José Domínguez: "Juan Pablo II es sin duda, el gran líder del siglo XX"
"Juan Pablo II era un hombre sencillo, desprendido, dedicado a hacer el bien", señala el escritor.
Ortega tiene un relato de las visitas del Santo Padre a Venezuela (Enio Perdomo)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
martes 13 de noviembre de 2012 07:43 AM
Quizás el crucifijo bendecido que le regaló el papa Juan Pablo II (1920-2005) sea poco ante lo que vieron sus ojos y sintió su corazón. José Domínguez Ortega fue testigo de excepción de las dos visitas que realizó el Sumo Pontífice a nuestro país en 1985 y 1996, y ha decidido plasmar su experiencia en el libroEl Padre Santo Juan Pablo II en Venezuela.
"Yo formé parte de la Comisión Nacional organizadora de ambas visitas. Fui nombrado por el monseñor Baltazar Porras, quien, por cierto, escribe el prólogo de mi libro", cuenta Domínguez, quien recuerda que el Papa permaneció un total de cuatro días en Venezuela, en su visita de 1985, en los que estuvo en Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guayana; su segunda peregrinación lo traería solamente a la capital y a Guanare, en tres días.
Domínguez, uno de los fundadores de Fe y Alegría en Venezuela, opina que ambas visitas se distinguieron por lo que significaron en cuanto a la renovación de la fe. "Hubo un reforzamiento de la Iglesia, se registraron más vocaciones sacerdotales, en general, significaron un impulso moral".
José Domínguez compila en su libro no solamente sus vivencias, sino fotografías inéditas registradas por María Trina Andrade, así como los discursos del papa y artículos que aparecieron en la prensa.
"Él es sin duda, el gran líder espiritual del siglo XX. El expresidente ruso Mijaíl Gorbachov dijo que sin el Papa no hubiese sido posible el fin del comunismo. Juan Pablo II era un hombre de oración, de simpatía, valentía y marianismo, por su entrega a la Virgen", reconoce el autor.
Fueron varios los encuentros personales de Domínguez con el Santo Padre: en 1980, en Roma; en 1982, 1985 y 1996. "Era un hombre sencillo, desprendido, dedicado a hacer el bien, que entusiasmaba a la juventud, preocupado por los derechos humanos, la vida y la ayuda a los más necesitados", comenta.
Una muestra de su entrega hacia el prójimo fue aquella visita a un leprocomio en Corea, donde se dedicó a besar a los 800 enfermos. "Aquí fue igual, recibió en las primera filas a los enfermos y a las personas con problemas", recuerda.
Domínguez Ortega ofrece cifras del que fue llamado "el peregrino". "Él recorrió 1.200.000 kilómetros, realizó 129 viajes fuera de Italia y 140 en aquel país, se entrevistó con 1.500 presidentes, primeros ministros, jefes de Estados...".
El Sumo Pontífice vino a Venezuela acompañado en ambas visitas por su comitiva de secretario, asistente, cardenales, su jefe de prensa, Joaquín Navarro, y su fotógrafo, Arturo Mari, apunta el abogado.
Rechaza la comparaciones entre Juan Pablo II y Benedicto XVI. "Él es el papa del momento, es uno de los grandes intelectuales, compartió buena parte del papado con el primero. Dios sabe lo que hace, por algo es el Señor de la Historia y el Dueño de los Tiempos".
El también columnista de El Universal agradece a los representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana, así como al sentido social de José María Nogueroles, presidente del Banco Nacional de Crédito.
"Yo formé parte de la Comisión Nacional organizadora de ambas visitas. Fui nombrado por el monseñor Baltazar Porras, quien, por cierto, escribe el prólogo de mi libro", cuenta Domínguez, quien recuerda que el Papa permaneció un total de cuatro días en Venezuela, en su visita de 1985, en los que estuvo en Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guayana; su segunda peregrinación lo traería solamente a la capital y a Guanare, en tres días.
Domínguez, uno de los fundadores de Fe y Alegría en Venezuela, opina que ambas visitas se distinguieron por lo que significaron en cuanto a la renovación de la fe. "Hubo un reforzamiento de la Iglesia, se registraron más vocaciones sacerdotales, en general, significaron un impulso moral".
José Domínguez compila en su libro no solamente sus vivencias, sino fotografías inéditas registradas por María Trina Andrade, así como los discursos del papa y artículos que aparecieron en la prensa.
"Él es sin duda, el gran líder espiritual del siglo XX. El expresidente ruso Mijaíl Gorbachov dijo que sin el Papa no hubiese sido posible el fin del comunismo. Juan Pablo II era un hombre de oración, de simpatía, valentía y marianismo, por su entrega a la Virgen", reconoce el autor.
Fueron varios los encuentros personales de Domínguez con el Santo Padre: en 1980, en Roma; en 1982, 1985 y 1996. "Era un hombre sencillo, desprendido, dedicado a hacer el bien, que entusiasmaba a la juventud, preocupado por los derechos humanos, la vida y la ayuda a los más necesitados", comenta.
Una muestra de su entrega hacia el prójimo fue aquella visita a un leprocomio en Corea, donde se dedicó a besar a los 800 enfermos. "Aquí fue igual, recibió en las primera filas a los enfermos y a las personas con problemas", recuerda.
Domínguez Ortega ofrece cifras del que fue llamado "el peregrino". "Él recorrió 1.200.000 kilómetros, realizó 129 viajes fuera de Italia y 140 en aquel país, se entrevistó con 1.500 presidentes, primeros ministros, jefes de Estados...".
El Sumo Pontífice vino a Venezuela acompañado en ambas visitas por su comitiva de secretario, asistente, cardenales, su jefe de prensa, Joaquín Navarro, y su fotógrafo, Arturo Mari, apunta el abogado.
Rechaza la comparaciones entre Juan Pablo II y Benedicto XVI. "Él es el papa del momento, es uno de los grandes intelectuales, compartió buena parte del papado con el primero. Dios sabe lo que hace, por algo es el Señor de la Historia y el Dueño de los Tiempos".
El también columnista de El Universal agradece a los representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana, así como al sentido social de José María Nogueroles, presidente del Banco Nacional de Crédito.
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