Razón del nombre del blog
sábado, 25 de diciembre de 2010
Ahora reflexionemos en el cambio de año que pronto sucederá
2011
Sí, llevo mucho tiempo esperando este turno para encontrarme contigo,
ya se acerca el momento.
Aunque falta poco para que llegue, aún no existo.
Tú me vas a crear.
Me darás vida con tus proyectos, tus pensamientos, tus palabras, tus sentimientos,
pero sobre todo con tus acciones.
Me llamo" 2011" aunque todos me conocen con el poco original nombre de
"el año que entra".
Hasta hoy, no tengo forma, no soy un año increíble, pero tampoco horrible, no soy brillante ni opaco...
¿Cómo quieres que sea?
Pronto usarás esa agenda que lleva mi nombre y,
deseo que me concedas un privilegio.
Sólo uno..............
Quiero que me hagas
EL MEJOR AÑO DE TU VIDA.
A ver, ¿cuál de tus otros años te había pedido esto?
Te apuesto que NINGUNO.....
Yo sí vengo y me planto con mis cuatro números frente a ti, porque quiero ser el año en que te
atrevas a hacer más cosas; el año en que pienses y actúes más en grande,
en que compartas tus talentos y capacidades con mayor generosidad; el año
en que tu mente, corazón y cuerpo produzcan mejores cosas, en una forma
honesta para tu beneficio y el de los que te rodean.
El año en que más cariño y
atención brindes a los tuyos.
El año en que asumas tus Dones.
El año en que mas te ames
Que el despertar y tu nueva conciencia llegue a todos los que están cerca de Ti.
HOY me uno a las celebraciones para despedir al 2010
"Ya se va" . Sus altas y bajas se van con él.......... Ahora me toca a mí........
PORFAVOR!!!!!!!!
Disfrútame úsame al máximo,
lléname de experiencias, diviértete mientras estamos juntos,
quiero irme con el siguiente diciembre agotado, pero lleno de cosas
BUENAS y con el privilegio de haber sido el mejor de TODOS.....
Habré logrado mi propósito:
!VIVIRÉ para siempre en ti, porque no podrás olvidar lo
increíble que fue nuestro tiempo junto y al terminar las campanas que
anuncian mi llegada, acuérdate de mí, respira profundo
y... ¡adelante!
Con mucha ilusión espera este Año que sea de verdad con
TODOS tus anhelos un maravilloso 2011!!!!!!! Con todo mi
CORAZÓN Y CARINO....
Firma: 2011
Cortesia de: Nancy Zadimir Lupi.
Estás en lo cierto. Tu intuición no se equivoca. El cansancio que acusa tu cuerpo no es casual. El agotamiento es propio de las
instancias finales. La tensión y el malestar que te aprisionan son también una clara señal de la proximidad de un nuevo despertar. Nada debe amarrarte. Continuá sirviendo. Otras almas necesitan asistencia.
Inspirá para que florezcan más corazones y se abran a la luz. Se acerca la hora.
Te aliento porque sé que es necesario.
No me ves, pero sentís mi vibración a través de este mensaje.
Sabés que caminamos juntos.
Somos eternos compañeros de ruta. A veces te preguntás qué estás haciendo. Sabés que otros observan tus huellas y te preocupa orientarlos hacia una senda equivocada. No temas. Quienes vienen detrás no son ovejas. Son almas peregrinas que siguen, al igual que nosotros, el curso cristalino de la frecuencia del amor.
La fe no es un invento. Sirve para atravesar esta dura etapa de fatiga y desconcierto. Lo mismo sucede con la perseverancia y la osadía, son herramientas que nos fueron brindadas para no desistir. Cada paso que damos reafirma nuestra elección interna y nos eleva.
Iluminemos sin cesar. Otros sentirán el calor de nuestros espíritus y sabrán que no están solos. Se animarán a continuar.
No hay nadie a quien convencer. No hay nada que demostrar. Nos movemos siendo leales a nuestra naturaleza interna. Nos guía un intenso sentir, que no se deja pisotear por la frialdad de la lógica. Somos locos desde la perspectiva de la razón, pero cuerdos y coherentes a los ojos del corazón. Elegimos volar. Anhelamos procrear una sociedad consciente. Encarnamos la esperanza de un hombre más humano, que viva celebrando.
Es un hecho. No los dudes. Los cambios se están produciendo. Sólo falta que se revelen, en este plano más denso, con toda su grandeza.
Somos canales por donde fluyen energías sutiles. Mantenete bien firme en la luz. Traje a este encuentro la voz de mi corazón, para que me sientas a tu lado.
