Un siglo buscando el tiempo perdido de Marcel Proust
Se cumplen 100 años de la aparición de "Por el camino de Swann"
Mi eterna gratitud a mi profesor en 1971-72 en la Escuela de Letras de la UCAB, José Balza, que me hizo conocer a este autor y su obra.
También exploró en sus páginas las relaciones homosexuales CORTESÍA
EL UNIVERSAL
jueves 14 de noviembre de 2013
París.- Las letras francesas se rinden ante Marcel Proust cuando se cumple un siglo de la aparición de Por el camino de Swann, un manuscrito inicialmente rechazado que abre En busca del tiempo perdido, una obra monumental que se convirtió en uno de los textos literarios más influyentes del siglo XX.
Hace exactamente 100 años llegaba a las librerías francesas el primer tomo de esa obra de siete volúmenes y casi cuatro mil páginas que el propio Proust comparó con la estructura de una catedral gótica.
El literato escribió Por el camino de Swann tras la muerte de sus padres, mientras su salud se deterioraba por el asma y la depresión, y encerrado en una habitación forrada de corcho en el número 102 del bulevar Haussmann de París, donde permaneció voluntariamente recluido del mundo durante quince años.
El resultado, que le valió el premio Goncourt, fue una novela dividida en tres partes, con una factura innovadora y moderna, regada de interminables descripciones y evocaciones, que rastrea un laberinto de recuerdos desde la "memoria involuntaria", según acuñó el autor.
Proust teje un aplaudido retrato de época desde un escrupuloso análisis de los personajes, como el amor de Swann por Odette de Crécy y el desprecio que las familias de alta cuna sienten por la muchacha, y de escenas cotidianas instaladas en el recuerdo infantil.
Nacido en una familia burguesa en el París de finales del siglo XIX, Proust (1871-1922) tuvo que financiar de su propio bolsillo la edición de su ópera prima, descartado por Gallimard y publicado inicialmente por Grasset.
Hace exactamente 100 años llegaba a las librerías francesas el primer tomo de esa obra de siete volúmenes y casi cuatro mil páginas que el propio Proust comparó con la estructura de una catedral gótica.
El literato escribió Por el camino de Swann tras la muerte de sus padres, mientras su salud se deterioraba por el asma y la depresión, y encerrado en una habitación forrada de corcho en el número 102 del bulevar Haussmann de París, donde permaneció voluntariamente recluido del mundo durante quince años.
El resultado, que le valió el premio Goncourt, fue una novela dividida en tres partes, con una factura innovadora y moderna, regada de interminables descripciones y evocaciones, que rastrea un laberinto de recuerdos desde la "memoria involuntaria", según acuñó el autor.
Proust teje un aplaudido retrato de época desde un escrupuloso análisis de los personajes, como el amor de Swann por Odette de Crécy y el desprecio que las familias de alta cuna sienten por la muchacha, y de escenas cotidianas instaladas en el recuerdo infantil.
Nacido en una familia burguesa en el París de finales del siglo XIX, Proust (1871-1922) tuvo que financiar de su propio bolsillo la edición de su ópera prima, descartado por Gallimard y publicado inicialmente por Grasset.
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