Ana Isabel Laguna
alaguna@el-carabobeno.com
Estrenamos año y llegamos al controvertido y apocalíptico 2012: cataclismo, extrañas alineaciones galácticas, asteroides que impactan contra la Tierra, tormentas solares, son parte de los anuncios especulativos que señalan que estamos en el fin del mundo. Para los expertos astronómicos no tienen ningún asidero, pero ante la avalancha de tan enigmáticas teorías la NASA, la agencia espacial estadounidense, se ha pronunciado para desmentirlas y ha puesto por Internet una batería de respuestas de sus expertos y enlaces a otras páginas para despejar cualquier duda.
Las predicciones fatídicas tienen su origen en el fin del calendario maya, del cual se han plegado grupos religiosos, producciones cinematográficas y escritores de la ciencia ficción. Sin embargo, hasta los estudiosos de esta cultura ancestral también la han desmentido. Mark Von Stone, investigador de la Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, en la página web advierte que los mayas lo que hicieron fue establecer ciclos de 5.125 años y coincidencialmente el número 12- de acuerdo con el calendario gregoriano por el cual nos regimos en Occidente- termina el 21 de diciembre de este año, pero ello no indica que es el fin del mundo, sino el fin de un ciclo de años, como decir el fin de un siglo.
Aseveración corroborada por Enrique Torres, jefe del departamento de Divulgación del Centro de Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (CIDA), ubicado en Mérida, quien -vía telefónica- sintetizó que lo que denominan “profecías mayas” es todo un artilugio comercial.
Incluso, hasta los actuales chamanes herederos de la cultura maya que viven en la península de Yucatán, México, tampoco comparten esta visión apocalíptica. A diferencia de los grupos místicos y los profetas modernos, no se muestran muy preocupados por el fin del mundo. “Es más bien un mito urbano. Para ellos el 2012 no tiene ningún significado”, señala una nota de la agencia DPA.
De dónde surgen las profecías mayas
Lo cierto es que los mayas eran grandes observadores del cielo, conocían en gran medida los movimientos de la Tierra, del Sol y de los planetas. Y tenían una concepción cíclica del tiempo. En la llamada cuenta larga de su calendario -había también una cuenta corta- en 2012 termina una era de 13 “b’ak’tunes”, que son unidades de unos 400 años cada una.
Los especialistas en el trabajo de desmenuzar el supuesto origen de las profecías para dar luz sobre lo que dijeron y lo que no dijeron los mayas, coinciden en que “de ninguna manera pensaron que su tiempo se iba a terminar en 2012″, como afirmó el epigrafista Erik Velásquez a DPA. Citó que cuando comenzó a descifrarse la escritura maya y se vio que hacía referencia a fines de ciclos hubo “una interpretación fácil desde la perspectiva del pensamiento occidental, ligándolo a una visión apocalíptica”. “Más que una obsesión por el tiempo, los mayas se preocupaban por efectuar rituales que de algún modo garantizaran que el ciclo por venir sería propicio”, indicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la misma reseña.
Todo este entramado surgió, según precisó nuestro entrevistado, a raíz de un registro en piedra que se encuentra en una estela maya cerca de la zona de Tortuguero, -una zona arqueológica de México- en el cual los mayas aparentemente dejaron inscrito que el ciclo 12 culminaba justo en esta época. Este hallazgo lo hizo el antropólogo estadounidense Michael Cohen en el año 1950, quien trabajaba sobre la cultura maya y publicó un libro al respecto en el cual aseveró que el mismo interpretaba que en esa estela los mayas querían decir que suponían que se iba a acabar el mundo. “De esa interpretación se agarraron algunos antropólogos y otros personeros para decir que los mayas vaticinaron el fin de la tierra, cuando ellos nunca dijeron eso, solo dejaron escrito que su ciclo número 12 se terminaba en esta fecha, es como decir que el siglo 21 va a finalizar el 31 de diciembre de 2099, y si uno no dice nada más, lo demás pudieran inventar que el mundo se va a acabar ese día. Y no es así”, refutó el astrónomo.
No obstante, el experto advierte que si hay casos que podrían acabar la vida en la Tierra, como ha ocurrido en el pasado, por ejemplo el impacto de un asteroide hace 65 millones de años que se cree extinguió a los dinosaurios y acabó con 70% de la vida terrestre. Se trata de extinciones masivas, y hasta la fecha han ocurrido cerca de 6 eventos similares según registros geológicos, pero solo uno está asociado a orígenes astronómicos, los otros cinco fueron por causas geológicas y climatológicas.
Asteroides, verdugos del “futuro”
La posibilidad de un potencial asteroide o un cuerpo tipo planeta que pudiera pasar cerca de la Tierra y por diferentes causas producir catástrofes en este 2012, como lo vaticinan algunas página webs de mal agüero, está descartada por los científicos. De acuerdo con las estimaciones astronómicas, hasta ahora no hay evidencias; sólo se ha detectado señales de un asteroide denominado “Apohis” que en el 2029 pudiera aproximarse; no causaría daños a nivel global si acaso regional, es decir en algún país. “Pero falta mucho tiempo, en ese lapso podría ocurrir una ligera desviación y eso lo monitorean minuto a minuto”, aseguró Torres. Hay varios proyectos de previsión en curso, como un plan B, para desviar más no desintegrar porque es inviable, adicionó. Proyectos internacionales en los que intervienen varios países del Primer Mundo, está la agencia espacial europea, China, Japón, Rusia y EE UU.