Comentario al evangelio del XII Domingo del tiempo ordinario
ROMA, viernes, 20 junio 2008
.- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia de aquel domingo, en recuerdo a la frase y actitud de vida del Papa Juan Pablo II resumida en: "No tengáis miedo", que tanto necesitamos para sobrevivir en el mundo y la sociedad actuales.
* * *
XII Domingo del tiempo ordinario
Jeremías 20, 10-13; Romanos 5, 12-15; Mateo 10, 26-33
¡Tened temor, pero no tengáis miedo!
El Evangelio de este domingo ofrece varias sugerencias, pero todas se pueden resumir en esta frase aparentemente contradictoria: “¡Tened temor, pero no tengáis miedo!”. Jesús dice: “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna”. No debemos tener temor ni miedo de los hombres; de Dios debemos tener temor, pero no miedo.
Por tanto hay una diferencia entre miedo y temor; tratemos de comprender por qué y en qué consiste. El miedo es una manifestación de nuestro instinto fundamental de conservación. Es la reacción a una amenaza para nuestra vida, la respuesta a un verdadero o presunto peligro: desde el peligro más grande, que es el de la muerte, a los peligros particulares que amenazan la tranquilidad o la incolumidad física, o nuestro mundo afectivo.
Según se trate de peligros reales o imaginarios, se habla de miedos justificados y de miedos injustificados o patológicos. Como las enfermedades, los miedos pueden ser agudos o crónicos. Los miedos agudos han sido determinados por una situación de peligro extraordinario. Si estoy a punto de ser atropellado por un coche, o comienzo a sentir que la tierra tiembla bajo mis pies a causa de un terremoto, entonces estoy ante miedos agudos. Estos sustos surgen improvisadamente, sin avisar, y así desaparecen al terminar el peligro, dejando quizá un mal recuerdo. Los miedos crónicos son los que conviven con nosotros, se convierten en parte de nuestro ser, e incluso acabamos encariñándonos de ellos. Los llamamos complejos o fobias: claustrofobia, agorafobia, etc.
El evangelio nos ayuda a liberarnos de todos estos miedos, revelando el carácter relativo, no absoluto, de los peligros que los provocan. Hay algo de nosotros que nadie ni nada en el mundo puede quitarnos o dañar: para los creyentes se trata del alma inmortal, para todos el testimonio de la propia conciencia.
Algo muy diferente del miedo es el temor de Dios. El temor de Dios se aprende: “Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor” (Salmo 33,12); por el contrario, el miedo, no tiene necesidad de ser aprendido en el colegio; la naturaleza se encarga de infundirnos miedo.
El mismo sentido del temor de Dios es diferente al miedo. Es un elemento de fe: nace de la conciencia de quién es Dios. Es el mismo sentimiento que se apodera de nosotros ante un espectáculo grandioso y solemne de la naturaleza. Es el sentimiento de sentirnos pequeños ante algo que es inmensamente más grande que nosotros; es sorpresa, maravilla, mezcladas con admiración. Ante el milagro del paralítico que se alza en pie y camina, puede leerse en evangelio, “El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: ‘hoy hemos visto cosas increíbles’” (Lucas 5, 26). El temor, en este caso, es otro nombre de la maravilla, de la alabanza.
Este tipo de temor es compañero y aliado del amor: es el miedo de disgustar al amado que se puede ver en todo verdadero enamorado, también en la experiencia humana. Con frecuencia es llamado “principio de la sabiduría”, pues lleva a tomar decisiones justas en la vida. ¡Es nada más y nada menos que uno de los siete dones del Espíritu Santo (cf. Isaías 11, 2)!
Como siempre, el evangelio no sólo ilumina nuestra fe, sino que nos ayuda además a comprender nuestra realidad cotidiana. Nuestra época ha sido definida como una época de angustia (W. H. Auden). El ansia, hija del miedo, se ha convertido en la enfermedad del siglo y es, dicen, una de las causas principales de la multiplicación de los infartos. ¿Cómo explicar este hecho si hoy tenemos muchas más seguridades económicas, seguros de vida, medios para afrontar las enfermedades y atrasar la muerte?
