El país está consternado, abrumado y aturdido frente a la situación general que vivimos. Por todas partes se escuchan quejas y reclamos:
- Las universidades venezolanas en crisis, no hay presupuesto para la formación de nuestra juventud. Los maestros en un continuo reclamar sus derechos, no es justo que los formadores de nuestros niños estén pasando trabajo por los bajos sueldos que devengan.
- Las empresas básicas de Guayana están en colapso total, todos los días se ven los incesantes reclamos de los trabajadores del estado Bolívar.
- El servicio de agua potable en manos del Estado no puede ser más ineficiente, por lo menos dos veces a la semana suspenden el servicio, los usuarios sufren las consecuencias de la mala calidad del agua que deben cancelar religiosamente, caso contrario viene la suspensión, con el consabido pago por reconexión a cargo de empresas privadas.
- El sistema eléctrico nacional está en el suelo, las deficiencias son constantes, todos los días hay fallas en el servicio, ahora las suspensiones se realizan sin notificar a los usuarios. El gobierno no asume su responsabilidad, él tiene en sus manos el poder de designar los funcionarios que se encargarán de mantener la operatividad del sistema eléctrico, si lo hacen mal son ellos los responsables directos de las deficiencias.
- Una de las instituciones más serias y de mayor prestigio en el país fue el Cuerpo Técnico de Policía Judicial, fundada el 23 de febrero de 1958 por el entonces presidente provisional de la Junta de Gobierno, Contralmirante Wolfgang Larrazábal. Se creó como cuerpo especializado para la investigación de los delitos de acción penal, el mismo estaba adscrito al Ministerio de Justicia.
Entre los años 1970-1980, el Cuerpo Técnico de Policía Judicial se constituyó como una de las mejores policías de investigación criminal del mundo.
En fecha 20 de noviembre de 2001 por Decreto 1.511 del presidente Hugo Chávez Frías, crea el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que hoy se encuentra en la mira de la población, que lo percibe como una institución no confiable e involucrada en supuestos delitos contra la integridad de los detenidos. El cuerpo de investigaciones debe ser reestructurado, dotado de equipos y armamento que le permitan enfrentar el delito. Hay que revisar los sueldos y la seguridad social de estos abnegados venezolanos.
Hasta el próximo viernes
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