El Papa en Sta. Marta: 'Dios es incapaz de no amar'
En la homilía de este jueves, el Santo Padre recuerda que Dios llora por nosotros cuando nos alejamos
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Redacción | 722 hits
El papa Francisco, ha recordado hoy en la homilía de Santa Marta que Dios solo puede amar, no condena y su amor es nuestra victoria.
Citando las palabras de san Pablo en la primer lectura, “si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”, “si Dios nos salva, ¿quién nos condenará?”, el Santo Padre ha indicado que parece “la fuerza de esta seguridad de vencedor”, este don, el cristiano “lo tiene en las propias manos, como una propiedad”. El Papa ha asegurado que los cristianos podrían decir casi triunfantes: “¡Ahora nosotros somos los campeones!”
Pero --ha advertido-- el sentido es otro. Somos vencedores “no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa”. De este modo, el Papa ha precisado que es otra cosa la que “nos hace vencer o al menos si queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer”. Es el hecho de que nada “podrá separarnos del amor de Dios, que es Jesucristo nuestro Señor”, ha explicado.
Y ha añadido: “no es que seamos vencedores sobre nuestros enemigos, sobre el pecado. ¡No! Estamos muy unidos al amor de Dios, que ninguna persona, ningún poder, nos podrá separar de este amor”. Asimismo, el Santo Padre ha subrayado que Pablo vio en el don algo más, lo que da el don: “es el don de la recreación, es el don de la regeneración en Cristo Jesús. Ha visto el amor de Dios. Un amor que no se puede explicar”.
Durante la homilía, el Pontífice ha subrayado que “cada hombre, cada mujer, puede rechazar el don”, preferir su vanidad, su orgullo y su pecado, pero “el don está”.
Por ello, ha asegurado que “el don es el amor de Dios, un Dios que no puede separarse de nosotros. Esa es la impotencia de Dios. Nosotros decimos: ‘Dios es poderoso, ¡puede hacer todo! Menos una cosa: ¡cansarse de nosotros!”
Igualmente ha indicado que en el Evangelio, esa imagen de Jesús que lloran en Jerusalén, nos hace entender este amor. “¡Jesús ha llorado! Lloró sobre Jerusalén y en ese llanto está toda la impotencia de Dios: su incapacidad de no amar, de nos cansarse de nosotros”, ha añadido.
Tal y como ha recordado, Jesús lloró sobre Jerusalén que mató a sus profetas, los que anunciaban la salvación. Y Dios dice a Jerusalén y a todos nosotros: “¡cuántas veces he querido recoger a tus hijos como una gallina con sus polluelos bajos sus alas y vosotros no habéis querido!” Así, el Papa ha observado que esta es “una imagen de ternura”.
Dios no puede no amar y esta es nuestra seguridad, ha indicado. “Yo puedo rechazar ese amor, puedo rechazarlo como lo hizo el buen ladrón, hasta el final de su vida. Pero allí lo esperaba ese amor. El más malo, el más blasfemador es amado por Dios con una ternura de padre, de papá”, ha asegurado el Pontífice.
Finalmente, ha concluido asegurando que Dios el Poderoso, el Creador, puede hacer todo, incluso llorar. “En este llando de Jesús sobre Jerusalén, en esas lágrimas, está todo el amor de Dios. Dios llora por mí, cuando me alejo; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados, que hacen muchas cosas feas, tanto mal a la humanidad… Espero, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.
(29 de octubre de 2015) © Innovative Media Inc.
El papa Francisco, ha recordado hoy en la homilía de Santa Marta que Dios solo puede amar, no condena y su amor es nuestra victoria.
Citando las palabras de san Pablo en la primer lectura, “si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”, “si Dios nos salva, ¿quién nos condenará?”, el Santo Padre ha indicado que parece “la fuerza de esta seguridad de vencedor”, este don, el cristiano “lo tiene en las propias manos, como una propiedad”. El Papa ha asegurado que los cristianos podrían decir casi triunfantes: “¡Ahora nosotros somos los campeones!”
Pero --ha advertido-- el sentido es otro. Somos vencedores “no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa”. De este modo, el Papa ha precisado que es otra cosa la que “nos hace vencer o al menos si queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer”. Es el hecho de que nada “podrá separarnos del amor de Dios, que es Jesucristo nuestro Señor”, ha explicado.