El motivo es que ha disminuido, o totalmente desaparecido, en nuestra sociedad el santo temor de Dios. “¡Ya no hay temor de Dios!”, repetimos a veces como una expresión chistosa, pero que contiene una trágica verdad. ¡Cuanto más disminuye el temor de Dios, más crece el miedo de los hombres! Es fácil comprender el motivo. Al olvidar a Dios, ponemos toda nuestra confianza en las cosas de aquí abajo, es decir, en esas cosas que según Cristo, el ladrón puede robar y la polilla carcomer (Cf. Lucas 12, 33). Cosas aleatorias que nos pueden faltar en cualquier momento, que el tiempo (¡la polilla!) carcome inexorablemente. Cosas que todos queremos y que por este motivo desencadenan competición y rivalidad. (el famoso “deseo mimético” del que habla René Girard), cosas que hay que defender con los dientes y a veces con las armas en la mano.
La caída del temor de Dios, en vez de liberarnos de los miedos, nos ha impregnado de ellos. Basta ver lo que sucede en la relación entre los padres y los hijos en nuestra sociedad. ¡Los padres han abandonado el temor de Dios y los hijos han abandonado el temor de los padres! El temor de Dios tiene su reflejo y su equivalente en la tierra en el temor reverencial de los hijos por los padres. La Biblia asocia continuamente estos dos elementos. Pero el hecho de no tener temor alguno o respeto por los padres, ¿hace que sean más libres o seguros de sí los muchachos de hoy? Sabemos que no es así.
El camino para salir de la crisis es redescubrir la necesidad y la belleza del santo temor de Dios. Jesús nos explica precisamente en el evangelio que la confianza en Dios es una compañera inseparable del temor. “¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos”.
Dios no quiere provocarnos temor sino confianza. Justamente lo contrario de aquel emperador que decía: “Oderint dum metuant” (¡que me odien con tal de que me teman!). Es lo que deberían hacer también los padres terrenos: no infundir temor, sino confianza. De este modo se alimenta el respeto, la admiración, la confianza, todo lo que implica el nombre de “sano temor”.
[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]
martes, 14 de diciembre de 2010
Pesebre donde aparece su creador San Francisco de Asis.
Cómo llegó ese pesebre franciscano y la Navidad a tierras latinoamericanas, pobladas de ricas tradiciones indígenas?¿Cuándo se coló San Nicolás por las chimeneas latinoamericanas y le pusimos un árbol bajo el cual poner regalos? ¿Y cómo fue que un pavo voló hasta una mesa navideña en París?.
La Navidad, palabra derivada del latín nativitas o nacimiento, es una de las principales fiestas cristianas que marca el nacimiento de Jesús de Nazareth.
Nadie sabe a ciencia cierta cuándo nació Jesucristo pero se cree que en la Edad Media los líderes de la Iglesia cristiana, inspirados en los evangelios de San Mateo y San Lucas, fijaron la fecha con el fin de sus fieles se alejaran de las celebraciones paganas, en este caso, vinculadas al solsticio de invierno.
LA PRIMERA NAVIDAD.
Documentos históricos señalan que la primera Navidad celebrada en América Latina tuvo lugar el 25 de diciembre de 1492. La celebración se realizó en "La Hispaniola", la isla que actualmente conforman Haití y República Dominicana, poco después de que los europeos descubrieran que existía América.
De acuerdo con la historia, Cristóbal Colón realizaba un reconocimiento del área cuando la carabela "Santa María" registró problemas. Ante este obstáculo y con la ayuda de indígenas, se puso a salvo la carga que traían los conquistadores y con la madera de la carabela se procedió a construir un fortín.
Allí se quedaron 39 hombres, parte de la tripulación, según relata la autora Virigina Nylander Ebinger en el libro "Aguinaldos, costumbres navideñas, música y comida de los países de habla hispana en América".
El fuerte se terminó de construir el 25 de diciembre y en consecuencia Colón lo llamó "La Navidad", día en el que los españoles celebraron esta fecha religiosa por vez primera en suelo americano.
En conversación con BBC Mundo, la profesora de Filología Hispánica de la Universidad de Alicante Beatriz Aracil señala que la primera navidad propiamente americana de la que se tiene registro fue en 1526. Fray Pedro de Gante le escribió al Rey Carlos V sobre esta celebración con los indígenas en México, territorio que entonces se conocía como la Nueva España.
El misionero franciscano -tras dedicar buen tiempo a aprender y asimilar la lengua (Nahuatl) y las costumbres indígenas- le describe al monarca cómo introduce la Navidad dentro del proceso de evangelización. Así, detalla cómo había transformado las costumbres indígenas en ritos cristianos.
Fray Pedro de Gante le escribe a Carlos V y le cuenta que mantuvo la música de los cantos indígenas pero les cambió la letra y describe cómo compuso versos solemnes en honor a Dios.
