Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 24 de octubre de 2015

La Iglesia debe obrar siguiendo los signos de los tiempos sin caer en la comodidad del conformismo, sino dejándose inspirar por la oración. Y es que los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente con libertad en la verdad de la fe. Así lo ha asegurado el Santo Padre esta mañana durante su homilía de la misa celebrada en Santa Marta.

El Papa anuncia la creación de un nuevo dicasterio
Absorbe los Pontificios Consejos de laicos y familia y se vincula con la Pontificia Academia para la Vida
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 22 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha anunciado la creación de un nuevo dicasterio para la Santa Sede. Lo ha hecho esta tarde, al inicio de la Congregación general en el Sínodo de los Obispos, según informa un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano. 
“He decidido instituir un nuevo dicasterio con competencia sobre laicos, la familia y la vida, que sustituirá al Pontificio Consejo para los laicos y el Pontificio Consejo para la familia, y al que estará vinculada la Pontificia Academia para la Vida”, ha indicado el Pontífice. 
Con este fin, el Papa ha constituido una comisión especial que elaborará un texto que describa canónicamente las competencias del nuevo dicasterio, y que será sometido a la discusión del Consejo de Cardenales, que se celebrará en el mes de diciembre".
Sta. Marta: leer los signos de los tiempos y cambiar fieles en la verdad del Evangelio
Daniel Fernando Sturla Berhouet, S.D.B. (Montevideo4 de julio de1959), sacerdote salesiano uruguayo y prelado de la Iglesia católica.
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 23 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
La Iglesia debe obrar siguiendo los signos de los tiempos  sin caer en la comodidad del conformismo, sino dejándose inspirar por la oración. Y es que los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente con libertad en la verdad de la fe. Así lo ha asegurado el Santo Padre esta mañana durante su homilía de la misa celebrada en Santa Marta.
Los tiempos hacen lo que deben: cambian. Por eso, el papa Francisco ha recordado que los cristianos tienen que hacer lo que quiere Cristo: valorar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo “fieles en la verdad del Evangelio”. Lo que no está permitido es “el tranquilo conformismo que, de hecho, hace permanecer inmóviles”.
Haciendo referencia a la lectura del día de la Carta a los Romanos de San Pablo, el Pontífice ha subrayado que el apóstol predica con “mucha fuerza la libertad que nos ha salvado del pecado”. Y está la página del Evangelio en la cual Jesús habla de “los signos de los tiempos” llamando hipócritas a aquellos que saben comprenderlos pero que no hacen lo mismo con el tiempo del Hijo del Hombre. A propósito, el Papa ha asegurado que Dios nos ha creado libres y “para tener esta libertad” debemos “abrirnos a la fuerza del Espíritu y entender bien qué sucede dentro y fuera de nosotros” usando “el discernimiento”.
De este modo, el Santo Padre ha comentado que “tenemos esta libertad de juzgar lo que sucede fuera de nosotros. Pero, para juzgar debemos conocer bien lo que sucede fuera de nosotros”. Por eso se ha preguntado “¿cómo se puede hacer esto? ¿Cómo se puede hacer esto, que la Iglesia llama ‘conocer los signos de los tiempos’?”
A continuación, el Santo Padre ha asegurado que “los tiempos cambian y es propio de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Qué significa una cosa y otra. Y hacer esto sin miedo, con libertad”.
Francisco ha reconocido que no es algo fácil, porque son demasiados los condicionantes externos que presionan también a los cristianos induciendo a muchos a un ‘no hacer’.
Y lo ha explicado así: “Esto es un trabajo que de costumbre no hacemos: nos conformamos, nos tranquilizamos con un ‘me ha dicho, he escuchado, la gente dice, he leído…’ Y así estamos tranquilos… ¿Pero cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con el signo de los tiempos? Para entender los signos de los tiempos, antes que nada es necesario el silencio: hacer silencio y observar. Y después reflexionar dentro de nosotros”. Al respecto ha preguntado: “¿por qué hay tantas guerras ahora? ¿Por qué ha sucedido algo? Y rezar… silencio, reflexión y oración. Solamente así --ha asegurado-- podremos entender los signos de los tiempos, lo que Jesús quiere decirnos.
Del mismo modo, ha precisado que entender los signos de los tiempos no es un trabajo exclusivo de una élite cultural. Jesús no dice “mirad cómo hacen los universitarios, mirado cómo hacen los doctores, mirad cómo hacen los intelectuales…”. El Papa ha subrayado que Jesús habla a los campesinos que “en su sencillez” saben “distinguir el grano de la cizaña”.
Para finalizar, el Pontífice ha indicado que “los tiempos cambian y nosotros cristianos debemos cambiar continuamente. Debemos cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse continuamente según los signos de los tiempos. Somos libres. Somos libres por el don de la libertad que nos ha dado Jesucristo. Pero nuestro trabajo es mirar qué sucede dentro de nosotros, discernir nuestros sentimientos, nuestros pensamientos; y qué sucede fuera de nosotros y discernir los signos de los tiempos. Con silencio, con la reflexión y con la oración”.

