería ser salir a buscar a la gente, por la necesidad de divulgación de valores literarios y culturales del país y también para entender su momento.    
Contar cuentos de antes y de ahora. Carlos Pacheco será uno de los invitados especialesal ciclo de foros sobre la valoración de la tradición cuentística venezolanaque fue organizado en conjunto por la editorial Los Libros de El Nacional y lalibrería Lugar Común con ocasión del Festival de la Lectura Chacao y de los 70 añosdel suplemento cultural Papel Literario
Se trata de cuatro tertulias que se celebrarán en la librería Lugar Común (diagonala la plaza Francia de Altamira) a partir del miércoles, de 7:00 pm a 9:00 pm. Continuaránel viernes 3 de mayo, a las 5:00 pm, cuando se hablará de las obras de José Rafael Pocaterra, Rómulo Gallegos, Julio Garmendia y Guillermo Meneses. Al díasiguiente, a las 11:00 am, conversarán sobre los trabajos de SalvadorGarmendia, Gustavo Díaz Solís, Adriano González León y José Balza. El ciclo finalizaráel domingo 5 de mayo, a las 11:00 am, con una jornada de valoración de lacuentística contemporánea en la que participarán Pacheco, Ana Teresa Torres, Federico Vegas y Oscar

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