El Gobierno "legitima la maldad" con "una represión gratuita"
Axel Capriles dice que la frustración "exacerba la violencia colectiva"
No hay controles institucionales sobre los instintos, señala el académico
PEDRO PABLO PEÑALOZA | EL UNIVERSAL
sábado 5 de abril de 2014
El psicólogo social Axel Capriles advierte que sobre Venezuela se derrama un "exceso de maldad".
Capriles observa que en los últimos días "ha habido una especie de represión gratuita", con los cuerpos de seguridad del Estado "persiguiendo a grupos que son prácticamente inocuos".
El académico explica que cuando se pone a una persona en situación de reprimir y de tener autoridad sobre otro y, además, se le proporciona una "ideología legitimadora", se "desatan elementos muy destructivos en la psique humana, expresándose una desconexión moral y una profunda maldad".
Todos contra todos
El experto señala que la República Bolivariana padece "un ambiente de anomia y anarquía tal que no hay controles institucionales ni morales sobre los instintos".
El profesor establece una comparación con los "crímenes gratuitos" que comete la delincuencia común. "Estamos viendo un exceso de maldad en la represión del Gobierno, se está legitimando la maldad", opina.
En el campo de los opositores, Capriles percibe una "reacción desesperada" que empuja hacia "conductas autodestructivas". Ilustra su diagnóstico con las guarimbas, que generan rechazo y molestia a los mismos que cuestionan al chavismo.
"Hay mucha frustración en la población y eso exacerba la violencia colectiva", apunta el psicólogo social, tras resaltar que la sociedad venezolana "está en una situación de anomia donde no hay ni instituciones ni liderazgos que puedan marcar un camino". Frente a este escenarios, sostiene Capriles, "la gente actúa de manera desorganizada".
ppenaloza@eluniversal.com
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No hay controles institucionales sobre los instintos, señala el académico
PEDRO PABLO PEÑALOZA | EL UNIVERSAL
sábado 5 de abril de 2014
El psicólogo social Axel Capriles advierte que sobre Venezuela se derrama un "exceso de maldad".
Capriles observa que en los últimos días "ha habido una especie de represión gratuita", con los cuerpos de seguridad del Estado "persiguiendo a grupos que son prácticamente inocuos".
El académico explica que cuando se pone a una persona en situación de reprimir y de tener autoridad sobre otro y, además, se le proporciona una "ideología legitimadora", se "desatan elementos muy destructivos en la psique humana, expresándose una desconexión moral y una profunda maldad".
Todos contra todos
El experto señala que la República Bolivariana padece "un ambiente de anomia y anarquía tal que no hay controles institucionales ni morales sobre los instintos".
El profesor establece una comparación con los "crímenes gratuitos" que comete la delincuencia común. "Estamos viendo un exceso de maldad en la represión del Gobierno, se está legitimando la maldad", opina.
En el campo de los opositores, Capriles percibe una "reacción desesperada" que empuja hacia "conductas autodestructivas". Ilustra su diagnóstico con las guarimbas, que generan rechazo y molestia a los mismos que cuestionan al chavismo.
"Hay mucha frustración en la población y eso exacerba la violencia colectiva", apunta el psicólogo social, tras resaltar que la sociedad venezolana "está en una situación de anomia donde no hay ni instituciones ni liderazgos que puedan marcar un camino". Frente a este escenarios, sostiene Capriles, "la gente actúa de manera desorganizada".
ppenaloza@eluniversal.com
Capriles observa que en los últimos días "ha habido una especie de represión gratuita", con los cuerpos de seguridad del Estado "persiguiendo a grupos que son prácticamente inocuos".
El académico explica que cuando se pone a una persona en situación de reprimir y de tener autoridad sobre otro y, además, se le proporciona una "ideología legitimadora", se "desatan elementos muy destructivos en la psique humana, expresándose una desconexión moral y una profunda maldad".
Todos contra todos
El experto señala que la República Bolivariana padece "un ambiente de anomia y anarquía tal que no hay controles institucionales ni morales sobre los instintos".
