David Vallenilla minutos antes de que le propinaran el disparo Cabe destacar que el joven
Vallenilla es hijo de David Vallenilla, ex compañero de trabajo en el Metro de Caracas, del
chofer de Metro Bus colombo/cubano que nos gobierna: el titere entrenado para escenificar a un idiota instigador de violencia, que se burla de todos fingiendo ignorancia cuando enajenado obedece a un guion del G2 cubano para exasperarnos: Nicolas Maduro Moros.
Por EL NACIONAL WEB
25 DE JUNIO DE 2017 10:17 AM | ACTUALIZADO EL 25 DE JUNIO DE
2017 10:31 AM
El diario español El País dedicó su editorial de este domingo 25 de junio a la
crisis venezolana y a la brutal represión de los cuerpos de seguridad del
Estado contra las protestas opositoras.
En el texto se repudia el asesinato de David Vallenilla,
joven de 22 años de edad que recibió disparos a quemarropa por parte de un
sargento de la Aviación que se encontraba dentro de la base aérea La Carlota
durante una marcha que se llevó a cabo el pasado lunes en la autopista
Francisco Fajardo.
Tildaron de cínico el hecho de que Maduro dijera que en
Venezuela únicamente se "dispersa" con "agua y gasesito
lacrimógeno".
El editorial de El País íntegro:
El asesinato de un joven durante una protesta contra Nicolás
Maduro cuyas imágenes han sido ampliamente difundidas muestra sin paños
calientes cuál es la actitud del régimen venezolano ante la crisis
institucional que atraviesa el país. Mientras un agente de la Guardia Nacional
Bolivariana disparaba prácticamente a bocajarro contra David Valenilla, de 22
años, causándole la muerte, el mandatario aseguraba cínicamente a la prensa
internacional que su policía apenas utiliza contra los manifestantes “agua y
gasecito lacrimógeno” porque las armas mortales “están prohibidas”. La cifra de
muertos desde que se iniciaron las protestas se eleva ya al menos a 76 y
aumenta prácticamente a diario.
Lamentablemente, Maduro parece cómodamente instalado en esta
especie de guerra de baja intensidad contra los manifestantes a la espera de
que la población se amedrente, o se canse, de una protesta que no le ha hecho
variar un milímetro de sus planes para aferrarse al poder. Por ello, sigue
adelante con su convocatoria de elecciones a una Asamblea Constituyente para el
próximo 30 de julio, comicios desprestigiados en el interior y en el exterior
de Venezuela por cuanto suponen un burdo truco para no acatar la legalidad
vigente.
Resulta absolutamente desgraciado e inaceptable que un país
como Venezuela se esté convirtiendo en un paria internacional. El que la
Organización de Estados Americanos (OEA) no haya sacado adelante una condena al
régimen de Maduro no debe llevar a engaño. Basta con comparar la lista de
países que han votado en contra o se han abstenido —entre ellos San Cristóbal y
Nieves, San Vicente y las Granadinas o Granada— con la de quienes pedían una
condena —Brasil, Argentina, México, Colombia, Chile...— para demostrar la
soledad de un Nicolás Maduro empeñado en una sangrienta carrera hacia ninguna
parte.
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