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27/12/2008 - Subido por Gaitaszulianas
San Benito de Gran Coquivacoa (tamborera #9) ... GAITASETERNASby A.J. DIAZ Featured 187 ...
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27/12/2008 - Subido por Gaitaszulianas
San Benito de Gran Coquivacoa (tamborera #9) ... GAITASETERNASby A.J. DIAZ Featured 187 ...El 27 de diciembre miles de creyentes veneran a San Benito
26 DICIEMBRE, 2013PUBLICADO EN: CURIOSIDADES, NOTICIAS
Creyentes salen a las calles para venerar a San Benito
La procesión se realizará en la parroquia La Rosa de Cabimas mientras que el 6 de enero será en la parroquia Ambrosio
“San Benito se escapó bien temprano de la Catedral, chimbangleros con él van a tocar la fiesta del Santo Negro ya empezó”, dice el coro de una gaita de Gran Coquivacoa y eso es lo que precisamente ocurre mañana 27 de diciembre en Cabimas, en la Costa Oriental del Lago, cuando miles de creyentes se van a las calles para venerar a quien también es conocido como el Santo de Palermo.
“Es un ícono muy importante de nuestra religiosidad y su fiesta atrae a locales y foráneos por igual”, manifestó Noel Martínez, sacerdote de la diócesis de Cabimas. A las 6:00 am se realizará la misa en honor al Santo Negro en el frente de la Catedral de Cabimas. Será concelebrada por el obispo de la zona, William Delgado, y el arzobispo de Maracaibo, Ubaldo Santana.
Habrá una tarima con pantalla gigante para que la gente observe la celebración, a la cual han confirmado su asistencia el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, los alcaldes de Miranda, Cabimas y Simón Bolívar, Tiberio Bermúdez, Félix Bracho y Adriano Pereira, respectivamente, y la ministra de Defensa, Carmen Meléndez.
Después de la misa la imagen será entregada a un grupo de jóvenes conocido como “cargadores” que la llevan en hombros en medio de una lluvia de ron que le arrojan los creyentes. Hoy el Santo de Palermo se paseará por las calles de la parroquia La Rosa, donde entrará a varias viviendas para recibir homenajes, mientras que el 6 de enero hará lo mismo en la parroquia Ambrosio.
La música la ponen los chimbangleros, un grupo de personas que tocan una especie de tambor grande durante la procesión y destacan por vestir franelas muy coloridas. Caminan bajo el sol rodeados de creyentes que bailan sus canciones. “Necesito un vasallo, para qué lo queréis, necesito un vasallo, para qué lo queréis”, es el coro de una de sus canciones más sonadas.
La celebración se extiende hasta la noche cuando los "cargadores" entregan la imagen en la iglesia. El padre Martínez invitó a todas las personas a festejar juntos y evitar confrontaciones. Esto en alusión a lo ocurrido hace unos años cuando simpatizantes del oficialismo y de la oposición se enfrentaron durante la misa. “La solemnidad es para todos y hay que ver al prójimo como a un hermano. Es lo que nos enseña San Benito”.
Testimonios. No todas las personas salen a la procesión. Algunos van a la misa y después a sus casas, tal como hace Olga Mogollón. “Antes sí salía a bailar un ratico para agradecerle por el favor que me concedió, pero ya no porque hay mucha gente y me puedo caer”, dice la señora de 60 años de edad, que hace algún tiempo fue operada de una pierna. Antes de entrar al quirófano le pidió que todo saliera bien y para ella él se lo concedió.
Testimonios. No todas las personas salen a la procesión. Algunos van a la misa y después a sus casas, tal como hace Olga Mogollón. “Antes sí salía a bailar un ratico para agradecerle por el favor que me concedió, pero ya no porque hay mucha gente y me puedo caer”, dice la señora de 60 años de edad, que hace algún tiempo fue operada de una pierna. Antes de entrar al quirófano le pidió que todo saliera bien y para ella él se lo concedió.
Mariana Ramírez viaja todos los 27 de diciembre y 6 de enero de Lagunillas a Cabimas para la celebración. “Me impresiona mucho ver a la gente, especialmente a las abuelas, estar en primera fila para la misa. Son las primeras que están allí con estampitas, bustos pequeños de San Benito. Yo soy honesta, vengo a disfrutar con mi familia y a compartir, pero no por eso dejo de creer en él”.
En ese municipio, así como en Baralt, se festeja a San Benito; sin embargo la procesión es menos concurrida que en Cabimas. En Bobures –municipio Sucre, al sur del lago de Maracaibo– también salen en su honor; de hecho, hay personas que usan bandas con mensajes que dicen “capitanes”, que se encargan de llevar la imagen en hombros. Así como en Cabimas le echan ron y bailan a su alrededor.
Seguridad lista
Entre 200 y 300 funcionarios de Polizulia custodiarán la procesión, mientras que Policabimas se encargará de la vigilancia en el municipio. Como medida de seguridad el alcalde Félix Bracho emite un decreto de ley seca que tiene vigencia durante la celebración de la fiesta en honor a San Benito. El hospital Adolfo D’Empaire también habilita un plan de contingencia para atender cualquier emergencia que pueda suscitarse, mientras que el Cuerpo de Bomberos de Cabimas y Protección Civil se activan en guardia permanente.
Entre 200 y 300 funcionarios de Polizulia custodiarán la procesión, mientras que Policabimas se encargará de la vigilancia en el municipio. Como medida de seguridad el alcalde Félix Bracho emite un decreto de ley seca que tiene vigencia durante la celebración de la fiesta en honor a San Benito. El hospital Adolfo D’Empaire también habilita un plan de contingencia para atender cualquier emergencia que pueda suscitarse, mientras que el Cuerpo de Bomberos de Cabimas y Protección Civil se activan en guardia permanente.