En la historia del sistema solar, recordó el experto, es frecuente el impacto de cuerpos tipo asteroides contra los planetas, inclusive en este siglo han detectado varios impactos similares contra Júpiter, y en el caso particular de la Tierra hay más de miles fácilmente observables con telescopios. El enorme agujero en el desierto de Arizona es la huella de un meteorito caído hace 50 mil años. Y a comienzos del siglo XX hubo otro impacto de meteorito que devastó varias hectáreas de bosques en Rusia.
Constantemente ocurren impactos pero en mucho menor escala, según lo explicado por Torres. Se calcula que cerca de 100 toneladas en materia de meteoros entran al día a la Tierra, lo que pasa es que la mayoría cae al mar ya en forma de cenizas o del tamaño de una pelota y no causan mayores efectos. Aunque pudieran caer encima de una casa, es una eventualidad muy remota.
Otra de las “profecías” desmitificada por Torres es aquella de que la actividad solar para este año se vería de alguna manera alterada, lo cual afectará el nivel climático, las telecomunicaciones y el campo magnético terrestre. “Desde el punto de vista observacional, no hay ninguna evidencia. Lo que se tiene estimado es que el Sol tendrá su máxima a mediados de 2013, pero todo indica que será moderado”, aseguró.
Kathy Vivas, astrónoma también del CIDA y quien realiza estudios en la Universidad de Michigan, USA, -vía email- respondió que el Sol está por entrar en una etapa de mayor actividad, un ciclo que ocurre cada 11 años y durante los cuales pueden afectarse las telecomunicaciones satelitales. “Este evento pasará en los primeros meses de 2013, puede ser unos meses antes o después, alentó Vivas. Rememoró que el último máximo ocurrido en el 2001-2002 fue un poco mayor que el que se espera y no pasó nada especial.
Enrique Torres aclaró que “no hay por qué alarmarse, estos ciclos solares se dan desde que existe la Tierra”.
Una alineación entre el Sol, la Tierra y el centro de la galaxia, otras de las “señales” que formó parte de las escenas de la película “2012” hace un par de años, señala la astrofísica venezolana, es factible pero no tendría ninguna influencia porque el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, está 35 mil años luz de la tierra; es decir, muy lejos. Muchos menos afectaría al Sol y su producción de neutrinos.
En cuanto a la inversión del campo magnético terrestre, detalló Torres, que en los últimos 5 millones de años éste ha variado cinco veces, pero no se trata de que el eje de rotación de la Tierra se invierte, sino que es el campo magnético de norte al sur y del sur al norte y en ese proceso disminuye la intensidad de la radiación magnética, pero no desaparece. “El campo magnético se disminuye, pero no desaparece, y de ello se han realizado estudios, es un proceso gradual, lento, que tarda miles de años en ocurrir”, precisó.
De esta manera, los expertos desmitificaron los supuestos vaticinios: este 2012 no va a haber impactos de asteroides; tampoco máximos solares que produzcan catástrofes, ni la Tierra se invertirá. “Las probabilidades de impacto son muy pequeñas, pero no son cero. Astrónomos alrededor del mundo monitorean constantemente el cielo en busca de este tipo de “peligro”. Hasta ahora no se ha detectado ninguno que pueda pasar cerca de la Tierra en el 2012, concluyen los científicos.
Recomendaciones...
- Imposible no recomendar programa de tipo predicciones, porque ahora es que van a proliferar, pero Enrique Torres sugirió a la audiencia que investiguen y se darán cuenta que no es como se viene planteando; “gran parte de estos programas sobre todo televisivos aparentan ser ‘muy serios’, pero no dicen todo, además los presentan con cierto sesgo que dejan abierta la posibilidad de mucha fantasía”.
- El medio más idóneo para investigar es el Internet. Al buscar información, asegurarse de buscar fuentes confiables (universidades, centro de investigaciones, páginas científicas)
- No hay ninguna evidencia de catástrofe, por lo tanto, a mantener la calma
- Tener presente que los mayas si bien fueron un pueblo de gran cultura en general, sobre todo de tipo astronómico, nunca predijeron ningún Apocalipsis, por lo tanto no existen las cacareadas “profecías mayas”, sino una mescolanza de creencias, que entremezclan ciertos hallazgos científicos con ingredientes especulativos, agregando ingredientes a esta paranoia apocalíptica.
Otros Apocalipsis fallidos…
El hombre ha cubierto de misterio lo desconocido y en ocasiones lo ha vinculado con un supuesto fin del mundo:
El efecto Y2K: o llamado el problema del año 2000 generó alarma en el cambio de milenio entre 1999 y 2000, por las implicaciones que tendría en un mundo computarizado. La falla se centraba en la costumbre de los programadores informáticos de omitir el año en el almacenamiento de fechas. Para ese tiempo, también se pronosticaron catástrofes económicas.
El 14 de junio de 2003 el asteroide 2002MN pasó cerca de la Tierra, entre 46 y 110 metros de diámetro. No impactó el planeta pero desató rumores de fin del mundo.
El Gran Acelerador de Hadrones, el experimento que recreó el Big Bang, levantó críticas sobre consecuencias nefastas en el planeta. Hubo demandas para retrasar el encendido del robot realizado el 11 septiembre de 2008, porque podría generar un agujero negro que se tragara la Tierra.
El 21 de mayo 2011, comenzaría el fin del mundo, según creyentes del estudioso de la Biblia, el estadounidense Harold Camping. Según esta teoría, este día ocurriría la Gran Tribulación, un período de desgracias en el mundo, tras el cual se acabaría la humanidad el pasado 21 de octubr
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