Sobrecarga informativa
El aluvión de datos y estímulos que nos rodean puede ejercer un efecto abrumador que causa fatiga y ansiedad. He aquí cómo escudarse
Ahora que casi toda la información del mundo está al alcance de los dedos, la concentración y el enfoque se han convertido en cualidades efímeras. Se tiende a ponderar casi por igual lo importante y lo irrelevante: desde lo que pasa en el país y cómo nos afecta hasta qué desayunaron ayer los parientes en otros países, qué dicen las noticias internacionales, los grupos de mensajería instantánea, notas de voz, tweets, fotos, videos, memes y cualquier otro asunto que esté dando de qué hablar. Es una cascada de datos de todo tipo que no para de crecer y que alcanza niveles sin precedentes.
Algunos lo llaman "infoxicación". Otros, sobrecarga cognitiva. De acuerdo con los expertos, el exceso de información puede provocar indecisión, estrés y parálisis para analizar y ponderar los datos, como consecuencia de abrumarse ante demasiadas elecciones y estímulos. "Cuando esta sobrecarga es crónica se vive en un estado de ansiedad y estrés no resuelto, por la sensación de no poder cubrir las demandas para seguir procesando información", explica la psicóloga Lucy Palladino, autora de libros sobre el tema, en el sitio web PsychCentral. También puede ser causa de bajo rendimiento, hostilidad y sensación de agotamiento absoluto.
Nuestra configuración reactiva tampoco ayuda. "El problema es que nuestros 'viejos' cerebros están diseñados para responder a cada nueva interrupción. Cada vez que oímos un timbre o un click, notamos un destello o percibimos un cambio visual en el ambiente, nuestra atención es atraída a esa novedad y se aleja de lo que estábamos haciendo", expone Joanne Cantor, directora del Centro de Investigaciones de la Comunicación en la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), en el sitio web Psychology Today. "Los dispositivos nos incitan al multitasking como nunca antes y así nuestras oportunidades de dispersarnos se multiplican exponencialmente".
¿Cómo "depurarse"? Los especialistas en salud mental y comunicación sugieren varias estrategias para no dejarse arrollar:
- Establezca momentos puntuales para revisar correos y redes sociales. Una o dos veces al día pueden ser más que suficientes para ponerse al corriente. Entretanto, es aconsejable mantener las sesiones cerradas o con notificaciones desactivadas para no distraerse.
- Para organizarse, vacíe y centralice la información que realmente necesite recordar en una agenda, libreta o archivo. Esto libera espacio mental.
- Dedique un momento de total atención a sus correos. Una o dos veces al día, procese todos los mensajes entrantes: deseche de una vez lo irrelevante, responda lo urgente y archive lo resuelto. Reducir el desorden del buzón le ahorrará esfuerzo mental.
- Modere su exposición al Whatsapp. No todos los grupos son importantes: silencie los menos relevantes y en lo posible abandone aquellos que le causen estrés. Déle siempre prioridad a la persona que tenga delante sobre cualquier otro mensaje que demande su atención.
- En lugar de revisar mil fuentes distintas de información, elija unas pocas de muy buena calidad.
- Modere la exposición a las noticias antes de dormir para no sabotear el sueño. Si, por costumbre, prefiere informarse al final del día, que sea un par de horas antes de irse a la cama.
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