El Sínodo: un camino que llevará a las familias a ser misioneras
Un sínodo emblemático que abre la ternura de la Iglesia hacia todas las personas heridas, no solamente las familias
Por Sergio Mora
Ciudad del Vaticano, 23 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
El Sínodo entra este sábado en su último día de asamblea. Hoy viernes, en el aula, el cardenal Peter Erdó presentó el borrador del documento final, explicando el espíritu sinodal sin entrar en el texto. Por su parte el cardenal Baldiserri recordó que las propuestas en las tres etapas del sínodo utilizadas para llegar a esta relación fueron 1355. Los padres sinodales han debatido también sobre el tema 'conciencia y ley moral', basándose en el texto repartido a los cardenales. Entretanto el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, no entró en los detalles por haber sido un tema sobre un borrador que no es público.
En cambio, ayer por la tarde, el papa Francisco anunció la creación de un nuevo dicasterio que va a agrupar dos pontificios Consejos, el de los laicos y el de la familia, vinculándolo también a la Pontificia Academia de la Vida.
Sobre cómo procede el Sínodo de los obispos sobre la familia, que inició el 4 de octubre en el Vaticano, ilustraron hoy en la sala de prensa de la Santa Sede, el cardenal Peter Turkson presidente de la Pontificio Consejo Justicia y Paz; el cardenal Gérald Lacroix, arzobispo de Québec; y el monseñor salesiano Lucas Van Looy, obispo de la diócesis belga de Gent.
Entre los temas quedó muy claro que el Sínodo está recorriendo un camino en conjunto y que quiere que las familias sean misioneras.
El cardenal Turkson refiriéndose al camino de sinodalidad indicó que es un camino en conjunto. Y recordó cuando en Asís el papa Benedicto XVI habló de 'ir todos juntos en busca de la verdad'. Y aseguró que todos los testimonios, desde los padres sinodales a los auditores, con lo que ha dicho el Santo Padre, y el contacto con la realidad de nuestra sociedad han sido muy valiosos. Experiencias que se plasmarán en un texto, sobre el cual el Papa hablará para que la Iglesia tenga el valor de elaborar una pastoral.
Consideró que será un sínodo emblemático de la Iglesia, porque el matrimonio es un sacramento, precedido por el bautismo que a su vez es un sacramento de discípulado”. Se quiere, añadió que “el matrimonio sea de discípulos que hacen camino con el Señor", porque "no bastan las fuerzas naturales”. Y se “necesita las gracias del Señor y si descuidamos ésto la imposibilidad se muestra”.
El purpurado quiso precisar también que el documento final "no será un documento aguado" para obtener consenso, porque “en el Sínodo intentamos apreciar el punto de vista de los demás aunque no sea el mio. Mi hermano obispo se puede encontrar en esa situación. No busco soluciones solo para mí, sino también para los obispos de todos los continentes”.
Respondiendo a los periodistas, indicó que sobre la familia nunca se termina de escuchar. Así recordó que “mis padres tuvieron diez hijos, sin embargo mis hermanos tienen 4 o 5 hijos”, las cosas no son las mismas. La Iglesia no acaba nunca de actualizarse en su acompañamiento.
De este modo, no considera que haya bloques sino puntos de vista diversos. En África “las etapas para un matrimonio no son las mismas que en Europa”. O sea, el Sínodo ha sido una “experiencia muy enriquecedora”.
El cardenal canadiense Lacroix consideró que “el documento final de mañana es importante”, así como “la experiencia sinodal”.
“Nuestro trabajo --precisó el purpurado canadiense-- no es un texto legislativo”, sino una experiencia que era necesario transmitir al Santo Padre.
“Dios te ama como eres pero no se conforma” indicó como idea, y propuso como clave para entender este Sínodo, el de los peregrinos de Emaús. Otra preocupación de los padres sinodales fue “cómo poder expresar la alegría delante de estas familias heridas”, y recordó que “no existen familias perfectas”.
Indicó que en las consultas antes del Sínodo también han participado familias heridas, como la voz de los casados y divorciados.
Mons. Lucas Van Looy obispo de la diócesis belga de Gent, señaló su preocupación --antes de partir hacia Roma para el Sínodo-- por las familias de migrantes que llegan desde Oriente Medio, cómo viven la familia en estas grandes campos de refugiados, y cómo todos esos temas fueron parte del Sínodo.
También indicó que en estas tres semanas de escucha “hemos entendido mejor la palabra misericordia, difícil para este mundo actual”. Semanas en las que se ha entendido que es necesario integrar y acompañar a las personas, así como el concepto de sinodalidad, “concepto que es más que una palabra” y bromeó diciendo que está pensando cómo hará para traducir en flamenco la palabra "sinodalidad". Por todo ello consideró que “el Sínodo está dando a las familias una tarea de evangelización”. Entre los temas tratados está también los jóvenes en familia que ven a Dios muy lejano y cómo seguirlos en el matrimonio.
Señaló además como “una gran riqueza” la gran diversidad presente en el Sínodo, “reflejada en el color de las caras de los obispos”.
"La palabra que me queda --concluyó el obispo-- es la palabra 'ternura', lo he dicho en el aula es la que la Iglesia tiene hacia todas las situaciones, no solamente hacia las familias heridas". Y esta ternura "podría ser el inicio de una nueva época para la Iglesia".

