El 16 de marzo de 2010, hace exactamente seis años, el
Correo del Orinoco informaba que según el Ministerio de Industrias Básicas y
Minería (Minbam), el gobierno estaba implementando proyectos de
desarrollo integral, para la extracción y comercialización de un
mineral estratégico recién descubierto al sur del Orinoco en los estados
Bolívar y Amazonas, su nombre: Coltán. En ese tiempo las reservas estaban
estimadas en 100.000 millones de dólares, según dijo el presidente venezolano,
y apenas se iniciaba la prospección.
El plan de explotación, adelantado por el Minbam,
consideraba la creación de una empresa nacional de minerales estratégicos para
su aprovechamiento, que ya entonces se “bachaqueaba” vía Colombia hacia Estados
Unidos. Para evitar esto, el Presidente ordenó una amplia operación militar,
desplegando más de 15 mil efectivos de la Guardia Nacional, el Ejército y la
Armada en la zona fronteriza con Colombia donde se hallaban los yacimientos.
Las autoridades venezolanas adelantaron también que la extracción del Coltán
estaría operada por una minería sustentable, y velando por la rectificación del
deterioro ambiental que la actividad pudiera ocasionar.
Han pasado seis años y excepto los expertos en la materia,
que imagino estarán al tanto, nadie menciona para nada el asunto del coltán;
muchos pensarán que para qué, ¿tan importante es? Pues sí, el asunto del coltán
es dramáticamente importante. Por el control de su extracción ha habido dos
guerras terribles entre países africanos que han costado más de seis millones
de muertos. Así que la curiosidad me ha llevado a indagar sobre ese mineral del
que desconozco casi todo.
El coltán no es realmente ningún mineral establecido. Es un
término que no se utiliza en el lenguaje científico y que responde a la
contracción de dos minerales bien conocidos: la columbita, óxido de niobio, con la tantalita, óxido de tántalo; son escasos
en la naturaleza, y un claro ejemplo de cómo el avance tecnológico contribuye a
que materiales considerados simples curiosidades mineralógicas sean cruciales
debido a novísimas aplicaciones.
De esos minerales se extrae el tantalio y el niobio, utilizados en
distintas industrias de aparatos eléctricos, centrales atómicas, misiles, fibra óptica y
otros, aunque la mayor parte de la producción se destina a la elaboración de condensadores y
otras partes micrométricas sustituyendo ventajosamente al sílice. El coltán
resulta hoy día esencial para el desarrollo de las nuevas tecnologías. Es
vital, sobre todo, para la industria aeroespacial y de telecomunicaciones,
pero también para tecnología militar, ordenadores portátiles, teléfonos móviles y armas
inteligentes, minúsculos lentes de cámaras digitales, videojuegos, satélites,
estaciones y vehículos espaciales, industria aeroespacial, levitación magnética, aceleradores de partículas, trenes
magnéticos y un largo etc. Para fabricar todo eso y mucho más se necesita
coltán, que incluso es utilizado en cirugía de
implantes. Por eso no resulta extraño que en los últimos 10 años el coltán se
haya convertido en el objetivo estratégico para la mayoría de las compañías de
explotación minera.
El coltán también es imprescindible, por ejemplo, para
formar aleación con el acero en
los oleoductos;
se aplica en la construcción de baterías cada vez más pequeñas, permitiendo que
su carga dure mucho más tiempo. Como anécdota, en su día la compañía japonesa Sony tuvo que aplazar
varios meses el lanzamiento de su PlayStation 2 por
no disponer de coltán.
Entre Brasil, Colombia y Venezuela ha surgido un mercado
negro de coltán en las selvas amazónicas, que cubren la zona fronteriza. En las
dos últimas la mayor parte de la minería del coltán es ilegal, sin embargo, los
mineros y los compradores a pequeña escala son abundantes. El coltán
venezolano se vende en todo el mundo, incluso a través de Internet. Autoridades
colombianas y activistas de derechos humanos dicen que la minería ilegal de
coltán alimenta una de las mayores redes de contrabando a cargo de
paramilitares armados y narcotraficantes.
