Merkel defiende su política de inmigrantes mientras crece la presión
La canciller alemana, Angela Merkel, ratificó la decisión del 4 de septiembre de permitir el ingreso irrestricto de refugiados atrapados en Hungría alegando que era imposible detener a la gente.
La canciller alemana, Angela Merkel (AP)
DPA
domingo 4 de octubre de 2015 08:42 AM
Berlín.- La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a defender su gestión de la crisis de los refugiados y rechazó las crecientes demandas de endurecer la generosa ley de asilo político que se alzan dentro de sus propias filas.
"No vamos a modificar nada de esta ley", aseguró Merkel en una entrevista difundida hoy por la radio pública "Deutschlandfunk", reseñó DPA.
Miembros de la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara de los demócrtas cristianos de Merkel (CDU), llamaron a modificar la ley de asilo anclada en la Constitución alemana para así reducir el flujo masivo de refugiados procedentes de regiones en conflicto como Siria o Afganistán. Las autoridades alemanas calculan que hasta un millón de personas solicitarán asilo este año.
Los conservadores argumentaron que la afirmación de Merkel de que "el derecho básico al asilo no conoce límites y también rige para los refugiados de guerra del infierno de Siria" animó a muchos refugiados a ponerse en marcha hacia Alemania.
Merkel ratificó la decisión del 4 de septiembre de permitir el ingreso irrestricto de refugiados atrapados en Hungría alegando que era imposible detener a la gente.
"Tomaría esta decisión de nuevo igual que lo hice entonces (...) Así como vimos en agosto que había venido mucha gente, me di cuenta de que no se los iba a poder detener y antes de que corrieran más peligro -todos habíamos visto esta tremenda imagen del niño muerto en Turquía y estábamos conmocionados-, tomamos esta decisión. Y la volvería a tomar igual".
Sin embargo, Merkel destacó que Alemania quiere acelerar el trámite de asilo y enviar a sus países a aquellos que no precisan de protección y quieren instalarse en el país por razones económicas.
Asimismo urgió porque sean tomadas medidas para frenar la violencia que está llevando a la gente a huir a Europa y demandó una repartición más justa de los refugiados dentro de la Unión Europea.
La mandataria también rechazó otra propuesta de la CSU de poner vallas en la frontera. "No creo que las vallas ayuden. Lo vimos en Hungría", señaló en alusión al vallado erigido en la frontera húngara con los países del sur de los Balcanes.
La crisis de los refugiados ha enfrentado a Merkel con el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, quien le reclama que admita que la capacidad de Alemania de recibir refugiados ha sido rebasada.
Baviera es el primer estado que pisan los refugiados llegados del sur. Seehofer se ha distanciado de los llamamientos a enmendar la ley de asilo, pero insiste en que la decisión de Merkel de recibir a los migrantes con los brazos abiertos fue un error.
La gestión de Merkel en la crisis de los refugiados ha causado la caída de la popularidad de la jefa de gobierno y al mismo tiempo el ascenso de Seehofer en la escala de políticos alemanes.
Un sondeo de la emisora pública ARD señala que solo el 54 por ciento de los alemanes está satisfecho con su gestión, nueve puntos menos que el mes pasado y el peor nivel desde 2011
"No vamos a modificar nada de esta ley", aseguró Merkel en una entrevista difundida hoy por la radio pública "Deutschlandfunk", reseñó DPA.
Miembros de la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara de los demócrtas cristianos de Merkel (CDU), llamaron a modificar la ley de asilo anclada en la Constitución alemana para así reducir el flujo masivo de refugiados procedentes de regiones en conflicto como Siria o Afganistán. Las autoridades alemanas calculan que hasta un millón de personas solicitarán asilo este año.
Los conservadores argumentaron que la afirmación de Merkel de que "el derecho básico al asilo no conoce límites y también rige para los refugiados de guerra del infierno de Siria" animó a muchos refugiados a ponerse en marcha hacia Alemania.
Merkel ratificó la decisión del 4 de septiembre de permitir el ingreso irrestricto de refugiados atrapados en Hungría alegando que era imposible detener a la gente.
"Tomaría esta decisión de nuevo igual que lo hice entonces (...) Así como vimos en agosto que había venido mucha gente, me di cuenta de que no se los iba a poder detener y antes de que corrieran más peligro -todos habíamos visto esta tremenda imagen del niño muerto en Turquía y estábamos conmocionados-, tomamos esta decisión. Y la volvería a tomar igual".
Sin embargo, Merkel destacó que Alemania quiere acelerar el trámite de asilo y enviar a sus países a aquellos que no precisan de protección y quieren instalarse en el país por razones económicas.
Asimismo urgió porque sean tomadas medidas para frenar la violencia que está llevando a la gente a huir a Europa y demandó una repartición más justa de los refugiados dentro de la Unión Europea.
La mandataria también rechazó otra propuesta de la CSU de poner vallas en la frontera. "No creo que las vallas ayuden. Lo vimos en Hungría", señaló en alusión al vallado erigido en la frontera húngara con los países del sur de los Balcanes.
La crisis de los refugiados ha enfrentado a Merkel con el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, quien le reclama que admita que la capacidad de Alemania de recibir refugiados ha sido rebasada.
Baviera es el primer estado que pisan los refugiados llegados del sur. Seehofer se ha distanciado de los llamamientos a enmendar la ley de asilo, pero insiste en que la decisión de Merkel de recibir a los migrantes con los brazos abiertos fue un error.
La gestión de Merkel en la crisis de los refugiados ha causado la caída de la popularidad de la jefa de gobierno y al mismo tiempo el ascenso de Seehofer en la escala de políticos alemanes.
Un sondeo de la emisora pública ARD señala que solo el 54 por ciento de los alemanes está satisfecho con su gestión, nueve puntos menos que el mes pasado y el peor nivel desde 2011
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