TALLER CRÍTICO
UNA SEMANA EN SEPTIEMBRE
POR: ROBERTO LOVERA DE-SOLA
Nos reunimos otra vez para hacer la
lectura de la nueva novela de Irene McKristy Oria, la segunda. La primera fue
sus Cuadernos de viaje(Caracas:
Gráficas Lauki,2014.432 p.), una visión memoriosa de días felices ya idos. Con
este libro en las manos supímos que en el caso de Irene McKristy Oria estabamos
ante una novelista raigal, de arraigada vocación para contar. Esto se reitera
ahora en su nueva novela Una semana en septiembre
(Caracas: Editorial Melvin,2016.460 p.), libro que nos hace ver la especial
gracia de su autora para hacernos felices siguiendo una historia muy bien armada.
Saber narrar un suceso es la gran dote, y legado verdadero, de todo narrador
auténtico.
Si Cuadernos
de viaje era una memoria de otros días y otros tiempos, Una semana en septiembre, es una ficción
sobre la Venezuela actual, un país ahora destruido, a lo cual lo ha llevado no
solo el mal gobierno sino el desamor por nuestras cosas y nuestras gentes de
quienes están ahora en el poder. Tal como está hoy, sin posibilidad de mirar al
futuro, a menos que los verdaderos venezolanos hagamos juntos un esfuerzo para
superar todo el afán de destrucción que es lo único que define a quienes dicen
gobernarnos, aunque nunca lo ha hecho, solo han querido destruirlo, tumbar la
creación que ha caracterizado a los gobiernos del siglo XX, desde los tiempos
en que Gómez celebró el Congreso de Municipalidades de Venezuela en 1911, lo
que le permitió trazar un programa de gobierno y luego crear el Estado Moderno,
en 1913, vivo y actuante hasta 1999.
La destrucción y la corrupción es lo
que hallamos en Una semana en septiembre,
lo decimos con dolor ante las páginas de esta novela, tan bien cernida. Y,
ello, porque sin dolor, sin llanto, no puede ser leído este volumen. El nos convoca
otra vez ante aquellas palabras del maestro Rómulo Gallegos(1884-1969),
“Angustias de Venezuela. Vuelve el alma contemplativa al espectáculo de su
dolor y su mal”[2].
Este libro es como mirarse en un
espejo, es una historia áspera, en donde
parece tener mayor lugar, hasta cuando se acerca su final, la corrupción, la perversión de lo legal y de la práctica del
derecho, lo que podemos seguir a medida que se intercambian y se entrelazan los
relatos de cada uno de los personajes. Los principales son, dentro de su trama,
Alicia, esposa de Jaime primero, mas tarde de Diego, su verdadero amor; Diego,
esposo de la perversa Mónica, corrupta,
corrompida, corruptora, quien hizo sufrir a todos los que estaban a su alrrededor(p.294,295,295-296)
especialmente a su esposo y mas aun a sus hijas.
El título de la obra se explica cuando
leemos: “Hoy es 11 de septiembre, hace una semana secuestraron a Mónica, es
otra vez jueves”(p.355), sucesos que son el centro de lo que se cuenta en la
trama.
Pasajes que explica esta novela son
los que siguen: “Cuando nos encotramos en Madrid, unos días antes de navidad,
vivimos momentos muy emotivos. Les explicamos las circustancias por las que
estábamos pasando, hablamos largamete, también comprendieron”(p.25); “A Diego
le habían encargardo trranscribir fielmente todo lo que iba investigando”(p.14),
lo que explica mucho de su profesión; “Pero en cada error hay una enseñanza” (p.23).
Y ello, porque este libro nos muestra
lo importante que es la trasformación del alma como modo de cambio. Asi este
libro es una “fábula de amor en tiempos difíciles”(p.381). Su sendero
escritural es “narrar la transformación del amor, auque en un principio pudiera
parecer efímero y engañoso, luego a través del tiempo debido a esa fuerza
incontrolable de Eros y Psique, y debido a la persistencia y la constancia de
ese sentimiento que se anida en los corazones y la llama eterna de esa fuerza,
alcanza el máximo de la espiritualidad y a la vez la mayor sensualidad, ese sentimiento
lo compartimos todos los que amamos intensamente, es un sentimiento itemporal y
eterno…Tomé una de las frases de [Milan] Kudera(1929), al final del primer
capítulo[de La insoportable levedad del
ser] y que evocaba una verdad trascedental de mi vida y comecé a escribir:
´Él amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguién,sino en el deseo
de dormir junto a alguién”(p.381-382)[3].
