Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

martes, 13 de octubre de 2015

El lunes 5 de octubre, apenas iniciados los trabajos del sínodo sobre la familia, el cardenal George Pell entregó al Papa Francisco una carta firmada por él y otros doce cardenales, todos ellos presentes en el aula sinodal. Los trece firmantes recubren funciones de gran importancia en la jerarquía de la Iglesia.

Filtran una carta privada de algunos cardenales al Papa
Varios purpurados desmintieron haberla firmado. El portavoz indicó que ​ha sido publicada para “cumplir un acto de interferencia” no querido por los signatarios
Por Sergio Mora
Ciudad del Vaticano, 13 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
Con motivo del sínodo de la familia que se está realizando en el Vaticano, muchas personas e instituciones le han escrito al santo padre Francisco. Entre las misivas hay una carta privada al Papa, firmada por varios cardenales, la cual ha sido dada a conocer por un periodista de manera ilegítima.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, declaró este martes que la carta ha sido publicada para “cumplir un acto de interferencia” no querido por los firmantes.
Al menos cuatro cardenales --Scola, Vingt trois, Piacenza y Erdó-- que figuraban entre los firmantes ya han desmentido, indicó Lombardi.
Y el cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera, arzobispo de la Ciudad de México, dijo hoy que tampoco él ha firmado: “Yo nunca firmé la supuesta carta con los contenidos que algunos mencionan. Al mismo tiempo, reconozco que el lugar apropiado de la discusión es con otros Padres Sinodales y bajo la guía del Papa, que es nuestro garante de la unidad en la Iglesia y quien tiene mi mayor respeto y lealtad”.
El cardenal Pell declaró que fue enviada una carta reservada al Papa, y que “lo publicado no corresponde, ni el texto, ni las firmas de lo que se ha entregado al Papa”.
El Portavoz consideró que “hacer observaciones sobre la metodología del Sínodo, que es nueva, no asombra. Pero una vez establecida, tiene que existir el empeño de seguirla de la mejor manera posible. Y es lo que está sucediendo”.

Trece cardenales han escrito al Papa. He aquí la carta

Pero Francisco ha rechazado en bloque sus peticiones. Mientras tanto, la "Relatio finalis" ha desaparecido del programa del sínodo

por Sandro Magister




ROMA, 12 de octubre de 2015 – El lunes 5 de octubre, apenas iniciados los trabajos del sínodo sobre la familia, el cardenal George Pell entregó al Papa Francisco una carta firmada por él y otros doce cardenales, todos ellos presentes en el aula sinodal.

Los trece firmantes recubren funciones de gran importancia en la jerarquía de la Iglesia. Entre ellos estan, en orden alfabético:

- Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia, Italia, teólogo, anteriormente presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia;
- Thomas C. Collins, arzobispo de Toronto, Canadá;
- Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York, Estados Unidos;
- Willem J. Eijk, arzobispo de Utrecht, Holanda;
- Gerhard L. Müller, anteriormente obispo de Ratisbona, Alemania, y desde 2012 prefecto de la congregación para la doctrina de la fe;
- Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, Sudáfrica, presidente delegado del sínodo en curso, como lo fue también de la precedente sesión de octubre de 2014;
- George Pell, arzobispo emérito de Sydney, Australia, y desde 2014 prefecto en el Vaticano
- Robert Sarah, anteriormente arzobispo de Conakry, Guinea, y desde 2014 prefecto de la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos;
- Jorge L. Urosa Savino, arzobispo de Caracas, Venezuela. (El Cardenal Urosa mantiene un silencio total)

En la carta, concisa y clarísima, los trece cardenales sometían a la atención del Papa las serias "preocupaciones" que ellos y otros padres sinodales tienen sobre la metodología del sínodo, según ellos "configurada para facilitar unos resultados predeterminados sobre cuestiones importantes que son objeto de controversia", como también acerca del "Instrumentum laboris", considerado inadecuado como "texto guía o fundamento de un documento final".

He aquí a continuación el texto de la carta, traducido del original en inglés.

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Santidad,

Mientras inicia el Sínodo sobre la familia, y con el deseo de verlo servir provechosamente a la Iglesia y a usted en su ministerio, respetuosamente le pedimos que tome en consideración una serie de preocupaciones que tienen otros padres sinodales y que nosotros compartimos.

