Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

jueves, 22 de junio de 2017

En #Venezuela vivimos bajo un régimen basado en el “Estalinismo”


Esta actitud de Pedro Carreño contra la Fiscal General Luisa Ortega Diaz responde a los mas fidedignos metodos utilizados por el Estalinismo o stalinismo que es un término utilizado para referirse a la teoría y práctica asociada al gobierno de Iósif Stalin en la Unión Soviética.
El término ha sido utilizado por opositores políticos y pensadores críticos con la figura de Stalin (ligados en gran medida, aunque no necesariamente, al trotskismo), en referencia a un tipo de gobierno o régimen de características totalitarias, que buscaba degradar a los opositores a sus ideas y acciones totalitarias, muchas veces declarandolas "dementes" o "enfermos mentales" por ir en contra de lo que para los del Regimen era un dogma de una ideologia casi religiosa.
Simpatizantes de Stalin se llaman a sí mismos antirrevisionistas y defienden sus políticas como la real aplicación del marxismo-leninismo, dadas las circunstancias históricas de la Unión Soviética de los años 30-40.

LA LOCA LUISA Y EL CUERDO CARREÑO
Pedro Pablo Peñaloza | junio 22, 2017 | Web del Frente Patriotico
El diputado Pedro Carreño solicita al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) una junta médica para evaluar a la fiscal Luisa Ortega Díaz. Deberían asignarle la misma que examinó el cadáver del espía peruano Vladimiro Montesinos. Aunque Carreño insiste en poner en entredicho su salud mental, el de Ortega Díaz es el penúltimo llamado de un sector del chavismo a la racionalidad. Puede que a estas alturas parezca un sinsentido plantear una salida institucional en un país sin instituciones, pero apelando al discurso y al marco legal diseñado por el chavismo, la jefa del Ministerio Público ofrece al presidente Nicolás Maduro la oportunidad de iniciar una negociación sensata y abortar esa locura llamada Asamblea Constituyente. Mejor sentarse en el diván que sobre una bayoneta.
Aunque siempre gana en el TSJ, en realidad el régimen chavista perdió el juicio. En la calle la represión es demencial. Apelando a la violencia, quieren que Los Verdes pasen a Maduro. Ni un perro se salva de la jauría roja. El ministro de Interior, Néstor Reverol, anuncia que en un conjunto residencial detuvo a “23 terroristas”. La vecindad de ISIS. El defensor del pueblo, Tarek William Saab, se niega a cumplir con sus funciones y ahora quiere asumir las de la Fiscalía. La Sala Constitucional que “corrigió” unas sentencias por las observaciones de Ortega Díaz, ahora la amenaza con cárcel por falta de “legitimidad”. El diputado Darío Vivas grita –como es normal- que la Fiscal es “vocera del terrorismo”. El titular de Comunicación, Ernesto Villegas, le pide al papa Francisco que se ocupe de los niños que la revolución prometió rescatar y atender. Y el conductor de La Hojilla, Mario Silva, cierra un encuentro de psicólogos chavistas afirmando que “la guerra psicológica es más peligrosa que la guerra económica”. Pero todos esos trastornos serán resueltos por la Constituyente. Bárbula de escape.
Para el régimen chavista, las instituciones democráticas son una camisa de fuerza. Con la Constituyente piensa desatarse, eliminando a la Asamblea Nacional, removiendo a Ortega Díaz y “aniquilando” a la oposición, tal como lo anunció el ex fiscal Isaías Rodríguez, aquel que ve más allá de lo evidente. El general en jefe, Vladimir Padrino López, pide que se incluya el carácter “antiimperialista” y “antioligárquico” de la Fuerza Armada en la futura Constitución que se imprimirá con el dinero de los bonos de Goldman Sachs. La revolución energética que desplegaría el majestuoso Gasoducto del Sur, tiene a su gente haciendo siete horas de cola por una bombonita de gas. Otro delirio. Todas las semanas el Ejecutivo anuncia una nueva devaluación del bolívar fuerte y lo celebra como un rotundo éxito. El país se desploma.  Tratando de frenar este disparate, la Fiscal lanza un salvavidas para evitar el hundimiento definitivo de Venezuela, pero el Gobierno lo rechaza. Maduro y sus colaboradores han decidido fingir demencia. O, peor aún, quizás no estén fingiendo.