Leído esto, repasada por milésima vez
las cinco líneas del maestro Kundera, añadimos nuestra personal reflexión: no
es que salimos con una mujer amada sino que entramos con ella en el tálamo; no
dormimos con ella sino que estamos despiertos junto a ella: ¿para que ser
insinceros y no decirlo así?.
EL SUEÑO DEL PAIS POST CHAVEZ
Pero a lo largo de la trama de Una semana en septiembre lo que sueñan
sus criaturas es con la Venezuela post Chávez. De allí que leamos esta doble
referencia: “me gusta como escribe y los giros que le da a nuestro lenguaje.
Tener aquí a unos venezolanos normales, buenas personas, no ha dejado una mejor
impresión de su país, que está ta desprestigiado”(p.21); o “Hablamos de la realidad de Venezuela, a lo
que habíamos llegado por estar en manos de gente tan deshonesta, sin escrúpulos
y como muchos de esos valores que pensamos son inmutables han ido cambiando, no
solo allá sino en muchas otras partes,como el mundo ha ido cambiando”(p.397-398).
PERSONAJES
Los personajes de Una semana en septiembre son: Alicia, figura central, la
protagonista, la que escribe la novela que leemos; Diego, esposo de Mónica
primero, de Alicia después. Diego y Alicia constituyen los personajes centrales
de la novela, son el asunto central de la trama(p.107,110), con ellos es
posible ver como el amor entre dos, es
el gran tema de este libro, como lo es de El
collar de la paloma(1022), Ibn Hazm de Córdoba(994-1063), de Del amor(1832), de Stendhal(1783-1842) y La llama doble(1993), de Octavio Paz(1914-1998)
que se cita en el texto(p.116)
Diego y Alicia no pudieron estar
juntos porque la maléfica Mónica se robó a Diego. Este tras la muerte de Mónica
fue, incluso, acusado de su asesinato(p.289). Diego es un personaje que en
medio del marasmo que vive el país es un hombre íntegro, positivivo, como
también lo es Alicia. Diego “Durante estos últimos años he trabajado, sin tregua
ni descanso. Tratando de ir a contracorriente, luché arduamente con mis mejores
deseos de cambiar tantas injusticias y arbitrariedades, de mejorar la situación
hospitalaria. Sin embargo, comprobaba cómo ningún esfuerzo daba frutos, yo
araba en el mar constatemente”(p.255), llegó a pensar unirse a Médicos sin
froteras(p257), autéticos apostóles de nuestro tiempo.
Diego es un personaje de vieja raigambre
en Venezuela, uno más de aquellos que en la épocas mas difíciles del pais, por
ejemplo, durante las dictaduras del siglo XIX, en medio de las guerras civiles,
nunca perdieron la esperanza de mejores días y comenzaron a crearlos con su
actividad en aquellos tiempos, tal durante el nepotismo de los hermanos
Monagas, donde aquello que decimos, hizo un hombre como el doctor Julián
Viso(1822-1900)[4] de quien siempre se pensó
que como él debían haber muchos otros y así nuestro país sería distinto. Por
suerte, Viso no fue hombre único. Cuando fue ministro y estaba en desacuerdo
con las politicas del gobierno al que servía, simplemente renunciada y
retornaba a dirigir su colegio, porque Viso era también educador, uno más de la
gran galería de nuestros docentes en el siglo XIX, verdaderos constructores de
Venezuela. Como Viso fueron también otros hombres de oro como Ramón Isidro
Montes(1826-1889), Egidio Montesinos(1831-1913) en El Tocuyo, Agustín Aveledo (1857-1926),
monseñor Jesús Manuel Jauregui(1848-1905) en La Grita, Luis Espelozin(1855-1921),
Ramón Pompiio Oropeza(1860-1956) en Carora. Los colegios de estos docentes, en
medio de nuestras guerras intestinas se llamaron “La paz”, “El Salvador del
Mundo”, “La Concordia”, “La Esperanza”, quienes en medio de aquel terrible
vivir nacional tuvieron desde sus escuelas la palabra de esperanza y de nuevos
días por venir, los nombres de algunos de estos colegios siempre lo hemos visto,
al estudiar nuestra historia, como una
admonición certera y un mirar a un futuro llenó de esperanzas. Grandes venezolanos
en su madurez se formaron con ellos. Asi es como Viso es Diego, este personaje
tan bien esculpído por Irene McKristy Oria. Un personaje de los cuales
necesitamos una multitud para que Venezuela vuelva a encontrar su sendero de
nuevo, aquel que le trazaron nuestros padres fundadores con su limpia conducta,
ninguno de los cuales, en sus escritos dejaron de meditar en el hecho educativo
que es lo que más nos ha faltado desde 1999.
