El 3 de noviembre de 2013 bajo el signo de Escorpión, tendremos el Eclipse anular/total de Sol, que será visible en África, Península Arábiga, Sur de Europa, este de Norteamérica y norte de Sudamérica. El eclipse es el número 23 de la serie Saros 143, compuesta por 72 eclipses.
Un fenómeno tan espectacular e impactante como los eclipses no podían dejar de ser estudiados a fondo por la astrología, que desde la antigüedad ha tratado de averiguar qué mensaje encierran. A lo largo del último siglo, algunos de los acontecimientos que han marcado la historia de la humanidad han coincidido con un eclipse.
El gran astrólogo alejandrino Claudio Ptolomeo (120-180) realizó un estudio profundo y detallado de los eclipses, que reflejó en los capítulos 4, 5, 6 y 7 del segundo libro del Tetrabiblos. No los consideraba necesariamente catastróficos, sino que, a su juicio, resultaban benéficos o perjudiciales en función de su relación con el resto del cielo. Añadía que era preciso estudiar el signo en el que se producía el eclipse para saber a qué lugares afectaría. También era necesario analizar qué signo y qué planetas salían por el horizonte o culminaban en el momento en el que tenía lugar e incluso la posición de las estrellas fijas. El planeta dominante en ese momento constituye el regente del eclipse.
Una de las teorías más relevantes que formuló es que los efectos de un eclipse duran tantos años o meses –dependiendo, respectivamente, de si es de Sol o de Luna- como horas se haya prolongado el fenómeno.
Según Ptolomeo, los efectos de un eclipse serán positivos si el planeta regente es de carácter benéfico (Venus y Júpiter) y anunciarán riqueza, abundancia y felicidad. Por el contrario, las consecuencias serán negativas si el regente es un planeta maléfico (Marte o Saturno). Anunciará entonces guerras, pestes, miseria y muerte.
Ya en la época moderna otros astrólogos han ampliado las teorías de Ptolomeo sobre los eclipses. Así, en su Enciclopedia astrológica Nicholas Devore señala que algunos expertos “consideran que los países que se hallan dentro de la sombra del eclipse son aquéllos en los que se sentirán sus efectos”.
Los últimos estudios astrológicos apuntan que los eclipses tienen una influencia “plutoniana”; es decir, se asocian a grandes procesos de transformación y metamorfosis tanto personales como mundiales. Para verlo con más claridad, analizaremos a continuación los eclipses más significativos de las últimas décadas, que pueden vincularse a acontecimientos mundiales de gran trascendencia.
A unos seis días antes de que Mercurio se estacione directo (el 10 de Noviembre) y tres días después de que la cuarta (de siete) exacta cuadraturas entre Urano y Plutón, que esta vez ocurre a 9º 26′ (Aries-Capricornio, respectivamente) vamos a vivir un Eclipse solar en el signo de Escorpio, justo cuando tenemos una conjunción de 5 elementos vitales del Zodiaco. Mercurio Retrógrado y Nodo Lunar a unos 7º, Sol y Luna a 11º 15′, y Saturno a 13º 52′.
En otras palabras esta es una lunación, o Luna Nueva en Escorpio, que ocurre cerca del Nodo Lunar y es como ya sabemos, cuando se forma un eclipse.
El signo de Escorpio nos obliga a mirar hacia la parte más profunda de nuestro ser por debajo de la superficie, en la oscuridad, para analizar y echar un poco de Luz o Consciencia a los aspectos menos claros de nuestra psique; y acompañado de la gran fuerza de voluntad de este signo también nos prepara para trascender esa parte oscura.
Cada unos 19 años, los eclipses solares ocurren más o menos en el mismo grado, por tanto en Noviembre 1994, tuvimos un eclipse a unos 11º de Escorpio.
Reflexiona donde y en qué circunstancias te encontrabas en esos momentos, si tienes los años suficientes, para haber estado vivo entonces.
Este eclipse trata de romper las ataduras que densifican nuestras actitudes, rompe las cadenas de manipulaciones a la que hemos o nos han sometido por largo tiempo.
