Mi dilema
Uno puede anegar la consciencia con razones y justificaciones
RUTH CAPRILES | EL UNIVERSAL
jueves 10 de julio de 2014 12:00 AM
El dilema personal me atrapa. ¿Sigo escribiendo o me despido? Empiezo y descarto varios escritos sobre asuntos diversos. Leo el artículo de Leonardo Padrón "En el lugar equivocado" y me queda doliendo el alma con Marco Coello y su madre. ¡Hay cosas tan importantes sobre las que hay que insistir, seguir gritando la injusticia y el terrorismo estatal!
Pero ni eso. Siento que tengo algo pendiente; algo que me vacía el alma y me impide escribir con sinceridad sobre cualquier otra cosa. Es mi dilema, lo sé, y perdone el lector la referencia personal. Quizá la mayoría de los escritores de opinión de El Universal no se encuentren todavía ante el dilema; esperan a cuando suceda aquello de lo que todos tenemos una elevada certeza de que sucederá. Para varios, el argumento es claro: mejor seguir escribiendo hasta el final; hasta que te boten -y te escapas del dilema- o te censuren y entonces regresas al dilema original.
Para mí, sin embargo, el dilema es inmediato pues choca contra una máxima personal, de esas que desearíamos fuesen leyes morales universales: No colaborar con el opresor.
Quizá siempre se colabore con el opresor. Uno puede anegar la consciencia con razones y justificaciones. Negociación, diálogo, aprovechar el espacio mientras se pueda, más se puede hacer adentro que afuera.
Hay mil razones para colaborar con esta farsa en la que me inmerso hoy al escribir estas palabras. Hacer como si no supiese; como si creyese en testaferros y compañías fantasmas; como si no sospechase que los millones para la adquisición de este periódico centenario han salido del erario público.
Mi padre decía, por experiencia, que en tiempos de censura dictatorial se agudizaba el ingenio para decir lo que había que decir sin que los censores se diesen cuenta. Claro, en su tiempo de experiencia no había asesores cubanos especializados en represión exhaustiva e intensiva. Pero uno puede siempre refugiarse en la fábula. Se llama: evadir el dilema por entre los cuernos. Una tercera alternativa.
ruthcapriles@yahoo.com
@veedoramadre
Pero ni eso. Siento que tengo algo pendiente; algo que me vacía el alma y me impide escribir con sinceridad sobre cualquier otra cosa. Es mi dilema, lo sé, y perdone el lector la referencia personal. Quizá la mayoría de los escritores de opinión de El Universal no se encuentren todavía ante el dilema; esperan a cuando suceda aquello de lo que todos tenemos una elevada certeza de que sucederá. Para varios, el argumento es claro: mejor seguir escribiendo hasta el final; hasta que te boten -y te escapas del dilema- o te censuren y entonces regresas al dilema original.
Para mí, sin embargo, el dilema es inmediato pues choca contra una máxima personal, de esas que desearíamos fuesen leyes morales universales: No colaborar con el opresor.
Quizá siempre se colabore con el opresor. Uno puede anegar la consciencia con razones y justificaciones. Negociación, diálogo, aprovechar el espacio mientras se pueda, más se puede hacer adentro que afuera.
Hay mil razones para colaborar con esta farsa en la que me inmerso hoy al escribir estas palabras. Hacer como si no supiese; como si creyese en testaferros y compañías fantasmas; como si no sospechase que los millones para la adquisición de este periódico centenario han salido del erario público.
Mi padre decía, por experiencia, que en tiempos de censura dictatorial se agudizaba el ingenio para decir lo que había que decir sin que los censores se diesen cuenta. Claro, en su tiempo de experiencia no había asesores cubanos especializados en represión exhaustiva e intensiva. Pero uno puede siempre refugiarse en la fábula. Se llama: evadir el dilema por entre los cuernos. Una tercera alternativa.
ruthcapriles@yahoo.com
@veedoramadre
Me despido
Agradezco a los lectores que me honran con su tiempo y ocasional comentario
RUTH CAPRILES | EL UNIVERSAL
jueves 24 de julio de 2014 12:00 AM
He permanecido en mi dilema durante dos semanas, para darme tiempo a controlar la emoción y decidir racionalmente. Sin aspavientos y con profunda convicción, digo adiós a este espacio de opinión. No puede evitarse el dolor de perder la voz, aún débil; de cerrar una puerta, un canal de expresión. Muere uno un poco al callar, mas también hay que saber partir oportunamente.
