EFE
Manifestantes con sus escudos durante una manifestación
el 24 de junio, en Caracas
Por VIRIDIANA RAMÍREZ | LA NACIÓN | ARGENTINA
30 DE JUNIO DE 2017 07:16 AM | ACTUALIZADO EL 30 DE JUNIO
DE 2017 07:22 AM
Inspirados en el "Euromaidán", la revuelta de
2013 y 2014 en Ucrania que terminó con el derrocamiento del presidente Viktor
Yanukovich, jóvenes manifestantes que protestan a diario en las calles de
Venezuela se protegen con escudos decorados como los usados en la plaza Maidán,
en Kiev.
Los opositores al presidente Nicolás Maduro, que buscan
semejanzas, han hecho exhibiciones públicas en librerías, plazas y una
universidad del documental de Netflix Winter on fire, del director
ruso Evgeny Afineevsky, que narra los tres meses de manifestaciones que dejaron
100 muertos.
"Luego de escuchar a un ucraniano y ver cómo se le
salen las lágrimas dices: "¿Estoy en Ucrania o en El Cafetal?",
señaló Carlos Delgado, profesor de una universidad privada de Venezuela, al
referirse a la zona de clase media de Caracas donde muchos vecinos participan
activamente en las protestas.
Los jóvenes venezolanos, que se autodenominan "la
resistencia", elaboran sus escudos con antenas parabólicas, tapas de
alcantarillas, pedazos de barriles o cualquier trozo de metal o madera que
tengan a mano. Una vez armados con sus escudos, se posicionan hombro con
hombro, e incluso los golpean contra el piso, para imitar el grito de batalla
de los pueblos nórdicos, mientras avanzan para enfrentarse con policías
antimotines y guardias nacionales.
"No nos protegen de las balas, pero sí del gas
lacrimógeno, de perdigones y de piedras", dijo Brian Suárez, un estudiante
de derecho de 20 años, al referirse a su escudo. Se dirigía a la primera fila
de choque con una máscara antigás en la otra mano.
Algunos escudos, largos y curvados como los que usaban
antiguamente los romanos, están decorados con imágenes de la Constitución,
símbolos religiosos, representaciones de los jóvenes que murieron en los tres
meses de protestas y consignas como "SOS", "¡No +
dictadura!" o "¡Maduro asesino!".
Pero los escudos no son lo suficientemente resistentes
como para protegerlos de perdigones o de los chorros de agua, y menos de las
balas. En medio de la represión y hechos violentos alrededor de las protestas
murieron por lo menos 81 personas, muchas por impactos de armas de fuego.
Manuel Melo, un estudiante de diseño gráfico de 20 años
que siempre iba al frente de la línea de fuego con un escudo de plástico azul,
fue sorprendido días atrás por un chorro de agua de un camión hidrante que
buscaba dispersar una manifestación y, por el impacto, perdió un riñón y la
vesícula biliar.
Protestas contra Maduro se nutren de jóvenes y personas
de estratos D y E
Encuesta de la UCAB reveló que manifestaciones tienen un
apoyo de 50% del cual 19% dice haber participado. 33% de los que no marchan
teme a la violencia
Por MARU MORALES P. MMORALESP@EL-NACIONAL.COM
El Nacional 30 DE JUNIO DE 2017 01:00 AM
En el año 2011, la estadounidense Erica Chenoweth
presentó un estudio global sobre los resultados de las protestas pacíficas.
Chenoweth encontró que las protestas que tienen incidencia política son
aquellas que cuentan con una participación de la población nacional entre 3% y
5%.
La encuesta Percepciones Ciudadanas de la Protesta,
realizada por el Centro de Estudios Políticos de la UCAB a 1.200 personas,
entre el 15 y 29 de mayo en el ámbito nacional, reveló que 50% de los
venezolanos apoya la protesta y 19% se ha movilizado convocado por la
oposición.