Además, las mantas que llevaban los indígenas mexicanos las pintó con temas alusivos a la Navidad e incorporó a los más pequeños disfrazándoles de ángeles, para que cantaran en villancicos Nochebuena, señala Aracil.
ARBOL DE NAVIDAD.
La tradición del árbol de Navidad tiene raíces germánicas pero son diversos los orígenes que se le atribuyen. Algunos historiadores ubican bases iniciales del árbol de Navidad entre los años 680 y el 754, cuando San Bonifacio -quien daba un sermón a druidas- cortó un árbol que simbolizaba el denominado árbol del Universo, sagrado por los paganos, y en su lugar plantó un abeto que adornó con manzanas y velas como símbolo del amor de Dios.
Entre las diferentes versiones, otros apuntan a que fue en el siglo XVI cuando los cristianos en Alemania comenzaron a decorar árboles con luces en sus casas y que el reformador Martín Lutero fue el primero en poner en su hogar un árbol de Navidad.
Cada lugar tiene sus símbolos navideños. Los británicos hacen coronas de holly berries.
El árbol de Navidad -como lo conocemos en la actualidad- llegó primero a Finlandia a principios del siglo XIX. En Inglaterra en la década de 1840, cuando el castillo de Windsor exhibió el primer árbol navideño.
En Estados Unidos, ilustraciones del árbol y la familia real británica fueron adaptadas. Se le eliminó la corona a la reina y el bigote al príncipe Alberto para que la escena luciera como una familia estadounidense reunida alrededor del árbol de Navidad. Esa ilustración es considerada la primera imagen influyente de un árbol de Navidad en Estados Unidos. Registros apuntan a que en 1870 se inició esta costumbre en España.
Algunos historiadores señalan que en 1864, Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota llegaron a la ciudad de México para tomar posesión del recién formado Imperio Mexicano. Los emperadores austriacos llevaron la tradición a México pero tras el fusilamiento del monarca esta costumbre fue abandonada y retomada posteriormente.
Tras su popularización en Europa y Estados Unidos, el árbol pasó a ser utilizado en América Latina. La profesora Aracil señala que tanto el árbol de Navidad como San Nicolás son elementos relativamente recientes que surgieron a mediados del siglo XIX y que se han arraigado con más fuerza en los países en donde no existen o no han prevalecido tradiciones más antiguas.
SAN NICOLAS, SANTA CLAUS, PAPA NOEL.
Se trata de un personaje legendario que en Occidente le trae regalos a los niños en Navidad. San Nicolás, el Viejito Pascuero, Santa Claus o Papá Noel, vive en el Polo Norte y viaja en un trineo.
Sin embargo, San Nicolás necesita de varios renos voladores mágicos que empujan el trineo y que permitirían repartir los regalos en la noche que va del 24 de diciembre al 25 de diciembre.
Aunque es una leyenda muy antigua, que se vincula a la mitología escandinava y a dioses como Odin, Thor y Saturno, e incluso algunos ubican sus orígenes en Asia, se señala que la figura estaría inspirada en un obispo cristiano, San Nicolás de Myra, que vivió en el siglo IV en Anatolia -territorio que hoy es Turquía- y cuyas reliquias se conservarían en Bari, Italia.
Se cuenta que el obispo era muy bondadoso y la historia más popular señala que ayudó a tres doncellas pobres, que no tenían dote para casarse y que estaban a punto de ser vendidas por su padre en desesperación. Ante el infortunio de esa familia, durante la noche el obispo tiró por la ventana tres bolsas de oro que las salvó de ser vendidas.
Fue en el siglo XVII cuando la imagen de Santa Claus llegó a Estados Unidos procedente Holanda,-país en el que se venera a Sinterklaas o San Nicolás, un personaje que trae regalos a los niños el 5 de diciembre.
Los medios de comunicación han tenido un papel muy importante en promover este personaje. Santa Claus tal y como lo conocemos hoy -regordete y vestido de rojo- fue producto de una ilustración realizada en 1870 por el dibujante alemán-estadounidense Thomas Nast sobre la base de un poema de Clement Moore.
Curiosamente, en 1902, Nast fue nombrado cónsul general de Estados Unidos en Ecuador bajo el gobierno de Theodore Roosevelt y murió en ese país latinoamericano producto de la fiebre amarilla.
Santa Claus ha sido utilizado ampliamente como herramienta comercial. En particular la empresa Coca Cola utilizó su imagen por primera vez en anuncios publicitarios destinados a promocionar la bebida carbonatada a partir de 1930 y esos anuncios también fueron llegando adaptados a la región.
