En este escrito quiero plasmar
desde mi experiencia y en la forma más sencilla posible esa particular
atracción y rechazo que muchos sentimos por
el dinero, con el dinero y para el dinero, porque podríamos citar millones
de frases, como por ejemplo, “el dinero
no te da la felicidad pero, como ayuda”, o esa muchas veces mentada
afirmación negativa de “ese sucio
dinero” que decir de “ yo soy
millonario en paz el dinero no me hace falta”, en fin reitero podríamos
citar miles de dichos al respecto, sin embargo, mi intención es sólo poner en
contexto la riqueza espiritual del dinero, porque eso es una riqueza espiritual
en todos los campos.
Veamos, aquí un poco de mi
experiencia, muchas veces he sentido que para vivir preciso poco y muchas veces
casi nada, cuando siento que mi espíritu se plena de felicidad por las cosas
simples de la vida, como una sonrisa, un abrazo, una mirada, un buen libro, una
amistad sincera, un amor de pareja, de hijos, de madre, de padre, de hermanos,
de amigos, de familia, cuan cierto, para vivir precisamos poco, sólo fe,
traducida en la siguiente cita bíblica:
¿Y
quién de vosotros podrá, por mucho que se angustie, añadir a su estatura un
codo? Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Contemplad los lirios del
campo, como crecen: no labran, ni tampoco hilan. Sin embargo os digo que ni
Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si la hierba del
campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará
mucho más por vosotros, hombres de poca fe? (Mateo 6, 27-30)
Y luego de lo anterior lo conecto
con mi concepto particular de paciencia, como
el arte de saber esperar, con la certeza absoluta y total que llegará, después
de haber hecho lo debido, es decir, un
acto de fe. Por lo tanto el dinero
es simplemente una fuerza vital de intercambio en la vida, como el amor, el
dinero se intercambia, para dar y recibir, fíjense que primero me refiero al
dar, por tanto recibir es sencillamente la consecuencia del primero, de modo
que al analizar el manejo del dinero, para nada puedo decir que es espurio y de
manera alguna me aleja de lo espiritual, antes por el contrario, mientras más
espiritualidad, mayor riqueza en todos los sentidos, el dinero comienza a
perseguirnos de una manera tal que, lo usamos para compartirlo y generar mayor
riqueza a nuestro alrededor.
Al principio mencioné que muchos vivimos por el dinero, con el dinero y para
el dinero, en mi caso personal, tuve la maravillosa posibilidad de vivir
por un tiempo en lo anterior, es decir, mi vida, sólo giraba en torno al dinero
y su producción, sin embargo, éste se hacía escurridizo, efímero e
insuficiente, eso contrastaba con la
cantidad de esfuerzo que ponía en conseguirlo, al final luego de tenerlo lo
perdí y allí comenzó mi camino hacia la
libertad, porque transforme mi vida en construcción diaria de mi intelecto,
así como de mi espíritu, entonces dejé de pensar en dinero y trabajar para
obtenerlo, e inicié mi trabajo para aprender diariamente construyendo mi
verdadero activo, ese que me acompañará toda mi vida, por lo tanto decidí
aprender, saqué de mis objetivos conseguir dinero.
Al concentrarme en aprender y vivir, como un acto de fe, el dinero comenzó a llegar, porque antes
comencé a darme, y enfatizo a darme, porque ¿qué mejor puedes dar? que, a ti
mismo en cada instante, entonces la magia surgió, dejé de correr detrás de mi
sombra y al dejar de perseguirla y caminar en la dirección contraria ella, mi
sombra, comenzó a seguirme.
Por eso el dinero es como el
amor, requiere cuidado, amabilidad, entrega y tiempo, de modo que vuelvo al
punto de inicio, para vivir precisamos poco o casi nada, cuando encontramos que
estamos aquí para ser felices y que el dinero es sólo un medio que nos permite
intercambiar lo que somos, porque nada tiene que ver con cantidades, tiene que
ver con ser felices, aquí quiero compartirles esta historia sobre una tía
política a quien aprecié y admiré muchísimo porque ella vivió bajo esa cita
bíblica toda su vida, una alegría desbordante, una fe inquebrantable, con la
certeza que todo le llegaría, porque ella había hecho lo debido, jamás le falto
nada, económicamente vivió como quiso, sin opulencia, sin millones y plenamente
próspera, así como también conocí una persona que tuvo más dinero que mi tía y
terminó absolutamente triste, de modo que la cantidad para nada es importante,
lo único realmente importante es como vives con el dinero que llega a ti.
Ampliando un poco la relación y
comparación del dinero con el amor como fuerza, como energía, como pasión, como
acción en sí misma, debo pedirte que pienses que sucede cuando estás enamorado,
cómo actúas, qué hábitos desarrollas, estoy seguro que todos hemos estado
enamorados alguna vez, por lo tanto conocedores son de ese sentimiento maravilloso, donde todo se puede, la vida cobra sentido,
los imposibles son pan comido, el tiempo es eterno y la felicidad es el credo
diario, cuando ese amor comienza a ser restringido, golpeado, vapuleado por
el día a día y entran los miedos a controlarlo, como es lógico el amor se
resiste hasta que se libra y se va, allí nos percatamos de la perdida y ahora
te invito a que escudriñes qué pasa cuando te sientes que el amor se fue,
tristeza, angustia, decepción, ¿rabia quizás?.
Ahora busca un momento particular donde hayas
tenido dinero, busca esa emoción de tenerlo, que sentiste, pasión, ganas de
comerte el mundo, goce total, igual que el amor de seguro ese sentimiento maravilloso, donde todo se
puede, la vida cobra sentido, los imposibles son pan comido, el tiempo es
eterno y la felicidad es el credo diario, sólo toma un momento y compara,
acaso es un sentir diferente del amor y el dinero, que decir de cuando lo
pierdes, igualmente frustración, tristeza, algo de rabia, en fin, como puedes
ver ambos se complementan y las razones por la que los perdemos son idénticas,
porque queremos retenerlo, cuando en realidad es libre para ser dado e
intercambiado, porque lo descuidamos y dejas de alimentarlo, porque dejamos de
darnos libremente a nosotros y comenzamos a ser hipócritas, mentimos y buscamos
sacar lo mejor para nosotros sin mirar, sin importarnos mucho la otra parte,
esa que también intercambia.
En mi humilde opinión, el dinero
es sólo una consecuencia de lo que somos como persona, llega y se va, regresa y
crece, cuando nos liberamos del miedo a perder entonces comenzamos a ganar,
bajo un acto de fe en una práctica diaria de paciencia, querido amigo, querida
amiga, la riqueza eres tú.
Ser Rico es muy Rico, por eso te
invito a sentir lo Rico que es Ser Rico, tú decides.
Espero encontrarte en un próximo
escrito, así como espero que éste haya sido rico para ti.
Yo Soy RicoS.
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