¿De quién es el absceso, de Chávez o de Venezuela?
JOSÉ MAYORA | EL UNIVERSAL
viernes 17 de junio de 2011 12:22 PM
Tanto en Venezuela como fuera de ella, las especulaciones sobre la salud del comandante no se hicieron esperar. Analistas políticos, voceros de oposición, ciudadanos comunes y redes sociales, difundieron disímiles apreciaciones sobre el malestar revolucionario. La vocería socialista reaccionó inmediatamente frente a la falta de consideración hacia su corifeo.
Después de doce años de febril actividad lo que debía ocurrir, ocurrió, el inderrotable, incorruptible e inmune comandante Chávez se enfermó. Lo raro es que un ser cuasi épico, cercano a la inmortalidad, se enferme con padecimientos impropios de un guerrero: una purulencia. En otras palabras, el líder de la revolución es vulnerable.
Es normal que un presidente se enferme. Recientemente el presidente Lugo se vio afectado por un cáncer y se sometió al tratamiento correspondiente. Más recientemente el rey Juan Carlos se operó una rodilla y los médicos informaron hasta de la prótesis que le fue colocada. Es decir hubo transparencia informativa.
En el caso venezolano ha habido muy poca información. No sé sabe si la primera operación fue de la rodilla, qué le descubrieron en Cuba, si lo operó un médico o fue un milagro, si fue en un CDI o en una clínica privada.
Así como no sabe qué es lo que en realidad tiene el presidente, si es que tiene algo, tampoco sabemos: cuántos barriles diarios de petróleo producimos; cuánto es el verdadero ingreso nacional; qué se ha hecho con el diferencial de ingresos petroleros; qué ha ocurrido con los presupuestos asignados a obras que no se han concluido; cuál es el verdadero contenido de los acuerdos con Irán; qué ocurrió entre Chávez y Santos. Desconocemos muchas cosas que en una verdadera democracia debieran ser del dominio público: ¿nos van a decir qué es lo que tiene Chávez?
Lo más importante de este episodio es que finalmente vemos coherencia en la revolución bolivariana. La enfermedad es de todo el proceso: el líder, el PSUV, el aparato burocrático, la economía, el presupuesto, la salud pública, la estabilidad emocional de los ciudadanos, los líderes más cercanos al comandante, la energía eléctrica, el régimen penitenciario.
Lamentablemente para Chávez, estas endemias no se pueden ocultar, ni se pueden tratar desde Cuba, ni se curan con más endeudamiento ni con el grotesco ejercicio del poder de la bancada oficialista en la AN y menos aún, dictando leyes y creando nuevos ministerios.
La cura de las endemias del país requiere de otra opinión profesional, de instrumentos de diagnóstico más modernos, de una junta médica con diversas especialidades, con la debida voluntad para curar males y no para crearlos y que entienda que no se puede permitir que ninguna de las endemias llegue a su fase terminal.
Tenemos que pedir por el pronto restablecimiento del líder del proceso pues lo necesitamos bueno y sano para el momento en que deba rendir cuentas claras acerca de un país que él colocó en el umbral de la cuarentena.
mayora.j@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario