Cuatro creadores cuestionan las apariencias
"Fata morgana" se exhibe en la galería 39 de El Hatillo
Carlos Anzola expone la pieza "Circuito cerrado" CORTESÍA
JESSICA MORÓN | EL UNIVERSAL
miércoles 13 de noviembre de 2013
Un espejismo que reta a la imaginación. Una ilusión óptica que se esconde en el horizonte. En la mitología se trata de la hechicera y discípula del mago Merlín, que desencadenó un mito sobre la isla flotante de Ávalon o el de un barco fantasma como El holandés errante.
La Fata morgana puede ser cualquier cosa. "Porque nada es lo que parece", advierte el artista visual Carlos Quintana, acerca de la muestra que reúne la obra de cuatro creadores venezolanos con propuestas y visiones opuestas pero unidas bajo una misma premisa: "Fata morgana, que cada uno haga lo que le da la gana", reseña el texto de la exposición que inauguró en la galería 39 de El Hatillo.
Carlos Anzola expone seis piezas que rememoran la idiosincracia venezolana. "Que tocan con mucha ironía todo lo que pasa en el país. Son objetos que parecen una cosa pero conceptualmente son otra", explica el creador que recicla elementos del entorno (sacapuntas, tableros de electricidad, alcancías y otros) para elaborar ensamblajes como Circuito cerrado, Cochino radio yLamentable.
A José Antonio Fernández le interesa la geometría. "El pentágono como eje central. De allí surge la geometría empírica con dos figuras importantes que recreo en esta muestra: el icosaedro y el tetraedro", explica el autor de un grupo de esculturas de yeso, aluminio y papel.
"Yo abordo el concepto de la morgana como algo lúdico. Un ejercicio que nos une a todos, en mi caso desde lo figurativo", dice Fernández.
Carlos Quintana elabora piezas en madera y metal. "Con muy poca intervención cromática, son obras abstractas que no nacieron con la intención de ser una instalación. Es un trabajo muy espontáneo; cuando me siento a crear tengo la mente en blanco, es como una especie de trance, mi obra no es anecdótica", comenta el autor del El semáforo. Para algunos una suerte de antena parabólica, para otros un sistema ferroviario.
Las esculturas de J.J. Moros completan la exhibición. "Un juego de medias lunas, círculos y cuadrados exalta la interioridad en un mundo de dimensiones", concluye.
La Fata morgana puede ser cualquier cosa. "Porque nada es lo que parece", advierte el artista visual Carlos Quintana, acerca de la muestra que reúne la obra de cuatro creadores venezolanos con propuestas y visiones opuestas pero unidas bajo una misma premisa: "Fata morgana, que cada uno haga lo que le da la gana", reseña el texto de la exposición que inauguró en la galería 39 de El Hatillo.
Carlos Anzola expone seis piezas que rememoran la idiosincracia venezolana. "Que tocan con mucha ironía todo lo que pasa en el país. Son objetos que parecen una cosa pero conceptualmente son otra", explica el creador que recicla elementos del entorno (sacapuntas, tableros de electricidad, alcancías y otros) para elaborar ensamblajes como Circuito cerrado, Cochino radio yLamentable.
A José Antonio Fernández le interesa la geometría. "El pentágono como eje central. De allí surge la geometría empírica con dos figuras importantes que recreo en esta muestra: el icosaedro y el tetraedro", explica el autor de un grupo de esculturas de yeso, aluminio y papel.
"Yo abordo el concepto de la morgana como algo lúdico. Un ejercicio que nos une a todos, en mi caso desde lo figurativo", dice Fernández.
Carlos Quintana elabora piezas en madera y metal. "Con muy poca intervención cromática, son obras abstractas que no nacieron con la intención de ser una instalación. Es un trabajo muy espontáneo; cuando me siento a crear tengo la mente en blanco, es como una especie de trance, mi obra no es anecdótica", comenta el autor del El semáforo. Para algunos una suerte de antena parabólica, para otros un sistema ferroviario.
Las esculturas de J.J. Moros completan la exhibición. "Un juego de medias lunas, círculos y cuadrados exalta la interioridad en un mundo de dimensiones", concluye.
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