El profesor establece una comparación con los "crímenes gratuitos" que comete la delincuencia común. "Estamos viendo un exceso de maldad en la represión del Gobierno, se está legitimando la maldad", opina.
En el campo de los opositores, Capriles percibe una "reacción desesperada" que empuja hacia "conductas autodestructivas". Ilustra su diagnóstico con las guarimbas, que generan rechazo y molestia a los mismos que cuestionan al chavismo.
"Hay mucha frustración en la población y eso exacerba la violencia colectiva", apunta el psicólogo social, tras resaltar que la sociedad venezolana "está en una situación de anomia donde no hay ni instituciones ni liderazgos que puedan marcar un camino". Frente a este escenarios, sostiene Capriles, "la gente actúa de manera desorganizada".
ppenaloza@eluniversal.com
Encapuchados tomaron las calles en Los Ruices
En Los Palos Grandes, la PNB arremetió tres veces contra manifestantes
En Los Palos Grandes los restos de las barricadas no fueron removidos sino hasta horas del mediodía ADOLFO ACOSTA
Contenido relacionado
NATALIA MATAMOROS | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Durante mes y medio las calles de Los Ruices permanecieron tranquilas. Las manifestaciones cesaron y tras varios días de angustia la calma había retornado entre los vecinos de las calles A y B, pese a que permanecía una fuerte custodia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) frente a las instalaciones de Venezolana de Televisión.
Hace una semana la tanqueta que durante más de dos meses fue colocada en la calle A fue retirada, y solo un grupo de efectivos de la GNB permaneció a las afueras del canal del Estado. La noche del miércoles la tensa calma que reinaba en el lugar nuevamente fue interrumpida. En varios puntos de la calle B grupos encapuchados colocaron barricadas. Promontorios de basura y escombros incendiados, obstaculizaron el paso de vehículos.
"No sabemos precisar si eran vecinos o infiltrados. Todo paso muy rápido. Iba a entrar al edificio en la calle B y vi a un grupo de señoras que acostumbran reunirse a rezar por las víctimas de las manifestaciones y a los pocos minutos, los encapuchados regaron basura y prendieron fuego. Escuché unos gritos, me asomé a la ventana y los efectivos los estaban persiguiendo. Cerré las ventanas, escuché unas detonaciones y corrí hacia la habitación donde tengo a mi madre resguardada", relató Celina Lozada, vecina de la calle B.
Comentó que se escuchaba el sonido insistente de las cacerolas y habitantes de edificios vecinos, lanzaron objetos contra los uniformados para evitar que maltrataran a los manifestantes. "Los encapuchados lograron evadirse y la guardia removió la basura y colocó los promontorios a un lado de la calle. Otra vez me atacaron los nervios por mi madre, una señora de 88 años, a quien tuve que mudarla provisionalmente a El Paraíso para alejarla de los gases lacrimógenos y los conflictos", dijo Lozada.
Hora y media después la situación volvió a la calma. "Tememos que esto se vuelva una costumbre. No pude dormir bien y no se si a raíz de esto tenga que nuevamente llevar a mi madre a un sitio seguro por prevención", relató la dama.
Drama en Los Palos Grandes
Ayer hasta el mediodía, permanecían los restos de las barricadas colocadas por los manifestantes entre la primera y la segunda transversal de Los Palos Grandes, donde fue asesinado el funcionario de la PNB, Jorge Esteven Colina (26).
Una vecina, de nombre María Eugenia Pinto, relató que los funcionarios policiales arremetieron en tres oportunidades contra los protestantes, en su mayoría estudiantes.
"A mitad de mañana pasaron unos motorizados tomando fotografías. Salí de la casa y regresé al mediodía. Me quedé en la estación Altamira y cuando me bajé, comenzó a picarme la cara, producto de los gases".