Si bien el documento preparatorio del Sínodo, el "Instrumentum laboris", tiene puntos admirables, también tiene secciones que se beneficiarían de una sustancial reflexión y reelaboración. La nueva metodología que guía el sínodo parece asegurar una excesiva influencia sobre las deliberaciones del sínodo y el documento sinodal final. Tal y como está, y dada la preocupación que han expresado muchos padres acerca de varias secciones problemáticas del mismo, el "Instrumentum" no puede servir de manera adecuada como texto guía o fundamento de un documento final.

Algunos ambientes considerarán que a la nueva metodología sinodal le falta apertura y genuina colegialidad. En el pasado, el método de presentar propuestas y votarlas tenía como valioso fin saber la posición de los padres sinodales. La ausencia de propuestas y de las correspondientes discusiones y votaciones parecer desalentar un debate abierto y limitar las discusiones a los "circoli minori"; por consiguiente, nos parece urgente que se restablezca la redacción de propuestas que deberán ser votadas por todo el sínodo. Votar un documento final llega demasiado tarde en el proceso para una revisión total  del mismo y un ajuste serio del texto.

Además, la falta de participación de los padres sinodales en la composición del comité de redacción ha creado un notable malestar. Sus miembros han sido nombrados, no elegidos, sin consulta previa. Del mismo modo, cualquiera que forme parte de la redacción de cualquier texto a nivel de los "circoli minori" debería ser elegido, no nombrado.

A su vez, estos hechos han creado el temor de que la nueva metodología no siga el espíritu tradicional y la finalidad de un sínodo. No se entiende la necesidad de estos cambios en la metodología. A un determinado número de padres les parece que la nueva metodología está configurada para facilitar unos resultados predeterminados sobre cuestiones importantes que son objeto de controversia.

Por último, y es tal vez lo más urgente, varios padres han expresado su preocupación de que un sínodo planificado para afrontar una cuestión pastoral vital -reforzar la dignidad del matrimonio y la familia- pueda llegar a estar dominado por el problema teológico/doctrinal de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil. Si así fuera, esto inevitablemente levantaría cuestiones aún más fundamentales sobre cómo la Iglesia, en su camino, debería interpretar y aplicar la Palabra de Dios, sus doctrinas y sus disciplinas a los cambios en la cultura. El colapso de las iglesias protestantes progresistas en la época moderna, acelerado por su abandono de los elementos clave de la fe y de la práctica cristiana en nombre de la adaptación pastoral justifica una gran cautela en nuestras discusiones sinodales.

Santidad, le ofrecemos estos pensamientos en un espíritu de fidelidad y le agradecemos que los tome en consideración.

Fielmente suyos en Jesucristo,

__________


La tarde del mismo lunes 5 de octubre, durante la primera discusión en el aula, el cardenal Pell y otros padres sinodales retomaron algunas de las cuestiones de la carta, sin citarla.

El Papa Francisco estaba presente y escuchaba. La mañana siguiente, martes 6 de octubre, tomó la palabra.

El texto de esta intervención fuera de programa no ha sido hecho público; sólo ha sido resumido verbalmente por el padre Federico Lombardi y por escrito por "L'Osservatore Romano". De este modo:

"El Pontífice ha querido reafirmar que el actual sínodo está en continuidad con el que fue celebrado el año pasado. Respecto al 'Instrumentum laboris', Francisco ha subrayado que éste es el resultado de la 'Relatio synodi', integrada con las contribuciones llegadas posteriormente, que fue aprobado por el consejo post-sinodal -que se reunió en presencia del Pontífice- y que es la base para continuar el debate y las discusiones de los próximos días. En este contexto, asumen fundamental importancia las contribuciones de los distintos grupos lingüísticos. El Papa ha recordado que los tres documentos oficiales del sínodo del año pasado son sus dos discursos, inicial y final, y la 'Relatio synodi'. El Pontífice ha subrayado que la doctrina católica sobre el matrimonio no ha sido tocada y después ha puesto en guardia sobre dar la impresión de que el único problema del sínodo sea el de la comunión a los divorciados, invitando a que no se reduzcan los horizontes del mismo".

A este resumen de "L'Osservatore Romano", el padre Lombardi ha añadido que "también las decisiones sobre la metodología han sido compartidas y aprobadas por el Papa, en consecuencia, no pueden ser puestas en discusión".

De esto se deduce que Francisco ha rechazado en bloque las peticiones de la carta, salvo la marginal recomendación de no reducir la discusión sólo "a la comunión a los divorciados".