Los planetas que estarán en escena serán: Mercurio retrógrado con su influencia volcada hacia la memoria en el pasado, conjunto al Nodo Norte y opuesto al Nodo Sur.
Todos aquellos pensamientos y acontecimientos relacionados con el pasado que fueron receptados a través de la palabra, a través de escritos, a través de escuchar, durante viajes, en relación con hermanos, estudios, compañeros, comercios, negocios y comunicación en general, que no supimos interpretar bien o que no les dimos el valor y la trascendencia debida serán aflorados por el subconsciente para su recapitulación y más aún para su resolución ya que están afectando a nuestro progreso psicológico-mental, emocional e incluso a nuestra salud física y de manera especial al sistema nervioso por estar desconectados de la verdad interna; pulmones por dar prioridad a los pensamientos y actitudes negativas y sombrías, por alejarnos de la verdad, la sinceridad y la honestidad; intestinos por no asimilar correctamente los pensamientos cotidianos y quedarnos en una rumiación mental constante.
La conjunción del Sol, la Luna y Saturno en el signo de Escorpión habla de la unión de la potentísima fuerza espiritual y del alma en cada ser, que juntas podrán ayudarnos a comprender y transformar todos los efectos a los que estaremos sometidos con el influjo kármico de este eclipse, cuyas causas están en los acontecimientos y actitudes vividas hace 17 años.
Uno de los aspectos que se forma en este eclipse es un YOD (conocido como el dedo de Dios), entre Urano en Aries quincunce Marte en Virgo y el stelliun en Escorpión.
Podemos ver a Urano como punto focal del Yod, buscando el equilibrio mediante el eclipse, Mercurio y Marte. Urano canalizará toda la fuerza de cambio y el despertar de la conciencia de un modo drástico y radical rompiendo limitaciones. Al tratarse de un eclipse hablamos de todas las energías conjuntas dando impulso sin precedentes para la consecución de las cosas y situaciones necesarias para cada uno a lo largo de un año y medio calculado por la duración del eclipse.
Estas energías emergen de un modo sorpresivo causando un gran impacto en la persona quien reacciona cambiando el curso de la realidad en la cual estaba atrapado.
Poco tiempo antes a que se haga este eclipse las situaciones afloran y dan otra forma a la realidad, llevando a la persona a despertar abruptamente, porque se cumplen los tiempos del ciclo saros, ciclo de 18 años y el nuevo eclipse llega para cerrar un ciclo y abrir uno nuevo.
EL ECLIPSE COMO VIVIRÁ CADA SIGNO
Para obtener un estudio claro y preciso de la influencia del eclipse es necesario hacer un estudio personal a través de la Carta Natal de cada uno; sin embargo coloco una descripción general para cada signo y cómo influirá el eclipse.
ARIES: Cambios fuertes que involucran su personalidad. Cuide su salud y desarrolle su fuerza de voluntad. Apóyese en su trabajo.
Recuerde: El vicio es un error de cálculo, en la búsqueda de la felicidad TAURO: La fuerza del cambio y el despertar espiritual llegan a Ud. a través del pasado, sea de esta vida o la anterior. Abrase a lo nuevo.
Recuerde: Sea flexible como el bambú y así evitará quebrarse.
GÉMINIS: La salud y el trabajo es donde debe realizar cambios; la fuerza le viene desde la aplicación de nuevos proyectos en compañía de su familia.
Recuerde: La vida sólo se puede entender mirando hacia atrás.
CÁNCER: Sus hijos, ellos serán el foco central durante el año y medio de éste eclipse y llamarán su atención. Comuníquese más con ellos. Recuerde. La vida solo se puede vivir mirando hacia adelante.
LEO: Su hogar, es allí en donde se centra la consciencia de cambios, le ayuda para ello, la fuerza espiritual interna y los recursos que posea.
Recuerde. El verdadero descubrimiento, es mirar con nuevos ojos, todo.
VIRGO: Sus hermanos, una mejor comunicación, mayor discernimiento en sus conceptos. Le ayuda la energía que ponga en Ud. mismo.
Recuerde: Los pensamientos están en relación con sus intestinos y salud.