"Traté de llegar a la casa y me refugié en el apartamento. Llamé a mi hija que trabaja en la Av. Libertador para que tuviera cuidado cuando regresara. A las 5:00 p.m. nuevamente hubo ataques por parte de la PNB contra los muchachos. Mi hija tomó vías alternas para llegar. Cuando abrió la puerta de la casa, me dio una crisis de nervios y la abracé. Se produjo un tiroteo. No pude ni cerrar las ventanas, los vecinos gritaron, nos lanzamos al piso, cuando cesaron los disparos. Observé desde el balcón y me percaté de lo ocurrido con el policía".
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En Los Palos Grandes los restos de las barricadas no fueron removidos sino hasta horas del mediodía ADOLFO ACOSTA
Contenido relacionado
NATALIA MATAMOROS | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Durante mes y medio las calles de Los Ruices permanecieron tranquilas. Las manifestaciones cesaron y tras varios días de angustia la calma había retornado entre los vecinos de las calles A y B, pese a que permanecía una fuerte custodia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) frente a las instalaciones de Venezolana de Televisión.
Hace una semana la tanqueta que durante más de dos meses fue colocada en la calle A fue retirada, y solo un grupo de efectivos de la GNB permaneció a las afueras del canal del Estado. La noche del miércoles la tensa calma que reinaba en el lugar nuevamente fue interrumpida. En varios puntos de la calle B grupos encapuchados colocaron barricadas. Promontorios de basura y escombros incendiados, obstaculizaron el paso de vehículos.
"No sabemos precisar si eran vecinos o infiltrados. Todo paso muy rápido. Iba a entrar al edificio en la calle B y vi a un grupo de señoras que acostumbran reunirse a rezar por las víctimas de las manifestaciones y a los pocos minutos, los encapuchados regaron basura y prendieron fuego. Escuché unos gritos, me asomé a la ventana y los efectivos los estaban persiguiendo. Cerré las ventanas, escuché unas detonaciones y corrí hacia la habitación donde tengo a mi madre resguardada", relató Celina Lozada, vecina de la calle B.
Comentó que se escuchaba el sonido insistente de las cacerolas y habitantes de edificios vecinos, lanzaron objetos contra los uniformados para evitar que maltrataran a los manifestantes. "Los encapuchados lograron evadirse y la guardia removió la basura y colocó los promontorios a un lado de la calle. Otra vez me atacaron los nervios por mi madre, una señora de 88 años, a quien tuve que mudarla provisionalmente a El Paraíso para alejarla de los gases lacrimógenos y los conflictos", dijo Lozada.
Hora y media después la situación volvió a la calma. "Tememos que esto se vuelva una costumbre. No pude dormir bien y no se si a raíz de esto tenga que nuevamente llevar a mi madre a un sitio seguro por prevención", relató la dama.
Drama en Los Palos Grandes
Ayer hasta el mediodía, permanecían los restos de las barricadas colocadas por los manifestantes entre la primera y la segunda transversal de Los Palos Grandes, donde fue asesinado el funcionario de la PNB, Jorge Esteven Colina (26).
Una vecina, de nombre María Eugenia Pinto, relató que los funcionarios policiales arremetieron en tres oportunidades contra los protestantes, en su mayoría estudiantes.
"A mitad de mañana pasaron unos motorizados tomando fotografías. Salí de la casa y regresé al mediodía. Me quedé en la estación Altamira y cuando me bajé, comenzó a picarme la cara, producto de los gases".
"Traté de llegar a la casa y me refugié en el apartamento. Llamé a mi hija que trabaja en la Av. Libertador para que tuviera cuidado cuando regresara. A las 5:00 p.m. nuevamente hubo ataques por parte de la PNB contra los muchachos. Mi hija tomó vías alternas para llegar. Cuando abrió la puerta de la casa, me dio una crisis de nervios y la abracé. Se produjo un tiroteo. No pude ni cerrar las ventanas, los vecinos gritaron, nos lanzamos al piso, cuando cesaron los disparos. Observé desde el balcón y me percaté de lo ocurrido con el policía".
