El Tiempo : Retirar dinero en los cajeros o pagar, calvario para los venezolanos
Iliquidez y fallas golpean la banca. En Venezuela el billete de más alta denominación no alcanza ni para adquirir un dulce
“Primero fue en la ferretería y luego en el mercado Central Madeirense. Tuve que dejar toda mi compra porque no me pasaron las tarjetas, ni de débito ni de crédito”, se queja la señora Francisca mientras hace la fila en un segundo intento por comprar comida. “Ojalá me pasen para este mercadito”. Después de 45 minutos de espera, una de sus tres tarjetas logró el cometido.
En los últimos tres días tanto los cajeros automáticos, los puntos de venta electrónicos y las páginas web de los principales bancos de Venezuela presentan fallas en su funcionamiento, ralentizando aún más la estropeada economía del país azotada por una inflación que extraoficialmente cerrará 2016 con un alza superior al 600 por ciento.
“Venezuela ha sufrido un ataque cibernético internacional para afectar las transacciones bancarias”, se justificó el viernes el presidente Nicolás Maduro y envió un equipo para que investigue qué fue lo que sucedió en Credicard.
Hasta el momento, los bancos no han ofrecido explicaciones sobre el porqué de estas fallas, que además de generar problemas en transferencias, cobros duplicados y anulación de operaciones, han empeorado las filas en comercios –sobre todo de alimentos– y en cajeros electrónicos. Solo la Asociación Bancaria Venezolana informó hace tres días que las fallas en estos últimos se debe a la “introducción de una nueva gama de billetes de más alta denominación”.
Maduro anunció que el lunes se conocerán detalles sobre la expedición de denominaciones de billetes de 500 y 5.000 bolívares.
La acelerada devaluación del bolívar, que ha disparado los precios de todos los productos en la última semana, ha generado además una fuerte crisis de liquidez, pues el billete de 100 bolívares, que es el de más alta denominación en el mercado venezolano, no alcanza ni para comprar un caramelo o un agua mineral.
Para tener una idea, comprar un pan y un refresco llegan a costar casi 2.000 bolívares y una compra de apenas cinco víveres en el mercado puede llegar a los 10.000 bolívares.
Ante este panorama, los cajeros –y las agencias bancarias– expenden pacas de dinero en billetes hasta de 5 bolívares que la gente no halla dónde guardar, lo que ha empujado a que hasta las más insignificantes operaciones de compra deban hacerse a través de la banca electrónica.
Venezuela es el séptimo país del mundo con más violencia extrema
La consultora británica Verisk Maplecroft indica que dado que Latinoamérica cuenta con 6 de las 13 naciones “extremas”, es la zona con mayor riesgo a la criminalidad
En Latinoamérica el tráfico de drogas, los secuestros, las extorsiones y los robos han hecho que esta región sea una de las zonas más propensas a sufrir crímenes violentos en el mundo, según un informe de la consultora británica Verisk Maplecroft.
La empresa líder en análisis de riesgo destacó que Venezuela es el cuarto país con más “violencia extrema” de Latinoamérica y el séptimo del mundo. Guatemala, México y Honduras encabezan la lista. Por detrás de Venezuela sigue El Salvador, que ocupa la octava posición y Colombia, la decimosegunda.
Hace poco más de una semana, el primer índice internacional de seguridad y policía, que mide la eficiencia de los cuerpos policiales y el resultado en términos de seguridad ciudadana, realizado por la Asociación Internacional de Ciencias Policiales y el Instituto para la Economía y la Paz, posicionó a Venezuela en el peor lugar de los países latinoamericanos más inseguros, al ubicarlo en el puesto 119 de 127 que fueron evaluados.
En esta ocasión el informe de la firma británica señala que en algunas naciones de Centroamérica la principal causa de los altos niveles de criminalidad es el tráfico de drogas, que tiene un coste económico para la región de 200.000 millones de dólares al año. “La presencia generalizada de traficantes ha causado uno de los más alto niveles de crímenes violentos del mundo, dado que los grupos luchan por el territorio y por controlar las rutas de transporte de drogas hacia los consumidores de las economías desarrolladas”, describe el documento. “Esos grupos, además, están involucrados en secuestros, extorsiones y robos”, agrega, y alerta de que esa situación incrementa el gasto de las empresas en seguridad y las tasas que deben pagar a las aseguradoras.
El reciente incremento en la producción de metanfetaminas en Centroamérica indica que los grupos están extendiendo sus redes de producción más allá de sus localizaciones tradicionales, como México y Estados Unidos, según el texto. El ratio de homicidios en México ascendió en 2015 a 17 por cada 100.000 habitantes, una “proporción abrumadora”, según la consultora que calcula el coste económico de la violencia en el país en cerca de 134.000 millones de dólares al año (125.000 millones de euros).
“Algunos países de Suramérica, como Venezuela y, en menor medida, Colombia, afrontan muchos de los mismos retos” que Centroamérica. Brasil, la principal economía de la región, ha registrado un progreso significativo al rebajar el crimen en algunas de sus ciudades (más importantes) en la última década”, destaca el informe. Aun así, se mantiene como el segundo mayor consumidor de cocaína en América y continúa siendo una ruta de tráfico para los narcóticos producidos en Perú, Bolivia y Paraguay.
LaCifra
200.000
millones de dólares reporta el tráfico de drogas en América Latina y es la principal causa de criminalidad en la región, pues esos grupos están involucrados en secuestros, extorsiones y robos
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