Por otro lado el pasado presidente informó que empresas de
China, Rusia y Canadá estarían participando en un consorcio estatal para le
extracción de coltán, sin embargo entre el descuido u omisión oficial no existe
información verificable. Hay determinadas multinacionales que, como grandes
compradoras de este mineral, no están interesadas en que los conflictos
sociales derivados de la extracción del mineral, y su dudosa legalidad, sean aireados
en los medios de comunicación.
Es mucho más rentable adquirir a precio de gallina flaca y
transportar una tonelada de coltán, que cabe en una camioneta pickup, que
14.000 barriles de petróleo. Ambos se venden por 400.000 dólares en los
mercados internacionales. Venezuela está entre los 10 mayores productores del
súper estratégico mineral, y según los que saben, contando con unas reservas
inmensas de coltán aún sin terminar de cuantificar. Lo verdaderamente
llamativo, aunque no sorprenda, es que el Estado venezolano no aporte ninguna
información sobre el asunto.
Pienso que la AN debiera interesarse en el caso y averiguar
al menos a dónde va el coltán venezolano en un mercado continuamente en alza y
con el petróleo de capa caída. El Minbam y sus 15.000 militares debieran saber
perfectamente quién, dónde, cómo y cuánto mineral se extrae, y qué se hace con
tan lucrativa “cosecha” de ese mineral conocido internacionalmente como “oro
azul”, ese del que nadie nos habla.
Sin embargo mientras el Gobierno guarda un ensordecedor
silencio sobre las nuevas reglas, si es que hay, para los buscadores del oro
azul, las patrullas de la zona, tan magníficamente entrenadas y pertrechadas en
los desfiles, no han logrado frenar, ni un poco, el contrabando de coltán.
En fin señores, la mesa con el guiso está servida.
Haga click sobre la imagen para agrandarla. Gracias.
“Oro azul” venezolano en manos del Congo y China pasa los $ 100 millardos en reservas
27 MARZO, 2016 Autor: JULETT PINEDA
SLEINAN | @JULEPINEDA
Azul es el color del nuevo oro. Un oro que no solo fue
descubierto en las tierras de El Dorado para desatar una nueva fiebre. Su
nombre es coltán, y solo cuatro países tienen reservas certificadas suficientes
para su explotación; otros cinco cuentan con yacimientos del mineral, a
pesar de no conocer la cantidad con exactitud. En la lista de nueve países
dice presente la República Democrática del Congo, con las mayores reservas
probadas en el mundo -ubicadas en 80%-, Venezuela y China, las
cuales aún no se precisan. Aparte de la posesión de coltán, estos
países tienen otra cosa en común: un contrato.
De las reservas venezolanas lo único que se conoce es
que estudios realizados por el Ministerio para las Industrias Básicas y
Minería establecieron en 2010 que las riquezas de “oro azul” estarían en
el orden de los 100 mil millones de dólares. Desde la fecha no se ha sabido más
sobre las reservas, ni se probaron ni se cuantificaron.
El pasado 24 de febrero de 2016 una empresa minera africana
y una asiática firmaron un memorando de entendimiento para probar las reservas
de los minerales del Arco Minero del Orinoco, donde no solo se consigue
coltán, sino también diamantes, hierro, oro, bauxita y torio.
Con la presencia de 150 trasnacionales de 35 países,
entre aplausos y firmas se celebraron cuatro memorandos de entendimiento,
no solo con Gold Reserve, la minera canadiense que libró
una batalla legal en tribunales internacionales en contra del Gobierno por la
revocación de las concesiones para explotar la mina de Las Brisas, sino
también con mineras de África y de Asia.
