Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Todo el que se cree poderoso sin Dios, cae de forma inverosimil.

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A cada Herodes le llega su hora

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES | EL UNIVERSAL
miércoles 28 de diciembre de 2011 12:00 AM
En Venezuela es costumbre típica de la Navidad encontrarnos pesebres en muchos lugares (iglesias, centros comerciales, cuarteles, hospitales, casas, etc.). En algunos de ellos vemos el castillo de Herodes, para recordarnos a ese pobre rey que pasó a la historia como el asesino de los inocentes.

En ese castillo, que se ve tan lujoso al lado del portal de Belén (donde nació el único y verdadero rey de reyes: Jesucristo), vivía un hombre que se creía todopoderoso, inigualable, incomparable... a quien todos tenían que rendirle honores y hacer lo que él ordenara inmediatamente, así se tratase de una verdadera locura. Pero resulta que Herodes fue un ser humano igual a cualquier otro (necesitaba dormir, comer, ir al baño, también se enfermaba, se ponía viejo y se moría). Su única diferencia es que tenía en sus manos un gran poder para hacer mucho bien.

Lamentablemente Herodes no usó su poder para hacer el bien sino para hacer el mal. Su soberbia lo cegó de tal manera (y a sus colaboradores también) que "al ver que los Magos le habían engañado, se irritó en extremo, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo..." (Mt 2, 16). La causa de la matanza: Soberbia. Soberbia de no soportar que el único rey de reyes en este mundo es Dios. Soberbia por no soportar bajar la cabeza ante ese Dios que se hizo hombre y vino como un niño a esta Tierra para salvarnos de nuestros pecados.

Hoy, 28 de Diciembre, estamos recordando ese día de la matanza de los inocentes. Ese día en que se oyó el llanto desconsolado de Raquel (y de muchas otras madres) porque un "loco de manicomio" ordenó matar a sus hijos para eliminar al Mesías, del que hablaban las profecías. Y sus servidores no le pusieron "un parao" sino que siguieron sus órdenes como simples borregos (parecidos a los que vemos también en el pesebre). Y todo por el ansia de poder, por el capricho de un hombre que no quería que le quitaran su trono.

Herodes ¡Qué mal lo hiciste! ¡Qué mal quedaste ante la humanidad! No sólo dejaste de ser el primero sino que, como a todos, te llegó tu hora rapidito (pocos años después de la matanza). Ese hombre que no pudiste matar cambió la historia de la humanidad; y por los siglos de los siglos será el único y el primero por encima de todas las cosas, porque es el mismo Dios: Jesucristo. Yo te pregunto Herodes: ¿Por qué no usaste tanto poder para hacer el bien? ¿De qué te sirvió tanta maldad, tanta envidia, tanta soberbia, tanto odio, tanta ansia de poder? ¿Viste como todo en esta vida se termina?

Ojalá el recuerdo del día de hoy nos haga reflexionar a todos sobre ese Herodes que cada uno podemos llevar dentro. Aquí podríamos incluir en primer lugar a esas madres y médicos que matan a un ser inocente en el vientre materno, porque se creen dueños de la vida de los demás. También esas personas que se creen Dioses o Diosas que viven de la inmoralidad y del escándalo para gozar de una fama pasajera, en unos medios culpables porque los apoyan para gozar de un rating sin importar el daño que pueden causar a niños y jóvenes. Y muchos otros cuyo norte de vida no es Dios y su prójimo, sino el dinero, el poder y los placeres de la Tierra. Esa soberbia, como la de Herodes, que nos puede hacer creer que estamos por encima de todo (hasta de Dios y sus leyes), creyendo que somos lo máximo, los intocables, que nunca nos vamos a enfermar, a envejecer o a morir.

Afortunadamente el único Rey de reyes: Jesucristo, siempre estará esperándonos con los brazos abiertos (hayamos hecho lo que hayamos hecho), para que reconozcamos el mal cometido, pidamos perdón en la confesión y sigamos la lucha para ser buenos cristianos, para poder así estar más que listos el día que nos llegue la hora.

Un Año Nuevo es un excelente momento para recomenzar y para proponernos luchar cada día por ser mejores, en todo lo que hagamos, y poder ayudar a quien nos necesite. Este nuevo año será muy duro, y espera lo mejor de cada uno de nosotros. Así que a despedirnos de lo malo, de ese Herodes que todos llevamos dentro, y a dar lo mejor de nosotros a los demás para poder contribuir en la construcción de un mejor mundo para todos.

¡Felíz Año 2012! ¡Y a ponerse las alpargatas, porque lo que viene es joropo!

mariadenissecapriles@gmail.com
@VzlaEntrelineas

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