Y las ha rechazado con una salida polémica, como ha hecho saber sucesivamente -en un tweet no desmentido- el director de "La Civiltà Cattolica" Antonio Spadaro, también él presente en el aula, según el cual el Papa habría dicho a los padres "no ceder a la hermenéutica de la conspiración, que es sociológicamente débil y espiritualmente no ayuda".

Todo esto al inicio del sínodo. Pero hacia el final de la primera semana de trabajos han sucedido más cosas. De nuevo, en sentido opuesto a los deseos de la carta de los trece cardenales.

El viernes 9 de octubre, en rueda de prensa, el cardenal Luis Antonio G. Tagle, arzobispo de Manila, y presidente delegado del sínodo, ha dicho repentinamente que sobre la relación final "esperamos la decisión del Papa".

Y el día siguiente, el padre Lombardi ha precisado que "aún no tenemos la certeza de cómo se llevará a cabo la conclusión del sínodo, es decir, si habrá un documento final. Veremos si el Papa dará indicaciones concretas".

Increíble, pero verdad. Con el sínodo en pleno desarrollo, de repente se pone en duda la existencia misma de esa "Relatio finalis" que aparecía en los programas como el punto de llegada al que estaban finalizados todos los trabajos sinodales.

De hecho, el secretario general del sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, había hablado ampliamente de la "Relatio finalis" en la presentación oficial del mismo:

> Briefing su tema e metodo della XIV assemblea generale ordinaria del sinodo dei vescovi


Ese mismo día, Baldisseri también había informado de que el Papa Francisco había nombrado una comisión de diez cardenales y obispos precisamente "para la elaboración de la relación final".

El 5 de octubre, en el discurso de apertura de los trabajos del sínodo, Baldisseri había ilustrado más detalladamente las fases de elaboración y aprobación de la "Relatio":

> Relazione del segretario generale


Y de nuevo había hablado sobre ella en el aula la mañana del 6 de octubre, justo antes de que el Papa tomara la palabra.

Por no hablar del calendario oficial de los trabajos del sínodo, que sigue asignando cuatro días completos, del 21 al 24 de octubre, a la redacción de la "relación final", a su presentación en el aula, a la discusión y presentación de las observaciones escritas, a la nueva redacción de la misma, a su nueva presentación en el aula y a su votación definitiva:

> Calendario dei lavori


En la carta al Papa Francisco, los trece cardenales expresaban su deseo de que se retomara la metodología de los sínodos pasados, los cuales terminaban con la votación, una por una, de las "propuestas" que se presentaban al Papa. O que por lo menos, en ausencia de esta propuestas, se votase punto por punto una "Relatio finalis" escrita por una comisión electiva, no nombrada toda ella desde las alturas.

Pero, si como se ha hecho entender, ya no habrá "Relatio", el único producto del sínodo no podrá ser otro que una reelaboración de ese "Instrumentum laboris" que los trece firmantes de la carta consideran inadecuado para hacer "de fundamento de un documento final", también a causa de "sus varias secciones problemáticas", es decir, de incierta fidelidad a la doctrina.

Porque es verdad que los 270 padres sinodales están trabajando días tras día precisamente para rehacer de arriba abajo el "Instrumentum". Pero es igualmente verdad que la nueva redacción del texto será prerrogativa de esa comisión nombrada por entero por el Papa Francisco y en la que los innovadores son una mayoría aplastante, al contrario de lo que sucede en el aula. Y en un texto kilométrico y discursivo como el "Instrumentum" -no telegráfico como las "propuestas" de muchos sínodos pasados- es mucho más fácil que suceda de nuevo lo que ya sucedió en el sínodo de 2014, con la introducción de fórmulas vagas y polivalentes, difíciles de aprobar o rechazar en el aula con un simple voto.

"La doctrina católica sobre el matrimonio no ha sido tocada", ha asegurado el Papa Francisco refiriéndose a todo el recorrido sinodal desde 2014 hasta ahora, en respuesta a las "preocupaciones" de los trece cardenales de la carta.

Pero el cardenal Tagle, exponente de relieve de los innovadores, ha dicho también en la rueda de prensa del 9 de octubre, con visible satisfacción:

"El nuevo método adoptado por el sínodo probablemente ha causado un poco de confusión, pero es bueno estar confundidos de vez en cuando. Si las cosas están siempre claras, ya no sería la vida de verdad".

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