Por su parte Nicolas Maduro pide a opositores desarmar a "jóvenes que tienen matando en la calle"
2001.com.ve | EFE
El presidente de la República, Nicolás Maduro, pidió hoy a los líderes opositores desarmar a los jóvenes que, aseguró, están cometiendo asesinatos y actos vandálicos en medio de la oleada de protestas que inició hace 81 días y que ha dejado 75 muertos.
"Yo le hago un llamado a los jefes políticos de la derecha venezolana a que desmovilicen y desarmen al grupo de jóvenes que tienen quemando y matando en la calle, basta ya de violencia
actos demostrativos de su insania mental", dijo Maduro durante un acto de Gobierno en Caracas que fue transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión.
El mandatario indicó que ha pedido ayuda al papa Francisco para atender esta situación porque, aseguró, "no solo tienen jóvenes, tienen niños también en los grupos de enmascarados, en los grupos violentos".
"Yo sigo haciendo un llamado a la paz, al trabajo, al estudio, no podemos permitir que sigan lanzando jóvenes a la violencia de calle. ¿Tiene futuro un joven que se presta para ir a quemar, a atacar, a lanzar morteros? ¿Tiene futuro un joven que se incorpora a la violencia?", se preguntó.
El jefe de Estado venezolano aprobó hoy recursos para la financiación de un programa gubernamental llamado "Chamba Juvenil" que busca garantizar el primer empleo a los recién graduados y jóvenes en general.
En este sentido, autorizó la incorporación de 40.000 jóvenes a los cuerpos de seguridad del Estado y explicó que 20.000 de ellos integrarán la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la otra mitad se sumará a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Las declaraciones de Maduro surgen un día después de una protesta antigubernamental que se tornó violenta en Caracas y que derivó en el presunto uso de armas de fuego por parte de agentes de la fuerza pública, según las autoridades.
2017-06-20


Movimiento Vinotinto denunció despidos del Estado "por pensar diferente"
Durante la reunión se informó que el estado con mayor despido de personal es Carabobo
Por EL NACIONAL WEB
21 DE JUNIO DE 2017 
La asociación civil sin fines de lucro, Movimiento Vinotinto, informó este miércoles que se han reportado despidos de organismos del Estado "por pensar diferente".
En una rueda de prensa, dirigentes de la asociación aseveraron que: “el derecho al trabajo y la libertad de expresión lo tienen todas las personas. Estamos haciendo un monitoreo a nivel nacional, para que cada persona que se sienta afectado por este gobierno  por no respetarse los derechos civiles y políticos y se le haya vulnerado el derecho al trabajo se comunique con nosotros”.


Durante la reunión se informó que el estado con mayor despido de personal es Carabobo. Por su parte, Caracas, Táchira y Bolívar le siguen en la lista. 




¿QUE RECUERDA ESTE MODO DE ACTUAR LOS CHAVISTAS DEL REGIMEN ACTUAL cubano/comunista/madurista?