Mónica, personaje perverso en la trama
de esta obra, llega a decir:”Si volviera a vivir, no me hubiera casado con
Diego, no lo hubiera seducido para que dejara de pensar en ti”(p.239), “Alicia,
siempre has puesto pór delante a otras personas, nunca pensaste en ti, sino en
mi, en mamá, en tus hijos, en las mías…y hasta en el cretino de Jaime”(p.319);
“Diego le está dando un vuelco a su
vida, en esa nueva vida estás tú, de eso no me cabe la menor duda, yo los
conozco muy bien a los dos, voy a facilitarles un poco ese camino hacia la
felicidad, esa entelequia que está en la mente de gente como ustedes, creo que
después de tantos años merece un poco de paz, quizá una vida aburrida,
tranquila, envejecer juntos cerca de un lago rodeados de nietos”(p.323).
Personajes como Jaime Pozo(p.291), quien unido a Mónica, cometieron
sus mil tropelias, sus diez mil delitos, por lo que para la protagonista,
Alicia, ”Aguantar a Jaime y a la difunta
Mónica no fue poca cosa”(p.422).
Personaje también fudamental en la
trama es el jesuíta padre Ignacio, con quien en el mas grave de sus momentos
vitales, Alicia sostiene larga conversación que la novelista va registrando en
diversos capítulos del volumen. Otro, también religioso, es el hermano Paco,
con quien ella dialoga en España.
LA CREADORA
Una primera mirada de Una semana en septiembre nos pone ante
el trabajo de una escritora que labora frente al computador, es decir, estamos
ante una novela en la novela porque lo que ella escribe es lo que leemos. De
allí su anotación: “Aunque todos los días me sentaba frente a mi laptop y comenzaba una historia,
escribía un rato y luego no sabía cómo seguir, en el fondo tenía en la mente
una idea muy distinta, eso era lo que me pasaba, me rondaba otra historia, un
relato de la vida real, de una vida que yo conocía muy bien, quería y no quería
escribirla”(p.49). Ello porque le era imposible no escribir sobre lo que veía
suceder, sobre aquello que pasaba y sentía cada día.
Esta historia cuenta a la vez tres
sucederes, casi siempre entrelazados: una historia de amor, una historia
de infidelidades y un momento de la
historia de la corrupción que vive el país, corrupción hoy muy amplificada si
la miramos con la que vivió el país a partir de 1974, cuando por el mal
gobierno el país cayó en el desbarracadero. Y la corrupción destruyó la
democracia, nuestro modo de vida.
De allí que con Una semana en septiembre en las manos, primero debamos mirar la historia de un
amor(Ver p.117,121,153) y sus visisitudes en medio de una sociedad, en medio de
la corrupción, el mal gobierno, la erosión ética de la politica, a partir de
1999, cuando “comenzo un período que marcó la historia de Venezuela durante más
de una década, Chávez había ganado las elecciones y estuvo en el poder por doce años más”(p.117).
El comandante llegó a hacer tanto daño y
tanto mal que enfermó, la suya mas que dolencia fisiológica lo fue
psicosomántica[5], como producto de sus
procederes, hasta los sueños le llegaron
los gemidos de los cientos de asesinados, de nuestros desapareciidos. La suya,
fue por encima de todo, más que un cáncer, que lo fue, una dolencia de la
naturaleza psicológica, producto de sus patologías, ya que fue el espíritu el
que le reclamó lo hecho, las tantas vidas perdidas. Pero su muerte, como fue
también el caso de Stalin(1879-1953), para nada cambió todo, el suceder ha sido
peor, como sucedió tambien en la URSS.