Agradezco a los lectores que me honran con su tiempo y ocasional comentario, sea adverso o de opinión coincidente. Siempre son estímulo a seguir compartiendo. Dialogábamos a través de un medio que respetábamos, como lectores y como escritores, por ser un baluarte centenario de la libertad de información y opinión. Espero reencontrarlos en otras autopistas de la información que ofrezcan la misma libertad.
Agradezco a los editores de opinión y jefes de redacción su atenta y profesional mediación que facilitó muchos años una relación editorial respetuosa, afable y de crecimiento. Incluso el estricto límite de espacio para texto y título de mis artículos significó un reto a mi capacidad de síntesis y de metáfora; provocó valioso aprendizaje en pasar rápido múltiples significados. Les deseo que puedan seguir ejerciendo su labor con la libertad acostumbrada y cuenten con el respaldo y confianza del nuevo grupo empresarial. Deseo, sí, que todas nuestras sospechas sean infundadas y resulte un caso de salvación de una institución venerable.
Hubiera deseado despedirme de los anteriores dueños y director, pero siendo apenas informada por el rumor después del hecho consumado, no hubo tiempo para despedidas.
Tampoco hubo tiempo para bienvenidas, lo cual asombra y apremia el tiempo de partir. No me gusta ignorar para quién trabajo. Es un mínimo moral. Hay otros valores morales en juego pero al final son sólo valoraciones particulares y una decisión individual.
No ceso en mi oficio y empeño por la libertad de expresión, por la democracia, por nuestros derechos, por este país. Migro, no emigro. Seguiremos dialogando.
ruthcapriles@yahoo.com
@veedoramadre
Agradezco a los lectores que me honran con su tiempo y ocasional comentario, sea adverso o de opinión coincidente. Siempre son estímulo a seguir compartiendo. Dialogábamos a través de un medio que respetábamos, como lectores y como escritores, por ser un baluarte centenario de la libertad de información y opinión. Espero reencontrarlos en otras autopistas de la información que ofrezcan la misma libertad.
Agradezco a los editores de opinión y jefes de redacción su atenta y profesional mediación que facilitó muchos años una relación editorial respetuosa, afable y de crecimiento. Incluso el estricto límite de espacio para texto y título de mis artículos significó un reto a mi capacidad de síntesis y de metáfora; provocó valioso aprendizaje en pasar rápido múltiples significados. Les deseo que puedan seguir ejerciendo su labor con la libertad acostumbrada y cuenten con el respaldo y confianza del nuevo grupo empresarial. Deseo, sí, que todas nuestras sospechas sean infundadas y resulte un caso de salvación de una institución venerable.
Hubiera deseado despedirme de los anteriores dueños y director, pero siendo apenas informada por el rumor después del hecho consumado, no hubo tiempo para despedidas.
Tampoco hubo tiempo para bienvenidas, lo cual asombra y apremia el tiempo de partir. No me gusta ignorar para quién trabajo. Es un mínimo moral. Hay otros valores morales en juego pero al final son sólo valoraciones particulares y una decisión individual.
No ceso en mi oficio y empeño por la libertad de expresión, por la democracia, por nuestros derechos, por este país. Migro, no emigro. Seguiremos dialogando.
ruthcapriles@yahoo.com
@veedoramadre
Notitarde 25/07/2014
Me despido
Me despido
- Mariahé Pabón (Notitarde / )
Mariahé Pabón
"He permanecido en mi dilema durante dos semanas, para darme tiempo a controlar la emoción y decidir racionalmente. Sin aspavientos y con profunda convicción, digo adiós a este espacio de opinión. No puede evitarse el dolor de perder la voz, aún débil; de cerrar una puerta, un canal de expresión. Muere uno un poco al callar, mas también hay que saber partir oportunamente.
Agradezco a los lectores que me honran con su tiempo y ocasional comentario, sea adverso o de opinión coincidente. Siempre son estímulo a seguir compartiendo. Dialogábamos a través de un medio que respetábamos, como lectores y como escritores, por ser un baluarte centenario de la libertad de información y opinión. Espero reencontrarlos en otras autopistas de la información que ofrezcan la misma libertad." Ruth Capriles, El Universal, Opinión 24 de julio/ 2014
La censura vive
Ruth Capriles se ha despedido de sus lectores porque no cree en los misteriosos compradores de EL UNIVERSAL ni en la ingenuidad de quienes piensan que todo va seguir más o menos igual que antes y ya vimos como a uno de sus columnistas, Luis Izquiel, no le permitieron la publicación de un artículo en el que hacía alusión al acto de la Fundación Espacio Abierto, en el cual estuvo participando como ponente en el foro-presentación del libro "Chavismo, narcotráfico y militares", escrito por el periodista Héctor Landaeta.
