ENTREVISTA LUIS MIGUEL LA CORTE, GALERISTA
"El país se ha cerrado al mundo del arte"
"Las galerías afrontan mayores dificultades y el país no está en condiciones de abrir nuevos espacios" " Cada vez que un artista hace una obra que no comulga con los postulados del Gobierno, ésta es coartada"
"El estado de los museos es lamentable", afirma Luis Miguel La Corte OSWER DÍAZ
JESSICA MORÓN , LUIS MIGUEL LA CORTE , GALERISTA | EL UNIVERSAL
lunes 2 de diciembre de 2013 12:00 AM
Luis Miguel La Corte fue presidente de la Galería de Arte Nacional (1989-1994). Hoy después de una década, evoca los tiempos de florecimiento cultural y solidez política.
La época en que el sentido crítico y liberador del arte, per se, no era satanizado desde el poder. "Porque lo que veo hoy es una utilización ideológica de los espacios", dice.
Advierte que los lugares para confrontar, discutir y mostrar arte son cada vez menos. La crisis económica y las malas políticas, así lo han propiciado. "Venezuela no está en condiciones de abrir nuevos espacios", afirma. Sin embargo, el también fundador y director de la galería La Cuadra, apuesta porEspacio monitor, la nueva galería que abrirá sus puertas en febrero de 2014, en la antigua sede de Periférico Caracas, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones.
-¿Cómo están haciendo las galerías para adquirir obras de arte?
-Las galerías no escapan a la situación del país en materia económica. Tenemos las mismas dificultades y en algunos casos hasta mayores que otras empresas para poder organizar las exposiciones y hacer la labor para la que hemos creado estas instituciones. No hay estadísticas, ni un registro accesible en el que aparezcan las galerías existentes y las condiciones económicas en las que están operando, pero sí da la impresión que el número de galerías es cada vez menor y que las dificultades con las que nos estamos encontrando son cada vez mayores.
-Entonces, ¿cómo se sostiene una galería frente al control de cambio,por ejemplo?
-Haciendo maromas de todo tipo. Afortunadamente en Venezuela existe una tradición sólida de coleccionismo que nos ha permitido en medio de las limitaciones continuar ofreciendo un servicio cada vez más selectivo y personalizado, tratando no solamente de ubicar a los posibles compradores de obras, sino además, entre comillas, crearlos, generarlos y entusiasmarlos a través de un intercambio de ideas y conocimientos en relación con esta pasión que es el arte.
-Usted abre una galería para sustituir a otra...
-Eso obedece a la situación de país. Las galerías están afrontando mayores dificultades y no creo que Venezuela esté en condiciones de abrir nuevos espacios. Aunque algunos surgirán, pero eso no se atribuye a que estemos viviendo en una época floreciente. Siento que el país se ha aislado y hasta cerrado al mundo del arte. Venezuela fue siempre muy abierta y tenía posibilidades extraordinarias de ver, conocer e intercambiar obras de todas partes del mundo y eso se ha perdido.
-¿Cómo ve la proyección de los artistas venezolanos en el exterior?
-Por un lado, hay que destacar que los artistas han hecho un extraordinario esfuerzo. Lo que se ha logrado en los últimos años ha sido producto de la labor tesonera y la insistencia de los mismos creadores, más que por el apoyo institucional que hayan podido conseguir. La labor afuera de las galerías venezolanas ha sido escasa y eso, hasta cierto punto, es comprensible por el panorama que tenemos actualmente.
-¿Quiere decir que se les cerraron las puertas a los artistas en su propio país?
-Hay menos espacios y menos recursos en Venezuela. Antes había instituciones que se ocupaban de apoyar a los artistas, incluso en bienales y ferias internacionales el Estado tenía mayor presencia. Había una amplitud en cuanto a la selección de los artistas que hoy se ha perdido, eso ha obligado a los mismos creadores a intentarlo por su cuenta y en buena medida algunos lo han logrado. Otros están en ese proceso.