Divorciados y vueltos a casar: quizás sea mejor mantener la actual disciplina

Daniel Fernando Sturla Berhouet, S.D.B. (Montevideo4 de julio de1959), sacerdote salesiano uruguayo y prelado de la Iglesia católica.

El cardenal uruguayo Daniel Sturla asegura que las situaciones dolorosas no pueden catalogarse simplemente en 'divorciados y vueltos a casar' y 'qué hacemos con la comunión...'.
Por Sergio Mora
Ciudad del Vaticano, 22 de octubre de 2015 (ZENIT.org)
Divorciados y vueltos a casar, “no hay una suficiente claridad para una respuesta simple, y mientras se madura cómo puede esa respuesta creo que quizás sea mejor mantener la actual disciplina de la Iglesia, que obviamente tiene elementos doctrinales. Y entender cómo la Iglesia realmente puede hacer una apertura a todas las situaciones complejas que hay”.
Lo indicó en cardenal arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, este miércoles en una rueda de prensa con los medios de comunicación en idioma español, indicando que será el Papa quien deberá decidir qué se hace.
“Las realidades son muy complejas” dijo, especialmente “en muchos barrios pobres de las ciudades de Latinoamérica, yo hablo por Uruguay”. Y precisó que la Iglesia está muy cerca de estas situaciones, que son muy dolorosas y no se pueden catalogar simplemente en 'divorciados y vueltos a casar' y 'qué hacemos con la comunión...'.
El cardenal uruguayo indicó: “Yo creo que el Sínodo reafirma la vigencia de la Humanae Vitae” sobre la anticoncepción, sin olvidar “las respuestas pastorales concretas”, si bien indicó que esto puede también ser mal entendido.
Se mostró impactado porque “un padre sinodal muy sabio, aunque no voy a decir quién es” indicó de manera muy clara que “una cosa es el ambón, (en donde se hacen las lecturas ) y otra el confesionario”. O sea, “no es que cambie la doctrina, pero una cosa es lo que se predica al pueblo de Dios en general y otra, es atender la situación particular de la persona concreta con su dificultad personal concreta. Y creo que eso es importante”.
Interrogado sobre qué decirle a las familias heridas, el purpurado consideró importante indicarles que “la Iglesia es madre, que la Iglesia tiene las puertas abiertas”. Y que esto lo pudo constatar en las obras en las que ha trabajado: “a nadie se lo discrimina por su situación personal, familiar, etc.
Entretanto precisó el cardenal que “otra cosa es el tema de la comunión”. Y reiteró que “la Iglesia es madre, la Iglesia acompaña, y obviamente seguir acompañando a todas las situaciones humanas que se encuentren, por más complejas y alejadas que estén de la propuesta cristiana”.
