Con recetas de familia y detalles se logra sorprender a un padre gourmet
Algunos días, eso de ser la esposa de un chef puede ser un asunto difícil. El Día del Padre, por ejemplo. Agasajarlo con alguna comida significa un enorme reto porque... ¿qué no sabe ese padre de delicias, aromas y sabores?
Desde el principio de su relación, Karinka Delgado de Oropeza se convenció de que ella no tenía mucho que hacer en la cocina. Su esposo, Carlos, lleva casi en los genes la buena sazón y la buena mesa. Además de ser el responsable de los fogones de Comaencasa.com, es hermano de la chef Mercedes Oropeza y trabajó estrechamente durante siete años con Armando Scannone.
Pero Karinka siempre encuentra cómo complacerlo, Junto con Juan Diego, de 5 años, harán que el papá y chef Carlos Oropeza pase un día especial desde antes de levantarse. "Todos los días del Padre le llevamos el desayuno a la cama. Yo me esfuerzo para que las arepas salgan redondas y perfectas. El domingo las haré con varios rellenos para que pueda escoger, aunque tendré que robarle un poco del mojito de cazón que él prepara".
A veces los chefs, con tanto quehacer gourmet, se antojan de lo más simple. "Carlos me pidió que el domingo le preparara perros calientes", dice Karinka. Pero no. Después del resuelto desayuno, se reunirán con la familia ampliada y, como suelen hacer cada año, prepararán una parrilla. "Inevitablemente, Carlos terminará ocupándose de cocinar pero eso es algo que realmente le encanta", concluye Karinka.
Gilda Manosalva de Mazzucato está en una situación parecida a la de Karinka. Su esposo, Sandro, creció en el emblemático restaurante de comida italiana Marcopolo que regentó su padre Amadeo durante muchos años y además, se hizo chef, tiene una empresa de catering y otra de productos derivados de maíz, Hallaricas. Así que Gilda apela a la tradición familiar -pero a la de su propia familia que es chilena- para sorprender culinariamente a su esposo chef con "el puche".
Esa es una sopa chilena que está en un punto medio entre un cocido y un sancocho. Contiene carne de res, repollo y vainitas además de otras verduras. La carne y los vegetales se comen aparte, aderezados con una salsa de ají, también casera, que a Sandro -papá de Lucca, de año y medio, y Nina, de apenas dos meses- le gusta muchísimo.
Lo que nunca falla, por más chef que sea el agasajado, es una buena bebida para la ocasión. La sommelier Vanessa Barradas sugiere como "un vino de altura para un papá querido", el argentino Alto de Bodega Alta Vista y si lo que prefiere es whisky, Barradas recomienda uno de malta, el Glenfidich 15.
No hay comentarios:
Publicar un comentario