Hace una semana la tanqueta que durante más de dos meses fue colocada en la calle A fue retirada, y solo un grupo de efectivos de la GNB permaneció a las afueras del canal del Estado. La noche del miércoles la tensa calma que reinaba en el lugar nuevamente fue interrumpida. En varios puntos de la calle B grupos encapuchados colocaron barricadas. Promontorios de basura y escombros incendiados, obstaculizaron el paso de vehículos.
"No sabemos precisar si eran vecinos o infiltrados. Todo paso muy rápido. Iba a entrar al edificio en la calle B y vi a un grupo de señoras que acostumbran reunirse a rezar por las víctimas de las manifestaciones y a los pocos minutos, los encapuchados regaron basura y prendieron fuego. Escuché unos gritos, me asomé a la ventana y los efectivos los estaban persiguiendo. Cerré las ventanas, escuché unas detonaciones y corrí hacia la habitación donde tengo a mi madre resguardada", relató Celina Lozada, vecina de la calle B.
Comentó que se escuchaba el sonido insistente de las cacerolas y habitantes de edificios vecinos, lanzaron objetos contra los uniformados para evitar que maltrataran a los manifestantes. "Los encapuchados lograron evadirse y la guardia removió la basura y colocó los promontorios a un lado de la calle. Otra vez me atacaron los nervios por mi madre, una señora de 88 años, a quien tuve que mudarla provisionalmente a El Paraíso para alejarla de los gases lacrimógenos y los conflictos", dijo Lozada.
Hora y media después la situación volvió a la calma. "Tememos que esto se vuelva una costumbre. No pude dormir bien y no se si a raíz de esto tenga que nuevamente llevar a mi madre a un sitio seguro por prevención", relató la dama.
Drama en Los Palos Grandes
Ayer hasta el mediodía, permanecían los restos de las barricadas colocadas por los manifestantes entre la primera y la segunda transversal de Los Palos Grandes, donde fue asesinado el funcionario de la PNB, Jorge Esteven Colina (26).
Una vecina, de nombre María Eugenia Pinto, relató que los funcionarios policiales arremetieron en tres oportunidades contra los protestantes, en su mayoría estudiantes.
"A mitad de mañana pasaron unos motorizados tomando fotografías. Salí de la casa y regresé al mediodía. Me quedé en la estación Altamira y cuando me bajé, comenzó a picarme la cara, producto de los gases".
"Traté de llegar a la casa y me refugié en el apartamento. Llamé a mi hija que trabaja en la Av. Libertador para que tuviera cuidado cuando regresara. A las 5:00 p.m. nuevamente hubo ataques por parte de la PNB contra los muchachos. Mi hija tomó vías alternas para llegar. Cuando abrió la puerta de la casa, me dio una crisis de nervios y la abracé. Se produjo un tiroteo. No pude ni cerrar las ventanas, los vecinos gritaron, nos lanzamos al piso, cuando cesaron los disparos. Observé desde el balcón y me percaté de lo ocurrido con el policía".
Noches de terror y represión
ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Disentir se convirtió en un delito en Venezuela, el derecho a manifestar ha sido burlado por quienes tienen la obligación de garantizar la protesta. El artículo 68 de la Constitución venezolana indica que: Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley. No obstante, no hay protesta opositora que no termine en bombas lacrimógenas, detenidos, heridos y torturados.
El pasado jueves en una operación militar que involucró a más de 700 oficiales de la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana, detuvieron a más de 243 jóvenes que se encontraban en campamentos a las puertas de la sede de la ONU, la OEA, entre otros espacios. Bajo el pretexto de ser "campamentos violentos" el Estado ejecutó todo un despliegue para trasladar a los muchachos a instituciones militares. Cabe destacar, que un operativo de tal magnitud no se ejecuta para combatir por ejemplo, la inseguridad uno de los grandes problemas de los venezolanos, resultaría interesante ver a más de 1000 funcionarios haciendo limpieza en barrios o desactivando las crecientes redes de secuestradores que operan en todo el país, donde posiblemente muchos funcionarios tienen participación.