Aunque la figura de San Nicolás ha sido difundida en América Latina, en algunos países de la región los regalos corren principalmente por cuenta del Niño Jesús como en los casos de Colombia, Venezuela y partes de México, mientras que los Reyes Magos reparten presentes en países como Puerto Rico y España.
EL PESEBRE, BELEN O NACIMIENTO.
El origen del belén, nacimiento o pesebre, como se le denomina a la escena del nacimiento de Jesús, presenta bastantes problemas, señala el historiador y antropólogo Luis Pérez Armiño.
Y es que entre los historiadores no hay acuerdo en torno a la fecha de origen exacto de esta costumbre de raíces itálicas. Sin embargo, Pérez indicó que las fuentes más fiables dicen que surgió entre el siglo XIV y XV y que tuvo que ver con una serie de representaciones teatrales que se iniciaron en la Edad Media.
No es sino hasta el siglo XVIII cuando surge el belén típicamente americano. Posteriormente estas representaciones que se hacían en las iglesias se fueron sustituyendo por imágenes estáticas.
De acuerdo con Pérez Armiño, el pesebre llegó a América de la mano de los conquistadores españoles, quienes acompañados de misioneros utilizaban la imagen del misterio que resultaba "muy ilustrativa para el proceso de evangelización".
Las imágenes eran un recurso valioso para propagar la fe. "En principio, estas imágenes se hacían en España y se llevaban a América. No es sino hasta el siglo XVIII cuando surge el belén típicamente americano", afirma.
"La iglesia ponía mucho énfasis en la ortodoxia, que se siguieran fielmente los postulados católicos. Sin embargo, en América existen religiones indígenas muy arraigadas y, por ejemplo, es muy normal en los belenes de Bolivia que el niño en vez de nacer en un pesebre lo haga en la puerta del Sol de Tiahuanaco, en el Lago Titicaca", expresa Pérez Armiño.
En cuanto a la imagen del nacimiento, el historiador señala que en principio se representaba sólo a la Virgen, a San José y al Niño. Posteriormente se añadieron los pastores y los Reyes Magos, hasta llegar a las escenas de mercado y de posadas que surgen entre el siglo XVIII y XIX.
Es precisamente en el siglo XVIII cuando el pesebre alcanza su auge derivado de la tradición de Nápoles, pues es allá donde el belén se convierte en un verdadero arte, pues los mejores escultores del momento participan en su elaboración.
EL PAVO.
Y si muchas costumbres europeas han pasado a formar parte de nuestras tradiciones, nuestro aporte a la Navidad fue el sabor. La profesora Aracil señala que la gastronomía indígena de América se ha mantenido aunque en cada país existen variaciones.
Los guajalotes o pavos son originales de México y su forma de prepararlo tiene raíces aztecas. Después de España, Francia fue el segundo país europeo que adoptó el pavo mexicano. Según Heriberto García Rivas en el libro "Cocina prehispánica mexicana", a la llegada de los españoles el guajalote no era un ave silvestre, ya era criada en patios.
Algunos historiadores señalan que a principios del siglo XVI un grupo de jesuitas españoles, que vinieron con los conquistadores, lo llevaron de América a Europa y le llamaban gallina de las Indias.
El autor afirma que el pavo se puso en boga en la época de ese rey francés y durante la guerra de independencia de Estados Unidos, "pues todo lo que venía de América estaba de moda en el mundo".
Así, los nobles y la monarquía de la época consideraban al exótico plato una exquisitez y de allí se fue popularizando entre los europeos que sustituyeron el cordero por el pavo.
POINSSETTIA O NOCHEBUENA.(FLOR DE NAVIDAD EN VENEZUELA)
Esta planta originaria de México y Centroamérica, y cuyo nombre científico es Euphorbia pulcherrima, se ha popularizado desde el siglo XIX no sólo en nuestra región sino también en Estados Unidos y Europa como símbolo de la Navidad.
¿Cómo se llama esa planta roja?
México: Nochebuena. Venezuela: Flor de Navidad. Nicaragua: Pastora. Argentina: Estrella Federal. Chile y Perú: Corona del Inca.
La planta recibe muchos nombres diferentes a lo largo de América Latina. Se trata de un arbusto de hojas verdes y triangulares que se ponen rojas en el invierno y actualmente es una de las plantas más vendidas en la época navideña.
Antes de los conquistadores, los aztecas la llamaban "Cuetlaxochitl" y la usaban para teñir vestidos y para curar fiebres, el arbusto también era utilizado en ceremonias religiosas pues los indígenas consideraban que el color rojo era símbolo de pureza.