-¿La escasez de productos ha afectado la labor de las galerías?
-Hoy en día peor que no conseguir un producto es no tener la posibilidad de comprarlo. Al igual que el resto de las empresas, familias e instituciones del país, las galerías también estamos sufriendo. A la hora de desarrollar exposiciones siempre hemos intentado hacer montajes impecables que muestren a cabalidad lo que las obras tienen que darle al espectador, pero cada vez esto se hace más complicado. No hay papel y tampoco se consigue la pintura.
-Es una cadena de factores...
-Sí, los golpes al sector gráfico nos han perjudicado. Antes era imprescindible que cada exposición tuviese un catálogo, ahora son contadas las que lo tienen. Y se trata de un elemento que es de extraordinaria ayuda para la promoción del artista. Todo esto en realidad es un acto de resistencia contra una cantidad enorme de adversidades y limitaciones. Pero nosotros tenemos la convicción de que vamos a salir adelante, hasta este momento hemos logrado subsistir y si hay que hacer un esfuerzo mayor lo vamos a hacer.
-Como galerista, ¿no siente que la situación los condiciona a bajar el ritmo expositivo?
-En nuestro caso estamos haciendo entre 4 ó 5 exposiciones al año, aunque hoy tenemos que trabajar más duro que antes. Estamos tratando de hacer lo que podemos, pero sin duda hay menos exposiciones y menos galerías, de hecho, creo que muchas se están convirtiendo en centros para la venta de obras y no para la organización de exposiciones. Hoy están limitando sus recursos a lo básico y esencial. Tampoco creo que las galerías puedan suplir la labor de los museos, pero es obvio que estas instituciones están pasando por un mal momento y queramos o no, la gente voltea la mirada hacia nosotros, incluso, ya en el interior del país, sobre todo en Maracaibo y Valencia, están apareciendo esfuerzos similares a los que hay en Caracas que antes no existían.
-¿Ve con buenos ojos el nombramiento de Edgar González como presidente de la Fundación Museos Nacionales?
-La verdad he estado muy apartado del funcionamiento de las instituciones culturales en los últimos años, porque lo que he visto allí es una utilización ideológica de estos espacios. A veces ha habido exposiciones interesantes, pero son contadas, y creo que se debe al profesionalismo y al tesón de algunas personas que trabajan en estas instituciones y que, a pesar de las limitaciones internas, han podido llevarlas adelante. En general, el estado de los museos es lamentable. Y creo que su desarrollo seguirá cuestionado mientras se siga haciendo un uso ideológico y politizado de éstos.
-¿Será que al Gobierno no le interesa promover la cultura?
-Le interesa promover un concepto, pero ese "ideal" está reñido con la discusión. Porque dicen que el arte debe ser crítico, pero cada vez que alguien hace una obra que no comulga con sus postulados, inmediatamente es coartada. Lo que estamos viviendo en este campo es lamentable.
-Según el filósofo Friedrich Nietzsche, la cultura y el Estado son rivales. ¿Es este el caso de Venezuela?
-El Estado es impositivo y tiende a controlar y coercionar, mientras que el arte es liberador y crítico, entonces en ese sentido existe una especie de rivalidad. Cuando las democracias están bien consolidadas esa enemistad entre ambos puede verse atenuada si existen formas abiertas de discusión, si los artistas tienen las posibilidades de exponer sus ideas sin ninguna coerción por parte del Estado.
-Entonces, ¿la cultura florece con la decadencia política?
-En los últimos años yo he sentido que el artista venezolano ha crecido. Quizás tiene una madurez atribuida a la cantidad de dificultades y limitaciones que ha encontrado en su propio país. Antes había instituciones que respaldaban su trabajo y eso les proporcionaba más facilidades. Yo los admiro porque siento que con esta Venezuela, los niveles de autoexigencia son mayores.
-Y en medio de una tempestad económica y política surge un nuevo espacio...
