“Nos portamos como caballeros
o como lo que somos”
Cantinflas
El venezolano decente ante la foto sonriente postelecciones
regionales de Jorge Rodríguez, El Aissami y Cabello, recibe un golpe directo al
plexo, parece decir: “Los j…”.
Esta imagen nos remueve y nos conmueve, pues estamos ante
unos venezolanos que se solazan ante el crimen cometido públicamente. El
cintillo inferior no sería otro que: “Ustedes sabían que no nos dejaríamos j…”.
El país en disputa, la gente, el bienestar, el hambre, las
medicinas, los presos políticos y, en fin, nuestra categoría moral como
sociedad, todo amenazado. Cometen fraude y hablan de paz, dividen y exaltan la
unión, cunde la necesidad y declaran que hay bienestar. Los delincuentes
parecen ganar; han tejido un entramado complejo, sin salidas aparentes, con
trampas por doquier.
Algunos afirman que el 30 de julio murió la vía electoral,
con la denuncia de Smartmatic y la ausencia de participación del pueblo,
coronada por los ocho millones de votos de Tibi. En ese proceso se inscribe el
controvertido llamado a la abstención, con un gran defecto, era como la nada.
No votes; hay que cambiar el régimen, ¿pero cómo?
Otros han decidido transitar múltiples sendas, casi sin
salidas, entre ellas votar. Resurge la verdadera cara del tramposo. Recuerdo a
Cantinflas: “No pueden portarse como caballeros sino como lo que son” (la
foto).
La próxima batalla se dará en la ANC; ellos obligarán a los
gobernadores a juramentarse frente a una ANC espuria. Los gobernadores están
sometidos a un falso dilema: si no se juramentan ante la ANC los destituyen y
creerán entonces que traicionan el mandato del pueblo. Si legalizan la ANC,
permanecen en su cargo y fortalecen el gobierno. ¿Los perdonará su pueblo? ¿Qué
hacer?
Mi opinión es que estos gobernadores deben desafiar al
régimen, no juramentarse, aunque las presiones parezcan un Caterpillar ante
nuestras figuras. Esperemos que no acudan.
Hay que reconocer que el régimen ha actuado como una
maquinaria perfecta, un tejido de trampas, unas tras otras. El régimen: a)
banaliza las trampas y mentiras del 30 de julio e intenta diluir el 16J; b)
silencia la denuncia de Smarmatic sobre el fraude 30J; c) adelanta las
elecciones, postproclamación de la ANC, y habla de la derrota de la
insurrección callejera; d) hila golpes sucesivos contra la transparencia
electoral e impide la sustitución de candidatos en la boleta; e) traslada
votantes y centros de votación de forma indiscriminada de un lugar a otro,
creando una incertidumbre general; f) ofrece la fórmula “votos por comida”,
CLAP y carnet de la patria están ligados a la participación electoral; g) uso
de la cadena pública en propaganda electoral pro gobierno de forma total; h)
cierra medios de comunicación opositores de gran cobertura.
En resumen, expandir el miedo, confundir a los votantes,
chantajear a los más débiles con su hambre, reprimir y callar a los disidentes
es su obra. Esto en medio de la destrucción del país evidente en la
desaparición de 10.000 empresas, en la destrucción del salario, en anaqueles
vacíos de alimentos y medicinas, en una moneda-basura, en la delincuencia sin
controles, en la destrucción de los servicios públicos sanitarios y de
educación. En una inflación que supera los cuatro dígitos.
Mientras, nosotros nos debatíamos entre el llamado a la
abstención y la depresión, la desconfianza en el liderazgo y las propuestas sin
contenido político viable; en esperar ayuda de afuera, convertir la voluntad
del 16J en mandato. ¿Quién puede obligar a Padrino a plegarse al imperativo
categórico de actuar éticamente?
Cuáles serán los pasos siguientes si los de la foto no
tienen límite, son genios de la trampa, indiferentes a la desnutrición infantil
y a los jóvenes asesinados en las calles. Podemos preguntarnos sobre sus afines
ideológicos: Stalin, Mao Tse-tung, Hitler, Velazco Alvarado, el líder de Corea
del Norte y el de Cuba, ¿alguno de ellos ha triunfado políticamente de forma
definitiva? Contemos nuestras fuerzas, valoremos los errores, cero depresiones
y tracemos un camino ya, sobre todo la creación de un Frente Unido.
Si comparamos la diabólica estrategia para mantenerse en el
poder con la gestión del régimen para los ciudadanos, la conclusión salta como
un relámpago, infantil, simple y sencilla: a este régimen solo le importa
mantenerse en el poder. A la foto sonriente de Jorge Rodríguez, El Aissami y
Cabello le cabe un nuevo un cintillo: “Mafia que controla el poder en Venezuela
y se burla del pueblo”. La foto me recuerda la sonrisa de Kim Jong-un, el
“líder supremo” de Corea del Norte. Entereza ante el crimen, los votos tienen
que expresar lo que país aspira. A constituir nuestro Frente Unido.
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