La Gran Purga (en ruso: Большая чистка), aunque más comúnmente conocida en la Rusia actual como Gran terror (Большой террор, Bolshói terror o Bol'šój terror) o más específicamente como ежовщина (yezhóvshchina o ježóvščina, "fenómeno o era de Yezhov") fue el nombre dado a la serie de campañas de represión y persecución políticas llevadas a cabo en la Unión Soviética en el final de la década de 1930. Cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético, socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía; además, se llevaron a cabo juicios públicos, se enviaron a cientos de miles a campos de concentración gulags y otros fueron ejecutados.
La campaña de represión desatada en la Unión Soviética fue crucial para consolidar en el poder a Iósif Stalin. Si bien los soviéticos justificaron posteriormente esta cruenta medida, argumentando que se limpió el camino de elementos «saboteadores» o disidentes para la futura guerra con la Alemania Nazi, una gran cantidad de las víctimas eran miembros del Partido Comunista y líderes de las Fuerzas Armadas. Otros sectores de la sociedad que sufrieron la persecución fueron los profesionales, los kuláks (campesinos burgueses) y las minorías, que fueron vistas como una potencial «quinta columna». La gran mayoría de estas detenciones fueron llevadas a cabo por el Comisariado del Pueblo para asuntos internos, también conocido como el NKVD.
Antes de la Gran Purga, el término «purga» era utilizado para expresar la expulsión masiva de miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), la purga más grande de este tipo había ocurrido en 1933 con 400.000 personas expulsadas. Entre 1936 y 1956 al término se le añadió no solo la expulsión sino el arresto, el cautiverio, la deportación y en algunos casos la ejecución.
La Gran Purga se inició por la intención de la mayoría de los miembros del Politburó de eliminar toda posible fuente de oposición a la transición del socialismo al comunismo. De esta manera, se aseguraban que todos los miembros del partido seguirían las órdenes emanadas del centro. También eliminaron a posibles grupos subversivos como los kuláks, miembros de otros partidos, oficiales de la época zarista y finlandeses.
Procesos de Moscú
Entre 1936 y 1938 se llevaron a cabo tres juicios en Moscú donde fueron juzgados ex-miembros del Partido Comunista, que fueron acusados de conspirar con las naciones occidentales para asesinar a Stalin y a otros líderes soviéticos, así como para desintegrar la Unión Soviética y restaurar el capitalismo en Rusia. Andréi Vyshinski ejerció de fiscal del estado en los tres juicios.
En el primer juicio, llevado a cabo en agosto de 1936, fueron acusados 16 presuntos miembros del llamado «Centro Terrorista Trotsky-Zinóviev», cuyos supuestos líderes eran Grigori Zinóviev y Lev Kámenev, dos prominentes miembros del Partido. Estos fueron acusados de planear el asesinato de Serguéi Kírov, así como el de Stalin. Después de pasar 10 meses en los calabozos de la policía secreta, donde se realizaron simulacros de juicio, finalmente fueron juzgados públicamente, donde estos «confesaron». Todos fueron sentenciados a muerte y ejecutados.
En enero de 1937, se llevó a cabo el segundo juicio en Moscú, donde fueron juzgados diecisiete miembros del Partido, de menor rango que los del juicio anterior, entre los juzgados se encontraban Karl RádekYuri Piatakov y Grigori Sokólnikov. Trece fueron sentenciados a muerte y fueron fusilados, mientras que el resto fueron enviados al Gulag, donde no sobrevivieron mucho tiempo.
En el tercer juicio, llevado a cabo en marzo de 1938, fueron juzgadas 21 personas, acusadas de pertenecer a un supuesto bloque de «derechistas y trotskistas» supuestamente liderado por Nikolái Bujarin, antigua cabeza del Comintern, el ex-primer ministro Alekséi RýkovChristian RakovskiNikolái Krestinski y Génrij Yagoda, irónicamente Yagoda estuvo a cargo de las detenciones al inicio de la Gran Purga. Todos fueron encontrados culpables y fueron ejecutados. (Véase Juicio de los Veintiuno).
También se desarrolló un juicio militar secreto en junio de 1937, donde varios generales del Ejército Rojo, como Mijaíl Tujachevsky, fueron sentenciados y ejecutados.
Si bien todos los acusados confesaron sus supuestos «crímenes», tras la disolución de la URSS en 1991 fue reconocido que los métodos utilizados para obtener esas «confesiones» consistían en golpear a los acusados diariamente, no dejarlos dormir y mantenerlos de pie y sin comida durante días y amenazarlos con arrestar y ejecutar a sus familias. De esta manera se provocaba el colapso nervioso del acusado, que finalmente cedía. Por ejemplo, se sabe que el hijo adolescente de Lev Kámenev fue arrestado y acusado de terrorismo con el objetivo de presionarlo a confesar. En otros casos, a militantes endurecidos en la persecución zarista (y poco impresionables con la tortura) se les convenció de aceptar la humillante confesión pública insistiendo que este paso era necesario para que la URSS subsistiera y que la nueva situación les obligaba a aceptar la dictadura de Stalin como "un mal necesario" al cual deberían someterse por el bien del comunismo; estos acusados, no obstante, también eran ejecutados invariablemente después de su confesión pública.
Por su parte, Zinóviev y Kámenev demandaron una garantía de parte del Politburó, de que si «confesaban», su vida y la de sus familiares sería respetada. En una reunión con StalinKliment Voroshílov y Yezhov, estas garantías les fueron dadas. Sin embargo, Stalin rompió su promesa, ya que no solo mandó ejecutar a los acusados, sino que varios familiares de los mismos también fueron fusilados. Nikolái Bujarin también «confesó» solicitando garantías, esta vez solo para su familia. Si bien ningún familiar suyo fue ejecutado, su esposa Anna Lárina fue enviada a un campo de trabajo, aunque sobrevivió y escribió las memorias de ella y de su esposo.
En mayo de 1937, se estableció en Estados Unidos la Comisión de Investigación de los cargos hechos contra León Trotsky en los Juicios de Moscú, también conocida como la «Comisión Dewey», presidida por John Dewey, cuyo objetivo era el de limpiar el nombre de Trotsky. Aunque dicha comisión jamás fue imparcial, llevó detalles a la luz pública que demostraban que algunos cargos de los Juicios de Moscú no podían ser verdaderos. Por ejemplo, Georgi Piatakov había testificado que en diciembre de 1935 había viajado a Oslo para «recibir instrucciones terroristas» de Trotsky. La Comisión Dewey demostró que ese viaje nunca tuvo lugar. Otro acusado, Iván Smirnov, «confesó» haber participado en el asesinato de Serguéi Kírov, pero luego se demostró que en esa fecha el propio Smirnov llevaba un año en prisión e incomunicado.
La Comisión Dewey publicó sus hallazgos en un libro de 422 páginas titulado Inocente. Sus conclusiones declaraban inocentes a todos los condenados en los Juicios de Moscú. En su sumario, la Comisión escribió: «Sin evidencia extrínseca, la Comisión encuentra:
  • Que la conducta de los Juicios de Moscú fue de tal manera que cualquier persona sin prejuicios queda convencida que no se intentó conocer la verdad.
  • Que mientras que las confesiones deben tomarse con la más seria consideración, la confesiones contienen imposibilidades que convencen a la Comisión de su falsedad, sin importar los medios bajo las que se obtuvieron.
  • Que Trotsky nunca instruyó a ninguno de los acusados en los Juicios de Moscú para entablar acuerdos con potencias extranjeras en perjuicio de la Unión Soviética [y] que Trotsky nunca recomendó, planeó, o intentó la restauración del capitalismo en dicho país».
La Comisión concluye: «Encontramos que los Juicios de Moscú fueron montajes». No obstante, el embajador de EE. UU. en Moscú J.E. Davies afirmó que los juicios eran completamente legales y los cargos eran reales.
Durante la Gran Purga, fueron ejecutados casi todos los bolcheviques que habían tenido un función importante en la Revolución de octubre o en el gobierno de Lenin. De los seis miembros del Politburó original, solo Stalin sobrevivió, cuatro fueron ejecutados y Trotsky fue asesinado en su exilio en México en 1940. De los seis miembros del Politburó de Lenin, cuatro fueron ejecutados, Mijaíl Tomsky se suicidó, mientras que Stalin, Mólotov y Mijaíl Kalinin continuaron viviendo. De los 1.966 delegados del XVII Congreso del Partido Comunista celebrado en 1934, 1.108 fueron arrestados y casi todos murieron ejecutados o en prisión, tras sufrir dentro el trato brutal habitual.
Purga en el Komintern[editar]