Pero el centro de esto, y de la novela
en su conjunto, es la historia de Diego y de Alicia, un amor auténtico, que
pasa por mil sortilegios hasta que se hace verdad, porque hay amores que nunca
acaban y contra los cuales nada puede.
De allí que vemos, a lo largo de la narración
del amor observaciones como esta, “Había leido mucho sobre la unión de Eros y
Psique, que era una atracción incontrolable entre hombre y mujer, que cuando
sucedía el vínculo entre ambos era insepárable y eterno. De eso también habla
Platón(427-347 aC) en El banquete”(p.276). En otro momento aparece La llama doble(1993), el gran libro de Octavio Paz(1914-1998) sobre
el sentimiento amoroso, obra de plenitudes, tan importante a lo largo de la
historia, como en el siglo X de nuestra era lo fue, en la España Medieval
islámica, El Collar de la Paloma(1022),
de Ibn Hazm de Córdova(994-1063) o en el siglo XIX, Del amor(1822), del gran Sthendhal(1783-1842)[6].
En Paz la meditación sobre el amor oriental, sobre todo en la India, y el
occcidental se unen en su reflexión, es un libro impar este del maestro Paz,
meditación iniciada en la antiguedad en el Cantar
de los cantares de la Biblia
hebrea. Esta que leemos en esta novela es la fabula del ”amor en tiempos
difíciles”(p.381). La narradora nos dice de ese cuento que va a “narrar la
trasformación del amor, aunque en un principio pudiera parecer efímero y
egañoso, luego a través del tiempo debido a esa fuerza incotrolable de Eros y
Psique, y debido a la persistencia y la constancia de ese sentimiento que se
anida en los corazones y la llama eterna de esa fuerza, alcanza el máximo de la
espiritualidad y a la vez la mayor sensualidad, ese sentimiento lo comparatimos
todos los que amamos intensamente, es un sentimiento intemporal y eterno…Tomé
una de las frases del libro de [Milan] Kundera(1929), al final del primer
capítulo[de La insoportable levedad del
ser] y que evoca una verdad trascendetal en mi vida y comencé a escribir:
‘El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguién, sino en el
deseo de dormir junto a alquien’”(p.281-282). Una semana en septiembre es esto, vemos en él la trasformación del
amor de Alicia y Diego, que estaba allí pero que aquí vemos transformarse,
llegar a su pleitud.
LA PROTAGONISTA: UNA ESCRITORA
Desde las primeras páginas del libro
nos topamos con el hecho de que su protagoista es una creadora literaria: “Le
dijo que yo era escritora, que iba a consultar los archivos para inspirarme y
quizá escribir una novela de aventuras. Como la relación del monasterio con
America fue muy estrecha, me sentía allí, de alguna manera, mas cerca de
Venezuela”(p.15).
Y ella escribió porque “Durante toda
mi vida me sentí acechada por un peligro
inminente, siempre tuve miedo, de mamá, de mi hermana, de Jaime…ahora era
distinto, por primera vez no estaba sola para enfrentarme a eso, la sensación
era diferente, me sentía acompañada y apoyada por Diego, estaba viviendo lo que
siempre había añorado, por ese miedo en mi subconsciente no me abandona y sin
darme cuenta salía a flote cuando menos lo esperaba; entonces una sensación de
pánico me embargaba y no lo podía controlar”(p.18)
Es en ese momento en que aparece el
franciscano hermano Paco quien “me comentó que él entreveía en mis cuentos algo
que reflejaba mi personalidad, mi carácter, y para mi asombro me dijo que él
percibía una profunda melacolía en cada uno de ellos. Se imaginada que era por lo que estabamos pasando en nuestro país…me
decía que al conocer las circunstancias de un escritor entiendes mejor su
obra….[es] bueno sacar afuera nuestros pesares”(p.19. Subrayado nuestro). Tenía
razón, él había vislumbrado que “había algo muy profundo que me aprisionaba y
en muchos momentos me afixiaba; tenía que dejarlo salir”(p.27), aquello la
llevaría a la catarsis que toda escritura propicia, pese a que ella “no quería
que recordara por todo lo que había pasado en los últimos años”(p.34), “la
dramática situación actual de Venezuela”(p.35). Por ello Diego le confiesa “Algo
te atormenta, te conozco muy bien, Alicia…¿A veces me siento muy triste, Diego,
y no entiendo por qué…Hemos vivido demasiadas cosas en muy poco tiempo, es
normal que sientas triste. Pero habla, dime qué piensas. Muchas veces me doy
cuenta de que estás como en otro mundo. ¿Te hace falta tus hijos?¿Que
tienes’”(p.42), es cierto, ambos han “vivido una vida terrible durante muchos
años. [Pero]Aquello se acabó y ahora estamos juntos”(p.42-43). Y sobre lo que
deja consigna en sus páginas: “Te felicito, me dijo con mucho énfasis, no debes
cambiar nada, aunque no imaginé que fueras tan valiente como para poner en
blanco y negro tantas verdades” (p.216).