A pesar de que se trata de una planta mexicana, fue el embajador de EE.UU. en México, Juel Roberts Poinsett, quien a partir de 1825 se encargó de hacer famoso el arbusto y de allí que en muchas partes se le conozca como Poinsettia.
Así que no sólo fue el sabor sino también el color, lo que América le dio al mundo para celebrar la Navidad.
Tomado de Londres (BBCMundo)
Y no puedo olvidar a Venezuela, la que presentaré a través de la creación libre de un periodista del diario "El Carabobeno" de Valencia, Estado Carabobbo, Venezuela...
Oswaldo Pulgar Pérez || Despertares
La literatura permite ciertas licencias, que no se permitirían al hacer un análisis rigurosamente crítico de la historia. Este es el caso de aquel aguinaldo: -”Si la Virgen fuera andina/ Y San José de los llanos/ El Niño Jesús sería/ Un niño venezolano. Y éste es nuestro caso. Vamos a poner un poco de imaginación para acompañar, en fecha tan señalada, a la Sagrada Familia de Nazareth.
El Niño sería cachetón y sonrosado, con la piel tostadita, como los niños andinos. Además, le pondríamos un liquilique planchao. Sus ojos negritos, quién sabe si aguarapaos, acompañarían las sonrisas que desarman al adulto más pintao. Las maravillas que hace Dios con los hombres.
No podemos dejar de agradecerle su misericordia. Ha venido a redimirnos, a limpiarnos de aquella falta que ensombreció al género humano: El pecado original que heredamos sin haberlo cometido.
El Niño se levantaría muy temprano para ayudar a San José en sus labores. Los cabritos y las vacas del huerto son las fuentes alimenticias que podía tener una familia de clase media pobre para sus necesidades más inmediatas. El trabajo de San José completaría los ingresos necesarios para subsistir.
Entre los altos montes, la Virgen iría al río a lavar la ropa de la casa. Esas frescas aguas permitirían al Niño, darse de vez en cuando un chapuzón en el verano, para divertirse. El invierno es crudo y no permitiría, salvo que uno quiera coger un resfriado, sumergirse en aquellas aguas heladas.
“La Virgen está lavando/ Entre cortina y cortina/ Sus cabellos son de oro/ Y el peine de plata fina/. Pero mira cómo beben/ Los peces en el río/ Pero mira cómo beben al ver a Dios Nacido/. Beben y beben, y vuelven a beber/ Los peces en el río/ por ver a Dios nacer”.
Otros campesinos de la comarca recibieron de los ángeles el anuncio del nacimiento. El Niño nacería, y les serviría como señal una estrella, que les ayudaría para localizarle.
Llegaron con ellos unas simpáticas visitas. Otras familias se hicieron presentes para llevarle obsequios al Niño. Los venidos del Zulia le traerían unas mantas guajiras que la Virgen se resistiría a lucir, porque son muy llamativas. Los de Lara le trajeron un cuatro al Niño para que aprendiera a cantar. El Niño lo mira y lo agradece con una sonrisa.
De Ciudad Bolívar le traen una zapoara, ya aderezada para comerse casi de inmediato. San José mira la escena complacido, aunque a él no le traen nada. En esto pensaba cuando una familia de los llanos le trae un caballo cimarrón. Lo agradece pero les dice que él ya no está para esos trotes, y prefiere un borriquito sabanero, que de paso le servirá de transporte a la familia.
Cae la tarde y el crepúsculo, se introduce la noche cuando llegan varias familias de pastores cantando: “A adorar al Niño/ Corramos pastores/ Que está en el portal/ Llevémosle flores.
La Virgen no pasa desapercibida. Los campesinos quieren agradecerle el gran favor que nos ha hecho con la Encarnación. Y le cantan: “A ti te cantamos preciosa María/ Y de ti esperamos paz y alegría. Tú la flor más pura/ del vergel del cielo/ Eres la esperanza/ Eres el consuelo”.
La alegría de la Navidad nos acompaña para que esa luz que nos señalaba la estrella, nos acompañe siempre, especialmente, cuando todo se nos hace cuesta arriba. Para que entonces busquemos a Aquél que vimos nacer y nos trajo, como sólo Él sabe hacerlo, el consuelo y la fortaleza que necesitamos.
San Francisco de Asis y la representaci;on del Nacimiento de Jesús.
El stress se cura con el AMOR, aunque poquísimos médicos sepan la receta.