LIBRA: Los cambios llegan a través de sus recursos económicos; ayúdese de sus relaciones comerciales y la confianza que tenga en ellos.
Recuerde: Procure hacer las paces con todos los seres que lo rodean.
ESCORPIÓN: Una cascada de energía llega a Ud. y le dá toda la fuerza para realizar cambios positivos en su trabajo, y salud; se apoya en su dinámica creativa, planes nuevos y amistades.
Recuerde: Confíe en la gran fuerza que posee su Yo Interno.
SAGITARIO: El pasado sentimental aflora a la superficie para ser sanado, le apoyará su fuerza espiritual y los momentos de distracción sana.
Recuerde. Confíe en la bondad de la Divinidad, que siempre está con Ud.
CAPRICORNIO: Los amigos, nuevos proyectos y planes que tenga en mente, serán los que realizarán cambios. Apóyese en su familia.
Recuerde: El minuto que vive ahora, es el más importante de su vida.
ACUARIO: Su profesión y posición social, será en donde se presentarán los cambios; apóyese en sus estudios realizados. Y buena comunicación.
Recuerde: Para triunfar son necesarios: Amar y servir.
PISCIS: Los sueños, visiones, viajes y estudios superiores serán en donde se realicen cambios. Apóyese en su pareja.
Recuerde: Cuide su mente, para que la salud se refleje en su cuerpo.
POR: IRMA LATORRE G.
Prescindiendo de las diferencias, todos pertenecemos a una sola familia humana
El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso envía un mensaje por la fiesta hindú de Deepvali que se celebrará "casualmente" el 3 de noviembre
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 28 de octubre de 2013 (
Zenit.org) - El próximo 3 de noviembre se celebra el Deepavali, la fiesta de la luz para los hindúes. Con esta ocasión, el cardenal Jean-Louise Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha elegido el tema "Cristianos e hindúes: fomentar las relaciones humanas con la amistad y la solidaridad" y ha enviado un mensaje firmado por el padre Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J, secretario de ese dicasterio.
“En este mundo tan competitivo, donde las crecientes tendencias materialistas e individualistas repercuten negativamente en las relaciones humanas y con frecuencia crean divisiones en las familias y en la sociedad nos gustaría compartir con vosotros nuestras reflexiones sobre cómo los cristianos y los hindúes, con la amistad y la solidaridad, pueden fomentar las relaciones humanas en beneficio de toda la humanidad”, se lee al inicio del texto.
En un segundo aspecto tratado en el documento se señala que "las relaciones son fundamentales para la existencia humana. La seguridad y la paz en las comunidades locales, nacionales o internacionales, están determinadas en gran medida por la calidad de la interacción humana". De tal modo, continúa el texto afirmando que "la experiencia demuestra que cuanto más profundizamos nuestras relaciones, más somos capaces de avanzar en la cooperación, en la construcción de la paz y en la solidaridad y la armonía verdaderas".
A continuación indican que “estas relaciones tendrían que surgir naturalmente de nuestra humanidad común, porque las relaciones humanas son la esencia de la existencia humana y de su progreso, dando lugar de manera espontánea a un sentido de solidaridad con los demás. Prescindiendo de nuestras diferencias étnicas, culturales, religiosas e ideológicas, todos pertenecemos, de hecho, a una sola familia humana”.
En otro punto del documento se reflexiona sobre la sociedad en la que " el aumento del materialismo y el desprecio por los valores espirituales y religiosos más profundos, se acompaña de una peligrosa tendencia a dar el mismo valor a las cosas materiales y a las relaciones humanas, lo que reduce al ser humano de ser 'alguien' a ser 'algo' que se puede dejar de lado. Además, las tendencias individualistas generan una falsa sensación de seguridad mediante la promoción de lo que Su Santidad el Papa Francisco ha descrito como una 'cultura de la exclusión', 'cultura del derroche' y globalización de la indiferencia".
