Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Sergio Mora | 213 hits
Raymundo Damasceno Assis (n. Capela Nova, Minas Gerais; 15 de febrero de 1937) es un cardenal y arzobispo brasileño
El cardenal brasileño Raymundo Damasceno, explicó este sábado en la sala de prensa de la Santa Sede, cómo se desarrolló el Sínodo de los obispos sobre la familia, un largo camino que inició en el 2014 con la primera etapa, el sínodo extraordinario. El cardenal brasileño hablando en español destacó el “clima de mucha fraternidad”, que es siempre una expresión de la cordialidad de la Iglesia, y una forma de colaboración de los obispos con el sucesor de Pedro.
“Lo que más me llamó la atención fue la metodología, diferente a la de los anteriores” y que “se dio mucha importancia a los círculos menores, a los trabajos de grupos, constituimos 13 según el idioma de cada uno". Y esto “ha permitido a los padres sinodales una participación más efectiva”. Consideró también muy importante que se haya trabajado por temas.
El purpurado indicó que las intervenciones fueron siguiendo el documento de trabajo, citando siempre el número, y que el método “ayudó a profundizar el tema”.
Por lo que se refiere al clima, el cardenal lo definió “de total libertad”, porque “el papa insiste mucho que es necesario escuchar con humildad y comparar las experiencias, las opiniones de cada uno de los padres sinodales y de los que participan, como los delegados fraternos, y los auditores. Todo para después buscar a través de ese diálogo el mayor consenso posible “para llegar a las conclusiones con un espíritu de comunión”.
“El sínodo no es un parlamento", no se trata como dijo el Papa ---precisó el arzobispo de Aparecida-- de ver como derrotar unos otros, vencedores o vencidos. Sino de buscar lo que Dios quiere para la familia en el mundo de hoy, abiertos unos a otros, abiertos siempre al Espíritu Santo". Y así "entregar a Santo padre las conclusiones".
(24 de octubre de 2015) © Innovative Media Inc.
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Redacción | 131 hits
Los padres sinodales, junto con los Delegados Fraternos, los Auditores y Auditoras participantes en la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos, reunidos en torno al Santo Padre Francisco, han enviado un mensaje a todas las familias de Oriente Medio.
En el último día del Sínodo han querido dar unas palabras de aliento y un llamamiento a la comunidad internacional ya que desde hace años, a causa de los sangrientos conflictos en curso, las familias de esta región "son víctimas de atrocidades indecibles".
Precisan además que "sus condiciones de vida han empeorado en los últimos meses y semanas".
La paz en Oriente Medio --afirman en el mensaje-- no se busca con opciones impuestas por la fuerza, sino con decisiones políticas que respeten las particularidades culturales y religiosas de cada nación y de las diversas realidades que las componen.
Por ello se muestran agradecidos de una manera particular, a Jordania, Líbano, Turquía y a los numerosos países europeos que dan acogida a los refugiados.
De este modo, se realiza un nuevo llamamiento a la Comunidad Internacional para que, dejando de lado los intereses particulares, recurra en la búsqueda de soluciones a los instrumentos de la diplomacia, del diálogo, del derecho internacional.
El mensaje condena que "el uso de armas de destrucción masiva, los asesinatos indiscriminados, las decapitaciones, los secuestros de seres humanos, la trata de mujeres, el enrolamiento de niños soldados, la persecución por motivos de religión y de origen étnico, la devastación de los lugares de culto, la destrucción del patrimonio cultural y un sin número de otras atrocidades han obligado a miles de familias a abandonar sus hogares y a buscar refugio en otro lugar, a menudo en condiciones extremadamente precarias".
Actualmente --indican-- se les impide regresar y ejercer su derecho a vivir con dignidad y seguridad en su propio territorio, contribuyendo a la reconstrucción y el bienestar material y espiritual de sus respectivos países.
Actualmente --indican-- se les impide regresar y ejercer su derecho a vivir con dignidad y seguridad en su propio territorio, contribuyendo a la reconstrucción y el bienestar material y espiritual de sus respectivos países.
Por otro lado, aseguran que en este contexto "se violan continuamente los principios fundamentales de la dignidad humana y de la convivencia pacífica y armónica entre las personas y los pueblos, los derechos más elementales, como el derecho a la vida y a la libertad religiosa y el derecho humanitario internacional".
Por todo ello, expresan su "cercanía a los patriarcas, obispos, sacerdotes, a los consagrados y fieles, así como a todos los habitantes de Oriente Medio" a quienes "manifestamos nuesta solidaridad y garantizamos nuestra oración. Pensamos en todas las personas secuestradas y pedimos su liberación".
Y unen sus voces al grito de tantos inocentes exclamando "¡No más violencia, no más terrorismo, no más destrucción, no más persecución! ¡Cesen inmediatamente las hostilidades y el tráfico de armas!".
El Sínodo exhorta a comprender el dolor del otro. "Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia. Trabajemos juntos por la justicia y por la paz", prosigue el mensaje.
Por otro lado, precisan que "la paz es posible y es posible detener la violencia que en Siria, en Irak, en Jerusalén y en toda Tierra Santa, sacude cada día a más familias y a civiles inocentes y agrava la crisis humanitaria. La reconciliación es el fruto de la fraternidad, la justicia, el respeto y el perdón". Nuestro único deseo --aseguran-- es que se pueda vivir en paz. "Que judíos, cristianos y musulmanes redescubran uno de los deseos divinos, el de la unidad y la armonía de la familia humana. Que judíos, cristianos y musulmanes descubran en el otro creyente a un hermano que se ha de respetar y amar, en primer lugar para dar en sus tierras el hermoso testimonio de la serenidad y la convivencia entre los hijos de Abraham", pide el Sínodo de los Obispos.
Para finalizar, añaden que estos pensamientos y oraciones se extienden, con la misma preocupación, solicitud y amor, "a todas las familias afectadas por situaciones parecidas en otras partes del mundo, especialmente en África y en Ucrania." Para ellas piden con fuerza "el regreso a una vida digna y tranquila."
Encomendamos a la Sagrada Familia de Jesús, María y José, experta en sufrimiento, nuestras intenciones, para que el mundo se vuelva pronto una familia de hermanos y hermanas».
(24 de octubre de 2015) © Innovative Media Inc.
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