Otro grupo que fue objeto prioritario de la represión estalinista fue el constituido por los numerosos dirigentes y simples miembros de partidos comunistas extranjeros refugiados en la URSS, así como los cuadros del Komintern (la Internacional comunista). Dirigentes como el húngaro Béla Kun (famoso por las atrocidades que cometió en Crimea durante la Guerra Civil rusa), el yugoslavo Milan Gorkić o el alemán Heinz Neumann fueron ejecutados sin juicio en compañía de miles de camaradas anónimos, la mayoría de los cuales desaparecieron sin dejar rastro. Stalin llegó al extremo de convocar en Moscú, con cualquier pretexto, a militantes que residían en el extranjero, con el objeto de arrestarlos a su regreso y, acto seguido, ejecutarlos. Esta táctica fue utilizada igualmente para purgar a los miembros del NKVD que pertenecían a su sección exterior (los servicios de espionaje), y que, lógicamente, prestaban servicio (tanto con cobertura legal de tipo diplomático o periodístico como aquellos llamados ilegales) en los países donde desarrollaban su actividad de espionaje. Por lo que, en aquellos tiempos, normalmente una orden de regreso a la patria era la antesala de la muerte. Los que, desobedeciendo las órdenes recibidas, decidieron resistirse a acudir voluntariamente al matadero fueron perseguidos con saña por escuadrones especiales de asesinos del NKVD especialmente encargados de ejecutar en el extranjero a estos desertores, misión que normalmente culminaban con éxito, siendo ayudados en estas acciones por los aparatos locales del Partido Comunista del país donde se había refugiado el traidor perseguido.