El Eterno Femenino segun Pierre Teilhard de Chardin, sj.y la excelsa orden benedictina
Himnos al Eterno Femenino
Teilhard de Chardin
Ab initio creata sum… (Ecle 24,9)
Aparecí en el principio del mundo.
Antes de los siglos salí de la mano de Dios…
Me fue concedido colaborar en su obra.
Dios me pensó y me hizo principio y origen de la multiplicidad,
como la fuerza que da solidez, que es centro y patria de las cosas.
Yo soy el rostro que une todos los seres,
el aroma que los viste, los atrae,
y los arrastra libre y apasionadamente en el camino de su unión.
Por mí todo se pone en movimiento, todo se ordena.
Yo soy la gracia sumergida en el mundo, para que éste llegue a reunirse, para que llegue a juntarse.
Yo soy el ideal que sobre él planea y hacia el cual el mundo asciende.
Yo soy lo esencialmente femenino.
Al principio era como una ola de fuerza, como un hálito de amor para las aspiraciones, todavía débiles, de las polaridades correlativas.
Como un alma adormecida aún, pero actuante, movía sin embargo con pleno poder la primera masa material casi sin forma, que se abandonaba al campo de mi atracción.
Yo fui la que de esta manera coloqué los cimientos del universo.
Yo soy el único rayo, a partir del cual y en cuyo seno todo llega a ser, se desarrolla y alcanza su plenitud.
Quien me ha encontrado, accede a todas las cosas…
Por el entrelazamiento creativo de mi ser con la naturaleza, actúo como su principio vital, soy el alma del mundo. Soy en verdad el encanto (charme) del universo presente en todo, soy la sonrisa de la creación con muchos rostros.
Soy la entrada (el acceso) al corazón del mundo universal y personal, la puerta de la tierra -la iniciación- yo misma soy este corazón.
Quien me prende, se me entrega, y es prendido por el universo.
En esencia yo soy fértil -es decir: Estoy dirigida hacia el futuro, hacia el ideal.
Vosotros, hombres, cuanto más me busquéis sólo en la dirección del placer, tanto más os vais alejando de mí.
Et usque ad futurum saeculum non desinam… (Ecli 24,9)
Así se fue desarrollando con gran paciencia y en secreto la imagen de la esposa y de la madre… del Logos que debía hacerse hombre, que tiene que divinizarme a mí y por mí a todas las cosas.
Cristo me ha salvado, Él me ha liberado.
Me ha dejado todas mis joyas, desde el cielo ha hecho descender un rayo sobre mí, que me ha elevado sin límites y me ha hecho hermosa sin fin. En el mundo nacido de nuevo, sigo siendo, como lo fui en mi nacimiento, la llamada a la unión con el universo, el encanto del mundo (charme), puesto en un rostro humano.
Mi seducción es constante -pero hacia la luz.
Siempre fascino y arrebato -pero hacia la libertad.
Desde ahora más aún, pues han reconocido mi virginidad. Pero la virgen es siempre una esposa y una madre: éste es el signo del tiempo nuevo.
Yo actúo unida a Cristo y bajo su influjo hasta haber llevado a término la creación…
es una perfección cada vez más cambiante, cada vez más aunada, donde expresan los anhelos de cada nueva generación.
Por lo tanto, mientras el mundo exista, se verán reflejados en mi rostro, que yo benignamente le presté a Beatriz, los sueños del arte y de la ciencia, hacia los que se eleva cada nueva centuria…
Yo soy la belleza inmarcesible de los tiempos futuros.
Yo soy el ideal de la mujer, de la creación nupcial femenina.
Y en cuanto más me voy haciendo mujer de esta manera, tanto más se verán espiritualizadas por mí la forma y la belleza.
En mí, el alma aspira a transformar el cuerpo, la gracia aspira a divinizar el alma.
Quien desee retenerme debe ir transformándose conmigo.
Dios es quien os espera en mí.
Dios, a quien yo atraje mucho antes de que vosotros existiérais… Mucho antes de que el Hombre presintiera mi misión y mi grandeza… ya el Señor me había creado como un todo, como a su Sabiduría, y yo había conquistado su corazón.
¿Pensáis que sin mi purísima belleza, por la cual quedó seducido, hubiera nunca bajado y se hubiera hecho carne en medio de su creación? Sólo el amor puede mover el ser.
Y así Dios, para poder salir de sí mismo, debía esbozar ante Él un sendero con el deseo vehemente de esparcir antes de su llegada un aroma de belleza.
Entonces Él me hizo existir… sobre el abismo -entre la tiera y Él mismo- para estar entre vosotros en mí.