En esta parte la meditación sobre el
amor es central, de allí que la protagonista exponga sus reglas sobre el amor.
Estas son: para que haya amor es necesario “1) que haya dos jugadores
dispuestos a seguir las reglas del juego. Sino hay dos que quieren jugar, no
habrá amor;…2)este juego del amor es un juego de dar…3)los jugadores en el
juego del amor tienen que jugar a tolerar…4) los jugadores en el juego del amor
tienen que jugar a comprender”(p.466-467). Razón por la cual Indira Gandhi(1917-1984)
llegó a decir: “el amor jamas reclama, da siempre…el amor tolera, jamas se
irrita, nunca se venga”(p.467).
LOS SUCESOS EN CARACAS
El momento central del vivir de Alicia
es la muerte de su hermana Mónica. De allí su diálogo con el padre Ignacio: “Buenos
días, padre, ¡que bueno que esté aquí! Necesitamos un sacerdote, mi hermana
acaba de fallecer trágicamente, le pagaron un tiro, ayer murió, pero no
habíamos tenido cabeza para llamar a un padre. Usted podría decir unas
oraciones o quizá una misa en la capilla, la van a incinerar esta tarde. Se
llamaba Mónica, estamos esperando a sus hijas, que vienen del extranjero.¿Quisiera
sentarse? Me gistaría hablar con usted, si tiene algo de tiempo…Mas de tres
horas pasamos en un monólogo, casi sin interrupciones, nunca había podido
expresar mis ideas, mis pasiones y frustraciones de manera tan clara ante mí
misma”(p.58-59). Este diálogo fue para Alicia como hacer una sesión psicoterapia.
De allí que al terminar leemos: “Cuando nos separamos ya no sentía ni la rabia,
ni la desesperación que traía”(p.60). Y el monólogo prosigue: “Ese mar de ira
contenida que me invadía desde hacía mucho tiempo se fue diluyendo. Con su
ayuda me fui poniendo en el lugar de ellas, primero en el de mamá y luego en el
de Mónica. No fue fácil, pero el padre me fue guiando por otro sendero
diferente con sus comentarios. Comencé,
entonces, a verlas de otra manera, desde otros puntos de vista, me fui dando de
que nunca tenemos la verdad absoluta, ya que es relativa a nuestra forma de ver
las cosas, también hay otros puntos de vista: ¡los dos los demás!”(p.60).
Por ello, el padre Ignacio le dice:
“Es bueno, señora Alicia, que se desahogue, seguramente estará atormentada.
Estar enfrente de sus restos aquí y
además todo lo que ha vivido en los últimos días debe haberle removido muchas
cosas por dentro…Con el favor de Dios, después que hablé se va a sentir
mejor”(p.63). Solo que Alicia tiene una segunda forma de catarsis: escribir. Y
ello, es terapeútico(Ver también las p.70,96,97,217,223).
Ello fue asi porque cuando Mónica
nació en 1968(p.77) su mamá dijo a Alicia que cuidara a su hermana. Y, más
tarde, le reiteró: “Cuida a tu hermana, por favor, Alicia, no dejes que Diego
se divorcie de ella, él es su ancla, si la deja, no se que pueda ser de
ella, jurámelo”(p.81. Ver también las 82
y 89), Pero ello, ante Mónica, era imposible.
LA CORRUPCION
La corrupción es tan vieja como
Venezuela, pero es la señala definitoria de la Venezuela de estos días, en la
cual fue concebida Una semana en septiembre.