En otra actuación deplorable, sujetos sin identificación golpearon a Xavier Beckles, un estudiante diagnosticado con síndrome de Asperger, quien cursa el cuarto semestre de informática en la UCAB de Guayana, de acuerdo con la versión de su tío materno, la honorable GNB lo amarró, ocho hombres le cayeron a patadas, le cortaron el cabello con una navaja y lo insultaron con comentarios homofóbicos. Heridas que seguro marcarán la vida del joven y de su familia por mucho tiempo.
Pareciera que la GN y otros cuerpos represivos han sido entrenados por grupos talibanes, a juzgar por el ensañamiento con el que han atacado a estudiantes y ciudadanos, las labores de los cuerpos de seguridad no han sido para retomar el orden, sino para causar más ira en una población que se niega a ser sumisa ante los abusos de poder y frente a jóvenes que ven con angustia como el presente les indica que el futuro será un infierno en un país que no garantiza futuro.
Jóvenes que están siendo asfixiados interna y externamente, ya que quienes han tenido la suerte de poder realizar estudios en otras tierras, actualmente no tienen los recursos para mantenerse afuera, ya que la eficiencia en el control de las divisas se ha burlado de los sueños de los estudiantes dejándolos sin recursos económicos para subsistir, muchos de ellos quienes aspiran culminar sus estudios para regresar a Venezuela y así poner en práctica lo aprendido.
Urge una depuración de todos esos cuerpos de "seguridad" que son actualmente los círculos del terror, violando derechos humanos y aplicando detenciones a todo el que disiente como si se tratase de un delito.
@OrianTw
El pasado jueves en una operación militar que involucró a más de 700 oficiales de la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana, detuvieron a más de 243 jóvenes que se encontraban en campamentos a las puertas de la sede de la ONU, la OEA, entre otros espacios. Bajo el pretexto de ser "campamentos violentos" el Estado ejecutó todo un despliegue para trasladar a los muchachos a instituciones militares. Cabe destacar, que un operativo de tal magnitud no se ejecuta para combatir por ejemplo, la inseguridad uno de los grandes problemas de los venezolanos, resultaría interesante ver a más de 1000 funcionarios haciendo limpieza en barrios o desactivando las crecientes redes de secuestradores que operan en todo el país, donde posiblemente muchos funcionarios tienen participación.
En otra actuación deplorable, sujetos sin identificación golpearon a Xavier Beckles, un estudiante diagnosticado con síndrome de Asperger, quien cursa el cuarto semestre de informática en la UCAB de Guayana, de acuerdo con la versión de su tío materno, la honorable GNB lo amarró, ocho hombres le cayeron a patadas, le cortaron el cabello con una navaja y lo insultaron con comentarios homofóbicos. Heridas que seguro marcarán la vida del joven y de su familia por mucho tiempo.
Pareciera que la GN y otros cuerpos represivos han sido entrenados por grupos talibanes, a juzgar por el ensañamiento con el que han atacado a estudiantes y ciudadanos, las labores de los cuerpos de seguridad no han sido para retomar el orden, sino para causar más ira en una población que se niega a ser sumisa ante los abusos de poder y frente a jóvenes que ven con angustia como el presente les indica que el futuro será un infierno en un país que no garantiza futuro.
Jóvenes que están siendo asfixiados interna y externamente, ya que quienes han tenido la suerte de poder realizar estudios en otras tierras, actualmente no tienen los recursos para mantenerse afuera, ya que la eficiencia en el control de las divisas se ha burlado de los sueños de los estudiantes dejándolos sin recursos económicos para subsistir, muchos de ellos quienes aspiran culminar sus estudios para regresar a Venezuela y así poner en práctica lo aprendido.
Urge una depuración de todos esos cuerpos de "seguridad" que son actualmente los círculos del terror, violando derechos humanos y aplicando detenciones a todo el que disiente como si se tratase de un delito.
@OrianTw
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