En cuatro áreas se divide la extensión de más de 111
mil kilómetros cuadrados que abarca el Arco Minero del Orinoco, principalmente
basado en sus riquezas: En la primera, abundan el oro, el diamante y el coltán;
en la segunda, el hierro y el oro y en la tercera hay oro, bauxita, cobre y
caolín. También se tienen referencias de que en la Sierra de Imataca, dentro de
la extensión del arco, se encuentran yacimientos de coltán.
“Hoy vamos a firmar con una representante allí, una de
las más importantes del Congo, para certificar las reservas de diamantes“,
aseguró el presidente de Pdvsa y actual ministro de Petróleo y
Minería, Eulogio del Pino. Durante el acto, precisó que además Venezuela
es el sexto país con reservas de diamantes en el mundo.
Afridiam fue uno de los nombres que sonó en la cadena
nacional transmitida desde el Banco Central de Venezuela (BCV). Por la
República del Congo, un representante de esta empresa cerró el contrato
con Del Pino. En el acto, se anunció que la compañía africana estaría
encargada de la certificación y cuantificación de las áreas uno y cuatro dentro
del arco, donde justamente se encuentra el lomito de los yacimientos minerales:
diamante, oro y coltán.
Sin embargo, poco se conoce de la minera mencionada en
cadena nacional. Ningún medio local, ni de la República del Congo, ni de la
República Democrática del Congo, anunció la noticia del acuerdo con la
trasnacional. En los comunicados oficiales de instituciones
gubernamentales tampoco se menciona el nombre de la minera, a pesar de que se
celebra el contrato -como es el caso Pdvsa-, ni tampoco en las
publicaciones de la Agencia Venezolana de Noticias.
Una compañía llamada Afridiam existe en Kinsasa, capital de
la República Democrática del Congo, país con las mayores reservas
probadas de coltán. Un sitio web de páginas amarillas precisa que la
empresa en ese país se dedica al área de la minería
No obstante, una compañía con el mismo
nombre dedicada al rubro minero también aparece con sedes en Dubai,
Emiratos Árabes Unidos, y Londres, en Reino Unido: Afridiam DWC y Afridiam
Ltd., respectivamente. En la página web, afridiamdwc.com, la información
institucional señala en una pestaña que la empresa produce minerales —también
muestran fotografías de oro y diamantes—, petróleo, materiales de construcción,
madera y alimentos. Adicionalmente, agrega exportaciones e importaciones
a su rango de acción.
Ambas empresas aparecen bajo la dirección de Issa
Nsombo, quien se desempeña como director ejecutivo de la compañía de acuerdo
con el sitio web. No obstante, en Internet tampoco se consigue mayor
información sobre el récord laboral de Nsombo. Únicamente que también trabajó
en otra compañía británica, cerrada para la fecha.
Patrick Matembe es señalado como secretario de la
minera en una página que publica información sobre instituciones en el
Reino Unido, Companies House. De acuerdo con el portal, que pertenece a una
agencia ejecutiva del Gobierno británico dedicada al registro de compañías
limitadas (Ltd.) y sus recaudos legales, Afridian fue incorporada el 27
de enero de 2016 al sistema bajo el número 09972780.
Efecto Cocuyo intentó establecer contacto
con Afridiam vía telefónica —con los números correspondientes a
Emiratos Árabes Unidos, República Democrática del Congo y el Reino Unido— y vía
correo electrónico. No hubo respuesta desde ninguno de los teléfonos
publicados en la página web ni en el portal de páginas amarillas.
Además de Afridian, otra empresa también fue contratada
para certificar y cuantificar los mismos minerales en las áreas uno y
cuatro: China CAMC Engineering Co., una subsidiaria de la Corporación
Nacional China de Maquinería Industrial (China National Machinery Industry
Corporation por sus siglas en inglés) que se especializa en
inversiones, comercio y contrataciones referentes al sector ingeniero. La
empresa, mejor conocida que su homóloga congolesa, también tiene presencia en
Sudán, Indonesia, Hong Kong, Laos, Mongolia y Venezuela, donde cuenta con
oficinas en el Centro Lido, en Caracas.
