"Mi música huele a ese bahareque, a esa playa de la Vela de Coro, pero también al Ávila..."
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Valencia, Barquisimeto, Puerto Ordaz y Cumaná, han sido éxitos indiscutibles. Mañana a las 6:30 p.m. en el BOD-Corp Banca de La Castellana, le toca el turno a Caracas dentro de la gira del Aquiles Báez Trío que presenta su disco A mis hermanos, una producción que muestra creaciones del falconiano acompañadas con su guitarra, el bajo de Roberto Koch y la batería de Adolfo Herrera.
"En el formato del trío el proceso es más fluido y llevamos tanto tiempo tocando juntos que resulta muy fácil, natural y sencillo, ponernos de acuerdo", comentó el bajista.
En el disco hay cabida para temas de raíz venezolana aderezados con jazz, influencias del bossanova y la música del mundo, con la improvisación como eje central. Hay dos canciones de cuna: una grabada por Mariana Serrano (Duerme mi niña) y otra interpretada por Ana Isabel Domínguez (Esa pequeña), perteneciente a la plataforma de cantantes Piso1; y hay espacio para interesantes temas como Bajo tu techo de estrellas, Alas, Como torbellinos y Paraguiapoa (con el mandolinista Jorge Torres, como invitado). Aquiles Báez graba con un toque especial el tema que le da nombre al disco y hasta se permite un bonus track para una canción donde él mismo denuncia con un poema recitado a los falsos políticos, sus promesas incumplidas, la inseguridad y la indolencia hacia los niños de la calle. Betsayda Machado, de Vasallos del Sol y Piso1, presta voz para ese experimento titulado, Un grito en mi ciudad.
"Yo he hecho música venezolana sencillamente porque me nace no por una pretensión chauvinista, sino porque es parte de lo que soy. Yo me crié con mi familia en la Vela de Coro, en una casa colonial del siglo XVII con paredes de barro y eso te marca a la hora de la creación. Yo siento que mi música huele a ese bahareque, a esa playa de la Vela de Coro, pero también al Ávila y a muchas cosas del país", comenta Aquiles Báez.
Adolfo Herrera y Roberto Koch reconocen el trabajo de Báez. "Donde manda capitán no manda marinero y no todo el tiempo lo podría decir con esta tranquilidad -comenta el primero sobre la decisión de grabar sólo temas del guitarrista-. Podría decir que estamos ante uno de los grandes compositores de Venezuela del siglo XX y XXI".
Koch, por su parte, agrega que el principal valor agregado de este trío está en "el camino que los tres hemos transitado tanto juntos como separados". "Los tres hemos tenido interés por la música venezolana, el jazz, la música del mundo, tenemos formación académica, y siempre para que sucedan las cosas hace falta un líder que sepa capitalizar o unir todas esas cosas en pro de producir. Aquiles produce música y cada uno trae un conjunto de cosas que aporta".
Aquiles Báez se refiere a la experiencia de hacer música, como algo total y hasta filosófico, alejada de la mediocridad y las masas. "Cada ensayo termina siendo incluso una reflexión sobre la necesidad de un acorde, el por qué hacemos música... no es solamente lo técnico lo que nos mueve".
Tampoco es el público y sus deseos el objetivo central. "Yo creo que en la medida en que uno disfrute de lo que hace, eso se transmite", comenta Roberto Koch.
Adolfo Herrera, quien dice "acercar y diversificar las células rítmicas venezolanas interpretadas en la batería de una manera no literal", cree que los venezolanos tenemos mucho que aportar en el discurso de la música global. "Todos los ritmos venezolanos, ese es nuestro aporte, el joropo, el merengue caraqueño, los tambores de la Costa... No podemos creer que porque nosotros lo conocemos, el mundo lo conoce. Estamos en un proceso de divulgación que apenas comienza".
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