Recuerdo de Campos
Dos años de ausencia tiene Jesús Campos de las fiestas de San Benito. Visto en Cabimas como el más creyente del Santo Negro falleció en noviembre del año pasado como consecuencia de un cáncer de riñón. De los 52 años que tenía dedicó 35 a organizar las fiestas y su familia dice que se complicó al ver que no podía dedicarse por completo a ello por su enfermedad. En vida recibió reconocimientos locales y estadales, e incluso el papa Benedicto XVI le envió uno en 2011 con el entonces nuncio de Venezuela, Pietro Parolín, que ese año ofició la misa central.
Dos años de ausencia tiene Jesús Campos de las fiestas de San Benito. Visto en Cabimas como el más creyente del Santo Negro falleció en noviembre del año pasado como consecuencia de un cáncer de riñón. De los 52 años que tenía dedicó 35 a organizar las fiestas y su familia dice que se complicó al ver que no podía dedicarse por completo a ello por su enfermedad. En vida recibió reconocimientos locales y estadales, e incluso el papa Benedicto XVI le envió uno en 2011 con el entonces nuncio de Venezuela, Pietro Parolín, que ese año ofició la misa central.
La Cifra
4.000 fieles asistirán a la celebración, eso de acuerdo con los cálculos de la Catedral de Cabimas. Es probable que la cifra aumente después de las 5:00 pm cuando las personas salen de sus trabajos.
Benito de San Filadelfo, llamado el Negro o el Moro nació en el año 1526 en un pueblo italiano de nombre San Fratello, ubicado en la provincia de Mesina, en Sicilia. Sus padres eran esclavos africanos, pero a diferencia de ellos, él fue libre gracias a la promesa que el amo de sus progenitores hizo cuando el aún no había nacido. Como un gesto de bondad, el amo prometió a la pareja de color que, al primer hijo que tuvieran le concedería la libertad. Y así fue.
“Como efectivamente ocurrió, el primogénito de Cristóbal Manassari y Diana Larcari, fue libre y es por eso que Cristóbal, le puso por nombre Benito, que significa libre”, comentó el párroco de la Iglesia Las Morochas de la ciudad de Cabimas, Luberto Ríos.
Desde muy joven, san Benito se inició en el mundo religioso. A los veintitantos años se unió a un grupo de eremitas franciscanos, convirtiéndose a partir de entonces en un fidelísimo seguidor del ejemplo del santo de Asís. Nunca fue sacerdote, pero eso no fue impedimento para ser un abnegado guía espiritual que le valió, entre otras cosas, el nombramiento de superior del Convento de Santa María de Jesús, en Palermo, en donde estuvo 24 años de su vida.
Fue Benito un cocinero especial. ¿Qué bien condimentados guisos saldrían del anafe del fraile negro? ¿Qué exquisitos postres angélicos preparó la cocina del repostero de color del carbón? ¿Qué deleitables menús saldrían de las manos recias y teñidas del cocinero lego? La historia culinaria no hace memoria de ello. La singularidad de Benito estriba en que, además de ser buen cocinero, es admirable por su piedad, por su humildad y por las curaciones milagrosas que prodigaba.
Más tarde pasó a ser maestro de novicios y, según cuentan, otra vez cocinero, que era lo que él amaba. Fue, en el sentido más estricto, un santo entre pucheros. ¿Qué importa el color? La gente enferma asaltaba la cocina conventual, la del Negro, para pedirle la curación por su rezo infalible y su gesto de taumaturgo entre los humos del fogón, los olores de las ollas, el vaho de las cacerolas y las mondas del día. Fue un hombre de una bondad extraordinaria y de una oración sublime.
Tambores y alcohol
El culto del santo negro, como también es conocido san Benito, en nuestro país se remonta a la época de La Colonia. Cuenta la historia que un grupo de evangelizadores españoles llegaron a los pueblos del Sur del Lago, como Bobures y Gibraltar, con la finalidad de llevar la palabra del Señor a los esclavos.
Por ser la mayoría de los habitantes de estos dos pueblos esclavos de color sometidos por personas blancas, evidentemente no podían presentarles un Santo blanco, es por eso que los evangelizadores deciden mostrarle la figura de San Benito de Palermo.
A partir de entonces y gracias a los milagros y favores que San Benito le fue concediendo a aquellos hombres y mujeres reprimidos, iniciaron el culto al Santo negro.
Las fiestas de san Benito de Palermo en el Zulia son muy particulares, pues el toque y baile de tambores, y el alcohol son fundamentales para su veneración. El chimbanguele es la danza oficial que se ejecuta en honor al santo de color.
¡Ajé! san Benito ¡Ajé!, ¡Ajé! san Benito ¡Ajé!, es la exclamación que se dice cuando con las manos extendidas hacia arriba y hacia los lados, y al son de los tambores se realiza el acercamiento al santo negro que es cargado por cuatro hombres quienes también bailan al ritmo del chimbanguele.
“Los esclavos que no tenían nada que ofrecer a san Benito. Lo único que poseían era su baile y el alcohol que consumían para olvidar sus penas. De allí es de donde viene la tradición de bailarlo cuando lo sacan en procesión y de echarle licor en los pies, más no en el cuerpo”, refirió el párroco de la Iglesia Las Morochas de la ciudad de Cabimas.
Señalaba el sacerdote que “es una falta grave el que bañen al santo con ron o con cualquier otro tipo de alcohol. También es considerado grave que las personas se embriaguen en nombre de San Benito. Pueden tomar porque esa es la tradición, pero no para emborracharse”.
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