Y ha añadido: “no es que seamos vencedores sobre nuestros enemigos, sobre el pecado. ¡No! Estamos muy unidos al amor de Dios, que ninguna persona, ningún poder, nos podrá separar de este amor”. Asimismo, el Santo Padre ha subrayado que Pablo vio en el don algo más, lo que da el don: “es el don de la recreación, es el don de la regeneración en Cristo Jesús. Ha visto el amor de Dios. Un amor que no se puede explicar”.
Durante la homilía, el Pontífice ha subrayado que “cada hombre, cada mujer, puede rechazar el don”, preferir su vanidad, su orgullo y su pecado, pero “el don está”.
Por ello, ha asegurado que “el don es el amor de Dios, un Dios que no puede separarse de nosotros. Esa es la impotencia de Dios. Nosotros decimos: ‘Dios es poderoso, ¡puede hacer todo! Menos una cosa: ¡cansarse de nosotros!”
Igualmente ha indicado que en el Evangelio, esa imagen de Jesús que lloran en Jerusalén, nos hace entender este amor. “¡Jesús ha llorado! Lloró sobre Jerusalén y en ese llanto está toda la impotencia de Dios: su incapacidad de no amar, de nos cansarse de nosotros”, ha añadido.
Tal y como ha recordado, Jesús lloró sobre Jerusalén que mató a sus profetas, los que anunciaban la salvación. Y Dios dice a Jerusalén y a todos nosotros: “¡cuántas veces he querido recoger a tus hijos como una gallina con sus polluelos bajos sus alas y vosotros no habéis querido!” Así, el Papa ha observado que esta es “una imagen de ternura”.
Dios no puede no amar y esta es nuestra seguridad, ha indicado. “Yo puedo rechazar ese amor, puedo rechazarlo como lo hizo el buen ladrón, hasta el final de su vida. Pero allí lo esperaba ese amor. El más malo, el más blasfemador es amado por Dios con una ternura de padre, de papá”, ha asegurado el Pontífice.
Finalmente, ha concluido asegurando que Dios el Poderoso, el Creador, puede hacer todo, incluso llorar. “En este llando de Jesús sobre Jerusalén, en esas lágrimas, está todo el amor de Dios. Dios llora por mí, cuando me alejo; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados, que hacen muchas cosas feas, tanto mal a la humanidad… Espero, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.
El cardenal Parolin confirma que el Papa escribirá una exhortación apostólica sobre la familia
Lo indicó al finalizar en congreso en la Universidad Gregoriana de Roma dedicado al 50º aniversario de la Nostra aetate. El secretario de Estado habló también del viaje a África, del ISIS y de las relaciones diplomáticas con China
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Redacción | 486 hits
El Sínodo, el viaje del papa Francisco en África, violencia en Oriente Medio y las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y China fueron algunos de los temas abordados por el cardenal Parolin con la prensa, al finalizar el congreso internacional de la Universidad Pontificia Gregoriana por los 50 años de la Nostra Aetate. Al preguntarle sobre la exhortación apostólica que el Pontífice podría promulgar después del Sínodo de la familia que acaba de concluir, el cardenal ha confirmado que la habrá pero que no sabe cuándo, aunque precisó que no cree que “tarde mucho” porque “el hierro se trabaja en caliente”.
A propósito del viaje que el Santo Padre realizará a África --Kenia, Uganda y República Centroafricana-- del 25 al 30 de noviembre, teniendo en cuenta las tensiones y la violencia del último de estos países, el secretario de Estado ha indicado: “no creo que tenga miedo, si lo tuviera no iría". Al mismo tiempo --ha indicado-- además de “alentar a la paz” en un país en que se está librando la guerra, el Pontífice está preparado para afrontar también eventuales riesgos. Asimismo ha subrayado que “si el Papa va, es porque existen las condiciones para que pueda ir”.
El cardenal Parolin ha hablado además de la violencia en Oriente Medio y ha precisado que no cree que sea posible dialogar con los terroristas del autodenominado Estado Islámico ya que “el diálogo se hace con quien aceptar el diálogo y por tanto con quien entra en relación. Evidentemente con quien no es sensible y rechaza el diálogo y por tanto es fundamentalista, no creo que sea posible dialogar. Se puede ofrecer dialogar pero no veo muchas posibilidades de que se establezca”.