Sobre la carta enviada al Papa por una decena de cardenales en la que expusieron perplejidades, el padre sinodal aseguró: “No lo percibí como clima de intriga y lo de la carta lo vi como estupendo que cardenales que sentían algo, tengan la valentía o la fraternidad de haber presentado al Papa lo que pensaban”.
“Está muy bien --aseguró-- que lo hayan hecho. Y cuando el Papa habló al día siguiente de algún modo estaba respondiendo a esos cardenales, y que el Papa actuó con libertad”.
Porque “hay un elemento de este sínodo, que al menos lo he vivido así, que es la libertad. Yo lo entendí porque lo viví en los círculos menores, con mucha libertad para expresarse diversamente y poner discrepancias para partir juntos y construir desde allí”.
“En la Iglesia en general --aseguró el purpurado-- yo creo que es muy bueno que se discuta, y este hecho hace que en el momento de la discusión si hay posturas encontradas puede haber un cierto acaloramiento. Pero eso es normal en todo grupo humano. Creo que es absolutamente real el hecho que se discutió y hubo fraternidad y que ambas cosas se pueden conjugar perfectamente en un ambiente de familia, que la Iglesia es y espero lo siga siempre siendo".
Sobre el hecho que él trabaje en un país laicista como lo es Uruguay, el purpurado explicó que “la Iglesia en mi país está habituada a trabajar en una sociedad laica y plural. Y también muy democrática porque si bien tuvo una dictadura hay una tradición democrática muy fuerte. La Iglesia en nuestro país anuncia a Jesucristo fiel a sus enseñanzas”. Y añadió que este anuncio no viene impuesto “al que piensa distinto. No, abiertos a la realidad de una sociedad plural”.
Conté en el Sínodo --prosiguió el arzobispo de Montevideo-- que a mi me visitaron personas del grupo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), una reunión al inicio tensa, pero la cordialidad abre puertas, y concluyó con cordialidad. “La Iglesia recibe a las personas como ellas son, otra cosa es que la Iglesia anuncia el Evangelio de Jesucristo con las exigencias que el Evangelio tiene”.
Reconoció que en el Sínodo se habló poco del tema de la violencia familiar que en muchos países de Latinoamérica es muy importante, y citó que un cardenal en el Aula abordó el tema abusos sexuales a nivel mundial indicando cifras con un porcentaje abrumador.
Profundizó también sobre el derecho del niño a ser bautizado, porque “si sus padres se comprometen a educarlo en la fe, entonces tengo que bautizarlo”, dijo. “En cualquier condición que se encuentren los padres o responsables del niño”. Y aunque los papás estén casados por la Iglesia, “si sé que no lo van a educar en la fe no puedo bautizarlo, porque se bautiza en la fe de los padres, poniendo una confianza en la pregunta que se les hace a los padres en el bautismo: Si están dispuestos a educar al hijo en la fe”.  

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