-La galería Espacio Monitor surge por un interés cultural, no comercial. Nosotros queremos dar a conocer el arte que hacen nuestros creadores, tanto aquí como afuera, y viceversa. Queremos traer propuestas que sean de interés para los venezolanos y el día que no lo podamos hacer bajo esta filosofía prefiero cerrar, antes que convertirme en una tienda de arte. La labor que Periférico Caracasha realizado hasta el momento va a continuar.
jmoron@eluniversal.com
La época en que el sentido crítico y liberador del arte, per se, no era satanizado desde el poder. "Porque lo que veo hoy es una utilización ideológica de los espacios", dice.
Advierte que los lugares para confrontar, discutir y mostrar arte son cada vez menos. La crisis económica y las malas políticas, así lo han propiciado. "Venezuela no está en condiciones de abrir nuevos espacios", afirma. Sin embargo, el también fundador y director de la galería La Cuadra, apuesta porEspacio monitor, la nueva galería que abrirá sus puertas en febrero de 2014, en la antigua sede de Periférico Caracas, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones.
-¿Cómo están haciendo las galerías para adquirir obras de arte?
-Las galerías no escapan a la situación del país en materia económica. Tenemos las mismas dificultades y en algunos casos hasta mayores que otras empresas para poder organizar las exposiciones y hacer la labor para la que hemos creado estas instituciones. No hay estadísticas, ni un registro accesible en el que aparezcan las galerías existentes y las condiciones económicas en las que están operando, pero sí da la impresión que el número de galerías es cada vez menor y que las dificultades con las que nos estamos encontrando son cada vez mayores.
-Entonces, ¿cómo se sostiene una galería frente al control de cambio,por ejemplo?
-Haciendo maromas de todo tipo. Afortunadamente en Venezuela existe una tradición sólida de coleccionismo que nos ha permitido en medio de las limitaciones continuar ofreciendo un servicio cada vez más selectivo y personalizado, tratando no solamente de ubicar a los posibles compradores de obras, sino además, entre comillas, crearlos, generarlos y entusiasmarlos a través de un intercambio de ideas y conocimientos en relación con esta pasión que es el arte.
-Usted abre una galería para sustituir a otra...
-Eso obedece a la situación de país. Las galerías están afrontando mayores dificultades y no creo que Venezuela esté en condiciones de abrir nuevos espacios. Aunque algunos surgirán, pero eso no se atribuye a que estemos viviendo en una época floreciente. Siento que el país se ha aislado y hasta cerrado al mundo del arte. Venezuela fue siempre muy abierta y tenía posibilidades extraordinarias de ver, conocer e intercambiar obras de todas partes del mundo y eso se ha perdido.
-¿Cómo ve la proyección de los artistas venezolanos en el exterior?
-Por un lado, hay que destacar que los artistas han hecho un extraordinario esfuerzo. Lo que se ha logrado en los últimos años ha sido producto de la labor tesonera y la insistencia de los mismos creadores, más que por el apoyo institucional que hayan podido conseguir. La labor afuera de las galerías venezolanas ha sido escasa y eso, hasta cierto punto, es comprensible por el panorama que tenemos actualmente.
-¿Quiere decir que se les cerraron las puertas a los artistas en su propio país?
-Hay menos espacios y menos recursos en Venezuela. Antes había instituciones que se ocupaban de apoyar a los artistas, incluso en bienales y ferias internacionales el Estado tenía mayor presencia. Había una amplitud en cuanto a la selección de los artistas que hoy se ha perdido, eso ha obligado a los mismos creadores a intentarlo por su cuenta y en buena medida algunos lo han logrado. Otros están en ese proceso.
-¿La escasez de productos ha afectado la labor de las galerías?
-Hoy en día peor que no conseguir un producto es no tener la posibilidad de comprarlo. Al igual que el resto de las empresas, familias e instituciones del país, las galerías también estamos sufriendo. A la hora de desarrollar exposiciones siempre hemos intentado hacer montajes impecables que muestren a cabalidad lo que las obras tienen que darle al espectador, pero cada vez esto se hace más complicado. No hay papel y tampoco se consigue la pintura.