Otro tema abordado fue la situación de China, por lo que el purpurado ha asegurado que entre este país asiático y el Vaticano se está desarrollando un diálogo que consideran “muy positivo”. Además, ha confirmado que una delegación vaticana fue recientemente a Pekín y no es la primera vez que ha pasado. “Esto forma parte de un recorrido, con vistas a una normalización de las relaciones”, ha indicado.
Durante su intervención en el acto de clausura del congreso, el cardenal Parolin ha recordado que “la Iglesia siempre ha enseñado, enseña aún hoy y no se cansa de repetir: la paz es posible, la paz es un deber. Un deber, por tanto, se impone a todos los amantes de la paz, y es el de educar a las nuevas generaciones en estos ideales, para preparar una era mejor para toda la humanidad”.
“La educación a la paz es hoy más urgente que nunca, porque los hombres, frente a las tragedias que continúan afligiendo la humanidad, son tentados de ceder al fatalismo, casi que la paz parezca un ideal inalcanzable”, ha precisado Parolin. Y, ha proseguido, “en un momento de fuerte preocupación por el multiplicarse de las tensiones y conflictos en distintas partes del mundo es urgente promover una reflexión profunda y articulada sobre el tema de la educación a la paz”.
Por otro lado, ha querido recordar que “la afirmación de una auténtica cultura de paz no puede prescindir de las raíces éticas dirigidas a la edificación de una comunidad internacional atenta a la convivencia entre los pueblos y al desarrollo integral del ser humano”. Asimismo, ha precisado que “la construcción de la paz es como un horizonte sobre el océano que se pone delante de nosotros, pero se tiene la sensación de que se aleja siempre. Esto nos llama a trabajar incansablemente para alcanzarlo”.
(29 de octubre de 2015) © Innovative Media Inc.
El Sínodo, el viaje del papa Francisco en África, violencia en Oriente Medio y las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y China fueron algunos de los temas abordados por el cardenal Parolin con la prensa, al finalizar el congreso internacional de la Universidad Pontificia Gregoriana por los 50 años de la Nostra Aetate. Al preguntarle sobre la exhortación apostólica que el Pontífice podría promulgar después del Sínodo de la familia que acaba de concluir, el cardenal ha confirmado que la habrá pero que no sabe cuándo, aunque precisó que no cree que “tarde mucho” porque “el hierro se trabaja en caliente”.
A propósito del viaje que el Santo Padre realizará a África --Kenia, Uganda y República Centroafricana-- del 25 al 30 de noviembre, teniendo en cuenta las tensiones y la violencia del último de estos países, el secretario de Estado ha indicado: “no creo que tenga miedo, si lo tuviera no iría". Al mismo tiempo --ha indicado-- además de “alentar a la paz” en un país en que se está librando la guerra, el Pontífice está preparado para afrontar también eventuales riesgos. Asimismo ha subrayado que “si el Papa va, es porque existen las condiciones para que pueda ir”.
El cardenal Parolin ha hablado además de la violencia en Oriente Medio y ha precisado que no cree que sea posible dialogar con los terroristas del autodenominado Estado Islámico ya que “el diálogo se hace con quien aceptar el diálogo y por tanto con quien entra en relación. Evidentemente con quien no es sensible y rechaza el diálogo y por tanto es fundamentalista, no creo que sea posible dialogar. Se puede ofrecer dialogar pero no veo muchas posibilidades de que se establezca”.
Otro tema abordado fue la situación de China, por lo que el purpurado ha asegurado que entre este país asiático y el Vaticano se está desarrollando un diálogo que consideran “muy positivo”. Además, ha confirmado que una delegación vaticana fue recientemente a Pekín y no es la primera vez que ha pasado. “Esto forma parte de un recorrido, con vistas a una normalización de las relaciones”, ha indicado.
Durante su intervención en el acto de clausura del congreso, el cardenal Parolin ha recordado que “la Iglesia siempre ha enseñado, enseña aún hoy y no se cansa de repetir: la paz es posible, la paz es un deber. Un deber, por tanto, se impone a todos los amantes de la paz, y es el de educar a las nuevas generaciones en estos ideales, para preparar una era mejor para toda la humanidad”.
“La educación a la paz es hoy más urgente que nunca, porque los hombres, frente a las tragedias que continúan afligiendo la humanidad, son tentados de ceder al fatalismo, casi que la paz parezca un ideal inalcanzable”, ha precisado Parolin. Y, ha proseguido, “en un momento de fuerte preocupación por el multiplicarse de las tensiones y conflictos en distintas partes del mundo es urgente promover una reflexión profunda y articulada sobre el tema de la educación a la paz”.