Para analizar la
corrupción, entre 1958 y 1994, que sigue indetenible, contamos con la
documentación organizada por la historiadora y politóloga Ruth Capriles Méndez
y su equipo de investigación en el Diccionario
de la corrupción en Venezuela[7]. Arroja esta obra
la presencia de numerosos delitos y sobre todo un balance apocalíptico: a la corrupción
fueron a dar hasta 1994: 19.700.000.000 millones de dólares(t.III,p.8), ello
durante el período 1984-1994, década en que gobernaron Lusinchi y Pérez. Muchos
de estos dolos fueron denunciados, algunos juzgados, pero la mayoría, son
numerosísimos, quedaron en la más absoluta impunidad, el resquebrajamiento
ético de la política vino por ese camino. Y surgió un nuevo actor en nuestro
país: el denunciólogo. Se hizo ante la corrupción verdad otra vez la frase del
historiador Ramón J.Velásquez (1916-2014): “lo viejo es la corrupción, lo nuevo
es la democracia”.
¿Por qué no se logra
corregir?, porque siempre impera la ´picardía del venezolano, esta logró
superarlo todo, de hecho es peor a la picardía de las letras españolas[8]. Por
ello, no se puede presentar un panorama de la Venezuela chavista sin referirse
a ella, tal y como lo hace la autora de Una
semana en septiembre, a través de al menos dos de sus personajes, sobre
todo a través de sus protagonistas, a partir de 1999: la boliburguesía y sus
bolichicos(p.372) con su gran avidez por tener más, venga de
donde venga, pase lo que pase a la sociedad en donde ella se produce(p.373).
Julio 10,2017.
[1] Leído en el Círculo de Lectura de la Fudación
Framcisco Herrera Luque, en su sesión de la mañana del sábado 15 de julio de
2017.
[3] Milan Kundera: La insoportable levedad del
ser. Barcelona: Tusquets,1993.320 p. La
cita procede de la p.23.
[4] Augusto Mijares: “Biografía de Julián Viso”,
en Varios Autores: Venezolanos eminentes. Primera serie. Caracas: Fundación
Eugenio Mendoza, 1984,t.II,p.176-198.
[5] Recordamos que una de sus asistentes nos
confió: “El presidente se traslada en Palacio en una silla de ruedas, se pasa
el día llorando, en su mano izquierfda carga un crucifijo y con la derecha da
órdeneas de mandar armas para la guerra de Siria”.¿Podía salvarse? Dios lo
castigó. Pero sembró peor mal con su arega de la noche del 8 de diciembre de
2012 al nominar a su sucesor, mucho peor que él. Cuando escuchamos la relación que hemos
transcrito de la asistente, en una de nuestras clases de historia del país, una
de nuestras alumnas dijo impresioada: “¿Y por qué el Cristo en la mao
izquierda?”. Otra contestó, porque los vennezolaos somos gentes muy buena:s
“Perd+onalo, no olvdes que es zurdo”.
[6] Ibn Hazm de Córdoba: El collar de la paloma.
Tratado sobre el amor y los amantes. Prólogo: José Ortega y Gasset. Traducción:
Emilio García Gómez. Madrid: Alianza
Editorial,1971. 338 p.; Stendhal: Del amor. Prólogo:José Ortegs y Gasset.
Traducción: Cosuelo Berges. Madrid: Alianza Editorial,1968.431 p; Octavio
Paz: La llama doble. Amor y erotismo.
Bogotá: Seix Barral,1993.223 p.
[7] Ruth Capriles Méndez y otros: Diccionario de la corrupción
en Venezuela. Caracas: Consorcio de Ediciones Capriles, 1989-1992. 3 vols.
[8] Ver Ramón Ordaz: El pícaro en la literatura
iberoamericana. 2ª.ed. Caracas: Monte Ávila Editores,2006.XI,157 p.; Axel
Capriles Médez: La picardia del venezolano o el triunfo de Tío Conejo. Caracas:
Taurus,2008.185 p.; Carlos Alberto Brioschi: Breve historia de la corrupción.
Prólogo: Baltazar Grazón. Madrid: Taurus,2010.295 p.
No hay comentarios:
Publicar un comentario