-Es una cadena de factores...
-Sí, los golpes al sector gráfico nos han perjudicado. Antes era imprescindible que cada exposición tuviese un catálogo, ahora son contadas las que lo tienen. Y se trata de un elemento que es de extraordinaria ayuda para la promoción del artista. Todo esto en realidad es un acto de resistencia contra una cantidad enorme de adversidades y limitaciones. Pero nosotros tenemos la convicción de que vamos a salir adelante, hasta este momento hemos logrado subsistir y si hay que hacer un esfuerzo mayor lo vamos a hacer.
-Como galerista, ¿no siente que la situación los condiciona a bajar el ritmo expositivo?
-En nuestro caso estamos haciendo entre 4 ó 5 exposiciones al año, aunque hoy tenemos que trabajar más duro que antes. Estamos tratando de hacer lo que podemos, pero sin duda hay menos exposiciones y menos galerías, de hecho, creo que muchas se están convirtiendo en centros para la venta de obras y no para la organización de exposiciones. Hoy están limitando sus recursos a lo básico y esencial. Tampoco creo que las galerías puedan suplir la labor de los museos, pero es obvio que estas instituciones están pasando por un mal momento y queramos o no, la gente voltea la mirada hacia nosotros, incluso, ya en el interior del país, sobre todo en Maracaibo y Valencia, están apareciendo esfuerzos similares a los que hay en Caracas que antes no existían.
-¿Ve con buenos ojos el nombramiento de Edgar González como presidente de la Fundación Museos Nacionales?
-La verdad he estado muy apartado del funcionamiento de las instituciones culturales en los últimos años, porque lo que he visto allí es una utilización ideológica de estos espacios. A veces ha habido exposiciones interesantes, pero son contadas, y creo que se debe al profesionalismo y al tesón de algunas personas que trabajan en estas instituciones y que, a pesar de las limitaciones internas, han podido llevarlas adelante. En general, el estado de los museos es lamentable. Y creo que su desarrollo seguirá cuestionado mientras se siga haciendo un uso ideológico y politizado de éstos.
-¿Será que al Gobierno no le interesa promover la cultura?
-Le interesa promover un concepto, pero ese "ideal" está reñido con la discusión. Porque dicen que el arte debe ser crítico, pero cada vez que alguien hace una obra que no comulga con sus postulados, inmediatamente es coartada. Lo que estamos viviendo en este campo es lamentable.
-Según el filósofo Friedrich Nietzsche, la cultura y el Estado son rivales. ¿Es este el caso de Venezuela?
-El Estado es impositivo y tiende a controlar y coercionar, mientras que el arte es liberador y crítico, entonces en ese sentido existe una especie de rivalidad. Cuando las democracias están bien consolidadas esa enemistad entre ambos puede verse atenuada si existen formas abiertas de discusión, si los artistas tienen las posibilidades de exponer sus ideas sin ninguna coerción por parte del Estado.
-Entonces, ¿la cultura florece con la decadencia política?
-En los últimos años yo he sentido que el artista venezolano ha crecido. Quizás tiene una madurez atribuida a la cantidad de dificultades y limitaciones que ha encontrado en su propio país. Antes había instituciones que respaldaban su trabajo y eso les proporcionaba más facilidades. Yo los admiro porque siento que con esta Venezuela, los niveles de autoexigencia son mayores.
-Y en medio de una tempestad económica y política surge un nuevo espacio...
-La galería Espacio Monitor surge por un interés cultural, no comercial. Nosotros queremos dar a conocer el arte que hacen nuestros creadores, tanto aquí como afuera, y viceversa. Queremos traer propuestas que sean de interés para los venezolanos y el día que no lo podamos hacer bajo esta filosofía prefiero cerrar, antes que convertirme en una tienda de arte. La labor que Periférico Caracasha realizado hasta el momento va a continuar.
jmoron@eluniversal.com
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