Así, se señala que "la promoción de una 'cultura de respeto' y de 'una cultura de la solidaridad' es, por lo tanto, un imperativo para todos los pueblos, y nos invita a fomentar relaciones basadas en la amistad y el respeto mutuo, en beneficio de toda la familia humana. Esto requiere que la dignidad inherente al ser humano sea reconocida y promovida de forma común. Es evidente que la amistad y la solidaridad están estrechamente vinculadas. Haciendo referencia a las palabras del santo padre en la visita a la comunidad de Varginha durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro subraya el documento que "la cultura de la solidaridad es ver en el otro no un competidor o un número, sino un hermano. Y todos somos hermanos".
Para concluir el texto del dicasterio para el Diálogo Interreligioso, indican que "queremos afirmar nuestra creencia de que la cultura de la solidaridad sólo puede lograrse como el resultado de un esfuerzo concertado de todos hacia el bien común" y hacerlo "sostenidos por las enseñanzas de nuestras religiones respectivas y conscientes de la importancia de construir relaciones auténticas, nosotros hindúes y cristianos podemos actuar individual y colectivamente, junto con todas las tradiciones religiosas y las personas de buena voluntad, para alentar y fortalecer a la familia humana a través de la amistad y la solidaridad”.
El
Diwali (también
Divali,
Deepavali o
Deepawali) es una fiesta religiosa conocida también como el «festival de las luces», que celebran miembros de varias religiones en India, como el
hinduismo, el
sijismo y el
jainismo.
Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena ropa nueva, comparte dulces y hacen explotar petardos y fuegos artificiales. Es la entrada del año nuevo hindú, y una de las noches más significativas y alegres del año.
La divinidad que preside esta festividad es
Lakshmí, consorte del dios
Vishnú. Ella es quien otorga la prosperidad y la riqueza, por eso es especialmente importante para la casta de los comerciantes
(vaisyas). También el dios
Ganesha es especialmente venerado ese día. En el este del país se venera particularmente a la diosa
Kali.
En esa ocasión, los sikhs celebran la liberación de su sexto gurú,
Hargonbind, y hacen un homenaje a los diez
gurús espirituales del
sikhismo.
La fiesta tiene lugar en el decimoquinto día de la quincena oscura del mes de
kārttika(que cada año puede caer entre el
21 de octubre y el
18 de noviembre), y puede durar cuatro o cinco días. Conmemora la muerte del demonio
Narakasura a manos de
Krishna y la liberación de dieciséis mil doncellas que éste tenía prisioneras. Celebra también el regreso a la ciudad de
Ayodhyā del príncipe
Rāma tras su victoria sobre
Rāvaṇa, rey de los demonios. Según la leyenda, los habitantes de la ciudad llenaron las murallas y los tejados con lámparas para que Rāma pudiera encontrar fácilmente el camino. De ahí comenzó la tradición de encender multitud de luces durante la noche.
Las casas se limpian de forma especial y se adornan con diversos motivos y lámparas de aceite o velas que se encienden al atardecer. Es usual celebrar una comida compuesta de sabrosos platos y dulces, hacer regalos a las personas cercanas y familiares, los fuegos artificiales y los juegos. Es el momento para renovar los libros de cuentas, hacer limpieza general, reemplazar algunos enseres del hogar y pintarlo y decorarlo para el año entrante. Es tradición que la diosa favorecerá de forma especial a quienes se reconcilien con sus enemigos.
Se aconseja instalar un altar en un lugar preferente de las casas donde este presente una imagen de Lakshmí a la que se le ofrecerán flores, incienso y monedas mientras se repite el
mantra:
Al anochecer se abren todas las ventanas y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela, repitiendo el mismo
mantra, para que
Lakshmí entre para el resto del año. También se lanzan barcos de papel o lamparillas encendidas a los ríos sagrados, cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año venidero y se elaboran unos diseños llamados
manorā, que son unos dibujos hechos en las paredes y que se adornan durante el festival. A la salida del sol es de ritual lavarse la cabeza, lo que tiene el mismo mérito que bañarse en el sagrado río
Gangā (el Ganges).
El simbolismo de la fiesta consiste en la necesidad del hombre de avanzar hacia la luz de la Verdad desde la ignorancia y la infelicidad, es decir, obtener la victoria del
dharma (la virtud) sobre
adharma (falta de virtud).