La reconstrucción

Ya la llamada revolución del socialismo del siglo XXI es tiempo viejo



Venezuela está sufriendo dolores de parto. Está naciendo un nuevo momento en la historia de nuestro país. Como decía Gramsci, “el tiempo viejo no termina de morir y el tiempo nuevo no termina de nacer”.

Ya la llamada revolución del socialismo del siglo XXI es tiempo viejo. El saldo de su gestión no puede ser más lamentable. Ha sido una prolongada siembra de odio que costará mucho trabajo superar.

Hoy tenemos menos democracia que ayer. Hoy tenemos niveles de confrontación, de división y de polarización difíciles de superar.

Hoy tenemos que enfrentar una catástrofe económica frente a la cual se requiere un inmenso esfuerzo colectivo. Hoy tenemos un cuadro de pobreza alarmante y creciente. Cada día que pasa nos estamos empobreciendo. Nunca había habido en Venezuela tanta pobreza y nunca los pobres habían sido tan pobres.

También podríamos evaluar la gestión del socialismo del siglo XXI desde el punto de vista del clima ético de la nación.

Nunca había habido tanta corrupción y nunca la corrupción había alcanzado niveles tan escandalosos.

Lo que interesa ahora es preparar la transición y preparar la reconstrucción del país. El padre Luis Ugalde acaba de escribir un excelente artículo sobre el tema de la transición. En este mismo espacio hemos dedicado varios artículos a comentar la experiencia de transiciones exitosas que se han dado en otros países. Hemos comentado los ejemplos de Chile, de África del Sur, de España, de Polonia y de otros países del área de influencia de la antigua Unión Soviética.

En esos países terminó prevaleciendo la inteligencia y la prudencia política y lograron éxito en todos los términos. Ahora son más democráticos, cuentan con economías más prósperas y han recuperado de la pobreza a millones de seres humanos.

El país necesita un gran esfuerzo de unidad. Se requiere un gobierno de transición, de emergencia y de unidad nacional.

Hay que lograr grandes acuerdos que nos permitan avanzar por el camino de la reconstrucción y de la reconciliación nacional.

El gobierno de transición tiene que contar con un amplio respaldo nacional para que pueda tomar las medidas urgentes que deben asumirse sin pérdida de tiempo.


Las tres grandes tareas que tenemos por delante, además de lograr el cambio de gobierno con el menor costo posible y con sujeción a los principios constitucionales y democráticos, son: rescatar la democracia y la plena vigencia del Estado de derecho, recuperar la economía y promover la producción nacional de bienes y servicios y atender la crisis social de hambre, desabastecimiento y de carencias de toda índole que afecta a la mayoría de la población.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE

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