Por otro lado, ha querido recordar que “la afirmación de una auténtica cultura de paz no puede prescindir de las raíces éticas dirigidas a la edificación de una comunidad internacional atenta a la convivencia entre los pueblos y al desarrollo integral del ser humano”. Asimismo, ha precisado que “la construcción de la paz es como un horizonte sobre el océano que se pone delante de nosotros, pero se tiene la sensación de que se aleja siempre. Esto nos llama a trabajar incansablemente para alcanzarlo”.
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Rocío Lancho García |
El papa Francisco ha realizado un llamamiento a la comunidad internacional para que sepa adoptar todas las estrategias válidas con el fin de alcanzar la paz en países terriblemente devastados por el odio, para llevar el aliento vital del amor a los lugares que desde siempre han sido cruce de pueblos, culturas y naciones. Además, ha deseado que tan anhelada paz “pueda surgir en el horizonte de la historia, para que estos dramas trágicos infringidos por la violencia, dejen lugar a un clima de recíproca convivencia”. Lo ha hecho durante su audiencia este lunes con los miembros del Sínodo de la Iglesia Caldea, convocado en Roma del 24 al 29 de octubre.
Además, el Santo Padre ha aprovechado la ocasión para alcanzar, a través de los presentes, “a todos los fieles y todos los habitantes de las amadas tierras de Irak y Siria, en un periodo particularmente sufrido y delicado, con el consuelo y la solidaridad cristiana”. Por eso ha pedido que “la misericordia de Dios, en el inminencia del Año Jubilar, pueda sanar las heridas de la guerra que lloran el corazón de estas comunidades, para que nadie se desanime en este momento, en el que los clamores de la violencia parecen superar las sinceras oraciones por la paz”.
Asimismo, el Pontífice ha asegurado a los presentes que hoy, “las situaciones en sus tierras de origen están gravemente comprometidas por el odio fanático del terrorismo que continúa provocando una fuerte pérdida de fieles que se alejan de las tierras de sus padres, donde han crecido arraigados a una tradición”. Esta situación, ha observado el Papa, está amenazando la vital presencia cristiana en esa tierra.
La Iglesia Caldea, que sufre las consecuencias de la guerra, “conoce también las necesidades de los fieles en la diáspora, quienes sienten el deseo de permanecer firmes a las propias raíces e incluirse en los nuevos contextos”, ha indicado el Santo Padre. Por ello, ha querido confirmar, hoy más que nunca, el apoyo y solidaridad de la Sede Apostólica a favor del bien común de toda la Iglesia Caldea. Del mismo modo, el Papa ha asegurado su oración para que los cristianos no se vean obligados a abandonar Irak y Oriente Medio.
El Pontífice ha exhortado a los presentes a que trabajen incansablemente como constructores de unidad en todas las provincias de Irak, favoreciendo el diálogo y la colaboración entre todos los autores de la vida pública, contribuyendo a resanar las divisiones e impidiendo que surjan otras.
Por otro lado, Francisco ha explicado a los presentes que el Sínodo que están celebrando estos días es un “camino juntos”, un momento propicio de debate entre las diversidades que enriquecen la comunión fraterna entre ellos, “bajo la mirada de Cristo Buen Pastor”.
A propósito, ha recordado que para los discípulos de Jesús, ayer, hoy y siempre, “la única autoridad es la autoridad del servicio, el único poder es el poder de la cruz”.
El Obispo de Roma les ha pedido que vivan el Sínodo “con sentido de responsabilidad, participación y servicio, teniendo siempre delante la imagen del Buen Pastor, que tiene en su corazón la salvación de sus ovejas y, de forma particular, cuida a la que está perdida”.
También les ha animado a ser paternales con los sacerdotes y con todos los consagrados, “que son vuestros primeros colaboradores”, y en el respeto de la tradición y de las normas, a ser “acogedores con ellos, buenos y comprensivos hacia sus necesidades, iniciando recorridos para que sean cada vez más conscientes de las exigencias de su ministerio al servicio de los fieles”. Y haciendo esto, “conseguiréis colmar las distancias que separan y discernir las respuestas a las urgencias actuales de la Iglesia Caldea tanto en la madre patria como en la diáspora”, ha observado el Santo Padre.
(26 de octubre de 2015) © Innovative Media Inc.