Esta obra, explica Izquiel en su nota, "está fundamentada en una larga entrevista realizada a la expresidenta de la antigua Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de las Drogas (CONACUID), Mildred Camero que resulta esencial para entender cómo Venezuela en los últimos 15 años se ha convertido en un paraíso para el tráfico de drogas."
Ahí se entiende de qué manera el poder militar actúa con desparpajo, sin que hasta hoy se le haya hecho juicio a ningún militar, no obstante las pruebas fehacientes de su participación en varios casos publicados en la prensa nacional e internacional.
Para la muestra, un galón
Ayer mismo el general retirado Hugo Carvajal Barrios de la promoción de la Academia Militar Teniente "Pedro Camejo" de 1981, saltaba a la palestra pública por la solicitud de su detención, al ser nombrado por Venezuela como cónsul en Aruba, según publicación leída en la Gaceta Oficial número 40.335 del 16 de enero pasado.
Ayer mismo el general retirado Hugo Carvajal Barrios de la promoción de la Academia Militar Teniente "Pedro Camejo" de 1981, saltaba a la palestra pública por la solicitud de su detención, al ser nombrado por Venezuela como cónsul en Aruba, según publicación leída en la Gaceta Oficial número 40.335 del 16 de enero pasado.
Carvajal, fue jefe de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y designado en 2012 como director nacional de la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
Este militar de grande soles, fue sancionado en 2008 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, al presuntamente colaborar con las actividades de narcotráfico de la guerrilla de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Nicolás Maduro protestó airadamente ante el Reino de los Países bajos, amenazando con romper no solo las relaciones diplomáticas y económicas sino las más importantes para la isla como son las energéticas si procede a cumplir el pedimento estadounidense.
Hasta el momento de escribir esta columna nada se sabía del final del culebrón, pero una vez más se pone de relieve lo declarado por Mildred Camero en el libro de Landaeta, enciclopedia de las historias no presuntas, sobre el papel de los uniformados venezolanos, en el tráfico de drogas y su enriquecimiento ilícito, no juzgado, porque la preocupación de Maduro es la de inhabilitar a Leopoldo López a como dé lugar.
La tragedia de viajar
Salir de vacaciones es el tema del día, la tragedia del momento. Viajar por tierra se hace cada día más duro no solo por el temor de ser asaltados en autopistas y carreteras sino por la falta de autobuses, privados de trabajar, por falta de repuestos. El drama de los vuelos aéreos, ya no es drama personal, es una tragedia nacional. Quien quiera salir del país ha de hacer las cabriolas más insólitas para poder pagarse una conexión que lo lleve a su destino. Los vuelos nacionales no cumplen, los internacionales tampoco, porque no existen, no vienen a Venezuela.
Los venezolanos se quedan varados en los aeropuertos y para que se les concedan los dólares respectivos a quienes sueñan con ver a sus familiares en el exterior, muchas veces no les son concedidos porque no cumplen con los reglamentos impuestos.
Y si usted tiene doble nacionalidad tendrá que llenar formularios, según me cuentan en el CNE, llevar testigos no familiares y jurar que no van a asesinar a Maduro y solo desean viajar para abrazar a sus hijos nietos y hermanos que se han ido del país por miedo a ser asesinados.
Las historias conmueven
Escuché el miércoles pasado desde La Cola feliz a Tania Sarabia, varada en un hotel del litoral porque el avión que la llevaría a Madrid para seguir a Suiza en donde vive su hija, no cumplió con los itinerarios y ella no pudo asistir a una ceremonia religiosa con sus nietos, por haber perdido todas las conexiones. Tania lloraba y era en ese momento la vocera de más de cincuenta personas que esperaban en un hotel el envío de un avión que estaba destinado a viajar Buenos Aires-Maiquetía pero primero cumplir con un desvío hacia una isla ya conocida.
Así se vive en este país de miseria…
Así se vive en este país de miseria…
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