El director del CEP-UCAB, Benigno Alarcón, afirmó que si
bien la cifra de participación expresada por los encuestados venezolanos luce
alta respecto a la data referencial de Chenoweth, surgieron elementos que la
sustentan.
Cuando se le preguntó a las personas cuáles son sus
motivos para protestar, “la escasez” fue primera opción. Pero por primera vez
aparecieron razones políticas: defensa de la democracia, corrupción, exigir
elecciones presidenciales, cambio de todo el gobierno, exigir libertad de
expresión, sacar a Maduro, exigir elecciones regionales y defender a los
partido, en ese orden.
“Entonces la protesta ya no es meramente social, como
registramos el año pasado. Ahora vemos una protesta que identifica motivos
políticos. Ante el tema de la asamblea nacional constituyente es probable que
la protesta, en vez de extinguirse, aumente”, dijo Alarcón.
¿Qué hace falta? Los encuestadores también indagaron
sobre las razones por las que otras personas no manifiestan y encontraron que
15% no va por miedo; 8% no está de acuerdo; a 15% no le gusta marchar; 6%
considera que falta liderazgo y 18% piensa que no son pacíficas o son
peligrosas.
Entonces se les preguntó qué haría falta para que se
vieran motivados a participar y los entrevistados priorizaron: 1) Que los
líderes vayan al frente de las protestas; 2) Tener la seguridad de que será
pacífica; 3) Que el motivo de la protesta sea claro; 4) Que una organización de
la comunidad participe; 5) Que amigos y familiares acudan; 6) Tener la
seguridad de que ese mismo día se resolverá el conflicto; 7) La seguridad de
que no se perderán los beneficios sociales obtenidos; y 8) Depende del
convocante.
Al ser precisados sobre el convocante, 39,7% dijo que
asistiría si convoca la Iglesia; 37,1% si convocan organizaciones de su
comunidad; 36%, el movimiento estudiantil y 33,8%, la Mesa de la Unidad.
Estratos D y E en la calle. Es común escuchar a la
ciudadanía decir que cuando salgan a protestar las personas de más bajos
recursos significará el fin del gobierno. El estudio Percepciones Ciudadanas de
la Protesta reveló que esa participación ya es un hecho.
El investigador del CEP, Juan Manuel Trak dijo que a
diferencia de las protestas de 2014, en esta oportunidad hay una activa
participación de los estratos más bajos: “14% del estrato E está participando
en protestas; 17%, del D; 22,4%, del C y 21%, del estrato A-B. El más alejado
de la media nacional (19%) es el E, pero el C y D están participando de manera
significativa lo cual es un cambio, sobre todo para el estrato D.
En 2014 la protesta fue más de clase media C, y A-B, pero
ahora D y E se incorporan, en la medida de su educación, y también de su
independencia económica”, precisó Trak.
El estudio también confirmó que los jóvenes van al
frente: 1 de cada 4 manifestantes tiene entre 18 y 24 años de edad; 1 de cada 5
tiene entre 24 y 34 años de edad; 1 de cada 5, entre 35 y 49 años, y 1 de cada
10 tiene más de 50 años de edad.
ANC no es la salida. Si bien 79% dijo que prefiere
que el cambio de gobierno se dé por elecciones, cuando se les preguntó qué
sería lo mejor para el país solo 5% consideró que la elección e instalación de
una asamblea constituyente sería lo mejor; 25% respondió “el diálogo” y 33%
prefiere esperar hasta 2018 para los comicios presidenciales.
“Esto lo que nos dice es que la gente tiene un talante
democrático, aún a pesar del alto costo que podría implicar esperar hasta 2018,
prefieren eso a la confrontación. Al mismo tiempo la gente no está
interpretando la ANC como la salida electoral que se está buscando”, indicó
Alarcón.
Las salidas de fuerza no tienen respaldo: el golpe
militar solo fue preferido por 2%, una guerra por 1,9% y una intervención 2,6%.
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