En su página web señalan que los proyectos que desarrollados
en el país están orientados a las áreas de industria, agricultura y
energía. Entre ellos figuran el Desarrollo Integrado Agricultural en el Río
Guárico y en Delta del Orinoco, un proyecto de transmisión de agua en Falcón y
una planta de energía y una línea de transmisión en El Vigía.
Previa a la llegada de China CAMC Engineering Co., otra
empresa china estuvo a cargo de todo lo referente a los procesos de ingeniería
en la zona minera. Aunque fue en 2011 que el presidente Hugo Chávez delineó el
Arco Minero del Orinoco, no fue sino un año después que se le encomendó al
gigantesco Citic Group, también de China, la tarea de certificar las reservas
que se encontraban en la extensión de los yacimientos minerales.
Adicionalmente, se les dio la concesión para explorar la mina con las mayores reservas
de oro en el país. Ambos proyectos quedaron en el aire.
Del oro negro al azul
La guerra por el coltán ha sido la causa de millones de
muertes en la República del Congo, pero no solo en el país africano la disputa
por el mineral ha desatado una carrera y una red de contrabando.
Aunque ha pasado inadvertido por el petróleo, el llamado oro azul es conocido
por ser un “mineral estratégico” y la alocución del pasado 24 de
febrero se centró precisamente en la cuantificación y explotación de
estas reservas.
Constituido por una combinación de columbita y
tantalio, el coltán ha despertado detrás de sí una lucha en la industria
tecnológica. Equipos electrónicos como GPS, celulares, computadoras y cámaras
utilizan este mineral debido a sus facultades como “superconductor”, lo que
significa que conduce la energía de una forma más eficiente que otros
minerales.
No obstante, Venezuela arrancó la carrera tarde: fue
en 2009 cuando el presidente Chávez asomó que había “importantes” reservas de
coltán en el país. “Ese es un mineral por el cual en África han
ocurrido no sé cuántas guerras, porque es un mineral estratégico, entre otras
cosas, para hacer los cohetes estos de largo alcance”, dijo.
En esa ocasión no precisó las proyecciones de las reservas a
pesar de asegurar que eran “importantes”. También anunció que la zona
donde se encontraba el mineral, en el área del Río Parguaza en Bolívar, había
sido tomada militarmente porque la explotación ilegal y contrabando de coltán.
Fundamentándose en estudios realizados por el Ministerio
para las Industrias Básicas y Minería, Chávez informaría en enero de 2010,
durante la presentación de su Memoria y Cuenta ante la Asamblea
Nacional, que las reservas del “oro azul” en Venezuela estarían en
el orden de los 100 mil millones de dólares —tras una evaluación “muy
preliminar”— y tendrían sus yacimientos en los estados Amazonas y
Bolívar.
“El coltán tiene precios en el mercado internacional
superiores incluso al oro y al diamante”, dijo. Precisó también que el kilo
del mineral se comercializa cerca los 500 dólares y advirtió sobre su
extracción ilegal en los estados donde están las minas. A raíz de
esto, se desplegaron para entonces más de tres mil militares para resguardar la
frontera y acabar con las prácticas ilegales.
Hoy, además del oro azul, las trasnacionales mencionadas
también estarán a cargo de la certificación y cuantificación de oro y
diamantes, con reservas proyectadas en 7 mil millones de toneladas y
en 3 mil millones de quilates, respectivamente.
La mina más disputada en Venezuela quedó a
manos de la canadiense Gold Reserve; mientras que el mineral más disputado del
mundo actualmente, el coltán y sus reservas en el país, pasaron a ser
explorados por una empresa china y otra congolesa. En total, las proyecciones
de reservas de oro, coltán y diamantes, ahora en manos de estas compañías,
suman más de 135 millardos de dólares, y lo que falta por descubrir en las
“venas abiertas” de nuestro país.
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