Ya he escrito sobre el tema en otra oportunidad, pero las actuales circunstancias como que reclaman que se insista en el mismo.
Se trata del menosprecio que cotidianamente ponen de manifiesto contra lo auténtico venezolano el jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– y todo el segmento rojo- rojito que lo sigue incondicionalmente.
Ese menosprecio ha quedado otra vez en pública evidencia con el cuestionado viaje del jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– a Brasil, Ecuador y Cuba. La Asamblea Nacional autorizó tal viaje, como es de ley, pero sin las especificaciones correctas y completas. No se fijó término a ese viaje, ni se explicó la estancia en Cuba, donde finalmente aparece el jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– no en ajetreos oficiales, sino como paciente de una operación quirúrgica practicada por médicos (o babalaos) de la isla fidelista. El jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– suscribe en La Habana el "ejecútese" de la recientemente aprobada ley de endeudamiento complementario, pero en la gaceta oficial correspondiente aparece como que no hubiera sido firmada en el Palacio de Miraflores. Es decir en Caracas. Por alguna obscura sinrazón se apela a tal subterfugio, que obvia la disposición legal respectiva.
El jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– permanece en recuperación en La Habana, sin que se sepa la fecha de su retorno. Y aquí surge, desde luego, una situación de confusión e inseguridad sobre la marcha del gobierno y de la administración pública, mientras se agudizan y agravan los múltiples problemas que agobian a la población, como la profunda crisis del servicio eléctrico, producto directo de la absoluta incapacidad de los directos responsables del funcionamiento de dicho servicio, a partir del ministro del área, el inefable Alí Rodríguez Araque. Y la absoluta inseguridad pública que se agiganta día tras día. Y la corrupción, que ya le gana a Venezuela el respectivo "galardón" mundial. Y la quiebra total del sistema vial nacional. Y tantos otros…
No hay gobierno, en síntesis, mientras el vicepresidente Elías Jaua alardea de patriota, de leal, de honesto de cumplidor de su deber.
Y el país se pregunta si es que en Venezuela no hay médicos ni hospitales o clínicas, que hubieran podido atender los problemas de salud del jefe del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto–. Y se reactualiza el menosprecio oficial por lo auténtico venezolano, que comenzó precisamente por los médicos y con los médicos, echados por millares de la administración pública a partir de febrero de 1999 para sustituirlos por los "médicos" o (¿babalaos?) cubanos que serían importados para que asumieran la dirección y el funcionamiento de los servicios de salud oficiales y la llamada "Misión Barrio Adentro". Miles de profesionales venezolanos de la medicina debieron irse al exterior, a España, a Canadá, a Australia, por que el gobierno de su país los discrimina en función de poner en marcha la "cubanización" de Venezuela, la colonización fidelista de nuestro país. El plan llega a tanto que el gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto– ha creado escuelas de medicina paralelas a las de nuestras universidades, bajo la dirección de los "médicos" (¿o babalaos?) cubanos, sin patrón académico alguno.
Pero no son solamente la medicina y los médicos criollos las víctimas del menosprecio oficial del gobierno "bolivariano, revolucionario y socialista" –e inepto, militarista y corrupto–. Los empresarios de la construcción y los trabajadores de la construcción venezolanos también sustituidos por empresarios y obreros de Bielorrusia, de China, de Brasil. Nuestros viejos y venerados maestros de escuela están siendo sustituidos por presuntos educadores cubanos, igual que los entrenadores deportivos. Y los productores rurales, y los campesinos, y los funcionarios aduanales y de registros… ¿Hasta cuándo?
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