La explosiva carta de renuncia del sacerdote Krysztof Charamsa
Criticó lo que llamó la hipocresía del Vaticano al prohibir a los sacerdotes homosexuales, incluso cuando, según dijo, el clero estaba "lleno de homosexuales"
Un teólogo del Vaticano que fue retirado de la curia después de que anunció que era gay emitió un feroz ataque a la Iglesia católica.
En una carta al papa Francisco este mes, Krysztof Charamsa acusó a la Iglesia de convertir "en un infierno" la vida de millones de católicos gay en el mundo.
Criticó lo que llamó la hipocresía del Vaticano al prohibir a los sacerdotes homosexuales, incluso cuando, según dijo, el clero estaba "lleno de homosexuales".
El Papa aún no ha respondido.
Hasta el 3 de octubre, monseñor Charamsa tenía un importante cargo en la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, el departamento encargado de mantener la doctrina católica.
Pero fue retirado de su cargo inmediatamente después de que en una conferencia de prensa en un restaurante en Roma anunció que era gay y que mantenía una relación con un hombre.
En ese momento la Santa Sede indicó que la decisión del cura de salir del armario en la víspera del sínodo del Vaticano sobre la familia había sido "irresponsable, ya que tiene la intención de poner a la asamblea del sínodo bajo una excesiva presión de los medios".
"Derechos negados"
El sacerdote católico entregó a la BBC una copia de la carta que envió al Papa, que fue escrita el mismo día del anuncio.
En la misiva critica a la Iglesia de "perseguir" y causar "sufrimiento inmensurable" a los católicos homosexuales y sus familias.
Asegura que después de un "largo y atormentado período de discernimiento y oración", había tomado la decisión de "rechazar públicamente la violencia de la Iglesia hacia las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales".
El teólogo de 43 años indica que aunque el clero católico está "lleno de homosexuales", también es "frecuente y violentamente homofóbico".
Y pide a "todos los cardenales gay, obispos gay y sacerdotes gay (que) tengan el coraje de abandonar esta Iglesia insensible, injusta y brutal".
Afirma que ya no puede soportar "el odio homofóbico de la Iglesia, la exclusión, la marginalización y el estigma de personas como yo", cuyos "derechos humanos están negados" por la Iglesia.
Actitud inalterada de la Iglesia
El cura continúa su carta agradeciendo al papa Francisco, que se cree tiene una actitud más tolerante hacia la homosexualidad que algunos de sus predecesores, por algunas de sus palabras y gestos hacia los gays.
En su visita reciente a Estados Unidos el pontífice se reunió con un exestudiante gay y previamente había dicho que los gays no deberían ser marginalizados en la sociedad.
Pero Charamsa afirma que las palabras del Papa sólo tendrán valor cuando se retiren todas las declaraciones de la Santa Sede que son ofensivas y violentas contra los homosexuales.
También urge a la Iglesia a anular la decisión que tomó el predecesor de Francisco, el papa emérito Benedicto XVI, de firmar un documento en 2005 que prohíbe que hombres con tendencias homosexuales profundamente arraigadas se conviertan en sacerdotes.
El cura polaco califica de "diabólica" la declaración del papa Benedicto de que la homosexualidad "es una fuerte tendencia dispuesta para un mal moral intrínseco".
El teólogo escribe que los católicos LGBT tienen el derecho a una vida de familia, "incluso si la Iglesia no quiere bendecirlos".
Critica al Vaticano por colocar presión en los Estados que han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
También expresa sus temores sobre el impacto que podrá tener el anuncio sobre su homosexualidad en el tratamiento de su madre en Polonia, "una mujer de fe inquebrantable", que, dice él, no es responsable de sus acciones.
El sínodo terminó el domingo, pero no hubo cambios en sus actitudes pastorales hacia los católicos gay.
El documento final acordado por los Padres del Sínodo reitera la enseñanza de la Iglesia de que los católicos gay deben ser recibidos con "respeto" y "dignidad".
Pero vuelve a declarar que "no hay bases para ninguna comparación, ni siquiera remota, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios para el matrimonio y la familia".
El sínodo aprobó con una votación un párrafo que expresa que es inaceptable ejercer presión sobre las Iglesias locales por su actitud hacia las uniones del mismo sexo o sobre las organizaciones internacionales que disponen de ayuda financiera de contingencia para los países pobres que introducen leyes "que permitan o institucionalicen" el matrimonio entre personas del mismo sexo.
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