Puesta entre Dios y el mundo como medio de la atracción común, los guío a ambos conjuntamente -éste es mi deseo apasionado, mi misión, hasta que se realice en mí el encuentro, en el que se unen la estirpe y la plenitud de Cristo, por los siglos sin fin. Yo soy
Hasta en el fuego, resistiré, yo como un todo con toda la plenitud de mi origen.
Más aún, seguiré revelándome y dándome a conocer en mi devenir igualmente inagotable, como la seducción sin fin, de la cual yo siempre soy, aunque nadie lo note, el vestido, el rostro y el acceso…
Si pensais que yo no estoy ahí, que me hallo ausente, si me olvidáis y no me tenéis en cuenta, a mí, al aire que respiráis, a la luz de vuestro ojos -siempre estaré ahí, vestida y extasiada con el sol, que yo misma atraje.
¡Yo soy el eterno-femenino!
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¿Cómo llevé mi toma de conciencia de la Nada a algo concreto para mi sanación?
Comencemos por el principio. La toma de consciencia de LA NADA
“Nada, nada, nada… y aún en el monte nada”. Así leemos en el gráfico de la
Subida del Monte Carmelo que Juan de la Cruz- GRAN PEDAGOGO- usaba como
medio visual para explicar su doctrina sobre el camino que lleva a la igualdad de amor con Dios, a la unión con el Infinito, con el Amado.
A Juan se le conoce por tantas cosas. Y uno de sus sellos distintivos es,
precisamente, el de la NADA y la NEGACIÓN. Tanto es así que su doctrina ha sido
tantas veces malinterpretada. Hay quien le tiene miedo porque hablar de la NADA
parece ser sinónimo de ascesis, mortificación, renuncia al placer, al gozo de la vida…
Pero el sinónimo más cercano a la NADA sanjuanista nada tiene que ver con
ninguno de esos términos. La palabra que mejor expresa su NADA es el TODO. La
nada es condición, es camino, es decisión por la plenitud, es opción por la libertad más absoluta, por el placer más auténtico, por la felicidad que no acaba nunca.
Pero caminar, gozar, ser libre, ser feliz, todas estas metas presentes en el corazón
de todo ser humano, requiere de un serio aprendizaje y entrenamiento, de una
preparación, de una disposición más interior que exterior. Conformarse con placeres pasajeros, querer atrapar la felicidad como si de un objeto se tratase, no son más que impedimentos para alcanzar el TODO, el Absoluto, la Plenitud.
Juan de la Cruz, maestro de las Nadas, porque conocedor profundo de la
psicología del alma, sabe que lo infinito no puede poseerse, no puede encerrarse en un frasquito… Quien quiere atraparlo cae en el reduccionismo y se frena en el camino hacia el infinito. NADA es NADA. NADA es absoluto, nada es TODO. Paradoja o contradicción. Pero sabiduría sencilla y simple, verdad evidente a los sentidos naturales.
Quien se llena la boca de sabores no tiene el gusto preparado para gustar; quien se llena el oído de ruidos, no capta la melodía más bella del silencio; quien se abruma de olores y perfumes, no distingue ni percibe el aroma suave de la brisa; quien busca solo satisfacer el tacto, no tiene las manos libres para dejarse acariciar por el aterciopelado plumaje de una Presencia que se escribe con mayúsculas.
Por eso la NADA es el Todo. Es preparación y disposición. Es una opción
fundamental en la vida. Si quieres dar la mano al AMIGO y abrazarle, tienes que soltar todo lo que en ellas llevas; si quieres gozar el Infinito, has de dejar de entretenerte en los finitos… Nadie puede servir a dos señores… porque donde está tu tesoro, allí también está tu corazón.
La NADA es radicalidad, no admite caminos intermedios. No importa como sea
la cadena que te tiene atado y te impide volar. Mientras no la rompas no podrás
emprender el vuelo. Es igual si se trata de una gruesa cadena, o de un hilo fino, o
dorado. Para volar hay que romperlo: eso es la NADA.
La Nada de Juan es camino que pasa por muchas etapas, por muchas noches. La nada es subir, la nada es entrar en la oscuridad, la nada es abrirse al conocimiento de sí, la nada es el modo natural de ser, la nada es la pobreza de espíritu, la nada es vestirse de esperanza, la nada es aprender y saber amar, la nada es el modo para no impedir al todo, la nada es el olvido. Y la Nada, aún siendo nada, lo es Todo.
Francisco Javier Sancho Fermín, ocd